TEXTO: San Juan 1:6, Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan.


ORACION: Señor... Tú que llamas, envías y llenas de Tu Espíritu a tus siervos, pongo mi vida delante de Ti, para que me uses como a un instrumento en tus manos.
INTRODUCCION: A medida que se acercaba la venida de Cristo a ésta tierra, Dios estaba preparando el camino a través de una línea genealógica y se comenzaba a mencionar a un hombre que sería un mensajero o precursor de Jesús. En Isaías 40:3, (700 A.C.) se le menciona como; Voz que clama en el desierto. Luego en Mal. 3:1-3 (400 años A.C.) dice; He aquí, yo envío mi mensajero. Estas dos profecías se cumplieron con el nacimiento de Juan El Bautista.

1- ANUNCIO DE SU NACIMIENTO

Su padre, un sacerdote llamado Zacarías de la tribu de Leví, su madre, una descendiente de la familia de Aarón llamada Elisabet y prima de María la madre de Jesús.

Estando Zacarías ministrando en el altar el incienso a Dios, nada menos que el Ángel Gabriel, le anunció el nacimiento de su hijo, y le dio el nombre de Juan.

Como este hombre dudó de lo que el ángel decía, quedó mudo hasta su nacimiento. Además le dijo: Será grande delante de Dios y lleno del Espíritu Santo, desde el vientre de su madre y muchos se alegrarán de su nacimiento.

2- SU NACIMIENTO Y SU NIÑEZ

En los días de su nacimiento, hubo distintas profecías y salutaciones especiales. ¡María la madre de Jesús profetizó! Zacarías su padre, al momento que le fue abierta su boca y suelta su lengua, habló bendiciendo a Dios y profetizó.

Y el niño crecía y se fortalecía en el Espíritu estando en lugares desiertos hasta el día de su manifestación, lo cual ocurrió mas o menos a los treinta años de edad, esta era la madurez que le permitía ser profeta y oído en Israel.


3- ENVIADO POR DIOS A PREDICAR

Saliendo del desierto, fue por toda la región continua al Jordán predican-do el bautismo del arrepentimiento, un mandamiento dado por Dios, para el perdón de pecados, Luc.3:3.

De su ministerio, viene su apodo: El Bautista. Su mensaje era como el de un ingeniero: Preparad el camino del Señor enderezad sus sendas, todo valle se rellenará y se bajará todo monte y collado, los caminos torcidos serán enderezados y los caminos ásperos allanados, Lc. 3:4-5. Realmente un agrónomo espiritual.



Su predicación: Como la del más grande de los profetas. ¿Quién les enseñó a huir de la ira venidera? Haced pues frutos dignos de arrepentimiento. Él era preciso.

Su profecía: De respeto y para ser tenida en cuenta. El hacha esta puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego. Él era conciso.

Su advertencia: Era sin titubeos, yo bautizo con agua... Pero viene uno más poderoso que yo, El os bautizará con Espíritu Santo y Fuego ¡Cui-da-do! Él limpiará su era, recogerá el trigo y quemará la paja. Él era demoledor.

4- SU VESTIMENTA Y COMIDA

Era de lo más sencillo, pelo de camello y un cinto de cuero alrededor de sus lomos. Su comida, langostas y miel silvestre. Deberíamos imitar de tal sencillez, su vestimenta no era de ninguna casa de modas, y su comida de ningún restaurante. Su púlpito y su templo, estaban dentro del Jordán. Salían a él, de toda la provincia de Judea y de Jerusalén; sin equipos de propalación, sin volantes, sin costosos anuncios publicitarios.

Él tenía lo que muchos hoy no tienen, UNCION-PODER-LLAMAMIENTO DE DIOS, NO VENDIA su ministerio, no estaba interesado en las OFRENDAS, no empleaba sistemas o pactos para sacar provecho económico para él. En otras palabras, no llevaba agua para su molino. Jesús dijo: Cuidado con los fariseos y los escribas.

5- ¿QUIEN ERES TU?

Los sacerdotes, levitas y judíos, querían saber del él. ¿Eres el Cristo? ¿Eres Elías? ¿Eres el Profeta? ¿Quién eres? Di algo de ti mismo; a los judíos se los carcomía la intriga, quién es éste que no habla de sí mismo; si hubiese querido tendría mucho de qué gloriarse... Yo soy el hijo del sacerdote Zacarías, a mi nacimiento lo anunció el Ángel Gabriel, Dios me puso por nombre Juan, desde el vientre de mi madre fui lleno del Espíritu Santo, los antiguos profetas hablaron de mí, ¡PERO NO! él decía: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto, enderezad el camino del Señor... Yo los bautizo con agua, pero El os bautizará en Espíritu Santo y fuego. El no figuraba, no era nada... Comparado con Cristo Jesús. Me avergüenzan los que hoy quieren figurar, los famosos, los grandes líderes, profesionales del púlpito, ¿Porque no aprendemos un poquito de Juan?

6- ES NECESARIO QUE ÉL CREZCA

Sus discípulos, (los de Juan) le informaron: Mira, del que tu diste testimonio, bautiza al otro lado del Jordán y todos van a Él, vosotros sois testigos que os dije; Yo no soy El Cristo, mi gozo está cumplido, es necesario que él crezca y yo mengüe, todo predicador que se considere hombre de Dios debe menguar, para que Jesús sea el grande. No tomes la gloria que no te pertenece, porque Dios no comparte con nadie Su Gloria. ¿Cuántos desubicados tendrán que dar cuenta a Dios de su falso orgullo?

7- UN MINISTERIO CORTO QUE LLEGO LEJOS

Apenas un año duró su ministerio, los religiosos de su época hacían la vista gorda con el pecado de Herodes, en cambio Juan, no buscaba fama no tenía que apañar a nadie, no estaba comprometido con el medio ambiente ¡ni mucho menos con el pecado! no sería fácil decirle a Herodes, no te es lícito tener la mujer de tu hermano, y le acusaba de todas sus maldades. Ojalá Dios levante siervos hoy de la clase de Juan; sencillos, honestos y sin compromiso con el mundo y el pecado.

Luego de muchos años de su muerte, apareció un tal Apolos, poderoso en las escrituras que solo conocía el bautismo de Juan y creído en Jesucristo, pero no conocía el bautismo del Espíritu Santo. Como así también Pablo, encontrándose con ciertos discípulos que solo conocían el bautismo de Juan, les bautizó en el Nombre de Jesús e imponiéndole sus manos recibían el Espíritu Santo.

Los discípulos que Juan había ganado, estaban por todas partes, aún años posteriores a su muerte. Debemos notar que en ese tiempo era limitada la comprensión del evangelio. Pero cabe sin dudas destacar los alcances de la predicación de éste ¡Gran Profeta y Siervo del Señor!

CONCLUSION: Ojalá, todos estemos admirados de un simple hombre enviado por Dios, que supo ocupar el lugar que le correspondía y en todo su ministerio no dejó de decir:

No soy digno de desatar la correa de su calzado

Dios te bendiga


DANIEL REGONDI
CORDOBA, MARZO DE 1999
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.