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¿Por qué tuvo que nacer?

Pasaje: Hebreos 10: 5-10


Introducción:

¿Cuántas veces ha celebrado usted la Navidad? ¿Qué es lo que más usted recuerda de estos días de fiesta? ¿Por qué en esta época del año aumentan los suicidios? ¿Por qué tantas personas viven estos momentos en la soledad de sus habitaciones? Estas son, probablemente, algunas de las preguntas que usted se haya hecho alguna vez y para las cuales todavía no ha encontrado alguna explicación.
Es obvio que la cantidad de veces que usted haya celebrado la Navidad dependerá de los años de vida que tenga. Probablemente, los eventos que más usted recuerde de la Navidad sean las reuniones familiares y, el ya esperado intercambio de regalos. Quizá los suicidios aumentan en esta época del año porque la persona con la que estuvo el año pasado ya no está a su lado y un profundo sentido de frustración y melancolía se apodera de nuestras almas y lleva a muchas personas a quitarse la vida.

Al ver todas estas cosas me pregunto, ¿es todo esto la Navidad? ¿De esto es que se trata estos doce días del año? NO. Mis amados/as hermanos/as en Cristo esto no es la Navidad. Esto se conoce con otro nombre: mercadeo (marketing, inglés) Y, ¿qué es mercadeo? El diccionario lo define de la siguiente manera:

mercadeo (marketing)

1. En economía, conjunto de técnicas, y especialmente estudio del mercado, que tratan de favorecer la comercialización de un producto o servicio a corto, medio o largo plazo, teniendo en cuenta las necesidades inmediatas o futuras de los consumidores y las condiciones concretas de cada empresa.

¿Dónde comienza todo este movimiento económico? Para encontrar respuesta a esta pregunta debemos remontarnos a principios de siglo 20. En las economías de los países de Europa Occidental y Norte-América esto es un drama de tres actos. El primer acto lo estelariza la era de la producción; esta duró hasta 1920. El segundo acto lo protagoniza la era de las ventas. Esta se extendió desde el 1925-1950. Finalmente, el actor principal de la tercera escena lo es, la era del mercadeo. Esta dio inicio a partir de la Segunda Guerra Mundial. Es durante este escenario donde se acuñaron expresiones tales como: "encuentra una necesidad y llénala." Y, "el cliente es el rey."

Toda esta revolución es la que hoy día ha llevado al ser humano a pensar con absoluta convicción que las personas que me rodean deben estar preparadas para satisfacer mis deseos y criterios. Las implicaciones de este tipo de razonamiento abarcan todas las esferas de nuestra vida diaria. Pero, ¿es verdaderamente todo cliente un rey? Sí, es verdad. Siempre y cuando el cliente tenga el dinero para pagar lo que a mí me interesa venderle y, esto no significa necesariamente, que él necesite comprarlo. ¿Por qué digo esto? Porque en el mercadeo las necesidades no son siempre reales sino generadas por la campaña publicitaria que está enfocada a hacerle creer al cliente que necesita el producto que yo tengo disponible.

1. Señor Policía, Yo Quiero Hacer Una Querella.

¿Cuál es su querella ciudadano? "Yo como ciudadano del Reino de Jesucristo en esta tierra quiero querellarme en contra de todas las cadenas multinacionales que utilizando a los expertos en publicidad le han robado las fiestas de Navidad a la Iglesia? ¿Cómo dice usted señor ciudadano? Sí, Señor policía, esto que estamos viviendo no es la Navidad. Y, si esto tan hermoso y deslumbrante no es la Navidad, dígame usted, ¿qué es la Navidad?

Navidad

1. Nacimiento de Jesucristo.

2. Día en que se celebra este nacimiento.

3. Período de 12 días que comienza desde el 25 de diciembre hasta el 6 de enero.





11. Hablemos de la Razón para la Navidad.

¿Se ha preguntado usted si existe algún lugar en la Palabra de Dios donde podamos encontrar información acerca de lo que sucedió antes de que Dios viniera a esta tierra? ¿Habrá información que nos permita saber por qué Dios vino a esta tierra? ¡Seguro que la hay! Vayamos a la Carta a los Hebreos. En el capítulo 10: 5-10 esta la información que nos permitirá entrar a una conversación que hubo entre Dios el Hijo y Dios el Padre.

Cuando Dios decidió comenzar una relación personal con la nación de Israel y les ordenó la construcción de un Santuario y les indica cómo es que ellos obtendrán perdón de sus pecados hasta que venga el Mesías, lo hizo a través de una serie de sacrificios de animales. Este tipo de pacto no era del todo eficaz y Dios lo sabía. Por esta razón fue que en un momento dado de la historia humana Jesucristo tenía que venir. Dios el Hijo había contemplado la miseria de la humanidad y comprendió que sólo había una opción: encarnarse.

11.1. La Despedida entre el Padre y el Hijo

En Hebreos 10:5 dice, "Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; más me preparaste cuerpo." La expresión "entrando en el mundo" es la forma semítica para decir, "cuando Cristo nació." ¿Cómo se imagina usted que fue ese momento en el cielo cuando el Padre y el Hijo conversaron antes de que el Hijo partiera para la tierra? ¿Puede usted apreciar algunos de los elementos de la Parábola del Hijo Pródigo presentes en ese momento? Me refiero de manera particular al sufrimiento experimentado por el Padre al ver a su Hijo abandonar todo el esplendor del cielo para venir a la pobredumbre de esta tierra. Estas preguntas me obligan a reflexionar en la muerte de una persona que significó mucho para mí. ¿Alguien de ustedes conoció a Camilo Silva-Crespo? Este hombre fue mi abuelo materno. Papá, como me enseñaron a llamarlo, nunca tuvo hijos. Dios sólo le concedió cinco hijas, de las cuales mi madre fue la primera en casarse y darle un nieto. Así que imagínense la alegría que él vivió al tenerme en sus brazos. Con él aprendí muchas buenas cosas. Ya al final de sus días cuando iba a verlo allá en Aguada me llamaba aparte y me hablaba de sus dificultades de salud. A ninguna de sus hijas le decía lo que a mí me decía. Cuando lo hospitalizaron mi madre me llamó para decirme lo que estaba sucediendo. En esos días me dio la influenza y nunca pude llegar a verlo en el hospital. Busco en mi mente el último momento cuando él y yo estuvimos juntos. Recuerdo que estaba muy molesto por lo que le estaba sucediendo y, conversando, le pedí permiso para colocar mis manos sobre su cabeza y orar por él. Cuando en la madrugada del miércoles, 4 de noviembre timbró el teléfono me sospechaba cuál era la noticia: mi madre me informaba que Papá había muerto. ¡Qué difícil es despedirse de alguien que se ama! ¡Cuántos momentos son recordados por nuestra mente en cuestión de minutos! Cuando leo estos versos del capítulo 10 de la carta a los Hebreos y formo en mi mente la imagen donde aparece el Padre hablando con el Hijo recuerdo los momentos cuando estuve junto a mi abuelo por última vez.

Jesucristo emprendía un viaje hacia el vientre de María y nunca más volvería a ser el mismo que salió de la presencia del Padre hacia la tierra. Son muy pocas las veces que nosotros los seres humanos nos sentamos a reflexionar en este evento tan vital para la iglesia. ¿Por qué dije que el que salió no es el mismo que volverá? Permítanme explicarles. Mi declaración está enfocada a un sólo punto. Dios el Hijo era Espíritu al igual que el Padre hasta el momento de su encarnación. Cuando el Hijo decide convertirse en uno igual a nosotros lo hará teniendo que pagar el precio de nunca llegar a ser otra cosa que Dios hecho hombre. Esa humanidad que iba a asumir en el vientre de María, jamás podrá abandonarla. Había quedado confinado en esa humanidad para siempre. Esto lo convertiría en un ser diferente al que salió del cielo después de haber conversado con Dios el Padre.

Todos/as conocemos la historia de lo que sucedió en este lado, pero muy pocas veces nos sentamos a pensar cómo debió haber quedado el corazón del Padre cuando vio que su Hijo emprendía un viaje que inevitablemente le llevaría a la muerte. El Credo de los Apóstoles nos recuerda ..."que fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió al cielo, y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso..." Pero el que se sentó a la diestra del Padre no era el mismo que había salido de ÉL hacía unos 33 años aproximadamente. Ahora, cuando el Padre lo mira ve a uno igual a los que ÉL había creado hacía miles de años atrás. San Pablo lo resume con estas palabras, "y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús." (Efesios 1: 6)

Ahora cuando el Padre lo mira, ve a su Hijo con cicatrices por todo el cuerpo. Mira a sus manos, a sus pies, a su frente donde quiere ve huellas de ese viaje que comenzó con la Navidad. El Padre lo contempla, lo acaricia y le dice: "Hijo mío por fin estamos juntos otra vez, ya nada ni nadie nos podrá separar."

Conclusión:

El policía le dijo al ciudadano del Reino de Jesucristo "si esto tan hermoso y tan deslumbrante no es Navidad, entonces, ¿qué es la Navidad?" Y hoy, Dios nos pregunta también a nosotros/as, para ti, ¿qué es la Navidad?

Sermón predicado en la Iglesia Presbiteriana en Glenview

Domingo, 20 de diciembre de 1998.

Ismael González-Silva, Pastor

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