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Más allá de lo radical

ADVERTENCIA:
BIEN PODRÍA SER ESTE EL TEXTO
MÁS REVOLUCIONARIO
QUE LEA EN TODA SU EXISTENCIA.
Traducción dedicada a todos
aquellos que están en la dispersión


Primera impresión, 1996
Última impresión, 2001
Círculo Santo
Madrid

De la versión original:
“Beyond Radical”
Editada por Seedsowers
Box 285
Sargent, GA 30275


EL PROPÓSITO DE ESTE LIBRO

¡Este libro es para cristianos que quieren vida de iglesia! Pero no una vida de iglesia que sea perniciosa para tu salud.

Vas a leer una serie de capítulos que te ofrecerán un punto de vista completamente nuevo sobre la vida en la ecclesia del primer siglo. Esa un bella estampa de las trampas actuales. Una estampa de libertad. De una libertad escalofriante.

Que las cosas que leas canten a tu corazón.

Este libro fue escrito teniendo en mente únicamente a los cristianos de las Islas Británicas.

Gene Edwards

ESTA ES UNA VOZ PARA ROMPER CON LA PRESENTE PRÁCTICA DE LA CRISTIANDAD DE UNA FORMA MÁS RADICAL QUE DURANTE LA REFORMA PROTESTANTE

NO HAY BASES ESCRITURALES

PARA NADA DE LO QUE NOSOTROS LOS PROTESTANTES PRACTICAMOS

COMO ESTÁS A PUNTO DE VER...

Estás a punto de leer una lista de cada una de las conocidas prácticas, rituales, etc., en las que nosotros los evangélicos participamos cada semana.

Todas estas prácticas llegaron a la fe cristiana mucho después del primer siglo.

La mayor parte de las cosas que nosotros los protestantes practicamos tuvieron sus comienzos mucho después del primer siglo. Ninguna de ellas empezó teniendo en mente la idea de ser bíblico. Nadie estaba pensando en la Palabra de Dios cuando empezaron con estas prácticas.

AQUÍ ESTÁ LA LISTA

Si después de leer donde comenzaron estas prácticas, y cuán poco bíblicas son, deseas volver a los caminos del primer siglo, tendrás que moverte a un lugar más allá de lo radical.


TODO LO QUE HACEMOS QUE NO ES BÍBLICO

-EL EDIFICIO DE LA IGLESIA

-LOS PASTORES

-EL "ORDEN DE ALABANZA"

-EL SERMÓN

-EL PÚLPITO

-EL BANCO

-EL CORO


"CAPÍTULO Y VERSÍCULO"

-Leer la Escritura justo antes del Sermón

-EL FUNERAL

-LA ORACIÓN FUNERARIA

-LA ESCUELA DOMINICAL

-El orden en el que las Cartas de Pablo Están Dispuestas en el Nuevo Testamento.

-EL SEMINARIO

-LA ESCUELA BÍBLICA

-LAS ORGANIZACIONES INTERDENOMINACIONALES Y ALTRUISTAS

-EL HECHO DE QUE TODOS LOS PROTESTANTES VAYAN A LA IGLESIA EL DOMINGO A LAS 11 A.M.


Agárrese y no se menee, porque todo lo incluido en esta lista es defendido como "cristalinamente enseñado en la Palabra de Dios." Sin embargo, cada práctica de esa lista comenzó de una manera muy rara, y bastante después del primer siglo. ¡Bien, pues hoy por alguna extraña razón nos las hemos apañado para encontrarlas a todas en la Escritura!

Averiguar de dónde provienen estas prácticas puede que te ayude a entender por qué estamos en el lío en que estamos. Después de eso debes encarar otra pregunta.

¿Qué pregunta?

Una que florecerá de tu propio corazón.

1

La trama que está detrás de lo que hacemos

Empezaremos averiguando cómo es que todos nosotros los cristianos "vamos a la iglesia" el domingo... a las 11 de la mañana.

El tener siempre "iglesia" el domingo a las 11 a.m. fue algo que empezó Martín Lutero. Bebía muchísima cerveza la noche del sábado en un bar cercano. Cuanto mayor se hacía, más tiempo se quedaba en el bar y, en consecuencia, más tarde tenía que poner la misa al día siguiente por la mañana. Hoy, 500.000.000 protestantes siguen rutinariamente (y sin preguntar) esta tradición del domingo como resultado de los malos hábitos de un teólogo alemán con la cerveza.

El Pastor

Piensa en ello. En que lugar del Nuevo Testamento encuentras tú a un hombre –siempre el mismo– que (1) predica cada domingo, (2) casa a la gente, (3) da un mensaje a un grupo, (4) lo entierra después con una oración, (5) visita ancianitas, (6) ora por el fútbol, (7) es el Gran Jefe Supremo de la iglesia, (8) ejerce responsabilidad sobre ancianos y diáconos, (9) casi siempre anda trajeado, (10) habla y ora de una forma extraña, (11) bautiza a todos los nuevos conversos, (12) y cuyo oficio y cada una de esas prácticas se suponen que están basadas sólidamente en la Palabra de Dios y presentes en la escritura.

Ahí, en tu Nuevo Testamento, no aparece un hombre como ese, ¿verdad? A pesar de ese hecho, hoy en día este señor es la figura central del cristianismo protestante. ¿Cómo se introdujo la idea del pastor en el cristianismo? Aquí está la historia. Juzga por ti mismo si parece que floreciera de algo "basado sólidamente en la Palabra de Dios."

El Papa Gregorio el Grande popularizó por primera vez el término "pastor" rondando el año 500 de nuestra era. ¡Lo hizo escribiendo un libro sobre los deberes pastorales del sacerdote! El término pastor no aparece en ningún otro punto de la literatura cristiana excepto en una larga lista de personas en Efesios. El significado práctico de la palabra se desconoce. El Papa Gregorio ordenó a los sacerdotes que desempeñaran tareas pastorales; visitar a los enfermos, adoctrinar, casar a los jóvenes, "salpicar" bebés, dirigir la misa, enterrar a los muertos, y bendecir los acontecimientos locales (véase como ejemplo las ferias.) Estas se convirtieron en las eternas tareas pastorales del sacerdote católico romano. Ni esos hombres ni esas obligaciones existían en la Escritura.

Lutero llegó y alteró un poquito esta lista de deberes pastorales, bautizándolas para los sacerdotes Luteranos. Poco a poco el término pastor se implantó en el vocabulario protestante de todo el mundo de habla anglosajona. La palabra sustituía al término católico sacerdote, pero este señor sigue sin aparecer en la literatura del primer siglo. Tampoco existen estas prácticas en el Nuevo testamento.

Nosotros los angloparlantes llevamos la idea del pastor y del papel pastoral que Lutero inventó a los confines de la tierra. Es el cristianismo.

Si extirpásemos de la cristiandad el cargo pastoral de hoy en día habría un colapso casi total de la "iglesia" en todo el mundo. Sin embargo, la presente práctica pastoral no tiene ni por asomo base alguna en la Escritura. Intenta encontrar a este hombre en el primer siglo.

¿Muy "Neo-Testamental"?

Los edificios de iglesia

Hasta que apareció en escena un emperador romano llamado Constantino (unos 300 años después del Pentecostés), la fe cristiana era la única religión en la historia que se reunía en casas. Era el único movimiento "oculto" aventajado de la historia de la religión. No tenía instituciones, ni rituales impuestos, ni templos. Aquello era no tenía precedentes en la historia humana. Fue lo que hizo al cristianismo algo único. Vigoroso. Elástico, flexible, adaptable. ¡Y tenían pocos gastos! Los gastos eran ínfimos. Poco después Constantino se encargó de cambiar todo eso.

Todas las otras religiones tenían (y tienen) templos (edificio de iglesia), sacerdotes (pastores), vírgenes vestales (monjas), rituales (la Misa y el "culto" del domingo... que está muy cerca de un ritual), un vocabulario secreto sólo conocido por los sacerdotes (teología) y un laicado en silencio. Todas las religiones han contado siempre con esto. Incluyendo la religión protestante. (¡Vale, no tenemos vírgenes vestales!)

En el año 327 d.C. (ten muy en cuenta esa fecha, pues es capital en la historia cristiana) Constantino ordenó la construcción de diecinueve edificios cristianos. Nunca había ocurrido una cosa así. Hasta entonces nos reuníamos en hogares. Al principio se les veía en sepulcros y santuarios o en salas de estar. Estos diecinueve edificios se construyeron en tres lugares. Uno en Belén y dos en Jerusalén (su nacimiento, muerte y resurrección), nueve en la ciudad de Constantinopla y siete en la ciudad de Roma.

Antes que nada Constantino erigió estos edificios en una ciudad del este completamente nueva. Era una ciudad hecha a la medida, creada partiendo del mismísimo cero. La ciudad estuvo inhabitada hasta que se terminó... con calles, edificios gubernamentales, templos paganos y los nueve edificios, vacíos y desperdigados, a lo largo y ancho de la ciudad. Pues bien, los templos paganos se nombraban con nombres de dioses o diosas. Por lo tanto, Constantino, pagano en mente, y puede que en alma, ordenó que cada uno de los edificios cristianos fuera asignado con el nombre de alguien. ¡Concretamente fueron nombrados con los nombres de los santos del primer siglo! (De ahí: la iglesia de San Lucas, la iglesia de San Juan, etc. Pues sí, así es como empezó.)

En Roma, ese mismo año, Constantino ordenó así mismo la construcción de siete edificios cristianos. (Uno fue una capilla situada en la ladera de una colina, justo fuera de las murallas de la ciudad. A la pendiente de la colina se le llamó Vaticano.)

Así es como empezó (la maldición de) el edificio eclesiástico.

Muy bíblicos somos nosotros, los protestantes practicantes de la Escritura, ¿a qué sí?

Posteriormente estos edificios se vinieron a denominar iglesias. Así fue como el cristianismo se unió al resto de las religiones del mundo y empezó a tener sus propios templos. Perdimos para siempre la palabra iglesia (asamblea) con el significado de cuerpo de Cristo. Hoy somos incapaces literalmente de ver a los creyentes como a la iglesia. Al pensar en esa palabra, iglesia, sólo se puede ver un edificio físico. Cualquier esperanza de una verdadera comprensión de la eclesiología murió para cuando Constantino murió en el 337. Pronto, tras la incursión del templo en nuestra fe, llegó el lenguaje secreto, el sacerdote distante, silenciosos seguidores, rituales, y vírgenes vestales.

La pérdida para todos nosotros ha sido asombrosa. Estas cosas de las que nos agenciamos hace tanto han venido a ser una maldición para la fe sencilla que Jesús el carpintero lanzó a los cuatro vientos.

El banco de iglesia

Cuando los cristianos italianos entraron en estos relucientes edificios tan novedosos construidos en Roma y cuando los griegos se pasearon por los edificios de Constantinopla, se percataron de que no había sitio dónde sentarse. ¡Los italianos metieron a rastras los taburetes (de tres patas) y se sentaron!

Por su parte, cuando los cristianos de Constantinopla entraron en estos relucientes edificios tan novedosos, algo extraño sucedió. Alguien exigió que, por respeto a Cristo, todo el mundo debía estar de pie. (El nombre del hombre que hizo una cosa tan fuera de lo común se perdió para nosotros) No se pueden sentar. Sin taburetes. ¡Todos arriba! ¿El resultado? En las iglesias ortodoxas orientales actuales todavía no hay lugar donde sentarse... ¡a pesar de que su ritual dominical dura dos horas! Hasta el día de hoy no tienen bancos, y a duras penas se ve alguna ventana. ¡No hay duda de que la devota iglesia Ortodoxa del Este no se crió como el Catolicismo romano! (Por cierto, más tarde los católicos sustituyeron el taburete por el banco.)

Justo antes de la Reforma protestante, a alguien se le ocurrió ponerle un respaldo al banco. Así nació la silla y el banco con respaldo. Los protestantes se abalanzaron sobre la idea, y así nació el asiento protestante. Refunfuñando, los católicos se están llevando poco a poco el banco e instalando el asiento. (En América, casi desde un principio, los católicos se decantaron por el asiento, para competir con los protestantes.)

No fue hasta la llegada de nuestras iluminadas mentes evangélicas, cuando nos pusimos en plan bíblico Neo–Testamental, y pusimos almohadones a nuestros asientos. (De esta forma al menos estamos cómodos mientras nos aburrimos como ostras.)

¿El futuro del asiento? En nuestra era de la electrónica, ¿quizás veamos rascadores vibratorios para la espalda? ¿Masaje electrónico para los dedos? ¿Auriculares en estéreo para oír mejor al coro? ¡Cualquiera sabe!

El Coro

Sí, el término se usa en el Antiguo Testamento, y de ninguna manera justificamos el coro en base a ese hecho. Históricamente, el coro que encuentras en la iglesia cristiana saca sus raíces primarias de los coros presentes en templos paganos. El coro cristiano apareció por primera vez en los edificios cristianos creado por encargo de Constantino. A medida que la moda del edificio eclesiástico se extendía por Europa, el coro se convirtió en algo universal. En el patrón a seguir se impuso el coro de Milán, Italia, donde el coro se perfeccionó bajo el liderazgo de un obispo llamado Ambrosio.


El Púlpito

En la mayoría de los idiomas europeos el púlpito todavía está relacionado con su nombre pagano original, ambo. (Latín: ambon.) El púlpito precede al cristianismo y tiene un origen totalmente pagano. El sacerdote pagano, en el templo pagano, se desplazaba en un pasillo que tenía un pasamanos y dirigía sus comunicados a espectadores y curiosos. Se le llamaba ambo.

Aquellos primeros edificios cristianos continuaron con esta práctica pagana, instalando un ambo dentro de la construcción, en lo alto, encima de una de las columnas. Siglos después, cuando los protestantes tomaron el norte de Europa (a golpe de la espada, no evangelizando), aquellos protestantes heredaron cientos de miles de iglesias. Los protestantes derribaron aquel lugar elevado e inaccesible donde los sacerdotes llevaban a cabo su misa mágica. Sin detenerse ahí, literalmente desencajaron al ambo de la columna y lo centraron y lo trajeron al frente. Pusieron después una Biblia sobre el ambo (el púlpito) para simbolizar la prioridad de la predicación de la Biblia sobre el énfasis católico sobre la misa.

La palabra púlpito nos llegó del Latín pulpitum. En su origen significaba plataforma o andamio. Incluso hoy en día el arponero que se sitúa delante, bien fuera del barco ballenero, está situado en un púlpito.

Al igual que la mayoría de lo que hacemos, el uso del púlpito tiene sus orígenes en el paganismo. Ten esto en mente la próxima vez que alguien diga en voz grave y moralista, "¡Aquí estamos, tras el sagrado púlpito, predicando obediencia a la Palabra de Dios!"

Hmmm...

El Sermón

No hay que confundirlo con el mensaje cristiano. Es verdad que a primera vista sólo parece abrigar una ligera diferencia, pero en realidad esa diferencia es gigantesca.

Mucho antes de que el cristianismo llegara a existir, un filósofo pagano llamado Aristóteles enseñaba sobre muchos temas, y entre ellos el tema de la retórica. Esto es, cómo se debe dar un discurso. (Del griego: Rhotorike... el arte del orador.) La oratoria había sido el gran amor de los griegos que precedieron a Aristóteles. Aristóteles hizo de ella un arte.

En los días de los griegos y romanos la habilidad para dar grandes discursos era garantía de popularidad. A decir verdad los grandes oradores eran las estrellas de cine de aquellos días.


La disertación de Aristóteles sobre la retórica abarcó muchas cosas sobre la oratoria, pero su punto principal era el de que un buen discurso debe tener una introducción clara, unos cuantos puntos importantes y una conclusión.

Estas ideas no existían entre los primeros creyentes. Los creyentes del primer siglo, casi analfabetos por norma, desconocían las normas del arte de un discurso. La predicación cristiana del primer siglo se caracterizaba por ser improvisada, espontánea, y urgente... ¡y pertenecía a todo el cuerpo de creyentes, no a hombres especiales!

Los sermones que oyes cada semana se basan en los conceptos de la oratoria de Aristóteles. (No es inusual que los profesores de seminario –al igual que sus estudiantes– no sepan nada de este hecho.)

Ahora bien... ¿cómo se las arregló el discurso pagano para introducirse en la fe cristiana?

En Antioquía (Siria), hacia el año 400 d.C., Juan Crisóstomo (Juan Boca de Oro), uno de los más grandes oradores paganos de todos los tiempos, se convirtió. Trajo consigo sus habilidades aristotélicas "sermónico-retóricas" al cristianismo. Pronto galopó vertiginosamente hasta llegar a ser el sacerdote líder en Antioquía y toda Siria. Toda la ciudad de Antioquía acudía a oír sus alocuciones. Al oyente aquellos mensajes le sonaban mucho en estilo, expresión, estructura e incluso –hasta cierto punto– contenido, a los grandes discursos paganos. (Y así sonaba el sermón que escuchaste el último domingo.)

Juan Crisóstomo no sólo nos regaló los sermones aristotélicos, sino también la costumbre del sermón el domingo por la mañana, esto es, la tradición del discurso del domingo dado siempre por el mismo hombre, en el mismo lugar, a la misma hora, cada domingo.

De ahí no solo entresacas el sermón y los servicios del domingo, sino incluso la raíz de una de las "tareas pastorales del sacerdote." Uno de aquellos deberes era enseñar. Aquello evolucionó por el camino hasta lo que ahora es la más importante obligación del pastor protestante... que no tiene ni idea de que está desempeñando una versión modificada de los deberes pastorales más importantes de un sacerdote, ideados por un Papa en el 500 d.C., cuyo nombre era Gregorio el Grande.

La verdad es que aquí hay un buen trozo de la tarta de las funciones pastorales. Un hombre –siempre el mismo– sermoneándonos cada domingo. Recuerda estos orígenes el próximo domingo.

¡El sermón del domingo es el único lugar de la tierra donde puedes oír un discurso de oratoria expresado según el patrón de la gran tradición grecorromana de la retórica!

Fiel al Nuevo Testamento, y nada más que Nuevo Testamento, ¿eh, colegas evangélicos?

Los funerales

Como Juan Crisóstomo, el pagano, había practicado durante mucho tiempo la pagana costumbre de dar un discurso pagano a los muertos (en funerales paganos), siguió con esta práctica cuando se convirtió en orador cristiano. Así es como empezó el funeral "cristiano" y el discurso del funeral que le acompaña. Las palabras que usamos al predicar a los muertos cristianos son casi, palabra por palabra, los típicos discursos paganos dedicados a los muertos paganos. Leed el discurso funeral de un filósofo pagano. Leed un discurso funeral de Juan Crisóstomo. Escuchad un sermón funeral cristiano. Son casi lo mismo en lineas generales, y muy parecidos en el modo de expresión. (Muy Neo-Testamental, muy evangélico.)

La Práctica de Leer la Escritura Antes de un Sermón

Esta práctica forma hasta tal punto parte de nuestras vidas que a duras penas podemos imaginar o escuchar un mensaje cristiano de cualquier otra manera. ¡Pero sigue siendo pagano en origen! Cuando el orador pagano pisaba un escenario de un anfiteatro griego o romano llevaba a cabo un ritual bastante extraño (pero reconocible.)

Primero caminaba hacia el centro del escenario, daba la espalda a la audiencia, y se ceñía una toga de orador. Luego se daba la vuelta, encaraba a la audiencia y abría un pergamino.

¿Un pergamino? Sí, un libro. ¿Qué libro? Normalmente era uno de los escritos de Homero.

¡Resulta que los escritos de Homero y otros escritores populares de la literatura grecorromana habían sido meticulosamente divididos en capítulos! ¡Cada frase de ese capítulo tenía un número!

El dividir el Nuevo Testamento en capítulos y versículos nació con esta práctica grecorromana, y también la práctica de leer la Escritura antes de predicar el sermón. Todo esto se infiltró en la fe cristiana hacia el 400-500 d.C.

Intenta traer hoy un mensaje desde un púlpito de raíces paganas, con el concepto pagano de un coro tras tuyo, y un mudo laicado sentado en bancos de inspiración pagana, y entonces, con todo eso, intenta predicar sin leer primero algún capítulo y versículo del Nuevo Testamento. En algunos sitios la gente se levantará y dejará la iglesia (edificio paganamente inspirado denominado) porque no estabas tú siendo verdaderamente bíblico antes de predicar tu sermón de oratoria de influencias grecorromanas.

La práctica de leer las Escrituras antes de un sermón encuentra sus raíces en hábitos grecorromanos de discursos paganos formulados en los anfiteatros griegos y romanos.

¡Piensa en ello, querido estudiante de la Biblia!

¿Qué nos atrevemos a decir del capítulo y del versículo? Algún día nuestros hijos puede que digan que quizás fuera el mayor daño de todos. ¿Por qué? Esta práctica pagana de despedazar cartas vivientes en capítulos y frases numeradas nos ha hecho perder todo el sabor de la literatura cristiana del primer siglo.

* * *


Detengámonos por un instante y tomemos aliento. Sabiamente se ha dicho que los problemas de la fe protestante y evangélica no están en sus enseñanzas y doctrinas, sino en sus prácticas. Todas nuestras prácticas evangélicas nos llegaron por puro accidente. No arrastran ninguna relación con la experiencia cristiana del primer siglo. La mayoría de nuestras prácticas (1) existen por casualidad, (2) son paganas en su origen, (3) empezaron rondando la época de Constantino y durante la Reforma.

Prácticamente toda práctica nuestra llegó a raíz de un accidente en la historia de la iglesia, o bien en brazos del paganismo.

Simplemente piensa. Has estado haciendo todas estas cosas desde que te salvaste.

¿Hay algún candidato para una revolución?

Continuemos nuestra búsqueda de las auténticas raíces históricas de nuestras prácticas evangélicas. ¡Se pone peor! ¡Mucho peor!

2

Material pesado

Es sorprendente las cosas que hacemos (y cuantas) que no tienen justificación alguna en el Nuevo Testamento, pero que se defienden como tales. Estas prácticas, que están totalmente en contra de la Escritura –incluso son dañinas– se hacen en medio de un clamor continuo de, "debemos ser bíblicos." "Debemos basarnos en el Nuevo Testamento." "Debemos ser fieles a la Palabra de Dios." Pero esto es lo que da miedo: "la verdad es que podemos encontrar todo esto en el Nuevo testamento. Ah, no está, pero lo podemos encontrar ahí." Es eso lo que tanto asusta. Has visto la lista de nuestras prácticas protestantes. Esa lista cubre por completo todo lo que hacemos nosotros los protestantes. Que seas sacudido hasta las entrañas de tu ser al ver de donde provienen realmente todas estas cosas "bíblicas". Si eso no resulta, considera la pregunta: ¿cómo nos las arreglamos para encontrar estas cosas en la Escritura? ¿Qué forma de pensar permite tal locura? Cosas como

Los Seminarios

Los seminarios son el centro neurálgico donde aprendemos la Palabra de Dios. Es ahí donde oímos "la fidelidad a la Palabra de Dios." "Necesitamos ser Neo-Testamentales" y "volvamos a la Biblia." Pero pregunta a un profesor de seminario: ¿Dónde se originaron los seminarios? Probablemente no tenga ni idea. (¡Por Dios, nunca le preguntes si son bíblicos! Y nunca le pidas que dirija el ataque para acabar con ellos.)

El Concilio de Trento abarcó desde 1545 al 1563 y fue asistido por obispos, cardenales y papas. El concepto de los seminarios se ideó casi en la clausura de este concilio (Enero 1562-Diciembre 1563.) Estos hombres estuvieron decidiendo si reformar la iglesia católica romana o quedarse como estaban. Aunque duró dieciocho años, no se obtuvo casi nada de ese concilio excepto el invento de los seminarios.

El currículo que se obtenía en los seminarios (que los protestantes empezaron a establecer poco después de que los católicos lo inventaran) igualaba precisamente al currículo usado en las universidades que surgieron por primera vez durante la edad media. La teología era el plan de estudios común de las primeras universidades. (Por cierto, la teología es la hija de la filosofía griega y encuentra sus más claros orígenes durante la época de Constantino.) Más tarde, en el Concilio de Trento, se consideró sabio separar el entrenamiento del clero de las universidades, pero todavía seguía siendo un currículo establecido según el modelo aristotélico y platónico.

La Escuela Bíblica

A finales de la década del 1800 un hombre llamado D.L.Moody pensó que no era necesario que un cristiano tuviera que pasar por la universidad antes de entrar al seminario. Así que inventó la primera Escuela Bíblica, que se localizó en Chicago. (Esto permitió que hombres y mujeres jóvenes pasaran directamente del instituto a la preparación teológica.) De todas formas el currículo de la Escuela Bíblica coincide básicamente con el currículo católico-protestante que surgió a raíz de las asignaturas que se estudiaban en la academia de Aristóteles, tiempo atrás en la Alta Edad Media entre el 1100 y el 1550 a.d.

La Escuela Dominical

Nuestro propio país está abarrotado de locales para las Escuelas Dominicales. ¡Cuestan una burrada de dinero! ¡Las tropecientas habitaciones de estos edificios solo se usan dos horas por semana y se quedan vacías durante las otras 166 horas de la semana! Son las estancias que menos se utilizan jamás construidas por la raza humana (superan incluso a los locales de las iglesias en desuso.) A fines de la década del 1800 D.L.Moody llevó la Escuela Dominical de América a Inglaterra. Eso ocurrió más de 1700 años después de que se sellara el Nuevo Testamento. Sin embargo, de algún modo nos las apañamos hoy en día para encontrar la Escuela Dominical en cada página del Nuevo Testamento.

Por cierto, pregunta a cualquier niño si verdaderamente le gusta ir a la Escuela Dominical... o ir a la iglesia.

Las organizaciones altruistas inter-denominacionales, las organizaciones no denominacionales filántropas exentas de impuestos.

¿Cuándo y dónde empezaron?

John R.Mott y D.L.Moody fundaron las dos primeras organizaciones importantes de "iglesias altruistas": La YMCA (Asociación de Jóvenes cristianos) y el SVM (Movimiento Voluntario Estudiantil.) Hoy en día hay miles de estas organizaciones "filántropas".

A decir verdad, la mayor parte de estas organizaciones surgen con el fin de dar esquinazo a la "iglesia". Están ahí para rellenar los agujeros. Están ahí ante el mal hacer de la iglesia actual. Hoy en día existen más iglesias "altruistas" y "liberales", con más personal (es decir, más ministros y misioneros) –y más dinero líquido– que todas las iglesias evangélicas juntas. No obstante, empezaron hace apenas 150 años.

Lo más interesante de todo es que, a partir del momento en que estas organizaciones se empezaron a ver con buenos ojos (más o menos en 1950), de repente, como quien no quiere la cosa, se las descubrió en el Nuevo Testamento.

Esa es la capacidad de nuestra mentalidad protestante y evangélica: encontrar un montón de cosas en el Nuevo Testamento que nunca estuvieron en el Nuevo Testamento hasta que las inventamos, que es precisamente cuando las vimos en el Nuevo Testamento. ¿Algún candidato para ceñirse al Nuevo Testamento?

AHORA LLEGAMOS A UNA DE LAS
PEORES Y MÁS GORDAS

El Ritual protestante del domingo por la Mañana –es decir– "el orden de adoración" del domingo.

Cuando vayas "a la iglesia" el domingo que viene, fíjate en el orden de alabanza. Seguirá este patrón (no importa cuál sea tu denominación): dos canciones, una oración, dos canciones más, la ofrenda, y una oración. (Puede que una música especial del coro o un "solo".) Después el sermón. (Recuerda que ese sermón es básicamente un discurso grecorromano.) Por último, una bendición.

¿De dónde proviene este ritual? ¿Nos lo dio Pablo? ¿Pedro? ¿Lo puedes encontrar en algún lugar del Nuevo Testamento? (Intenta compararlo con 1 Corintios 15.)

Mientras sales del local, piensa en esto: más o menos 500.000.000 protestantes vivirán el mismo ritual. ¡Cada semana! A lo largo y ancho del planeta. Para siempre. La semana que viene en las junglas de Borneo, las junglas de África, las junglas de Sudamérica. Los esquimales. Los árabes. Los japoneses. Los mongoles. ¡Todos seguirán el mismo "orden de adoración"!


todos estarán aburridos.

Misioneros de Gran Bretaña y América han impuesto este ritual a todos los protestantes que residen hoy en día en este planeta. Se nos ha impuesto a unos 500.000.000 este abominable ritual. A ver si con un poco de suerte les sale la varicela a estos amigotes. ¡Pero tenéis vuestro merecido! ¡Vosotros mismos tuvisteis que vivir este ritual!



¿Nos atrevemos a justificarlo bíblicamente?


Básicamente, el cristianismo, hoy, es un ritual. Este ritual es lo único por lo que nos conocen los incrédulos del planeta entero.

Hemos llegado a un punto donde este ritual literalmente ha "evangelizado al mundo." ¡Es la única forma en la que se reúnen los protestantes! Cualquier otra forma de reunión, cualquier otra manera de reunión o asamblea... en otro lugar que no sea un edificio... simplemente no cabe en mente humana. Sería un acto de herejía asistir a una reunión en la que el guía no sea un ministro, o no sea dirigida en absoluto, sin seguir ningún orden.

No obstante este ritual universal del domingo que todos tenemos que aguantar no dispone de una sola tira de papel del Nuevo Testamento donde poder justificarse. De hecho, este ritual se esfuma ante las costumbres del primer siglo. Así mismo, este ritual tan superficial es la más grande piedra de tropiezo para la vitalidad y la variedad. De hecho nos está matando. Durante quinientos años, en cada generación, este ritual protestante ha estado desplazando como una cuña la vida de la fe cristiana. ¿Quién es responsable de estrangular la fe cristiana con este "servicio del domingo?"

¿Lo inventaron por un casual en el siglo segundo? ¡No!

¿A quién se le ocurrió crear estos momentos de inclemente aburrimiento? ¡Lo hizo Juan!

Juan Calvino. Ronda el año 1540. Génova, Suiza. Echa cuentas. Casi 1400 años después del primer siglo. Y nunca nos recuperaremos de su invento. Este ritual prevalecerá en los edificios cristianos –el domingo– a las 11 a.m. hasta el fin de esta creación. Miles de libros profundos sobre "liturgia" han demostrado más allá de toda duda que este ritual, inventado hacia el 1540, es la forma en que los cristianos del primer siglo se reunían y adoraban.

¡Una llamada a la revolución!

Si esto no basta para acercarte por poco que sea a nuevas esferas, inténtalo con la próxima porque puede que sea el desastre más serio de todos.

3

El peor de los desastres

Si tú mismo, por tu propia cuenta, cambias la práctica que vamos a ver en este capítulo, té meterás de lleno en una revolución personal y estremecedora.

En tu Nuevo Testamento, ¿por qué están ordenadas las cartas de Pablo en el orden en que están?

Si cambiamos esto, si cambias esto, te verás envuelto en una revolución espiritual y en una revolución de la práctica.

¿Podría ser eso verdaderamente importante? Sí, el futuro de la cristiandad pende del hilo de esta tradición. Necesitamos desesperadamente un Nuevo Testamento con las cartas de Pablo puestas en el orden que las escribió.

La primera carta que Pablo escribió no fue Romanos. La cuarta carta que Pablo escribió aparece en tu Nuevo Testamento como la primera. Todas sus cartas están descolocadas de su orden cronológico. ¡Si esto sigue así per sécula seculórum, seremos incapaces de entender el Nuevo Testamento por siempre jamás!

Repetimos. Una de las razones fundamentales por las que estamos en el desastre en el que estamos es por la forma en que nos hemos acercado al Nuevo Testamento. El aprender el Nuevo Testamento de la forma en que aprendemos el Nuevo Testamento es lo que siempre nos impide aprender el Nuevo Testamento.

Imagínate esto:

Tenemos aquí una enciclopedia de nueve volúmenes de matemáticas. Pero los libros nunca se leen en orden. Imagina que hacemos lo mismo con una enciclopedia de nueve volúmenes de electricidad, de física, de astronomía, etc. Todos los conjuntos de nueve volúmenes tienen el mismo problema. ¡Ninguno de los libros está en su lógica secuencia! Trata asimismo de imaginarte que todo el mundo estudia estos libros en este orden patas arriba.

¿Aprenderías alguna vez las matemáticas así? Inténtalo. He aquí a lo que te estás enfrentando. ¡Primero tienes que leerte el Volumen Seis! Después el Volumen Cuatro, después el Volumen Cinco, y entonces – por último – el Volumen Uno. Tras ese, el Volumen Nueve, después el... etc.

¿Entenderías alguna vez las matemáticas? ¿O la electricidad, o la Escritura?

Bueno, pues esta es la desordenada secuencia en que están dispuestas en este momento las cartas de Pablo... 6, 4, 5, 1, etc. ¡en cada Nuevo Testamento, en cada versión, en cada idioma de este planeta!

Romanos, la sexta. I de Corintios, la cuarta. II de Corintios, la quinta. Gálatas, la primera, etc.

"Predicaremos por medio del Nuevo Testamento." "Estudiaremos el Nuevo Testamento." Lo hacemos pensando que vamos a aprender el Nuevo Testamento. Pero el caos nos da la mano por el camino cuando llegamos a las cartas que Pablo escribió a las iglesias.


"Nuestra Escuela Bíblica enseña todos los libros del Nuevo Testamento." Estupendo. Pero incluso en los seminarios más versados de la tierra, las cartas que Pablo escribió a las iglesias se enseñan en este caótico orden: Seis, cuatro, cinco, uno, diez, ocho, siete, dos, tres.

¡Intenta aprenderte una enciclopedia de matemáticas de nueve volúmenes ordenados 6, 4, 5, 1, 10, 8, 7, 2, 3!

Nadie puede saber lo que dicen estos nueve libros hasta que se lean en una secuencia cronológica.

Hace tiempo que abandonamos la idea de ver la trama del primer siglo. Hace tiempo que abandonamos la idea de ver las cartas de Pablo en su disposición original en su conjunto. Una disposición desmenuzada, sí. Pero un contexto total – es decir, contemplar la disposición al completo– ¡nunca!

La historia –la trama– no se enseña, ni se conoce. Ni los seglares, ni los escolásticos.

Las consecuencias:

¡Durante 500 años el Protestantismo ha tenido un campo de cultivo en los versículos! Es decir... en las frases. Frases numeradas. Nadie ha tenido que tratar con las restricciones de la estoica trama. ¡Por el contrario, hemos hecho verdaderos estragos con estos versículos tan danzarines! Podemos demostrar cualquier cosa con frases numeradas. Pero no podríamos hacer eso si conociéramos la historia. El contexto total se desconoce. La exposición cronológica se desconoce. El estudio bíblico del Nuevo Testamento a lo largo de una línea temporal se desconoce. El relato se desconoce profundamente. No obstante, si has de conocer primero la historia es tu deber abandonar las prácticas actuales del Protestantismo. O bien eso, o bien vivir lo que queda de tu vida cristiana sabiendo que vives ajeno a la práctica de la iglesia, conforme al modelo del primer siglo. Estas prácticas nuestras de hoy en día no pueden justificar de modo alguno su existencia en la trama. La trama en su totalidad deja nuestros actuales métodos proestantes sin un sólo punto de apoyo.

La primera epístola de Pablo fue Gálatas. Su segunda carta fue para la iglesia de Tesalónica. Ocurrieron muchas cosas antes de que se escribiera la carta a los Gálatas cuyo resultado fue que se escribiera la carta a los Gálatas. ¿Conoces esa parte de la historia? Transcurrieron más o menos nueve meses entre la fecha en que Pablo escribiera a los Gálatas y escribiera Primera de Tesalonicenses. Pasaron muchas cosas entre medias de aquellas dos cartas. ¿Sabes lo que ocurrió durante esos nueve meses? ¿Conoces esa parte de la historia? ¿Lo sabe alguien? ¿Se preocupa alguien? Es hora de que nos preocupemos de aprender y de conocer. Necesitamos desesperadamente conocer la trama. Toda la trama, de principio a fin.

Transcurrieron más o menos tres meses desde la escritura de I de Tesalonicenses y II de Tesalonicenses. Ocurrieron muchísimas cosas. ¿Sabe alguien la historia de lo que ocurrió entre esas dos cartas? ¿Lo sabes tú? La siguiente carta que Pablo escribió fue a Corinto. Pero hay nueve años entre II de Tesalonicenses y la primera carta a Corinto. Nueve años. ¿Sabes lo que ocurrió durante aquellos nueve años? ¿Conoce alguien esa porción del relato?

El hecho de que nunca haya aparecido ningún Nuevo Testamento en inglés con esas cartas de Pablo en su debido orden es prueba de que estamos ciegos a la historia y ciegos al poder de esa historia.

Ese relato nos abraza a la realidad. Nunca se nos había ocurrido aprender el Nuevo Testamento en términos cronológicos o aprenderlos por medio de la "madre historia". Tan fascinados estamos con las frases numeradas, a las cuales damos el nombre de versículos, que nunca nos dimos cuenta de que hay una trama.

El relato nos da el significado –y los límites– de esos versículos. Quita el escudo de protección que procura el conocer la trama y nunca nadie se sabrá el Nuevo Testamento. Quita la protección que da la trama –la trama entera– y podrás probar cualquier idea que se te antoje y cualquier teoría que quieras. ¡La historia pone un límite a los muchos castillos en el aire que podemos construir con todos esos versículos!

Aprende ese relato. Aprender esa trama nos humillará a todos.

Aprende la historia en su totalidad, y entonces considera esto: llévate estas prácticas protestantes nuestras y toda la forma de pensar protestante se hundirá. ¡La propia mentalidad se desmorona!

Transcurren varios meses entre I de Corintios y II de Corintios. Meses sobrecogedores. ¿Qué ocurrió? ¿Te sabes la historia? El siguiente libro es Romanos, el número seis, no el número uno, escrito poco después de II de Corintios. Pero transcurrieron cinco años entre la época en que Pablo escribió Romanos y su carta siguiente, la carta a los Colosenses. ¿Sabes qué ocurrió durante esos cinco años? Todos deberíamos saberlo. No habremos de tener verdadero estudio bíblico hasta que conozcamos toda la historia, hasta que conozcamos todos los sucesos que tuvieron lugar entre todas esas cartas. ¿Cuál es esa trama en su conjunto? ¿Lo sabes? ¿Lo sabe alguien? ¿Qué libro se escribió tras Colosenses? ¿Dónde? ¿Lo sabes?

¿Aciertas a vislumbrar la locura que resulta de esta desquiciada dejadez?

Durante 500 años nunca hemos enseñado la trama –y muy dramática trama– en su totalidad... toda ella... desde un extremo al otro. Como resultado, hoy, con todas nuestras alardeantes escuelas e interminable lista de libros... ni siquiera los profesores de los seminarios con varios doctorados pueden contarte la historia. No se sabe. Los maestros de la Biblia no conocen la historia. Los maestros de la Escuela Dominical no conocen la historia. ¡Y seguro que los pastores tampoco! Los resultados: un campo de cultivo para cada idea inimaginable que la mente del hombre podría soñar. Las frases numeradas con las que puedes juguetear te dejan hacer cualquier cosa. Conocer ese relato tan bien trazado pone freno a tal demencia.

Hasta que no conozcamos el relato no podemos conocer la Escritura.

Bastante desquiciante, ¿no?

Si no se te hubiera llamado la atención con todo esto, seguramente jamás no habrías considerado tales pensamientos. ¿Por qué no hemos considerado algo tan simple como leer la Escritura de la forma en que fue escrita cronológicamente, incluyendo los hechos históricos para rellenar los huecos de la trama? Lee las Escrituras de esta nueva forma y mira a ver si no descubres una nueva Biblia. Y aun así, puede que nunca debieras haber leído esa historia. ¡Podría ser perjudicial para tu salud y para las prácticas cristianas de la actualidad!

Con la ausencia de ese relato hemos desplazado toda nuestra mentalidad de "aprender la Biblia" hacia el territorio del eterno coser de versículos salteados y llamarle a eso "estudio bíblico." Incluso nos atrevemos a llamarlo erudición. Ajenos a la trama, aquello que llamamos teología es tanto peligroso –y si sigues el pensamiento– como poco bíblico. Los versículos no ayudan mucho a la sensatez bíblica. Nos hemos limitado a leer nuestra matemática, nuestra "astrofísica", nuestro Nuevo Testamento en un caos...

Tenemos trece cartas de Pablo, nueve de ellas dirigidas a las iglesias, puestas en este caótico orden tan poco cronológico: 6 – 4 – 5 – 1– 10 – 8 – 7 – 2 – 3 – 13 –14 – 15 – 9.

¡¡Así que creías que te sabías el Nuevo Testamento!! Ninguno de nosotros conoce el Nuevo Testamento. Ninguno de nosotros lo conseguirá a menos que conozcamos y apreciemos (1) la historia (2) la cronología.

Entérate del orden de estas cartas. Entérate de la trama que ocurrió de por medio. Luego mantén una conciencia limpia. Hazlo, y te moverás a un lugar que está más allá de lo radical.

Puedes memorizar todo el Nuevo Testamento (en griego) ¡y aun no tener ni idea de lo que el Nuevo testamento está diciendo! No en su desbarajuste actual tan poco histórico y cronológico. La mentalidad con la que nos acercamos al Nuevo Testamento, este modo de pensar que hace las paces con el caótico orden de la Escritura, nos deja impotentes para poder ver el marco del primer siglo. Versículos, enseñanzas, doctrinas, ideales, esquemas –y sobre todo, la apología de nuestro punto de vista– pueblan la historia; y podemos decir, "esto vino de la Palabra de Dios" a pesar de lo descerebrada que sea la idea que surja de uno.

Conocer el relato hace entrar en vereda a semejante mentalidad.

Para ilustrarlo:

Muchos hombres se han paseado por el Nuevo Testamento y han decidido lo que Dios quiere "basado en una clara enseñanza bíblica". Digamos que lo que Dios quiere que hagan unas personas es mudarse al desierto y, alejados del mundo, vivir vidas justas, respirar aire puro, sembrar hortalizas, llevar ropas de tiempos pasados y permanecer lejos del mundo. (El "síndrome del zumo de zanahoria orgánico" mezclado con el "síndrome Esenio".) Un hombre puede justificar cada una de esas ideas de bombero con "la pura palabra de Dios".

¡Pero! Si ese hombre y sus oyentes conocieran la historia –toda la historia– no le quedaría ni una lechuga a la que aferrarse, y sus oyentes enfilarían hacia la puerta. La trama no permite tales fantasías.

¿Hasta que punto necesitamos conocer la historia? ¿Toda la historia? Considera esto:

Los cristianos han luchado y se han estado masacrado durante siglos... con los versículos... sin conocer la trama.

Los espera toda una revolución en cuanto al entendimiento de la Escritura si nos atrevemos a aprender la trama.

Ahora bien, aquí está la pregunta de las preguntas. ¿Cómo es que los libros del Nuevo Testamento acabaron patas arriba?

¿Quién nos maldijo con el presente orden de los libros del Nuevo Testamento? (Nunca aprendió la historia de lo sucedido. Nunca supo lo que sucedió en el lapso de tiempo que transcurrió entre todas esas cartas que Pablo escribió.)

Pues bien, el sujeto que empezó con este caótico desorden fue el hombre que estuvo al cargo de la primerísima Biblia protestante. Desde aquel entonces todas las versiones han seguido este patrón. Todos los Nuevos Testamentos comienzan las cartas de Pablo con su epístola a los Romanos.

Fue un monje agustino que enseñaba teología dogmática en una ciudad llamada Wittenburg, localizada al este de Alemania. Enseñaba en la universidad local. (El invento de los seminarios estaba todavía a 25 años vista.) Enseñaba las epístolas de Pablo... desde el punto de vista doctrinal. Sólo doctrina. Este hombre sintió que había más doctrina en Romanos que en cualquier otra epístola de Pablo, así que puso Romanos primero. (Este hombre es el que dio alas a nuestra mentalidad protestante. Date cuanta que él estaba interesado en la doctrina, en las enseñanzas, en ensartar versículos, etc. Era una forma de pensar doctrinal ajena a un interés, o necesidad, de conocer la trama.)

Después decidió que I de Corintios era la siguiente en importancia doctrinal, etc. Se le ocurrió que Filemón no tenía doctrina, así que lo relegó al final de las trece cartas de Pablo.

¿No ves lo que nos hizo este hombre? Recuerda, ¡él es el padre de la mentalidad protestante!

Nadie ha puesto nunca en duda los arreglos que hizo al encargarse de la producción del primer Nuevo Testamento protestante. Nos acercamos a los escritos de Pablo de la misma forma en que este hombre lo hizo, para extraer doctrina, para crear doctrina, para probar doctrina, para probar un error doctrinal, y para deslizar a otros cristianos hacia nuestro propio mundo doctrinal.

La trama aún permanece en la oscuridad.

Nadie se ha levantado y ha dicho, "¡primero el relato!" Nos acercamos al Nuevo Testamento como a un libro de normas, o como a un saco lleno de piezas de puzzle para ser estudiadas, organizadas y luego reunidas otra vez, dispuestas en diferentes categorías, y después, ¡puf! Tienes las enseñanzas que te cuentan cómo es Dios.

¡¿Y le llamamos a esto estudio de la Biblia?! ¿Le llamamos a esto "conocer la Palabra de Dios"?[1]

Necesitamos una revolución en el estudio de la Biblia que empieza por llegar a ver primero en su totalidad la historia de la iglesia del primer siglo, de principio a fin. (No acabaremos con una montaña de enseñanzas.) Seremos humillados. Gran parte de nuestros ídolos caerán. Cambiaremos, o sabremos que vivimos en un mundo basado, no en la Biblia, sino en un mundo construido sobre nuestras ideas... ¡qué oportunamente encontramos en los versículos!

(Una pizquita más: ningún hombre ha intentado jamás justificar al pastor de hoy en día por medio de la trama. El pastor sólo existe si amontonas unos versículos extraídos de toda la Biblia. ¿Por qué no usar el relato? Porque el ejercicio actual del pastor nunca aparece en la trama. Los versículos desgajados, sacados fuera de contexto y luego entrelazados y explicados por medio de interpretaciones, son nuestra única prueba para justificar la existencia de la práctica actual del role pastoral.

Nadie parece conocer la trama, pero si alguna vez la llegamos a ver, la trama nunca se puede subordinar a un montón de versículos desperdigados. ¡Los versículos deben rendirse a la historia! Los versículos sueltos, categorizados y sistematizados deben dar lugar, primero, al relato.

Aprendamos la trama. Toda ella. De principio a fin, y en orden cronológico.

Confío en que puedas ver la posibilidad, aunque sea remota, de encontrar un pequeño espacio en el cuál se pueda considerar empezar de nuevo, de una forma completamente nueva.

Pero mientras lo buscas, debes ver también algunas prácticas enterradas en lo profundo, de las cuáles la mayoría de nosotros apenas estamos al tanto. Por ejemplo...

4

Una profunda dependencia,
a veces psicológica, en el clero

¿Una profunda dependencia en el clero? Es algo que radica en el subconsciente y que es muy real, muy poderoso y que nos afecta inmensamente. ¿Hasta dónde llega? ¿Hasta qué punto es real? ¿Hasta qué punto nos agarra y nos limita? ¿Hasta que punto está actuando en detrimento del reino de Dios? ¿Estarán inconscientemente los hombres del clero involucrados en la obra desde el punto de vista de ver al clero en el centro, en vez de dar esa prioridad a los santos?

Ven conmigo y reúnete para dar una clase de estudio bíblico en algún salón. Se trata de gente normal. Ningún ministro ha estado nunca presente. (Todos los presentes en la habitación son laicos. Todo el mundo se gana la vida y ninguno es un ministro profesional. Y te lo estás pasando bomba, mucha libertad, gozo y paz.)

Esta noche, por primera vez, llega un pastor y hace una visita a la asamblea. ¿Cambia la química de esa asamblea con su presencia? Sí. Actuarás de un modo diferente en la presencia de un ministro. De una manera u otra, serás afectado por la presencia del ministro.

Una pequeña ilustración. Desplacémonos a otra ilustración que es mucho más gráfica.

Tengamos en cuenta al movimiento de iglesias en casas. El movimiento de iglesia en casas es, en términos generales, de lo más radical que puede encontrase en estos días.

El hombre que ves allí dirigiendo esta reunión en particular en este tipo de iglesia ha empezado un total de 10 iglesias en casas. Está al mando. Su gente le ama. Pero ven con él para tomar el desayuno una mañana cualquiera en una cafetería. Escucha sus palabras. Te contará lo que Dios le mostró, de cómo empezó, de las cosas que Dios le enseñó por el camino, de los problemas que enfrentó, de las soluciones que Dios le dio. Puede que esté hablando por horas y horas y que nunca te mencione a ti. Sí, a ti, el laico. En su corazón, en su mente, en la mismísima estructura molecular de su ser, él es el centro de su obra. A decir verdad, la gente de esas iglesias no son el centro.

Su batalla no es para con la gente llana, para que emerjan libres de toda necesidad de él. Consciente o inconscientemente su batalla consiste en que estas iglesias en casas sigan adelante con la intención de mantenerle como su líder.

Acude también a alguna organización "no denominacional", o a un misionero en la iglesia que levantó en algún país extranjero, o también, por supuesto, a una iglesia tradicional. Puede que la frase que mejor revele esta enfermedad sea "debemos devolver al laicado una mayor responsabilidad en la iglesia." Esa frase parece esperanzadora, ¿no? Pues bien, mientras se nos venga a la mente esa frase no hay esperanza alguna de revolución en la cristiandad.

Advierte las palabras, "debemos permitir que el laicado", "debemos dar al laicado." ¿No te das cuenta de que todavía hay alguien al cargo, dando y tomando? No es que toda la gente llana esté al cargo de todas las cosas. No; hay un líder en particular, dando permisos. Para que el laicado esté al mando (sin "permisos") se necesita empezar de nuevo desde cero. Es la única manera.

Si te atreves a empezar de nuevo debe de ser de forma tal que, desde un principio, se entienda que la dirección y el liderazgo de la iglesia pronto recaerá por completo en las manos de los hermanos y hermanas locales. En breve... se acerca el día en el que no hay clero a la vista. Ni, por tanto, ancianos. Ni diáconos. Así pues, ni un solo hermano local dirigiendo.

Si tenéis a alguien en el grupo que sea un líder; si tenéis líderes, si tenéis líderes que se quedan o un individuo que más tarde se convierte en el líder –si disponéis de alguna de estas potencias en acción en la iglesia en su nacimiento y en sus tempranas etapas de desarrollo – no habrá revolución alguna.

No, debemos mudarnos a un lugar que con creces está más allá de tales cosas. Están desgastadas.

Para la mente protestante de hoy en día es casi imposible concebir una iglesia así, una iglesia que es abandonada por el fundador, sin líderes en particular, cuando aquel se marcha.

Muchos te dirán que es un ideal y que es imposible.

Bien, está ocurriendo. Ahora mismo, aquí, sobre la tierra.

Contempla en tu mente por un instante a un grupo de cristianos. Digamos que son veinticinco. Un extranjero les levantó. Sencillamente se largó. No volverá durante uno o dos años. ¿Dónde está el clero? ¿Dónde está el anciano? ¿Dónde está el líder local? No existe tal. Bien, querido lector, esta es una fotografía extraída directamente del siglo primero. ¡Así se supone que tendrían que ser las cosas!

Bueno, ¿qué es lo que estos muchachotes van a hacer? ¿Huir despavoridos? ¿Llamar a un pastor? ¿Elegir ancianos?

Si el fundador ha levantado aquel cuerpo de creyentes en este estilo, que es el que corresponde al primer siglo, sabrán exactamente que hacer. Bueno, ¿qué? ¿Hacerse una tribu?

Casi, casi. No exactamente.

Olvídate por completo de la mentalidad occidental organizativa. Eso es todo lo que hemos conocido. ¿Qué es lo que queda? No mucho. ¡Intenta imaginarte una versión tribal cristiana! (No es en absoluto lo mismo, pero estamos luchando para intentar comprender aquí cuestiones nuevas y radicales.) Es simple, ¿cómo sería la versión cristiana de una tribu? ¡Se llama Ecclesia! Si han sido levantados correctamente por el fundador, se darán media vuelta y se volverán, en este punto, a la ecclesia primitiva. Sí, en este instante pararán todo hasta que empiece a emerger la naturaleza orgánica de la iglesia, y que emerja orgánicamente.

(Intenta explicar esto y alguien saldrá mañana y lo intentará hacer, y al rato regresará y dirá que no se puede hacer. Tienes que verlo y estar dentro. Tienes que experimentarlo. Aún así, no puedes explicarlo.)

No, es inexplicable. Esto sólo se puede experimentar. Primero experimentas la vida de iglesia. Luego te rindes al intentar explicarlo. También agradecerás a Dios que no te fuiste a empezar una versión tan radical de la vida de iglesia sin haberla experimentado primero.

Esto es algo que no puedes hacer sin experimentarlo primero.

¿Qué les ocurre a estas veinticinco personas? Esos santos, privados de su líder exterior y privados de cualquier liderazgo interior, se agarran uno al otro y esperan a que llegue la amada vida. ¡Momento este de gozo, excitación, aventura, descubrimientos y pánico total! Tras un tiempo juntos, hay probabilidad de que la sangre llegue al río. Luego, bajo el Señor, surge la fuerza más radiante, capaz, vital y creativa de esta tierra. Y a través de todo el proceso nunca dependen del clero. Ni ahora, ni nunca.

¿Suena bien? ¿O suena raro? Sobre todo, ¿es esto posible? ¿Tiene alguna base bíblica? ¿Hicieron cosas así en el primer siglo? Sí, y de hecho la iglesia abriéndose así a la realidad describe buena parte de la trama.

¿El laicado dirigiendo la iglesia? El temor, la dependencia, el miedo a los ministros sustituidos por los alzacuellos azules y blancos del pueblo llano y siendo el pueblo llano todo lo que la iglesia es. Una ecclesia "poco-clero" y "todo-pueblo".

¿Cómo puede ser? ¿Qué hicieron para esto ocurriera en el Siglo Uno?

5

Fundación suicida de iglesias

Si eres un laico lo que sigue a continuación puede que sea el capítulo que más altere tu vida de todos los que hayas leído.

CÓMO SE FUNDABAN LAS IGLESIAS

Señores y señoras, he aquí la forma de fundar iglesias del siglo primero. O mejor dicho: un estudio de los caminos suicidas de Dios... al estilo del primer siglo. Ah, por cierto, todo esto se encuentra en la Escritura. Mientras vayas leyendo, mira a ver si te suena familiar.

Para ver cómo fueron levantadas cada una de las iglesias, al estilo del primer siglo, debemos mirar al fundador de iglesias itinerante. Ese hombre existe para fundar una iglesia. ¡Fundar una iglesia en una ciudad y luego largarse! Se marcha de tal manera que deja a la iglesia en manos de toda la iglesia. Abandona por completo a la iglesia para que se hunda o nade. ¿Es esto ciertamente cierto? ¿Sucedió exactamente así? Sería mejor que la pregunta se reformulara: "¿Cómo se nos metería en la cabeza la idea de suponer que sucedió de otra manera?" ¿Hay algo más aparte de esto en la Escritura... en la trama?

La primera escena es esta. Pablo y Bernabé dejan Antioquía y se dirigen a la isla de Chipre. Desde allí se trasladan a las regiones de Galacia.

En la siguiente escena importante, Pablo y Silas dejan Antioquía atrás y se dirigen hacia Grecia para fundar iglesias. En la gran escena final Pablo se dirige a fundar una iglesia en Éfeso.

Estamos a punto de ver algo extremadamente radical, pero ¡es más fácil de que ver que tus propias narices! No obstante, tan cierto como que mañana lloverá en Escocia os apuesto que nadie ha predicado sobre el tema que sigue a continuación. (¡La verdad es que, si lo ha hecho, y ha vivido conforme a lo predicado, seguro que perdió su trabajo!)

Los pasajes a los que estás a punto de mirar sirven para ilustrar como podemos leer el Nuevo Testamento y no ver lo que es obvio.

Así es cómo eran las cosas, en el Siglo Uno.

(Sí, las escenas se desenvuelven cronológicamente.)

En los dos primeros viajes de Pablo ocho iglesias fueron levantadas. Las iglesias se abandonaron en unos cuatro meses con una excepción. En cinco de estos viajes se le expulsó de la ciudad. En dos de ellos se marchó voluntariamente tras una corta estancia. En Corinto permaneció dieciocho meses.[2]


Dos hombres son enviados por el Espíritu Santo para fundar iglesias (no para ganar almas, te advierto, sino para fundar iglesias) entre los gentiles. Estos dos hombres son Pablo y Bernabé. Observa lo que hacen. El enfoque recae sobre la palabra en cursiva.

Los dos hombres dejan Antioquía (de Siria), y van a Chipre.

Hechos 13:4

Pablo y Bernabé se quedan un mes en Chipre y se van. 13:13

Los dos hombres van a una ciudad llamada Antioquía de Pisidia (ciudad donde nunca ha oído nadie el nombre de Jesucristo.) Fundan una iglesia en la ciudad y a los cuatro meses dejan la iglesia de Antioquía de Pisidia, abandonando por completo esta iglesia nueva, joven y frágil. Te recuerdo que a los cuatro meses, ¡se van!

13:14, 50

Seguidamente, Pablo y Bernabé se dirigen a una ciudad llamada Iconio. Ocurre lo mismo. Fundan una iglesia entre los nuevos ex–paganos. Al cabo de unos cinco meses... se marchan.

13:51–14:6

Los dos hombres, habiendo abandonado en Iconio a una iglesia joven, caminan hacia una nueva ciudad llamada Listra y fundan una iglesia allí. Después de estar cuatro meses en Listra, los dos hombres olvidan a esa nueva iglesia, dejando todas las cosas en manos locales, sin que se vea por ninguna parte que se nombre a ningún líder.

14:20

Habiendo dejado Listra, los dos fundadores se dirigen a una pequeña ciudad llamada Derbe. Allí, una vez más, fundan una iglesia. ¡Poco después los dos dejan Derbe!

14:21

(Date cuenta de que todas estas iglesias no encontraron su liderazgo en el clero, sino en las manos de todos los hombres. Pablo y Bernabé y el Espíritu Santo escogen ancianos de entre todos los hombres.)

14:24

Los dos fundadores abandonan el territorio. Abandonan cada una de las cuatro nuevas iglesias. Estas iglesias se encuentran a cientos de kilómetros de las iglesias de Siria. ¡Los dos hombres no sólo se marchan, sino que no regresan a estas frágiles asambleas hasta dos largos años después!

Piensa en ello: en solo dos años se levantaron cuatro iglesias. No más de cuatro o cinco meses de ayuda por iglesia. A renglón seguido, los dos hombres vuelven a casa, a Antioquía, dejando a solas a las iglesias.

14:24, 25, 26

¡Es la única forma de hacerlo! Ojalá tengas tú esta gozosa experiencia.

Esto es Nuevo Testamento.

Y esto no es más que el principio de la locura de fundar iglesias del primer siglo.

Pablo, una vez más, deja Antioquía (de Siria), ahora junto a Silas, para visitar las cuatro iglesias que no ha visto en dos años, y las abandona de nuevo tras permanecer unos pocos días con cada una de ellas. (Se dirige a Grecia para fundar cuatro iglesias más.)

Pablo hace una breve parada en cada asamblea. Pocos días después se ciñen y dejan las cuatro iglesias de Galacia. Incluso se lleva de estas iglesias a la persona que muestra mayores signos de destacado liderazgo.

15:40–16:6

Seguidamente Pablo hace una breve visita a la iglesia de Troas y la deja.

16:8

Pablo llega a una ciudad llamada Filipo (en Grecia.) Levanta una iglesia en Filipo. Después de unos cuantos días acalorados, ¡se marcha!

16:40

Pablo va a Tesalónica, funda una iglesia allí y muy pronto (no más de tres meses) deja la iglesia de Tesalónica.

17:1, 17:10

Pablo llega a Berea, funda una iglesia allí y a continuación abandona Berea.

17:10, 17:14
Pablo se dirige a Corinto, y levanta allí una iglesia. El Señor tiene que decir a Pablo que no se vaya. Pablo se queda durante dieciocho meses y después deja Corinto.

17:18


Pablo se marcha de cada una de estas nuevas cuatro iglesias griegas. Filipo, Tesalónica, Berea, Corinto. ¡Las deja y se marcha a casa durante otros dos años! (Aunque parezca mentira, abandona a ocho iglesias en total. Aquellas primeras cuatro iglesias que levantó en Galacia tampoco obtienen más ayuda de él. Tan sólo una corta visita al principio de este segundo viaje. Eso es todo lo que obtienen de él las cuatro iglesias de Galacia.)

18:21

Echa cuentas. En seis años, en aquellas primeras cuatro iglesias -en seis años- cada una ha obtenido unos cinco meses de ayuda.

Ahora obsérvale dejar Antioquía atrás para salir en una tercera expedición para fundar iglesias. Después de estar en Antioquía (de Siria) por un tiempo, Pablo se dirige hacia Galacia, haciendo otra rápida visita a las cuatro iglesias de allí. (Cuenta las veces que cada una de estas cuatro iglesias de Galacia ha tenido a Pablo, su fundador, presente: (1) cuatro meses. (2) Una semana. (3) Otra semana, y ahora uno o dos días. Echa cuentas. Salen unos cinco meses de ayuda en ocho años. Tras aquel breve saludo, ¡Pablo deja Galacia!

18:23

¿Puede algún ministro de esta tierra reivindicar algo así? ¡¡Menos de seis meses de ministerio "profesional" por iglesia en un periodo de ocho años!! Ay, Pablo, ojalá se incremente tu tribu. Querido Dios, ojalá nos devuelvas la ecclesia que encuentra su dirección en nadie más que en los hermanos y hermanas de la iglesia. (Ver el próximo capítulo.)

Un fundador de iglesias funda. El resto se deja a los santos locales. Es raro que el fundador regrese a una iglesia. Se necesita al fundador. También se necesita la guía de los hermanos locales cuando él no está. Ambos ingredientes se necesitan. ¡Ambos, no uno! Ni uno, ni otro, sino ambos.

Esta desquiciada forma de levantar iglesias continúa. ¡Es la trama en sí!

Pablo deja Galacia y llega a Éfeso para fundar una iglesia. Se queda en Éfeso durante dos años. Seguidamente se dirige a la periferia de Éfeso fundando iglesias. Tiene a ocho hombres consigo a los cuales está enseñando. Allí, en las pequeñas ciudades circundantes a Éfeso, los ocho hombres le observan fundar iglesias.

19:1

Pablo deja Éfeso y toda la provincia de Asia Menor, pone rumbo a Antioquía y Jerusalén. Visita brevemente otras iglesias en su camino de regreso a Antioquía. ¡La mayoría de estas diez o doce iglesias nunca más verán su rostro!

19:21, 20:1–2

En su camino de regreso a Jerusalén se detiene en Corinto durante tres meses.

20:3

Haz las cuentas. Aquí está el Total:

Durante once años de fundar iglesias Pablo ha realizado unas veinticinco salidas. Ha salido veinticinco veces de las nueve[3] iglesias que levantó. Once años. (El ministro moderno presume de cuántos años se ha quedado en un lugar. La presunción de Pablo residía en lo poco que se quedaba.)

Puede que quieras leer estas otras referencias de la marcha de Pablo de las iglesias. (I Cor. 6:3, 6, 7 ; II Cor. 14:20)

El tiempo total de ministerio desde el día en que él y Bernabé salieron de Antioquía hasta que fue arrestado y encarcelado en Jerusalén fue de unos once años. ¡El tiempo total de todo el ministerio de Pablo como fundador de iglesias fue de unos quince años!

Pablo estuvo en el ministerio activo como fundador de iglesias durante aproximadamente 15 años. Si tú y yo regresamos a esta forma de ecclesia, en verdad será una iglesia laica. Esa forma de fundar iglesias, esa forma de ser abandonados, esa forma de que la gente local sea responsable de todo –y exentos de clero mientras lo hacen– ¡eso está más allá de lo radical!

Has visto al único ingrediente revolucionario que existía en el primer siglo. El de un fundador llegando a una ciudad, fundando una iglesia, quedándose un corto espacio de tiempo, y dejando la iglesia para valerse por sí misma durante un largo periodo.

Esto, querido lector, está más allá de las cosas más radicales que ocurren en nuestro día. Esperemos que veamos una vez más a tales fundadores de iglesias sobre la tierra. Hombres que plantan y se marchan.

Esto nos lleva al otro ingrediente revolucionario. Está, así mismo, más allá de lo radical.

Se necesita: hombres que plantan y se marchan. Hombres y mujeres dispuestos a ser una ecclesia cuando el fundador se va... santos que están dispuestos a ser dejados solos y dispuestos a embarcarse en la mayor aventura de todas: descubrir la ecclesia... ¡por sí mismos!

Este capítulo que sigue puede ser la otra idea que más altere tu vida de cualquier otra a la que hayas sido expuesto.

6

Una palabra que provoca terremotos

Pablo se marchó de cada una de las iglesias que levantó (en aquellos dos primeros viajes de fundación suyos) y les dejó sin líder alguno. Sin líder de ninguna clase.

¿Qué piensas que hizo esta gente? Nadie parece haberse dado cuenta, pero la Escritura del primer siglo nos dice, de forma clara, lo que hicieron.

Lo que estás a punto de leer es un pensamiento nuevo para nosotros. Mil setecientos años han pasado desde que hombres pensaran, actuaran y experimentaran como lo hacían los primeros seguidores de Cristo.

Estas a punto de ver desvelada la forma más radical de la que pueda verse la eclesiología. (Y los versículos se encuentran en orden cronológico. Tan seguro como que mañana no llueve en el Gobi que nadie en sus cabales se ha levantado alguna vez en una iglesia y ha hablado acerca de este tema tan obvio.)

El poder –en la iglesia– de hombres y mujeres desesperados y abandonados es sobrecogedor y precioso.

A pesar de no tener educación, ser analfabetos, y más pobres de lo que nuestra habilidad de imaginar sea capaz, aquellas iglesias sobrevivieron. Sobrevivieron y luego florecieron. Florecieron y a continuación expusieron a una asustada civilización su legado de vida.

Todo lo que vamos a hacer ahora mismo es mirar una palabra. Una palabra terriblemente olvidada. Esa palabra es

hermanos

¿Qué pasa cuando la gente es abandonada por su fundador? Fundadores de iglesias que se marchan, y hermanos y hermanas que de una manera única, valiente, creativa, atrevida... ¡están de acuerdo en quedarse solos!

Les puedes preguntar a alguno de ellos. Es una buena idea, porque tal gente existe.

Luego también está el legado que se nos ha dejado en la Escritura. Mientras miramos a ese impresionante legado, deja que la realidad de la experiencia de la ecclesia del primer siglo se haga realidad delante de tus ojos.

Antes de leer esto, pregúntate a ti mismo, "¿He formado parte alguna vez de una iglesia donde no sólo la palabra hermano sino la acción de los hermanos llenaba la vida de la iglesia?"

¿Has oído hablar alguna vez de una iglesia puesta en las manos, ni de un ministro, ni de los ancianos, ni de un líder local, sino en las manos de una iglesia totalmente centrada en los acontecimientos corporativos de los hombres de la iglesia?

¿Has considerado alguna vez o tan siquiera soñado con una iglesia así?

Primero miramos en Hechos mientras contemplamos a estos sorprendentes hombres que fueron abandonados. Hombres que en tantas ocasiones vieron a su fundador marcharse.

HECHOS

Pedro se levantó frente a 120 personas y comenzó, hermanos...

1:15

Fue de entre los hermanos que siete hombres fueron escogidos.

6:3

Fueron los hermanos de la iglesia (tomando como hermanos una acción corporal), y no líderes de ninguna clase o título, los que lograron sacar a Pablo de la ciudad, y rápido.

9:30

Pedro deja Jope para ir a otra ciudad. Algunos de los hermanos de la iglesia de Jope le acompañaron. (Tu iglesia siempre está haciendo esto, ¿no?)

10:23

Los apóstoles y los hermanos oyeron.

11:1

(Lucas hace esta referencia a una matriz que forma parte hasta tal punto de la vida de la iglesia que no se da cuenta de lo que nos está exponiendo. Lo hace desde su inocente visión de las cosas, ya que, naturalmente, todo el mundo parecía saber que son los apóstoles y los hermanos... no los apóstoles, y los ancianos, y los diáconos, etc.)

Pedro se debate entre ir o no ir a visitar a los Gentiles. Seis hermanos le acompañan (Apóstoles y hermanos, la gente que ocupa el centro del escenario del primer siglo.)

11:12

Los hermanos en Antioquía envían socorro a los hermanos en Jerusalén.

11:29

Pedro acababa de ser liberado de la prisión. "Haced saber esto a Jacobo y a los hermanos."

12:17

Pablo y Bernabé tienen una contienda con algunos creyentes de Jerusalén que han llegado a Antioquía blandiendo un cuchillo de circuncisión. ¿Quién saldó el asunto de qué hacer con el problema? ¿Los ancianos? ¿Los obispos? No. Los hermanos. Sin embargo, aquellos hombres no podrían haber manejado tal asunto a no ser que tiempo antes hubieran guiado y dirigido a la ecclesia de Antioquía. Los hombres de la iglesia de Antioquía estaban unidos por la cadera... desde el principio.

15:2

La iglesia en Jerusalén ya tiene dieciséis años. Ahora tiene ancianos. Ojo, dieciséis años. Aquellos ancianos eran tan solo sencillos hermanos antes de que se convirtieran en ancianos. Y que así siempre sea. Una iglesia que ronda los diez años de antigüedad tiene una edad idónea para tener ancianos, ancianos en la era en que vivimos, donde nadie sabe nada de hermanos sencillos que están totalmente al cargo de la ecclesia antes de que surja ningún don u oficio. (Muy cierto, ya que los hombres de nuestra época sufren de "titulitis aguditis.")

¡Sí!, fueron los hermanos de las iglesias de Antioquía quiénes decidieron enviar a Pablo y Bernabé a Jerusalén para enfrentar a apóstoles y ancianos. Sin embargo, los hermanos también enviaron para acompañarles a otros hermanos de entre ellos.

15:3, 2

Mientras Pablo y Bernabé se dirigían al sur, hacia Jerusalén, se detuvieron en las iglesias de Fenicia y en las de Samaria. Les relatan a las iglesias la conversión de los paganos gentiles. Los hermanos de aquellas iglesias se regocijaron en extremo.

15:3



Toda la iglesia de Jerusalén –aunque tenían ancianos– escogieron a algunos de los hermanos para ir a contar a la iglesia de Antioquía los resultados de la conferencia de Jerusalén. La iglesia de Jerusalén no envió ancianos a la iglesia en Antioquía. Envió hermanos. Dos hombres que eran líderes entre los hermanos, pero sin llevar título alguno, fueron seleccionados por todos los hermanos y hermanas.

15:22



Los apóstoles y los ancianos de Jerusalén enviaron una carta a Antioquía. La carta está firmada por los apóstoles y los líderes, pero es recibida en Antioquía por los hermanos. De hecho, la carta estaba dirigida a hermanos... no a líderes. (Probablemente no hubiera ninguno.)





Sencillamente, ¿qué clase de sorprendente relación tenían entre sí los hombres de Antioquía para que los hombres de Jerusalén enviaran una carta a los hermanos?

15:23

¿A quién se dirigieron Silas y Judas cuando hablaron al llegar a Antioquía? A los hermanos. Era un término que fluía de las bocas y de las plumas por cómo eran las cosas. Los ministros no estaban al cargo; la idea del clero de hoy en día no existía. Tampoco existía el concepto actual de los ancianos.

15:32

Los cristianos de Jerusalén que estaban de visita en Antioquía decidieron que ya era hora de regresar a Jerusalén. Fueron los hermanos de Antioquía quiénes les ayudaron a prepararse para su vuelta al hogar. Hermanos enviaban hermanos.

15:33

(Por supuesto; la iglesia actual siempre está haciendo cosas por el estilo, ¿a qué sí?)

Pablo y Bernabé deciden regresar a Galacia para visitar a las cuatro iglesias que cuatro años atrás habían fundado allí. Al describir sus planes, dicen inocentemente (porque esta era la forma en que eran las cosas): "vayamos a visitar a los hermanos". La mente de Pablo estaba en ir a ver a sus hermanos en Galacia –ni ancianos ni ministros– sólo a sus queridos hermanos allá en Galacia.

15:36

(Tu iglesia, basada en su experiencia diaria, en sus acciones diarias y en su propia matriz, está siempre hablando acerca de "los hermanos haciendo esto o aquello" y de "visitar a los hermanos de las otras iglesias", ¿verdad que sí?)



Estás viendo en esta palabra, hermanos, el vocabulario natural de una iglesia. ¡La simple razón que justifica estas continuas referencias es que todos los hermanos de una iglesia estaban al cargo de la iglesia! Ni un ministro. Ni ancianos.

Pablo y Bernabé riñen. Se separan. Bernabé se va a Chipre.

Los hermanos de la iglesia en Antioquía se reúnen en torno a Pablo y Silas y les ponen en camino. (La iglesia de nuestro día no para de hacer esto, ¿a qué no?)

15:40

¿Puedes ver la fluidez de los hermanos en las iglesias y la responsabilidad que conllevan... diariamente? Hacemos ahora una pausa en el libro de los Hechos en aquel punto donde Pablo escribe su primera epístola.

LAS CARTAS DE PABLO

Es en este punto (Hechos 15:40) donde Pablo, todavía en Antioquía pero preparándose para ir a Galacia, escribe una carta a las cuatro iglesias en Galacia. ¿Por qué? Porque esos judíos navajeros de Jerusalén, a quienes les ponía contentillos la circuncisión, se han desplazado a esas cuatro iglesias allá en Galacia con el propósito de convertir a todos aquellos gentiles en Judíos Mosaicos. ¡Convertir a los ex–paganos conversos de Pablo en judíos! Como consecuencia, las cuatro iglesias se encuentran en una crisis. Una crisis peor de la que nunca has estado. Pero mientras Pablo levanta su pluma para escribir a estas cuatro iglesias, ¿hace siquiera una referencia a los ancianos? ¿O a los ministros profesionales?

GÁLATAS

Pablo abre su carta a las cuatro iglesias gentiles diciéndoles que todos los hermanos de Antioquía envían sus saludos. A continuación, Pablo implora, ruega y suplica a los hermanos en siete ocasiones a lo largo de su carta. Ni en una ocasión se refiere a los líderes... solo a los hermanos. Son los hermanos hacia los que se dirigen los fundadores cuando la iglesia está en una crisis que proviene del exterior.

Eran los hermanos dirigiendo a cada una de aquellas cuatro iglesias en Galacia. Nadie más.

Amigos, esto es eclesiología revolucionaria.

Pablo llega a Galacia. En cada ciudad se sienta junto a los hermanos de las iglesias. En la iglesia de Listra y en la iglesia de Derbe los hermanos de allí le cuentan a Pablo acerca del sorprendente joven Timoteo.

Hechos 16:2


En Filipo, Pablo y Silas son azotados y metidos en prisión. No han estado más de uno o tres meses en esa ciudad. Pero el amor fraternal ha echado raíces allí entre los hermanos de la ecclesia. Los dos fundadores de iglesias parten de Filipo quedándose la iglesia exenta de todo liderazgo excepto el de los hermanos de la iglesia.

Hechos 16:40

Una chusma no pudo encontrar a Pablo, por lo que azotan a algunos de los hermanos de la ecclesia.

Hechos 17:6

La iglesia de Tesalónica tiene tres meses de edad. La iglesia se encuentra bajo persecución por parte de la gente de la ciudad y el gobierno. La vida de Pablo está en peligro. Y para colmo, los cristianos tesalonicenses están a punto de ser totalmente abandonados, sin líder. Han conocido al Señor durante sólo tres meses. A pesar de todo, los hombres de la iglesia se han hecho hermanos los unos con los otros. (¡Eso, querido lector, es algo muy fuerte!) Estos hermanos ya están a cargo de las cosas. ¡En medio de esta crisis hay hermanos! Los hermanos rodearon juntos a Pablo, decidieron esperar hasta la noche y en ese momento sacar en sigilo a Pablo fuera de la ciudad.

¡Un acercamiento a la "tribu" cristiana ya ha nacido en Tesalónica! Y todo en tres meses. Una iglesia de tres meses en tierra pagana, bajo persecución, está en las manos del liderazgo local, lo cuál es sencillamente todos los hombres de la iglesia.

(Vuestra iglesia lo puede hacer, ¿verdad? Y los hombres en la iglesia están al cargo, ¿a qué sí?)

Hechos 17:10

Para cuando llegas a Hechos 18:5 te encuentras con que Pablo se ha puesto en camino hacia Corinto. Mientras está allí recibe una carta de los cristianos de Tesalónica. Pablo responde. En su carta, Pablo se dirige a los hermanos en catorce ocasiones.

Alguien en la iglesia de Tesalónica mal interpreta la carta de Pablo. Se impone el caos. La iglesia en Tesalónica se encuentra en una nueva crisis. Esta crisis es interna. Pablo escribe una segunda carta a la iglesia, incluyendo una frase en la cual ruega encarecidamente que cada hermano en la iglesia oiga esta carta leída.

TESALONICENSES

No hay ninguna referencia en toda la carta al clero o a los ancianos, aunque la iglesia está inmersa en un magnífico enredo. En esta segunda carta, a esta joven iglesia que galopa en una crisis, Pablo se dirige a los hermanos de la iglesia en seis ocasiones. En ninguna al clero, o los ancianos.


Cuando Pablo partió de Corinto había estado allí durante dieciocho meses, que podrían haber sido más que suficientes para escoger ancianos. Pero no lo hizo. Cuando dejó la iglesia de Corinto los hermanos de Corinto, unidos entre sí como una soldadura, estaban al cargo.

Hechos 18:18

Los hermanos de una iglesia escribieron una carta a los hermanos de otra iglesia.

(Tú perteneces a una iglesia donde los hermanos de la iglesia –no los pastores ni los ancianos– son los que deciden escribir cartas a otras iglesias, y después las componen y luego las envían... ¿verdad que sí?)

Hechos 18:27

Transcurrieron al menos seis años antes de que Pablo escribiera otra carta. La siguiente carta que escribe es para la iglesia de Corinto. La iglesia de Corinto tiene cerca de ocho años, y la iglesia está en una crisis muy seria. Esta crisis provocó dos cartas a los

CORINTIOS

Pablo escribe dos cartas a la iglesia en Corinto. Recuerda, esta es la peor de las crisis internas recogidas en el Nuevo Testamento. (Ver Hechos 19) Pablo escribió estas dos cartas a Corinto mientras residía en Éfeso.

En su primera carta a Corinto, Pablo se dirige, aconseja, exhorta e implora a los hermanos de la iglesia en 24 ocasiones.

Incluso una lectura con lupa de estos pasajes no deja dudas de quién está al cargo local. No son los hombres del clero, ni los ancianos... sino más bien son todos los hombres de la iglesia.

En la segunda carta de Pablo a Corinto, se dirige a los hermanos locales de la iglesia cuatro veces más. Pero sorprendentemente hace mención de hermanos de otras iglesias, que están llevando a cabo la acción en sus iglesias, y están enviando un hermano aquí y otro allí... en unas cuatro ocasiones.

(Tú ya sabes lo normal y natural que es esto, ¿no? Perteneces exactamente a esa clase de iglesia, y vives exactamente en esa atmósfera, ¿verdad que sí?)

ROMANOS

Todavía estamos mirando a todos estos acontecimientos en un orden cronológico. Caminamos a través de los Hechos hasta que llegamos a un lugar donde Pablo escribe una carta a una iglesia.

Pablo, tras dejar Éfeso y visitar Corinto, se sienta y escribe una carta a los cristianos de Roma. (Hechos 20:4) La mayoría de la gente de Roma que recibe las cartas de Pablo son amigos personales de Pablo. De hecho, Pablo envió a muchos de ellos a Roma. Escogió creyentes de entre las iglesias de Asia Menor, Galacia, Siria e Israel y les envió para levantar una iglesia gentil en Roma.

A pesar de que este libro a los Romanos es esencialmente un tratado doctrinal, desde el Capítulo Uno hasta el Once, Pablo se dirige directamente a los hermanos en Roma en nueve ocasiones. No hay referencias al clero o a los ancianos.

Pablo, en Éfeso, se dirige a su casa de Antioquía al final de su tercer viaje fundador. Cuando llega a Tolemaida saluda a los hermanos de la iglesia y pasa la noche allí.

¿No vislumbras un sentido de grupo –el de hombres, hombres sin titulación– que guían a la ecclesia?

Por fin Pablo llega de su viaje de regreso a Antioquía, y después va a Jerusalén donde es calurosamente recibido por los hermanos.

Hechos 21:17

Hay tanta angustia en Hechos 28: 14–15. Pablo ha estado en prisión durante dos años y ha vivido un horrendo naufragio (su cuarto). Pablo, el prisionero, al final llega a Italia y se pone en camino hacia Roma. Los hermanos de Roma, oyendo que se dirige hacia allí, salen a recibirle. De esta forma se armó de valor y llegó a Roma. (Lo típico que hace tu iglesia, ¿verdad?)

Así termina Hechos. Sin embargo, el fin de los Hechos no significa el fin de las cartas de Pablo a las iglesias. Hasta ahora nos hemos quedado apegados a la trama, en orden cronológico. Ahora seguimos con la historia a pesar de que, cronológicamente, el libro de los Hechos a llegado a un fin. (La trama continúa más allá de los Hechos.)

COLOSENSES – EFESIOS

Pablo escribe dos cartas a las iglesias en Colosas, Heriópolis, y Laodicea... ciudades que él nunca ha visto, iglesias que él nunca levantó. Estas iglesias fueron levantadas por un hombre llamado Epafrodito. Epafrodito ha dejado Colosas. ¡De hecho, está a miles de kilómetros de distancia visitando a Pablo, en Roma! ¡Los fundadores de iglesias se marchan!

Recuerda, Pablo escribe dos breves cartas a iglesias que no tienen líderes, ni tienen consigo al que ha fundado su iglesia. Pablo no se ha encontrado nunca con esta gente. A pesar de todo, es obvio que nadie guía la iglesia aparte de los hermanos. En tres lugares diferentes habla de aquellos a los que nunca ha conocido, refiriéndose a ellos como "hermanos". ¡Nunca se dirigía a nadie más! Sólo hermanos y santos.

FILIPENSES

Unos seis meses después de escribir a Colosas, Pablo escribe su última carta dirigida a una iglesia. De las nueve cartas que Pablo escribe a las iglesias es aquí donde se hace su primera y última referencia a los ancianos. Pero ten en cuenta esto: ¡Esta iglesia a la que escribe tiene 12 años! Y recuerda, aquellos ancianos eran hermanos en la iglesia, y hermanos en las reuniones de hermanos –tan solo hermanos– mucho antes de que fueran ancianos. Probablemente, si aquellos ancianos intentaran hacer un nudo con alguna cuerda de "sumisión y autoridad", los hermanos de aquella iglesia harían recordar a estos sus ancianos con grandes ideas de grandeza que ellos, como todo el mundo, sólo son hombres normales y corrientes.

Con una referencia a los ancianos en esta breve carta, hay seis lugares donde Pablo implora a los hermanos que tomen medidas en determinados asuntos. Los hermanos todavía parecen estar muy al cargo.

En las nueve cartas que Pablo escribió a las iglesias sólo se hace una referencia a los ancianos. En cada lugar hay decenas de referencias dirigidas de forma directa a los hermanos

¿Cuántas iglesias puedes nombrar que vivan en esta matriz?

Dios nos da hombres –fundadores de iglesias– que hacen que las cosas ocurran. Nos da fundadores de iglesias que se marchan. Y nos da hermanos y hermanas que están dispuestas a ser completamente abandonados por el que fundó la iglesia (¡y que cogen sus remos y se ponen a reman como locos!)

Así que ahora has visto el segundo ingrediente necesario para levantar iglesias en el primer siglo. El primero es el fundador de iglesias. Fundadores que se marchan. Segundo, ves a la iglesia guiada única y exclusivamente... por toda la asamblea local. Nadie más.

(¿No es sorprendente?. Cientos de miles de libros han sido escritos sobre los ministros. Castillos en el aire, mundos, reinos han sido creados por estos libros, centralizando, canonizando, presentando a un quijotesco ministro, pastor, sacerdote, etc. Pero nunca nadie escribió un libro basado únicamente en esos pasajes, presentando la asombrosa saga de lo que hombres normales y corrientes hicieron. ¿Dónde está el libro sobre los hermanos?)

Hombres y mujeres, en su soledad, experimentando, descubriendo la vida de iglesia. Y fundadores que en rara ocasión se encuentran presentes. Verdaderamente, esto está más allá de lo radical.

¿Crees que te gustaría ver de nuevo a hombres semejantes vagando por la tierra? ¿Sí? Bien, ¿cómo te sentirías viéndote inmiscuido en semejante melodrama de "los hermanos"? ¿Crees quizás que estás dispuesto a ser abandonado por todo liderazgo externo y lanzado junto a un puñado de hermanos en lo que podría acabar siendo un bote con una gran vía de agua?

7

Fundador de iglesias, ¿dónde estás?

Necesitamos a esos fundadores de iglesias. ¡Y necesitamos a esos hermanos y hermanas! Dos necesidades muy grandes. No cabe duda de que si dispusiéramos de esos fundadores habría entonces gran cantidad de hermanos y hermanas, y remos con los que remar ¿Por qué no rondan por ahí fundadores así? Hay buenas razones.

La primera razón (y nadie parece dispuesto a hacer esto):

Todos los fundadores debieran crecer primero en una vida de iglesia de honesta para arriba, no teórica, viva, respirando a su libre albedrío, rebosante de libertad, exenta de legalismo, exenta de ley, antes de ni siquiera atreverse a plantar una iglesia.

Vive en la iglesia como un hermano normal. ¡Primero eso! La mayoría de los ministros no se detendrán a hacer esto. La mayoría de los ministros tienen dos o tres ideas en el subconsciente sobre el ministerio: Una: tengo que salvar al mundo del infierno; no me puedo parar durante dos o tres años y ser un laico. Dos: ¿yo, conseguir un trabajo? ¿Estás loco? ¡Me moriré de hambre! Tres: acabo de tener una revelación. Comprendo estas cosas... así que, ¡las puedo hacer sin tener que parar mi ministerio!

Uno: No, no tienes que hacerlo.

Dos: Es bueno para ti.

Tres: No puedes.

Subestimas el trabajo y sobre valoras tu habilidad. Siéntate durante unos años y deja que el clero se desprenda de ti. (Lo hace al trabajar para ganarte el sustento.) Descubre la vida de iglesia. Seguidamente arrodíllate y agradece a Dios que no lo intentaste hacer antes de que lo experimentaras.

Un poco de humildad, un tiempo de descanso, un tiempo de aprender en el mejor de todos los seminarios llamado ecclesia. Hasta el día de hoy, una temporada aprendiendo a experimentar a Jesucristo nunca hizo daño a un clérigo. Es algo demasiado radical de intuir para la mayoría de los hombres llamados por Dios, y más aún para intentarlo. Cuanto más radicales son esos hombres, menor probabilidad habrá de que estén dispuestos a sentarse. ¡¿Cuándo, entonces, estarán dispuestos a moverse a un lugar más allá de lo radical?!

¿Fundadores de iglesias creciendo en iglesias fundadas de una forma tan rara antes de convertirse en fundadores? ¿Eso está de verdad en la Escritura? ¡Pues sí!

·Los primeros doce fundadores de iglesias experimentaron una vida de iglesia embriónica durante los cuatro años que vivieron con Jesucristo. Eso es lo que hicieron aquellos hombres –llamados por Dios– antes de levantar la iglesia en Jerusalén.

·Bernabé, Agabo, Esteban, Felipe, Silas y Judas, todos experimentaron la vida de iglesia antes de convertirse en obreros. Pero por favor, date cuenta que cuando estos hombres salieron las iglesias les respaldaban por completo. ¿Por qué? Porque la iglesia conocía de cerca a estos hombres y estaban entusiasmados con ayudarles. Los demás hermanos de la iglesia conocían a fondo a estos hombres... y les amaban y les respaldaban pasara lo que pasara. Yo diría que una iglesia que está experimentando verdadera vida de iglesia apoyará a cualquier hombre en su medio que es llamado por Dios – y que haya vivido primero entre ellos – a menos que sientan que es una especie de algarrobo o a menos que sientan que es algo prematuro para él. A los santos que viven en la singularidad de la vida de iglesia les encanta ayudar a hombres así. (No, no a los algarrobos, a los otros.)

· Pablo se sentó cuatro años bajo Bernabé en la iglesia de Antioquía antes de partir en su primer viaje para fundar iglesias. La iglesia de Antioquía apoyó a Pablo cuando se fue. ¿Adivinas por qué?

Más tarde, al igual que Jesús había entrenado a doce fundadores judíos, Pablo entrenó a ocho fundadores gentiles. La forma en que Pablo hizo esto fue digno de un genio. Pablo escogió a caballeros que habían vivido en iglesias gentiles. Eran hombres que habían vivido en la vida de iglesia los que Pablo llamó a Éfeso para su entrenamiento. Cada uno de ellos había estado previamente en un cuerpo local de creyentes antes de ir a Éfeso. Todos y cada uno de estos hombres gentiles habían sido salvos y crecieron espiritualmente... en la vida de iglesia. ¿Está de veras esto en la Escritura?

Aristarco y Segundo fueron salvos y crecieron en la iglesia de Tesalónica.

Sópater: iglesia de Berea.

Gayo: iglesia de Derbe.

Timoteo: iglesia de Listra.

Tíquico y Trófimo: iglesia de Éfeso.

Tito: iglesia de Antioquía.

Hechos 20:4

Más tarde se unió a este número Epafrodito, que parece que se convirtió en la iglesia de Éfeso, aunque su ciudad natal era Colosas. (La ciudad de Colosas estaba a unos 165 kilómetros de Éfeso. Regresó a Colosas, Heriópolis y Laodicea, levantó una iglesia en cada una de las tres ciudades, y seguidamente se marchó.)

Todos estos hombres vivieron en la vida de iglesia antes de hacerse fundadores de iglesias. Todos fueron entrenados y se situaron bajo un fundador de iglesias. (Esto no es seminario, amigos.) ¡Todos esos hombres experimentaron la vida de iglesia antes! Únicamente Apolos no experimentó primeramente la vida de iglesia antes convertirse en obrero... ¡y Apolos era un dolor de muelas para todo el mundo!

Ahora ves por qué tenemos tan pocos hombres así y por qué necesitamos a semejantes hombres desesperadamente. ¿Alguien se apunta a una revolución?

Querido lector, si eres un ministro o un joven estudiando en un seminario que se siente llamado por Dios, no abandones tu ministerio y te conviertas en un hermano normal y corriente en la vida de iglesia sólo porque parezca una buena idea, ni siquiera porque sea bíblico. Hazlo únicamente por revelación. Una revelación que te haga chirriar los dientes y temblar tu alma. Por favor, caballero, algunas cosas no consisten en su práctica. Son santas revelaciones que parten de Dios y llegan a ti.

El hecho de ver otra vez sobre la Tierra estos asuntos en novedad de vida –admirar a una iglesia profundamente espiritual levantada por unos hombres tan extraños como son los fundadores de iglesias nómadas– nos llama a todos nosotros a ir aún más allá de lo considerado actualmente como radical.

Vamos a terminar aquí.

O eres un candidato para una revolución, o bien no lo eres.

Si lo eres, hay libros que leer, cintas que escuchar... y puede que una iglesia o dos que debieras visitar para que puedas ver, de primera mano, que cosas como esta ocurren de verdad.

LA ÚNICA CAUSA POR LA QUE ES DIGNO VIVIR Y MORIR ES UNA CAUSA TOTALMENTE SIN ESPERANZA.

APÉNDICE

¿Van a cambiar las cosas?

Digamos que este folleto que ahora sostienes en tus manos fuera leído por cada ministro, pastor y obrero cristiano del mundo angloparlante. ¿Cuál sería su impacto? ¿El domingo que viene sería distinto, o sería igual que el último domingo?

El mero hecho de conocer la información histórica (que leíste en los tres primeros capítulos) no cambia lo que hacen los hombres ahora mismo. La práctica presente del cristianismo evangélico continuará. Eternamente. Mi querido lector, así están las cosas.

a Reforma, por ejemplo. No hizo mella alguna en la Iglesia Católica. La denominación católica, con tan poca Biblia para justificar lo que hace, ¡ha justificado todas sus prácticas con la Escritura! Y no cambiaron ni un pelo durante la Reforma.

Pues bueno, el cristianismo evangélico tiene tradiciones que se encuentran tan profundamente arraigadas y que son tan sagradas como las de los católicos, sean bíblicas o no. Las cosas no van a cambiar.

Existen de tres y cinco millones de personas en el mundo angloparlante que se ganan la vida trabajando en las iglesias evangélicas, organizaciones, etc., de hoy en día. Contempla la escena en la que pastores renuncian a sus hogares y salarios. Imagina a los misioneros renunciando a su método misionero de 300 años de antigüedad y volviendo a la forma de fundar iglesias de Pablo. Imagina que los calendarios misioneros se cancelan a lo largo y ancho del mundo. Imagínate a los ministros, no solo dejando el pastorado y la misa, sino buscando trabajos... trabajando para ganarse la vida para pagar su propio ministerio. Imagínate que se abandonan los locales de las iglesias, y que cierran sus puertas. Luego trata de imaginarte a todo el pueblo de Dios regresando por su propia cuenta a las reuniones en los hogares y experimentando la iglesia sin ministros ni persona alguna que les guíe.

Imagina a un pastor contándole a su rebaño que trabajará con ellos durante seis meses y luego se marchará para que puedan continuar por sí mismos, y que para cuando llegue la fecha de su partida el edificio será cerrado, todo el mundo se reunirá en casas, y él no volverá para ayudar hasta que pasen dos años. Y que cuando regrese, solo se quedará dos semanas.

¡Ahora trata de calcular cuántos de sus miembros estarán de acuerdo con semejante idea de mosquito!

Imagínate a los ancianos y diáconos dispuestos a entregar sus oficios y sus títulos. ¿Cuántos ministros piensas que harían esto? ¿Cuántos parroquianos asentirían?


Pero si eso no basta, piensa en esto: ¿existen ministros que hayan sido entrenados para levantar una iglesia de una forma tan radical? ¿Hay alguien que tenga en todo esto una experiencia de primera mano? ¿O lo has visto siquiera alguna vez? ¿Hombres que pueden preparar al pueblo del Señor para una aventura tan salvaje y una transición tan atrevida y peligrosa?

Imagínate a los seminarios de este mundo metiendo el cierre y volviendo al antiguo concepto del fundador entrenando a los obreros. Entrenando sobre la marcha. Imagínate al cristianismo evangélico entrenando una vez más a hombres de la forma que Jesús y Pablo levantaron fundadores de iglesias. ¿Te imaginas a todos los ministros preparándose para el ministerio igual que Pablo levantó a los ocho fundadores Gentiles?

¡Imagínate que se disolvieran las oficinas centrales denominacionales! ¿Ves a todo el mundo dando alegremente sus trabajos para volver a los caminos de la trama?

Sin el uso de las fuerzas armadas nunca ha habido una transición semejante. Aún cuando el cambio vino a golpe de espada jamás ha quedado constancia de un cambio tan radical.

¿Te imaginas a las organizaciones "liberales" metiendo el cerrojazo? ¿Con el fin de ser bíblicos? La presión económica por sí sola sería terrible. Cientos de miles de cristianos se quedarían sin trabajo.

¿Abandonaríamos las prácticas humanas que hemos acumulado durante siglos? ¿Aunque estas prácticas minen e incluso destruyan la mismísima expresión de nuestra fe? ¿Nos despojaríamos de estas piedras de tropiezo aún cuando dejaran a varios millones de personas sin trabajo... sin empleo... sin un duro? ¿Eres capaz de ver a cada uno de los tres o cuatro millones de cristianos que se ganan la vida en organizaciones Cristianas marcharse... con una sonrisa en la cara?

¿Eres capaz de ver a poco más de un puñado de personas dispuestas a consentir un escenario así, aunque cada uno de los 500.000.000 protestantes leyera este folleto?

No, no abandonaremos estos caminos. Y el cristianismo actual seguirá como está.

Si crees (1) que estos cambios radicales pueden ocurrir en las iglesias evangélicas de hoy en día... o (2) que obrarás desde dentro de esas instituciones para ayudarlas a realizar este cambio tan radical, no eres un candidato para la revolución.

Por favor, deja que continúen estas prácticas. Déjalas en paz. Nunca ataques el status quo. Es más, si estás en la práctica presente del cristianismo, y estás contento ahí, quédate ahí. Deja que sigan las tradiciones y las organizaciones.



Las únicas personas que pertenecen a una revolución son aquellas que saben que sencillamente no pueden quedarse donde están, y que tienen que marcharse. Por cierto, vete humildemente. En silencio. No des un portazo. Las personas que se quedan son tus hermanos y hermanas en Cristo.

Nunca seas el que inserta un cuchillo en un odre viejo, o intenta poner vino nuevo en un cuero que ha perdido su tirantez. Jesús vivió en medio de la religión judía. No trató de acabar con ella. Por favor date cuenta de esto. Aquella religión está todavía aquí... dos mil años después. Sabiamente nos dijo que dejásemos las cosas como están, y que continuasen igual.

Sed benévolos con el pueblo de Dios. ¡Tú mismo, a pesar de todo, perteneces al pueblo de Dios, y también necesitas que te traten con cortesía! Todos nosotros lo necesitamos. ¡Ser desagradable puede que sea radical, pero ser desagradable no pertenece a un lugar que está más allá de lo radical! Tu y yo solo veremos parte del cambio. Llegará, pero llegará muy lentamente. Después de todo, estamos considerando un cambio en la historia[4] cristiana. Un cambio enorme y sin precedentes. Eso no sucede en el transcurso de una vida.

Admira la impresionante vista que se extiende por delante, hasta que punto abarca esta revolución. Es una revolución con una naturaleza tan radical que tardará 200 o 300 años en sacar todo su fruto.

Sólo cuando católicos y protestantes puedan pararse a mirar una experiencia de la fe cristiana que es tan preciosa, tan sencilla, tan desencajada, tan preocupada por los demás, y ver a gente que está ahí en tanta reverencia hacia su experiencia diaria en la vida de iglesia... que sólo entonces algunos desecharán lo viejo.

Puede que oigas a alguien decir: "ah, pero las cosas cambiarán cuando llegue la persecución."

La verdad es que eso no es cierto. La persecución es incapaz de desenterrar a un modo de pensar. La persecución no puede destruir una cultura religiosa. Por favor, ten esto presente: los católicos exterminaron a los luteranos. Los luteranos no cambiaron. Los protestantes exterminaron a los católicos. Los católicos no cambiaron. Ambos llevaron al otro al cementerio; pero más tarde, cuando volvió otra vez la persecución, no se vio en ellos cambio alguno.

Los cristianos de América que iban a Rusia de visita cuando estaba bajo el comunismo hablaban de lo sencilla, pura y bíblica que era la iglesia sumergida de Rusia. (De cómo sufrían, de cómo se reunían en los bosques, etc.) En realidad no era todo tan maravilloso. Cuando la enterrada iglesia romana se desenterró, se puso a construir iglesias y locales y a volver a todas las demás cosas que hacen los protestantes.

Allí afuera, en aquellos bosques donde tenían sus reuniones... todavía había un pastor presente. (El role pastoral nunca desapareció.) Siquiera allí, en los bosques, el pueblo de Dios se ponía alrededor de su pastor, el mudo laicado de siempre. Allá en aquellos bosques cantaron un par de canciones, oraron, entonaron un par dos canciones más, y después oraron de nuevo. A continuación el "pasa el cesto", y luego habló el pastor. Después de eso una bendición y todos volvieron a casa.

No habían cambiado. No, la persecución no cambiará la iglesia.

Cuando se terminó la persecución, la primera palabra que llegó a Occidente fue, "por favor, envíen ustedes dinero para que podamos construir una iglesia." Hoy en día todavía tienen pastores, y un edificio, y cuando se reúnen cantan dos canciones, y...

La persecución no cambia nuestra práctica ni nuestra manera de pensar. Solo el fin de nuestra estructurada mentalidad protestante traerá un cambio radical.

Volver atrás, a la mente del primer siglo, es nuestra única esperanza. Volver a la experiencia del primer siglo de la ecclesia, a la increíble habilidad del primer siglo de tocar y expresar y conocer en lo íntimo a Jesucristo. Verle en el centro. En el centro de una iglesia exenta de clero, donde la propiedad de la iglesia pertenece a todos los santos. Donde, día a día y semana a semana, la dirección proviene de los propios hermanos y hermanas..... esa es nuestra única esperanza.

Eso nos conduce a ti.

Necesitas considerar unas cuantas preguntas:

¿Estás tan desesperado que sencillamente no puedes soportar el escenario actual?

Y aquí está la pregunta clave:

¿Estas dispuesto a formar parte de una revolución tan radical, incluso más allá de lo radical, que no pueda tener éxito en el tiempo que te resta de vida? Toda una revolución, sin duda.

LA ÚNICA CAUSA POR LA QUE ES DIGNO VIVIR... ES UNA CAUSA SIN ESPERANZA. ESTA ES UNA CAUSA SIN ESPERANZA.

Las voces insistentes de hombres y mujeres radicales, y el testimonio de su experiencia sin precedentes, se derraman a través de los siglos... esto y sólo esto será algún día la mayor influencia sobre la humanidad.

El que tú y yo –en el transcurso de una vida– no podamos ganar esta causa... es lo que hace de esta revolución algo tan digno de nuestras vidas.

Gene Edwards fue un ministro bautista del sur, ya retirado, que sirvió en calidad de pastor y evangelista antes de entrar de lleno en el ministerio de vida cristiana más profunda. Ahora su pluma interpreta algunas de las más profundas verdades de la fe cristiana en los términos más sencillos.



Edwards obtuvo su licenciatura en literatura inglesa y en historia en la Universidad Estatal del Este de Texas, y su doctorado en teología en el Seminario Teológico Bautista Southwestern. Ahora mismo él y su esposa, Helen, residen en Jacksonville, Florida (USA), donde están entrenando a 3 o 4 hombres al estilo del primer siglo.

Þ Si está interesado en saber más acerca de la vida cristiana más profunda, visita la web de la editorial Seedsowers (la marca característica con la que definiríamos a esta editorial es que "no publica cualquier cosa")

[url=http://www.seedsowers.com]http://www.seedsowers.com[/url]

Ahí puedes encontrar libros, videos y cintas sobre la vida más profunda. Autores como Madame Guyon, Miguel de Molinos y más... pero en inglés.

Þ En español, bajo la editorial Unilit están disponibles los siguientes títulos:

El Nacimiento

Revolución: La Historia de la Iglesia Primitiva

Perfil de Tres Monarcas

El Divino Romance

El Viaje Hacia Adentro

Þ EN ESPAÑOL hay material sobre la vida cristiana interior (Madame Guyon, Fenelon, Gene Edwards, Martha Kilpatrick)

En: http://www.iglesia.net

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[1] Lo peor de todo es que algunos cristianos van a la Escritura como aquel que va a un tablero de uija que les dice lo que tienen que hacer ese día. "Cierra tus ojos. Abre la Biblia. Apunta con el dedo. Empuja el dedo y.. ¡Eureka! Ahí, en la punta de tu dedo, está la mente de Dios."


[2] Mire cualquier perfil cronológico ("temporama") durante este periodo de tiempo.


[3] Son nueve las que conocemos por su nombre durante los tres viajes fundando iglesias.


[4] Nota del traductor: es importante mencionar que este es el único caso en todo el escrito en el que el autor se refiere a la historia con el significado que adquiere en "libro de historia". A lo largo de todo el texto, la expresión (viene de página anterior) historia se refería al relato, a la trama... que oculta el Nuevo Testamento. Es decir, "Story VS History"...

Por: Gene Edwards