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Riquezas y Gloria

“Y te declarara los secretos de la sabiduría, que son de doble valor que las riquezas” Job 11:6


“Buscad primeramente el Reino de Dios y su Justicia….” Mateo 6:33
.... “vida eterna a los que perseverando en bien hacer, buscan gloria, honra, e inmortalidad” Romanos 2:7

Riquezas y Gloria

El Criterio de cada predicador y ganador de almas, es expresado de acuerdo a la profundidad de su consagración, madurez y conocimiento de lo bíblico, así como de lo secular; es por ello, que debemos inquietarnos para armarnos y documentarnos debidamente con evidencias bíblicas, históricas y científicas, (Hch. 1:3; Prov. 18:15; Ro.10:2).

El mensajero de Dios, en su responsabilidad de enseñar los afluentes doctrinales que conducen a la verdad, expondrá una variedad de temas que inquieten, estimulen y despierten en sus interlocutores un vivo deseo de ser fieles seguidores de Jesucristo y de Su Reino, por toda la eternidad, conduciéndolos al arrepentimiento, consagración, y santificación (Mt. 10:22; Ro. 2:7; Hch. 14:3).

Cada enseñanza bíblica es practica y realizable por la continua ayuda que su autor nos ofrece, somos los mas privilegiados, ya que tenemos la gloriosa oportunidad de encarnar cada doctrina en las profundidades de nuestra alma, para que así surja la verdad y sus vivencias; de esta manera experimentar la metamorfosis de lo divino.

A través de la historia, tanto bíblica como secular, podemos darnos cuenta de cómo muchos de los del “pueblo de Dios” se tornaron paganos y de cómo algunas iglesias bíblicas, donde la gracia y el poder de Dios se manifestó libremente, hoy son sencillamente “lúgubres religiones”, (Jer. 2:13; Jer. 9:5).

Son muchos los que están saliendo de esos “antros religiosos” llenos de doctrinas e ideas de hombres, por que se han dado cuenta que sus argumentos, dogmas, liturgias y teologías, han degenerado en un gran negocio; su mercadería son “cosas” e “ideas” con una tenue capa de matices bíblicos, mal intencionados, que inquietan a “comprar Fetiches”, que alimentan una fe enferma y equivocada asentada en ideas humanas; Por ello aceptan desesperadamente ofrendas impuestas en el nombre de Dios, que lo menos que tienen es de Dios y lo único que anhelan es engordar sus arcas, (2 Pedro 2:1-3; Ezequiel 45:9).

El estudioso de las sagradas escrituras, la Biblia, no se sorprende porque sabe que es parte del tiempo profético que nos ha tocado vivir, de él no obtendrán ningún lucro, pues ha entendido que el verdadero, único y absoluto Dios no es influenciado por el sucio dinero, por el que tantos se desbocan por conseguir a cualquier precio, (Stg. 4:2-3; Job. 5:2).

Estos “mercaderes” consiguen gente necesitada de la bondad divina que están en desventaja por circunstancias adversas como los pobres, los viciosos, los indoctos y campesinos; son personas sensibles al sensacionalismo místico, son el bocado perfecto para estos detractores, ellos complementan la necesidad con ansias de riquezas, (Mr. 10:23; Jer. 8:5-8; Sal. 52:2-4; Prv. 12:5; Is. 59:9,10).

Es Preocupante, como han surgido una serie de predicadores habilidosos con títulos pretenciosos y muy sugestivos, “cosa que impresione”; a la vez se han abanderado sutilmente en ciertos temas rebuscados previamente en la Biblia, que acomodados, buscan lucro para dar rienda suelta a sus anhelos, pretensiones y lujos....; Evidentemente son “Mercaderes de la Palabra”..., (Ap. 18:3; Is. 3:14-15).

Sus hábiles exponencias y doctrinas de chantaje que evocan a la prosperidad, muy parecidas a la de muchos “Psíquicos”, que aseguran prosperidad, suntuosas adquisiciones, grandes, fantasías, y lujos; Lo único que en estos casos se cambian los “planetas”, por la “manipulada” palabra “fe”; como resultado de ello, lo que estamos observando en medio del pueblo de Dios son decepciones, desalientos, y tropiezos por causa de sus sutiles imposiciones de dinero, (Miq. 3:11; Mt 18:6; 1 Cor. 8:9; Ezq. 45:9).

Como el pueblo de Dios ha crecido, la tentación a que se exponen muchos predicadores es parecida a la de algunos funcionarios públicos y policías corruptos, los cuales valiéndose de su investidura y Posición no pierden ocasión para engañar, malversar, chantajear, explotar, manipular e imponer en nombre de la ley y de Dios, intimidando y presionando a los pobres, indefensos e indoctos, (Dt. 10:17; 2 Cr 19:7; Is. 5:23; Amos 4:1; Prv 14:31). ¡Oh Predicadores insensatos!.... que se han ido tras el “dios manmón” (dinero) y sus sutiles vanidades, y engaños; Han dejado su llamado a ser atalayas, maestros y guías de almas, a la más gloriosa y sublime de las libertades, la de enseñar el camino a la libertad de sus almas cautivas y esclavizadas por aberraciones, vicios, engaños y demás influencias infernales, (Ezq. 33:6; Ezq 22:28-31; Jer 10:21; Ezq 14:14-15).

Son muchos los que en sus alocuciones, usan el productivo tema de la fe, están plantando una fe cosmética, sin raíces, es una fe mental basada en argumentos humanos ausente del abono de vida, la Palabra; por ello sus almas buscan ansiosas en la fe; solo el lucro pasajero, no la gloria divina,

(Lc 18:8; Ro 4:22; 1 Co 2:5; 1 Tim 1:5; 1Ts 2:13). Esos “vivos son bobos”, porque teniendo la gloriosa oportunidad de crecer y recibir las bondades eternas de la gracia divina, están corriendo tras el engaño y el oportunismo corrompiendo sus almas, hasta posiblemente perder la salvación (Col 2:2-4; Heb 2:2-3). Los verdaderos siervos de Dios entendemos que en Él, los “vivos son bobos” y los “bobos son vivos”, por ende no necesitamos de astucias mal intencionadas, (Sal. 11:118; 2 Co. 4:2; Ef. 4:14). Tal parece, que apresuradamente estamos entrando de nuevo en el terrible y macabro abismo del “oscurantismo”, lúgubre y vergonzoso; época marcada en la historia cuando la llamada “iglesia popular” o “Sacro Imperio Romano”, influenciada por la infernal avaricia que siempre le ha caracterizado, comenzó a colectar ideas y métodos anti-bíblicos y perversos para conseguir mucho dinero; Para ello inventaron vender “indulgencias”, bulas, misas, responsos, velas bendecidas, escapularios, medallas, esculturas de “vírgenes y santos”, cristos, cruces, confirmaciones, etc..”; hasta llegar al colmo macabro de vender los “huesos” de sus difuntos religiosos mas “consagrados” a los que llamaron “santos”, por ello, se esmeraron mucho por canonizar a muchísimos y así poder obtener un gran arsenal de huesos, para sus grandes subastas, y claro, entre hueso y hueso, se fueron los otros difuntos, (2 Pedro 2:3). Uniendo una habilidosa oratoria con la carencia de escrúpulos y honestidad, los “Sofistas Religiosos” embaucaron a miles de millares vendiéndoles estos huesos “canonizados y lavados en agua bendita”, haciéndole creer que dichos huesos protegerían, darían buena suerte, les harían milagros, a la vez que disfrutaran de una “santa compañía”, para que nada malo les fuese a suceder; Entre más grande el hueso, supuestamente seria más efectivo, aunque lógico, más costoso.

Entendemos que este “carnaval” de ideas inmorales, paganas y anti-bíblicas, no es una corriente nueva o moderna, sencillamente y sin duda, es una ola mas de las muchas salidas del infierno mismo, orquestada para confusión de los salvos débiles y religiosos equivocados, donde trabaja mas la sugestión y fanatismo, que la gracia Divina, ideadas contra la verdad Divina y sus sanas doctrinas, valiéndose de predicadores bisoños, ambivalentes e inconstantes en los camino del Señor (2 Tim 4:4; Ro 2:8).

El nuevo carnaval religioso-evangélico de la fe, vende por ofrendas impuestas, “rosas, pañuelos, cinco deseos, aguas, aceites y tierras “tríadas de Israel”, entre muchas otras. Los llamados artículos de contacto o de fe, surgen a raudales como amuletos ungidos; lo detestable de esta avalancha de sutiles predicadores de la prosperidad y sanidad por objetos, es que se han centrado solo en los países desarrollados donde la economía es grata. (Mt 21:13; Ezq. 23:14; Tito 1:11).

La Falta de Una buena relación con el verdadero Dios, no se les permite abrir los ojos de la peor de la ceguera, la de caminar a tientas al infierno siendo religiosos y crédulos equivocados; son ciegos, guías de ciegos, y empeoran su ceguera ofreciéndoles vendas, (Mt 15:14; Is 42:7; Jer 9:5; Ezq 13:17-21). Leyendo cuidadosamente algunos pasajes bíblicos, conoceremos que el Señor usó a algunos de sus siervos, que fortuitamente se valieron de pañuelos y delantales, pero en ellos no se lee de precios, ni nada que huela o signifique dinero; También usaron su sombra, cosa que ninguno hoy en día promueve quizás no deja lucro.

(Hch. 5:16). Uno de los grandes y nobles propósitos de nuestro sublime creador es el de que podamos ver la luz de la verdad gloriosa del evangelio, (Ef. 1:13; 4:15 y 24). Vale la pena preguntarnos si el vocablo “fe”, usado por esos manipuladores auto llamados ungidos, es una palabra con propiedades innatas como sucede en las plantas medicinales, o es sencillamente un vocablo que el amoroso Dios nos ha dado por herencia para calificar los efectos especiales cuando sabemos esperar él. Es la “Fe”, una palabra de dos letras, muy bonitas, y por ellos la han cautivado indiscriminadamente los confundidos espiritistas, los pretenciosos psíquicos, los abarrados homosexuales y lesbianas, los insensibles criminales, y ladrones e incluso muy usado por prostitutas, y viciosos. Esta al alcance de todo el mundo, pero no todos recibirán el favor especial de Dios por el que Él pesa los corazones, (Ro 9:16).

El hombre en su preocupante carnalidad ha hecho en enredo de la semántica exclusiva que hemos heredado de Nuestro Dios, de manera que podemos ver vocablos tan especialmente preparados para calificar cosas especiales y especificas, como lo es por ejemplo, la palabra “adorar”; el vulgo la aplica por querer decir que quiere o ama mucho a algo o a alguien; de igual manera sucede con la palabra “divino”, entiéndase que es exclusivo para calificar, lo concerniente a Dios, sin embargo, muchos equivocadamente la aplican para describir algo o alguien hermoso o bonito.

Es necesario estudiar atentamente enseñanzas elementales, pero a su vez profundas, que nuestro Señor y Salvador nos revelo a través de su Palabra; Él nos ilustra la Fe con la más pequeña de las semillas, la de la mostaza. Los habilidosos comerciantes de la “fe”, quieren hacernos creer que ellos tienen mucha fe para así poder impresionar a sus interlocutores (Mt 17:20; Mr 4:31).

Entendemos que la fe tiene su autor y consumador, y serán muchos lo que saliéndose por la tangente sufrirán espantosas decepciones, (Ro 1:17; Heb 12:2). Siempre buscando mecanismos para identificar cualquier tipo de fraude ya sea en el arte, la literatura, la joyería, etc..; igual Dios nos ha legado un documento valiosísimo como lo es la Biblia, la cual de una manera magistral, y con autoridad absoluta expone la verdad; Ella y solo ella, como autoridad puede desenmascarar el fraude, engaño, ardides y malas intenciones, (Apc. 12:11; Tito 1:9-13). En la encarnizada lucha entre lo divino y lo infernal, la verdad de la palabra ha resplandecido; pero Satán en su “terquedad” por continuar consiguiendo adeptos al engaño usa a sus esbirros religiosos y así perseguir a los que abrazan la luz gloriosa del evangelio sin ídolos, fetiches, ni comercio, (2 Pedro 2:3; Tito 2:7-8). Estos impíos religiosos han escrito cantidad de paginas sangrientas, no solo con la mal llamada “santa inquisición”, cuando de una manera cruel, inhumana y detestable se encarnizaron como fieras hambrientas contra aquellos que aprendieron en la Biblia a amar de una manera más clara y digna a su Supremo Creador y Dios. (Jn 5:39; 8:32; Ef 4:21; Gal 2:14; Fil 3:20).

Sutilmente los “mercaderes de la fe”, no dicen, que “venden” los milagros y objetos de fe como pañuelos, los cinco deseos, o rosas, etc.. Si no que les conceden si les dan una buena y sustanciosa ofrenda de ....$...., ellos ponen cifra, algunas de muchos ceros, ya que hacen creer que entre mas sacrificada sea la cantidad pactada, más grande será el milagro y / o la fortuna que van a recibir a cambio.

El Dios que yo conozco es supremo y absoluto, Él escudriña la mente y el corazón, (1 Crónicas 28:9; Jer 17:10). El Conoce y quiere darnos cuando mira en nosotros responsabilidad, integridad y fidelidad, quiere darnos para que seamos esforzados por el bien hacer en amor por las almas y la humanidad. Conozco ministros que con honestidad y responsabilidad ante Dios y los hombres, enseñan, predican y estimulan a que emprendamos en pro de la prosperidad y desarrollo para bien de los suyos, usando los recursos y campos como la Educación, el Comercio, La Industria, Etc.; Ellos incentivan los valores bíblicos a la fe, el esfuerzo y la dignidad, en la practican ha sido por los siglos una poderosa formula entre familias judías, los cuales se han distinguido por su brillantez y prosperidad. Dios es amigo de los que le exaltan con honestidad, dignidad y esfuerzo. (Lc 19:15-27; Mt 6:33). Con tristeza nos hemos encontrado con diferentes casos en que un hermano en la fe ha prosperado económicamente, y esto le ha servido de tropiezo para poder perseverar y poco a poco como perfume destapado, se ha deslizado a la apostasía (Lucas 18:24-25).

Entendemos que el llamado de Dios es para que busquemos, anhelos, sonemos y nos empeñemos, no por lo efímero y pasajero, sino por lo eterno, glorioso y sublime, luchando por ser parte de tan especial reino celestial por toda la eternidad. Es difícil servirle a dos señores “las riquezas y a Dios”...(Lucas 16:13), casi siempre las riquezas han venido infectadas de egoísmo, usura, glotonería, ambición, altivez y soberbia.

Se necesita, en el reto de querer ser administradores de riquezas, una serie de cualidades, entre otras, tener una verdadera y definida visión, madurez, amor y crecimiento espiritual, a manera de no marearse en las alturas de esa posición. Dios no quiere Darnos cosas que nos vayan a hacer daño, por ellos, no prestemos oídos a sofistas que prometen basándose en lo que Dios puede dar, pero que El ciertamente, no lo dará la que no tenga la habilidad de manejarlas con sabiduría.

La Historia nos habla de hombres como Job, Abraham, Salmón, que el brillo del oro nos les hechizo; ellos supieron ser útiles a los suyos y a la sociedad donde se desenvolvieron, no para sus deleites carnales, (Stg 2:5).

Debemos de Preocuparnos por crecer en la gracia y el conocimiento de Nuestro Señor Jesucristo y Él nos dará lo que conviene. La importancia de una buena salud espiritual, nos hace contender por la verdad, por ello, nos esforzamos por exponer los valores que estimulan nuestra buena relación con Dios, (Judas 3; Tito 1:13-14).

El Misionero Caminante

Rev. Alfredo Montenegro
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Pastor Víctor Mendoza
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