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Recursos contra el Padre

“Y si no os hicieréis como uno de estos pequeñuelos,

CIERTAMENTE NO ENTRARÉIS en la Casa de mi Padre.”
Hay un día, mi niño,
en el que un Niño muere y vence un hombre.
Ese es el día en el que Registrador,
el ángel del Libro, anota:

“... aquí la falsa Razón se sienta en el trono,
aquí el hombre se reviste de gloriosa farsa,
se hace el amigo de nuestro Enemigo...
aquí yace el Espíritu, en agonía...
aquí acerca su oído a la locura,
rehuye la sabiduría...
negó la Vida, para ganar la suya propia.”

El Reino le pertenece a los niños.
Sólo a ellos.
Los niños.
Los niños son los únicos herederos del Reino.

Ten esto muy claro,
y muy presente en tu diario vivir.

“Porque de ellos es el Reino de los Cielos.”

Sólo de ellos.
De los niños.

Ah..., pero esta es la ESPERANZA
a lo que parece un IMPOSIBLE:

TODOS llevamos a un Niño dentro
que habla a nuestro niño,
que le intenta hacer entrar en Razón,
en Sabiduría,
y en Vida.

Pero es raro, muy raro,
que los niños se apresten a escuchar.
Tan raro es,
que desde el otro lado
tiene que haber alguien que encienda una Luz
que permita ver la oscuridad en rededor.

Entonces el niño se asusta, y clama.
Y cuando clama, es oído.
Luego, oye.
Oye porque ha clamado oír,
oír para poder ver.

Y su clamor es escuchado.

Es un niño que cree que todo lo sabe.
Que todo lo quiere.
Que nada escucha.
Y ciertamente, nada puede escuchar.

Pero clama por oír.

“La fe viene por el oír.”

Y oye.
Y cuando oye, sabe.

Los adultos no tienen nada que hacer aquí,
porque ni uno sólo de ellos sabe (ni quiere) escuchar.
Sólo se escuchan a sí mismos.
En cambio los niños tarde o temprano escuchan.

Escuchan ensimismados.
Se asombran.
Descubren la Verdad.
La Verdad les susurra secretos
del interior, les ayuda a descubrir
lo que son... sin el oír.

Se trata de escuchar.
Todo versa sobre ello.
Si escuchas, has hecho tuya la Palabra de Vida,
la Vida Eterna.

Entonces, ya has visto.
Has visto porque escuchaste.

Las opiniones, las defensas, los derechos, saber y hacerse saber, ser importante, admirado, ingenioso, inteligente... y el reverso de todo ello... el Adulto es pura fantochada,

un dejarse ir,
una compleja madeja,
una parodia de lo absurdo
que corroe y desgasta,
una extraña misión que termina cuando elimina
al Niño que todos llevamos dentro,
el Amigo de nuestra alma,
el Liberador de los presos,
al Candil en las mazmorras.

El Adulto es el Infierno.
es el “lugar de afuera”,
donde se chirrían los dientes
y donde se pasa sed.

Sólo Jesús visitó al interior del Adulto,
sólo Él pudo introducirse allí,
y allí habló a los clamores,
a los Adultos encarcelados
bajo mil cadenas.

En esta vida, Dios nos hace descubrir
la niñez, y luego la vida nos la arrebata
al convertirnos en adultos.
Y esto simboliza verdades eternas,
verdades que susurran al interior.

La elección es nuestra.
La Luz es suya.
Pero es Luz misericordiosa,
mi niño.

NADA tiene IMPORTANCIA para los niños.
Ellos saben que el Niño es cuanto hay IMPORTANTE.
Son tan “inocentes”,
que no saben vivir de otra forma.

Pero su forma de vida
es la más valiente y arriesgada de todas.
Los niños verdaderos son adultos
que se han rendido a la Muerte de la Cruz.

Sólo ese Bautismo vence al Adulto.
Y el Bautismo viene por el oír,
el oír por el clamar,
y el clamar por la Luz del Padre...
que a TODOS quiere alumbrar.

La perpetua preocupación del Adulto
es el Infierno de la falta de toda fe,
donde sólo saben de levantar
recursos contra el Padre.

No se trata de inocencia, mi niño,
porque esto no es un juego de niños.
Es un juego de vida o de muerte.


“De cierto te digo que si no nacieres de nuevo (ser niño), no puedes entrar en el Reino de los Cielos.”

Enviado por Son of Epafrodite en ForoCristiano.com