Y.. ¿Quién es ése que me ama y cómo saber qué quiere de mí?

A veces, o siempre... dependiendo de cuán heridos estemos, pensamos que si alguien nos busca, es porque algo quiere lograr de nosotros...
Eso tendemos a pensar cuando no conocemos aún a Jesús y Su Amor Incondicional, o cuando ni sospechamos siquiera, lo que es el Amor Infinito de nuestro Dios Creador hacia sus criaturas, de nuestro Padre Dios hacia sus hijos y cuando no conocemos la Dulce y Fructífera Vida que nos da el Espíritu Santo.

Son los Dadores de Vida...

Y ¿Qué piden de nosotros? ¿Tenemos que hacer pequeñas o grandes cosas para lograr Su Amor?

Acaso...¿Es gratis todo lo que nos ofrecen?

Por oídas has sabido de El...

¿Te has detenido a pensar seriamente, hacer un alto en tu camino, meditar, no unos pocos minutos, sino, ponerte frente a tu Creador, conversar con El, desde lo más profundo de tu corazón al corazón mismo de El, de esa Esperanza de Vida, de que realmente tú puedes tener paz contigo mismo, con los que te rodean y ser verdaderamente feliz a través de tu relación con El?

A lo mejor siempre te has contentado con tener un "poco" de cada cosa positiva que “piensas” que debes tener, ya que Dios quiso que nacieras...

Y “si El quiso que nacieras por algunas de estas cosas que tienes será” ...pero, van pasando los días, años y te vas dando cuenta que realmente pareciera que todo carece de sentido, como si las cosas fueran sucediendo tan lentamente o tan de prisa que te vas marginando de la alegría, o de alguna meta o propósito de vida que alguna vez te hiciste...

Y, te haces la pregunta...

¿Y? ¿En esto consiste mi vida?

¿Para esto fui creada? ¿Así va a ser siempre? Y...¿Me siento plena, con paz y felicidad conmigo misma?

¿Por qué a veces siento que casi no existo? ¿Qué es la esperanza?”

Y sigues pensando...

“Tengo motivos, a lo mejor no muchos, pero, a lo mejor no tan pocos, para estar agradecida o por lo menos, para tener una relativa paz, pero, aún dentro de mí siento un gran vacío...

¿Es normal, que me sienta tan sola cuando siempre estoy rodeada de tanta gente, gente que me quiere un poco o gente que me quiere mucho?

¿Por qué‚ siempre se mantiene esa soledad, esa necesidad de algo, ese vacío que al parecer haga lo que haga se mantiene unido a mí, como si fuéramos una sola cosa?

¿Tienes pesar interior, como una raíz negra adherida desde quién sabe qué edad, formada por circunstancias adversas, por rechazos, por dolores, por sentimientos de culpa, por ofensas e injusticias que no has perdonado, por resentimientos escondidos desde lo más profundo de tu ser, raíz que nunca quisiste tener, que nunca buscaste, y que sin embargo te impide tener alegría en el alma en forma permanente...?

Raíz que tú no creaste. Y está allí.

Y te impide ver la luz. Te impide amar y te impide recibir amor. Te impide ser libre...Te impide vivir...

Es tanto el dolor en el tiempo, bajo la cual ha sido formada, y tan de a poco ha ido adhiriéndose a tus entrañas que te das vueltas y más vueltas pensando sólo en ti y en tu dolor...y eso te impide ser feliz en el día a día...

Raíz cuya consecuencia a veces es el resentimiento, oculto, incluso de ti misma, hacia todo lo que tú crees que la ha ido formando.

¿Sabías que esa raíz tu Padre la ha ido conociendo, minuto a minuto durante todos los días de su formación?

¿Sabías que El conoce absolutamente todas tus heridas, y el por qué de tus reacciones?

Paso a paso conoce tu vida, El sabe de circunstancias que tú ni siquiera recuerdas, pero, que intervinieron en la formación de esta raíz tan dolorosa.

Asimismo sabe que te duele, sabe que un hijo de El, sufre las consecuencias de la formación diaria de esta raíz....

El sabe que no podemos ser libres para amarnos, ni amar a los demás, si llevamos este sentir en nuestro interior.

Jesucristo dijo que teníamos que amar a los demás, como El nos amó...

Tener tan lleno nuestro espíritu de Su amor, de ese amor tan incomprensible para nosotros, y que... de esa plenitud espiritual, se inunde nuestra alma, y para eso El extirpa, extrae esta raíz de nuestro ser, haciéndonos nacer de nuevo.

¿Le das importancia a tu nacimiento? O piensas que sólo naciste de una casualidad, con amor o sin amor, pero de una casualidad al fin, pues, podría haber nacido otra criatura, fruto de ese mismo instante...

Pero...No. No fue así. Naciste tú.

Cuando Dios creó la tierra, la formó no en base a casualidades, la formó y la creó pensando hasta en el más mínimo detalle de perfección amorosa...

Le dio toda la importancia que tenía por ser obra de Sus manos.

Cuando decidió que tú nacieras, también lo hizo pensando que El en ti, lograría algo perfecto para El y para ti.

La imagen de Su Hijo Amado, y que a través de ti, Su Hijo Amado, haría la obra para la cual fuiste creada.

Recibir Su Amor y dar Su amor a los demás y así dar a conocer Su Nombre para gloria de El.

Cuando creó al hombre lo hizo con una necesidad básica, que nada ni nadie puede llenar.

Podemos tener poco o todo lo que ofrece el mundo, la familia, la sociedad, todo lo que podemos soñar, pero, esa necesidad siempre se mantendrá allí. Adherida a nuestro ser... brotando de lo más profundo del espíritu...

Solamente quien te creó puede llenar esa necesidad.

Es esa necesidad llenada por El, Su Presencia en nuestras vidas, lo que nos hace ir siendo semejantes a El...

Naciste porque tu Creador quiso que nacieras y El te creó con esa necesidad de El...

Sólo El puede satisfacer en forma total y completa esa parte de tu ser.

Nuestro Dios nos creó con un espíritu dentro de nosotros y es en ese espíritu, que su propio Espíritu Santo, se puede relacionar con nosotros. En una relación de Amor.

El nos da a través de la Vida de Cristo en nosotros Su propia Vida...

Su Persona...Cristo...

¿Es gratis? Si cuando uno habla de "gratis,” se refiere a que nosotros no pagamos nada a cambio de algo, es gratis; pero, aquí en este don, en este regalo, hay un costo, Cristo pagó con su vida, con su cargar sobre sí mismo los pecados nuestros, los tuyos, los míos, los de esas personas que te hirieron, los de toda la humanidad.


Y ¿Por qué tenía que ser así?

Dios es Santo, de Santidad absoluta. Aborrece desde Su misma santidad el pecado.

Y todos sin excepción, somos pecadores ante Su santidad.

El único que no tiene pecado ante El es Su Hijo Jesucristo.

Y al cargar Jesucristo nuestros pecados en la cruz, nos declara justos, sin mancha alguna ante Dios.

Gracias a Su sacrificio en la cruz, Dios Santo, nuestro Creador, puede tener una relación perfecta con nosotros.

El ve a Su hijo amado en nosotros y nos ama en El, por El , para El y a través de El...

¿Qué es lo que nos pide a nosotros?

Que confiemos en El. Que creamos en su perdón. Que nos dejemos guiar por Jesucristo.

Que nos dejemos amar y que lo amemos por sobre todas las cosas confiando en que, el que empezó la buena obra en nosotros, la perfeccione para Gloria de Cristo Jesús.

Pide que nos entreguemos a Cristo confiando en Su Amor.

“Buscad primero el Reino de Dios, y todo lo demás os será dado por añadidura”.

¿Quieres empezar a Vivir tu vida con un nuevo nacimiento?

¿Y teniendo ya la certeza absoluta de que estás en las Manos del que te amó más que a Su propia vida?

Tanto te ama, que pasó por la terrible experiencia de la cruz, cargando todos los pecados nuestros, pasados, presentes y futuros.

El que no tuvo pecado alguno, en Su Santidad los cargó sufriendo El, las consecuencias que produce el pecado, la separación de Su Padre Santo y la muerte de cruz.

Pero Dios resucitó a Jesucristo. No lo dejó en manos de la muerte.

Le dio la Gloria y ahora está vivo y sentado a Su diestra. El es quien intercede a favor nuestro delante de la Santidad del Padre para Su Justicia.

¿Quieres nacer de nuevo? ¿Dejar que El renueve día a día tu vida, tu caminar, tu sentir? ¿Quieres conocerlo? ¿Quieres Su Amor? ¿Quieres Su Vida viviendo en ti? ¿Quieres a Cristo viviendo en Ti? ¿Quieres que Dios canjee tu vida, por la vida de Jesús, y que Cristo resucitado more en Ti?


El quiere que demos un pequeño paso de voluntad...Dios Padre Creador, Dios Hijo Salvador y Dios Espíritu Santo Renovador quieren entrar en tu vida y transformarla.

Para Gloria de Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo y Felicidad actual y Eterna tuya.

Señor Jesús
gracias por amarme,
te necesito.
Gracias por morir en la cruz, por mí
perdona mi desobediencia y mi pecado
y dame la fuerza para dejarlo.
Hoy te recibo en mi vida como Salvador y Rey.
Lléname de tu Espíritu Santo y produce un cambio en mí.
Ahora te entrego toda mi vida
para que la dirijas
y la guíes.
Gracias, Señor, por escuchar mi oración...


Por: Xaviera Espejo Yoacham

 

Ruta: