El sábado, algunos argumentos a favor refutados

Algunos observadores del sábado, están muy seguros que nadie les puede probar que el sábado está abolido. Sin embargo, un análisis de los argumentos que hacen los defensores de la observancia del sábado, les lleva a una crisis de conciencia que les coloca en una posición muy difícil de zafarse. Los sabatistas piensan que el modo de entender el asunto del sábado es el que ellos ya entienden. Rehúsan comprender que la Escritura nos lleva al verdadero sábado, al verdadero descanso, a Cristo Jesús. Por ello, aunque se les presente la verdad sobre el sábado y su abolición, el sabatista cierra su mente a todo texto bíblico que les lleve a comprender que el sábado está obsoleto y no es requisito para el cristiano convertido a Cristo. He hecho un breve resumen o compendio de lo que muchos eruditos en el tema han dicho sobre el SABADO y algunos argumentos sobre conceptos erróneos que han creado los adventistas para defender su falso concepto de lo que es el sábado. Veamos algunos argumentos de los sabatistas para ellos defender la vigencia del sábado, vean sus inconsistencias y veamos otro modo de entender estos textos:

 
1. EL SABADO EN LA CREACION

"Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación". (Gén. 2:1-3).

Nótese un patrón recurrente. Después de que Dios creó el día y la noche en el primer día, la Biblia dice: "Y fue la tarde y la mañana un día" (Gén. 1:5). Después de que Dios separó las aguas para crear el firmamento, leemos: "Y fue la tarde y la mañana el día segundo" (Gén. 1:8). Este patrón continúa durante los primeros seis días de la creación. (Véase Gén. 1:13, 19, 23, 31). Sin embargo, cuando miramos el final del séptimo día, no encontramos esta fórmula. Esperaríamos leer: "Y fue la tarde y la mañana el día séptimo", pero no está allí. Sólo encontramos que lo siguiente se puede desprender de este texto:

1. La creación se completó en seis días.
2. Dios reposó en el séptimo día.
3. Dios bendijo al séptimo día.
4. Dios santificó el séptimo día.
5. La razón de que Dios santificara el séptimo día es que en él reposó.
6. El relato del séptimo día no tiene la fórmula "y fue la tarde y la mañana el día séptimo", como los otros seis días de la creación.
7. El registro de la creación ha sido construido cuidadosamente.
8. La palabra "sábado" no se menciona en el libro de Génesis.
9. En el registro de Génesis no hay ningún mandamiento para que la
humanidad repose.
10. Nada se dice expresamente con relación al hombre en el reposo del séptimo día de la creación.
11. El "reposo" de Dios en el séptimo día se caracterizó más probablemente por deleitarse en su nueva creación y en la abierta comunidad con Adán y Eva en el ambiente sin pecado y perfecto de Edén.
12. Las condiciones que caracterizaron el "reposo" de Dios probablemente habrían continuado de no haber sido por el pecado del hombre.
13. El séptimo día de Gén. 2: 2, 3 puede haber sido un día regular, como los primeros seis días de la creación, o puede haber sido un período de tiempo indefinido.
14. El hecho de que el relato de Génesis esté construido tan cuidadosamente indica que la omisión de la frase "y fue la tarde y la mañana el día séptimo" fue intencional.
15. Cuando el hombre pecó, fue excluido de la presencia de Dios, y Dios inició su obra de redención para restaurar al hombre de vuelta a Sí mismo.
16. No dice que guardemos el sábado, no dice que es requisito para el cristiano convertido.

EXODO HASTA MALAQUIAS:

Cuando usted analiza los versos que utilizan los sabatistas en estos libros del Antiguo Testamento encontrará que siempre se refieren al pueblo de Israel. Es un pacto entre Dios y el pueblo judío. Nada de ordenanza para los gentiles.

1. "Sábado" es puramente una palabra hebrea que nunca se encuentra en la Biblia sino hasta el tiempo de Moisés. Éx. 16: 23. 2. La palabra sábado no se usa nunca en la Biblia en relación con algún tiempo santo judío. 3. No hay registro de que el sábado fuera guardado jamás antes de que los judíos lo guardasen. Éx. 16. 4. El sábado fue dado a los judíos. "Y les di mis sábados". Eze. 20: 12. Si Dios lo dio a los judíos, ¿no era su sábado, no era el sábado judío? Yo le doy un cuchillo a Fred. ¿No es el cuchillo de Fred? 5. Nótese cuán sencillo es el registro de que Dios dio el sábado a los judíos, pero a nadie más. "Dios OS dio el día de reposo". Éx. 16: 29. "Hablarás a los HIJOS DE ISRAEL, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo". Éx. 31: 13. ¿A quiénes se les dijo que guardaran el sábado? A los hijos de Israel, los judíos. "Señal es entre mí y los HIJOS DE ISRAEL", los judíos. Versículo 17. 6. Dios mismo llama al sábado "los días de reposo de ella". Óseas 2: 11. "Haré cesar todo su gozo, sus nuevas lunas y sus días de reposo, y todas sus festividades". ¿No es entonces el sábado judío? 7. El sábado no fue dado nunca a ninguna otra nación. 8. "Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones". Éx. 31: 16. ¿A quiénes estaba limitado? A la generación de los judíos. 9. "Señal es entre mí y LOS HIJOS DE ISRAEL". Éx. 31: 17. Era exclusivamente de ellos, era judío. 10. El sábado está clasificado junto con los otros días santos y sacrificios judíos. Véase Lev. 23: 1-44; Núm. 28: 2, 16; I Crón. 23: 29-31; II Crón. 2: 4; 8: 13, etc. Fue abolido junto con ellos. Colo. 2: 14-17. 12. Los judíos abarcan a casi todos los que guardan el séptimo día; por eso, el "sábado judío" es una designación natural e inteligente de ese día. 13. Por eso, nuevamente, es significante y adecuado designarlos como los guardadores del sábado judío. 15. Pero los sabadistas dicen que el séptimo día es llamado "el sábado del Señor tu Dios". Éx. 20: 10, y "mi día santo", Isa. 58: 10, y que, por lo tanto, no es correcto llamarlo "un sábado judío". Respuesta: Cada temporada santa, lugar, persona, o artículo era llamado del Señor, como "la pascua del Señor". Éx. 12: 11. Y sin embargo, leemos: "La pascua, una fiesta de los judíos". Juan 6: 4. Así que es "el sábado del Señor" en un lugar, y "sus sábados" en otro. Óseas 2: 11. Por eso, es correcto y bíblico llamar al séptimo día "el sábado judío".

Éxodo 31: 16-17, El Sábado Perpetuo

Aquí los sabadistas encuentran tres expresiones que, según ellos arguyen, indican que el sábado no puede terminar nunca. 1.) "Por sus generaciones". 2.) "Perpetuo". 3.) "Para siempre". Así: "Guardarán, pues, los hijos de Israel el día de reposo, celebrándolo por sus generaciones, por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel". Ellos preguntan: "¿Cuándo termina lo que es PERPETUO y PARA SIEMPRE? Estas expresiones muestran que la generación de los judíos todavía continúa; por eso el sábado todavía debe ser guardado".

Pero este argumento también perpetuaría toda la ley levítica, la circuncisión, el incienso, la pascua, el sacerdocio, etc. La pascua: "Lo celebraréis como fiesta solemne para Jehová durante vuestras generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraréis". Éx. 12: 14. Debía ser guardada "POR VUESTRAS GENERACIONES" y "PARA SIEMPRE", exactamente igual que el sábado. Lo mismo sucede con la ofrenda de incienso. "Incienso PERPETUO delante del Señor POR VUESTRAS GENERACIONES". Éx. 30: 8. Ahora, si el argumento Adventista en favor del sábado y basado en los términos "perpetuo", "para siempre", y "por vuestras generaciones" es bueno, ¡entonces deberían guardar la pascua y ofrecer incienso! Ésta es una buena muestra de la debilidad de los argumentos de los sabadistas. El mismo argumento probaría la perpetuidad de los holocaustos, Éx. 29: 42; la expiación, Éx. 30: 10; el lavamiento de las manos y los pies, Éx. 30: 21; las primicias, Lev. 23: 13; las ofrendas encendidas, Lev. 6: 18; el aceite para las lámparas, Lev. 24: 3; las franjas en los bordes de los vestidos, Núm. 15: 38; el pentecostés, Lev. 23: 21; la fiesta de los tabernáculos, Lev. 23: 41. Véanse también Éx. 40: 15; Lev. 3: 17; 7: 36; Núm. 10: 8.

La aplicación de estos términos a la observancia del sábado es prueba de que habría de cesar. ¿Por qué? Porque en cada caso en que estos términos se aplican a la observancia de cualquier ordenanza, esa ordenanza ha cesado. Los Adventistas mismos concuerdan con esto en todo, excepto en relación con el sábado. Así, Isa. 58: 12-13 es aplicado osadamente a nuestros días y a la obra de los Adventistas de urgir a todos a guardar el sábado judío. Pero no hay ni una sola palabra en todo el capítulo que siquiera intime tal cosa. Ellos asumen todo esto sin ninguna prueba, y luego aplican las palabras para adaptarlas a su propósito.

Cuando uno busca una afirmación clara y directa en toda la Biblia que requiera que los cristianos gentiles guarden el sábado, no la encuentra. Tiene que ser INFERIDO de esto; ADIVINADO de aquéllo; y una conclusión SACADA de lo de más allá; todo son inferencias, nada es directo. Así, pues, el Antiguo Testamento no proporciona evidencia alguna de que los cristianos deben guardar el sábado judío. Si tal prueba se ha de encontrar, debe ser en el Nuevo Testamento mismo. Vayamos al Nuevo Testamento para ver si Jesús o los apóstoles nos ordenaron guardar el sábado.

EL SABADO EN EL NUEVO TESTAMENTO:

Por extraño que parezca, el deber de guardar el séptimo día no se menciona ni una sola vez en todo el Nuevo Testamento. No hay ni un sólo mandamiento, ya sea de Cristo o de cualquiera de los apóstoles, para que se guarde ese día. No se dice ni una sola vez que es erróneo trabajar el séptimo día, o que Dios bendeciría a cualquier persona por observarlo. No hay ninguna promesa por guardarlo, ni ninguna amenaza por no guardarlo. Nadie es jamás reprendido por trabajar el séptimo día, ni aprobado por observarlo. Si descuidar el séptimo día es un crimen tan grande como ahora afirman sus defensores, es inexplicable que ninguna advertencia contra ese crimen se diera en todo el Nuevo Testamento, ni siquiera una sola vez. ¿Es todo este silencio meramente accidental? Eso quieren hacernos creer los sabadistas, pero la suposición es absurda. Evidentemente, fue dejado fuera a propósito, lo mismo que el pentecostés, la pascua, las lunas nuevas, los sacrificios, y cosas semejantes.

En todas sus catorce epístolas, Pablo sólo menciona el sábado una sola vez, y eso sólo para mostrar su abolición, Col. 2: 16. ¡Contraste esto con la literatura Adventista a favor del sábado!

La respuesta usual es que los judíos ya estaban guardando el sábado, hasta demasiado estrictamente, y que, por lo tanto, los cristianos judíos no necesitaban ser instruidos sobre este punto. Pero esta respuesta no es satisfactoria. Los judíos eran igual de estrictos contra los falsos dioses y las imágenes, y sin embargo, a los cristianos se les advierte, una y otra vez, contra estas cosas. Así, Pablo dice: "No seáis idólatras", y "Huid de la idolatría". I Cor. 10: 7, 14. Pero, ¿dónde dice: "Guardad el séptimo día?" o "Huid de la violación del sábado"?

Ahora bien cuando analizamos el comportamiento de Jesús sobre el sábado, vemos que los propios judíos lo criticaban y acusaban de violar el sábado y Jesús nunca se defendió de esa acusación. Cuando vemos a Jesús en Lucas 6: 6-11 encontramos lo siguiente:

1. Jesús declaró específicamente que era lícito hacer bien en sábado.
2. Jesús se enfrentó, abierta y públicamente, a los dirigentes judíos en relación con la interpretación comúnmente aceptada de la ley del sábado.
3. Jesús sanó en sábado a un hombre cuya vida no estaba siendo amenazada.
4. Jesús se enojó abiertamente y se entristeció por la dureza de los corazones de los fariseos.

Luego en Lucas 14 vemos otro encuentro de Jesús, el sábado y los fariseos y encontramos que:

1. Parece que este episodio fue preparado por los dirigentes judíos para tenderle una trampa a Jesús:
a. El hombre con hidropesía estaba allí enfrente de Jesús por casualidad.
b. Los fariseos y los intérpretes de la ley no respondieron a la pregunta de Jesús, probablemente por temor de que Jesús revelase los verdaderos motivos de ellos.
2. Jesús sanó al hombre con hidropesía en este día de sábado.
3. Jesús justificó su conducta en sábado basándose en cómo los fariseos, y otros que estaban presentes, cuidaban de sus animales en sábado.
En los capítulos de Juan y Lucas vemos el mismo comportamiento de Jesús hacia el sábado. Él ponía sus propias normas sobre su observancia y lo quebrantaba de la misma forma que David comía los panes de la proposición en el templo y era sin culpa. Ni por asomo Jesús ordenó que guardáramos el sábado, ni que el domingo era la marca de la bestia, que debíamos unirnos al adventismo para guardar el sábado y así escapar de la destrucción venidera. Jesús no defendió la observancia del sábado. Si guardamos el sábado porque Jesús lo guardó, debemos también entonces, circuncidarnos, ir a las Sinagogas judías, y hacer todas las cosas judías que él hizo, porque estaba todavía bajo la ley en cumplimiento de esa ley. Jesús quebrantó el sábado, pero por eso no cometió pecado, porque él es el Señor y dueño del Sábado, El no vino a abolir la ley, vino a cumplirla a culminar su objetivo o propósito de la ley, El vino a magnificar la ley y engrandecerla, EN SU PERSONA. La ley nos apunta y lleva a Cristo, por ello Cristo es el cumplimiento de la ley.

No podemos hoy decidir qué parte de la ley tomamos y cual rechazamos. La ley es un todo. Es una sola ley. Los que han tratado de dividirla en ley ceremonial y ley moral, no han presentado apoyo bíblico sustancioso para ésto. De hecho los propios judíos rechazan esta división. La ley es una sola ley. Llamada la Ley de Dios, Ley del Señor, Ley de Moisés.

Autor: Pedro de Jesús


¿Guardaba Pablo el sábado y las fiestas hebreas?
por Tito Martínez


Los neo-judaizantes (adventistas del séptimo día, judíos mesiánicos y seguidores de Herbert W. Armstrong) esgrimen los siguientes pasajes del Libro de los Hechos para hacernos creer que el apóstol Pablo y los primeros cristianos guardaban el sábado y las fiestas hebreas: Hechos 13:14, 42, 44; 16:13; 17:2; 18:4, 21; 20:6, 16; 27:9.

Analicemos uno por uno esos textos del libro de Hechos.

Hechos 13:14.

Este pasaje dice simplemente que Pablo y sus compañeros entraron en una SINAGOGA de Antioquía de Pisidia en sábado. Se sentaron, y después de la lectura de la Ley y los profetas, Pablo LES PREDICÓ EL EVANGELIO A LOS JUDIOS, DEMOSTRANDO CON LA TORAH (la ley) QUE JESÚS ES EL MESIAS (vrs.15-41). Por lo tanto, Pablo, como tenía por costumbre, entraba los sábados a las sinagogas NO PARA OBSERVAR EL SÁBADO, SINO PARA PREDICAR EL EVANGELIO A LOS JUDIOS. Los SÁBADOS era el mejor día para predicar el Evangelio de la GRACIA de Dios a los judíos, ya que era y es el día cuando los judíos se reúnen en sus sinagogas para estudiar la Torah.
LAS IGLESIAS FUNDADAS POR PABLO JAMAS SE REUNIAN LOS SÁBADOS PARA OBSERVAR ESE DÍA. ¡¡No hay ni un solo texto en el libro de Hechos donde se diga que los cristianos guardaban el sábado!!

Hechos 13:42

En este texto leemos que, cuando Pablo y sus compañeros salieron de la SINAGOGA, los judíos les invitaron a que siguieran hablando del mismo tema el sábado siguiente.

Hechos 13:44

En este texto leemos que el siguiente sábado casi toda la ciudad se congregó para oír el EVANGELIO. En ninguna parte leemos que Pablo y sus compañeros observaran el sábado. Ellos fueron utilizaron todos esos sábados PARA PREDICAR EL EVANGELIO A LOS JUDIOS, Y A LOS GENTILES JUDAIZADOS.
Repito, el sábado era utilizado por Pablo para PREDICAR EL EVANGELIO DE LA GRACIA DE DIOS (Hch.20:24), ¡no para predicar la Torah!, sino el EVANGELIO de la gracia, el Evangelio del NUEVO PACTO.

Hechos16:13.

Este pasaje dice que un sábado Pablo y sus compañeros salieron fuera de la ciudad para encontrar un lugar tranquilo para orar. El texto tampoco dice por ninguna parte que Pablo y sus compañeros guardaran el sábado, simplemente dice que ese día de oración era un sábado. Ese sábado lo aprovecharon para PREDICAR EL EVANGELIO A UNAS MUJERES que estaban lavando en la orilla del río (vrs.14-15).

Hechos 17:2.

Este pasaje es bien clarito. En él leemos que Pablo y sus compañeros llegaron a Tesalónica, y entraron un sábado, como era costumbre, en una SINAGOGA de los judíos para PREDICARLES EL EVANGELIO. Esto lo hicieron durante tres sábados seguidos, discutiendo con los judíos en base a las Escrituras, demostrando que Jesús es el Mesías (vrs.3-4).
La Escritura JAMÁS dice que Pablo entraba en las sinagogas judías para observar el sábado, sino que entraba para PREDICAR A LOS JUDIOS EL EVANGELIO. Si yo quiero predicar a los musulmanes el Evangelio, tendré que ir los VIERNES a sus mezquitas, ya que ese es el día cuando ellos se reúnen. ¿Significa eso que yo esté guardando el viernes? ¡Claro que no!
Hechos 18:4, 21.
Este pasaje confirma todo lo que estoy diciendo.
Pablo entraba todos los sábados en la SINAGOGA de los judíos, que estaba en Corinto, para demostrarles con la Torah que Jesús es el Mesías (v.5). El apóstol Pablo NO iba los sábados a la sinagoga de los judíos para hacer reuniones con el resto de los cristianos. Primero porque esos judíos de las sinagogas NO CREÍAN QUE JESÚS FUERA EL MESIAS, y, segundo, porque él iba a las sinagogas para anunciarles el Evangelio de la gracia de Dios. Cuando algunos judíos creían el mensaje de Pablo y se convertían al Mesías, SALIAN DE LAS SINAGOGAS (o eran expulsados) y se unían al grupo de Pablo, es decir, a los cristianos.
En Hechos 19:19 se dice una vez más que Pablo entraba en las sinagogas para discutir con los judíos, y demostrar con la Torah que Jesús es el Mesías. Lo quiero dejar bien claro: PABLO NO GUARDABA EL SÁBADO, sino que entraba los sábados en las sinagogas de los judíos para PREDICAR EL EVANGELIO A ESOS JUDIOS. No se deje engañar por las mentiras de la secta adventista del séptimo día, y repetidas por los seguidores de Herbert W. Armstrong, referente a que Pablo guardaba el sábado. Esos sectarios enseñan que si usted NO guarda el sábado, ¡no podrá ser salvo y no está en la verdad!, Y esto es una abominable doctrina de demonios, una PERVERSION del Evangelio de la gracia de Dios.

Hechos20:6, 16

Este pasaje dice simplemente que Pablo zarpó de Filipos después de la fiesta de los panes sin levadura, PERO NO DICE POR NINGUNA PARTE QUE PABLO OBSERVARA ESA FIESTA.
Es lo mismo que si yo digo lo siguiente: "Mi esposa y yo tomaremos el avión el día después de la fiesta de los tabernáculos". Yo NO estoy diciendo que esté guardando la fiesta de los Tabernáculos, lo que estoy diciendo es que tomaremos el avión el día después de la fiesta de los Tabernáculos. En el v.16 se enseña lo mismo. Pablo tenía prisa por llegar a Jerusalén el día de Pentecostés, pero NO dice por ninguna parte que él quería ir a Jerusalén para observar el día de Pentecostés. Simplemente el texto dice que ese día de Pentecostés Pablo quería estar en Jerusalén.

Hechos 27:9.

En este pasaje se hace referencia a la fiesta del ayuno, sin embargo, el texto NO dice por ninguna parte que Pablo guardara esa fiesta. Por consiguiente, decir que la Iglesia primitiva guardaba el sábado y las fiestas hebreas, basándose en esos textos del libro de Hechos, es una PATRAÑA, un engaño de los neo-judaizantes que predican un FALSO evangelio de obras, diciendo que, si quebrantamos el sábado del Decálogo, NO podremos salvarnos, sino que recibiremos la marca de la bestia y nos condenaremos. ESTE ESTUDIO DEJA BIEN CLARO QUE PABLO NO GUARDABA EL SABADO, SOLO LO APROVECHABA PARA PREDICARLES A LOS JUDIOS DE CRISTO JESUS.




EL DOMINGO DIA DEL SOL:
Los adventistas dicen que si usted se congrega en domingo está adorando el día del sol, pero este argumento es patético y débil en sí mismo, porque si nosotros por congregarnos en domingo estamos adorando al Dios del Sol, ellos también pecan porque están adorando a Dios en el día de Saturno, porque el sábado algunos paganos lo guardaban para adorar al dios Saturno. Es ridícula esta aseveración.

El sábado 59 veces en el Nuevo Testamento

Dicen que el hecho de que el sábado se menciona 59 veces en el Nuevo Testamento es prueba de que todavía era de gran importancia y debería ser guardado. Bien, el templo se menciona 115 veces en el Nuevo Testamento; la circuncisión, 55 veces; los sacrificios, 38 veces; la pascua, 28 veces, etc. ¡Entonces, supongo que deberíamos tener todo eso en el evangelio!

EL SABADO Y LA IGLESIA VERDADERA

A los Adventistas del Séptimo Día se les enseña a creer que la iglesia ASD es la iglesia de Dios de los postreros días, la iglesia verdadera, o la "iglesia remanente" . El apoyo para esta creencia se deriva principalmente de dos pasajes del libro de Apocalipsis.

"Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo" (Apoc. 12:17).
"Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía" (Apoc. 19:10).
Los Adventistas del Séptimo Día creen que estos versículos enseñan que ellos son la única iglesia verdadera y remanente. Su razonamiento es como sigue: La "mujer" representa la iglesia. El "resto" (el "remanente") de la descendencia de ella tiene que ser la porción de la iglesia que viva en los postreros días (nuestro tiempo). Apocalipsis 12:17 menciona dos señales distintivas de esta postrer iglesia: (1) "Guarda los mandamientos de Dios" y (2) "tiene el testimonio de Jesús". Pero, ¿qué es "el testimonio de Jesús"? En Apocalipsis 19:10, los adventistas descubren que "el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía". Interpretan la frase "los mandamientos de Dios" como los Diez Mandamientos de Sinaí, incluyendo el cuarto mandamiento, lo cual les lleva a la conclusión de que la iglesia del fin del tiempo será una iglesia que guarda el sábado. Interpretan la frase "el espíritu de la profecía" como un profeta de los postreros días que tiene un mensaje profético. Creen que este profeta de los últimos días es Ellen G. White, a cuyos escritos se refieren como "El Espíritu de Profecía" o "Los Testimonios". La iglesia ASD acepta los escritos de ella como "fuente autorizada de la verdad". Los Adventistas del Séptimo Día creen y enseñan que la iglesia ASD es la única iglesia verdadera de los postreros días porque es la única iglesia que guarda el sábado como séptimo día, que tiene un profeta moderno.

El razonamiento usado por los Adventistas del Séptimo Día para probar que son la iglesia verdadera y remanente de los postreros días falla por los cuatro costados. Primero, el término "mandamientos de Dios", como se usa generalmente en el Nuevo Testamento, no siempre se refiere a los Diez Mandamientos. En los escritos de Juan, "mandamientos" se refiere por lo común a la ley de amor del nuevo pacto. Juan siempre usa el término "ley" para referirse a la ley del pacto antiguo. Segundo, el término "testimonio de Jesús" se define fácilmente, tanto a partir de su propio uso en griego como por la manera en que el término se usa en otras partes de Apocalipsis. Significa simplemente la verdad procedente de Jesús o la verdad concerniente a Jesús. Tercero, cuando la Escritura afirma que "el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía", esto no tiene nada que ver con un profeta de los postreros días, sino más bien con el hecho de que toda la profecía bíblica está centrada en Jesucristo. Es esta verdad lo que constituye el "espíritu" o tema de toda la profecía.

¿Está usted buscando "la iglesia verdadera"? No encontrará ninguna organización humana que sea la iglesia verdadera. Más bien, busque una congregación local de creyentes cristianos que confiesen a Jesús como su Señor y Salvador, que estén llenos del Espíritu Santo, y que esta plenitud esté evidenciada por la exaltación de Cristo y la proclamación del evangelio, que practiquen el bautismo por agua y celebren la cena del Señor, que estudien y obedezcan la Palabra de Dios, y que expresen su condición de haber sido perdonados amándose los unos a los otros. Allí encontrará a la iglesia verdadera de Dios, sin importar su nombre.

EL SABADO USADO POR LOS ADVENTISTAS PARA EVANGELIZAR, COMO GANCHO PARA EL PROSELITISMO


La doctrina del sábado ha resultado ser una herramienta de manipulación en el evangelismo Adventista del Séptimo Día. El método evangelístico que se usa a menudo es el de "demostrar", con porciones de la Escritura (a menudo fuera de contexto) la naturaleza obligatoria del sábado, demostrar que la iglesia ASD guarda el sábado, y explicar a las personas que, si quieren ser salvos y no recibir la "marca de la bestia", tienen que ingresar a la iglesia ASD, que es la única iglesia remanente y verdadera de Dios. Los Adventistas del Séptimo Día enseñan que el sábado es el "sello de Dios" y que el culto dominical será la "marca de la bestia". Este método de manipulación ha traído cientos de miles, sino millones, de "conversos" a la iglesia ASD, y continúa usándose en su "evangelismo tradicional". Este método crea varios problemas. (1) No es bíblico. Este tipo de evangelismo no se enseña ni se practica en ninguna parte del Nuevo Testamento. Más bien, ¡el evangelismo del Nuevo Testamento es siempre una proclamación de las buenas nuevas del evangelio de Jesucristo! (2) Como se menciona más arriba, el "método evangelístico tradicional" ASD socava el evangelio. Saca el evangelio del centro y hace de la observancia del sábado "la verdad que prueba". (3) Causa daño a la unidad de la iglesia. Es contrario a la oración de Jesús de que "todos sean uno" (Juan 17:20,21). (4) Crea innecesarias preocupaciones sociales e innecesarios problemas económicos para los nuevos conversos. A menudo se les aconseja a las personas que abandonen sus empleos y desobedezcan a los cónyuges o padres para "guardar el sábado" desde la puesta de sol del viernes hasta la puesta de sol el sábado. Así, como los judíos de los tiempos del Nuevo Testamento, la observancia del sábado tiene prioridad sobre las relaciones. La paradoja es que las leyes sabáticas debían señalar hacia adelante, hacia una relación restaurada. En el nuevo pacto, la relación tiene prioridad sobre la ceremonia.

El SABADO ES EL SELLO DE DIOS:

¡El sello de Dios NO es el sábado! Créalo amigo sabatista. La Biblia dice claramente que el sello de Dios es el Espíritu Santo que mora en el creyente en el momento en que es salvo.

Efesios 1:13 dice: "En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria".
Efesios 4:30 advierte: "Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención".
2 Corintios 1:21-22 afirma: "Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios, el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones".
¿Por qué no se enseña en ninguna parte del Nuevo Testamento que el cuarto mandamiento debe obedecerse? Consideremos lo siguiente, analicemos las siguientes interrogantes que nos encontramos cuando vamos al Nuevo Testamento a buscar apoyo a la observancia del sábado:

¿Por qué en ninguna parte del Nuevo Testamento se condena como pecado la no observancia del sábado?

¿Por qué el cuarto mandamiento mismo no se repite en el Nuevo Testamento ni una sola vez?

Si la observancia del sábado es tan importante para un discípulo de Cristo, ¿por qué no fue mencionada en el Sermón del Monte ni en ninguna de las enseñanzas de Jesús?

¿Por qué no ordenó Jesús que se guardara el sábado?

¿Por qué no ordenó ninguno de los apóstoles la observancia del sábado?

¿Por qué no ordenó el concilio de Jerusalén que se guardara el sábado, ni condenó la violación del sábado? (Hechos 15).

Algunos contestan que los judíos ya conocían el sábado, así que se daba por sentado que ellos continuarían guardándolo, pero entonces, ¿por qué se reiteraron los otros nueve mandamientos? ¿No podrían ser dados por sentados también? Pareciera también que, con tantos gentiles entrando a la iglesia, si la observancia del sábado era tan importante, habría instrucciones concerniente a ella en alguna parte de las epístolas. Hay instrucciones para ellos concerniente a la moral, la ética, el culto, el orden en la iglesia, y el estilo de vida en la familia. ¿Por qué sería ignorado algo tan importante como la observancia del sábado? La circuncisión, que antecede a la ley y al mandamiento del sábado fue motivo de disputa en la iglesia del Nuevo Testamento y se discute repetidamente en las epístolas del Nuevo Testamento y por el concilio de Jerusalén.


LOS ADVENTISTAS VIOLAN LAS LEYES SABÁTICAS
DEL ANTIGUO PACTO


1. No encender fuego en sábado. Éx. 35:1, 3.

Por supuesto, los adventistas dicen que esta ley no se aplica a ellos. Esto de tomar y escoger algunas leyes del Antiguo Pacto, como el diezmo y la prohibición de comer carnes inmundas, y recargar con ellas a los miembros, nunca fue adoptado por la iglesia del Nuevo Testamento.

2. Permanecer en su lugar, no viajar en sábado. Éx. 16:9.

He visto a adventistas viajar largas distancias en sábado para ir a parques estatales y a campamentos, y para visitar parientes y amigos.

3. No transportar cargas en sábado. Jer. 17:27; Neh. 1:15.

He visto a adventistas llevando canastas de comida, poniendo mesas y sillas para reuniones y comensales, y transportando equipo para programas de la iglesia.

4. No cocer ni cocinar nada en sábado. Éx. 16:23.

¿Y las damas adventistas que preparan alimentos en sábado en la iglesia para comidas improvisadas, y en los hogares para la familia y los invitados? Ellas hornean, cuecen, y preparan alimentos en sábado.

5. No comprar ni vender en sábado. Neh. 13:15.

He visto a adventistas aceptar dinero a cambio de comidas en hospitales y en restaurantes de academias ASD en sábado. ¿Y el aceptar donaciones desde el púlpito en sábado para suscripciones de publicaciones de la iglesia? He visto a muchos ASD, incluyendo a pastores ASD visitantes, comprando gasolina en sábado para llegar a sus hogares.

6. Pena de muerte para los violadores del sábado. Éx. 31:14, 15.

Todavía no he visto a ningún ASD lapidar a miembros de la iglesia por quebrantar el sábado. Esta es una ley que ellos guardan plenamente.

Las leyes que tratan de la observancia del sábado eran para Israel solamente. Estas leyes terminaron en el Calvario. Los Diez Mandamientos eran la ley del Antiguo Pacto. En el Antiguo Pacto no hay tal cosa como la ley moral y la ley ceremonial. Todo el conjunto de leyes se conocía como la ley o la Torah. Los cristianos están bajo el Nuevo Pacto, que tiene un modelo de ley más elevado según el cual vivir que los Diez Mandamientos.

La verdad es que, para guardar el sábado, tendríamos que guardar TODAS las leyes del Antiguo Pacto que tienen que ver con el sábado. Yo no he encontrado que a ningún miembro de la iglesia del Nuevo Testamento se le ordene obedecer estas leyes sabáticas. Todos somos salvos por la gracia de Cristo en el Calvario.

La iglesia del Nuevo Testamento no enseñó a los conversos gentiles a "guardar el sábado". Yo no he encontrado ninguna instrucción para los cristianos sobre cómo guardar el sábado.

La Biblia no les dice a los cristianos que tienen que estar en la iglesia todo el día, ni que oren todo el día, ni que lean o hablen sólo de cosas espirituales todo el día. En el Nuevo Testamento, la violación del sábado no es jamás motivo de disputa, ni se menciona jamás como razón para que una persona pierda la salvación.

Es evidente que la forma en que los adventistas entienden el sábado es errada y falla por cualquier ángulo que usted lo analice a la luz sencilla de la Palabra de Dios. Ellos desean ponerle cargas pesadas a los cristianos que ellos mismos no pueden cargar. Cristo es nuestro Sábado, todo apunta a que el cumplimiento del sábado está centrado en la persona de Cristo. Cristo cumplió con la circuncisión, de lo contrario nos estaríamos hoy circuncidando para salvación, Cristo cumplió así con la Pascua, la fiesta de los tabernáculos, todas las fiestas santas de Israel que señalaban su Primera Venida como Mesías, sino fue así entonces hoy estuviéramos guardando todas esas leyes. Y Cristo cumplió con el SABADO. Él fue nuestro sábado, él es nuestro sábado, nuestro descanso. Por ello nos dijo, "venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados que YO OS HARE DESCANSAR". Cristo cumplió todas estas leyes judías por nosotros.

¿GUARDAREMOS EL SABADO EN EL CIELO O EN LA TIERRA NUEVA?

Los adventistas utilizan Isaías 66:22 y 23 para argumentar que en el cielo y la tierra nueva guardaremos el sábado. Así pretenden perpetuar esta ley judía. Pero ¿Es esto razonar? ¿Es válido esta forma de interpretar estos textos? Ellos se basan en dos suposiciones la primera es que en la tierra nueva toda la humanidad guardara el sábado y la otra es que como ésto será así debemos comenzar por guardarlo ahora.

Sin embargo ellos aíslan estos textos del resto del capítulo de Isaías 66. Veamos los versos que le anteceden el verso 20 y 21:

"Y traerán a todos vuestros hermanos (se supone que son los israelitas) de entre todas las naciones (Israel estaba cautivo en este tiempo) por ofrenda a Jehová, en caballos, en carros, en literas, en mulos y en camellos, a mi santo monte de Jerusalem, dice Jehová, al modo que los hijos de Israel traen la ofrenda en utensilios limpios a la casa de Jehová. Y tomaré de ellos para sacerdotes y levitas..." (Isaías 66:20, 21).

Siendo consonos con la interpretación adventista de Isaías 66:22 y 23, ¿será restaurado también en el cielo y la tierra nueva el sacerdocio levítico?, ¿se restaurará todo lo relacionado al templo antiguo? Entonces deberíamos restaurar también el sacerdocio levítico, las fiestas de las nuevas lunas y las ceremonias de los meses y los años.

Entonces también debemos poner a los leones a pastar con el cordero y llevarlos a comer hierba. Los adventistas aceptan la expresión de sábado en sábado, pero ¿y la de "mes en mes"? Claro que ni caso le hacen, porque esa expresión se refiere a las fiestas de las nuevas lunas abolida por Cristo. Si vamos a guardar el sábado en la tierra nueva según Isaías 66 también debemos entonces guardar las fiestas de mes en mes y establecer el sacerdocio levítico y poner al león y al cordero juntos desde ahora.

Los que argumentan que en Isaías 66:23 es un texto a favor de la observancia del sábado, entonces también deben aceptar todo el paquete de las leyes y ceremonias abolidas por Cristo que aparecen ahí, cosa que no hacen ni por asomo los adventistas. Solo usan este texto para defender su fallida interpretación a favor del sábado.

Más adelante continuaremos con este tema aclarando otros argumentos. Algunos puntos que deben ser aclarados en otro estudio serán los términos, Ley y la palabra mandamientos. Los adventistas pretender dividir la ley en ley ceremonial y ley moral y la Biblia no les ha sido de mucha ayuda. Igualmente interpretan la palabra mandamientos dondequiera que la leen en la Biblia como que son los 10 mandamientos y veremos que la palabra mandamientos no significa solo eso, tiene otros significados.

DIOS LES BENDIGA,

PEDRO DE JESUS




Saludos a todos amigos y hermanos en Cristo:
Como todos saben estamos estudiando en el mes de noviembre, el tema del sábado desde otro punto de vista. Le estamos dando otra mirada al Sábado. Ahora vamos a entrar en la segunda parte de este estudio donde veremos cómo el sábado entra en nuestra relación con nuestro Salvador. Para beneficio de todos se ha hecho en formato de preguntas y respuestas. Sin embargo, les recuerdo que al final de todo el estudio, a partir de diciembre de 2003, entraremos en una semana donde pueden hacer las preguntas con las que tengan dudas. Que disfruten este interesante tema.
Pedro de Jesús Colón

ENTREMOS EN EL REPOSO DE DIOS
Segunda Parte II
El sábado y nuestra
relación con Dios


PREGUNTA: ¿Es el mandamiento del sábado una ley moral o una ley ceremonial?

RESPUESTA: Los sabatarios comúnmente afirman que los Diez Mandamientos están en la categoría de ley moral, pero no hay prueba bíblica para suponerlo así. La expresión "ley moral" proviene de los teólogos que procuran clasificar las leyes del Antiguo Testamento de acuerdo con su propósito principal.

En general, las leyes civiles son sobre detalles de la manera como los humanos se tratan recíprocamente como una sociedad. Las leyes ceremoniales son sobre asuntos específicos de adoración (por ejemplo, especificando que la becerra debe ser roja, o que el sacerdote debe tocar el dedo gordo del pie). Las leyes morales son sobre aspectos más fundamentales de nuestras relaciones con Dios y los humanos, la manera en que nos llevamos los unos y con los otros. Muchos teólogos dicen que las leyes morales del Antiguo Testamento tienen validez continua.

El mandamiento del sábado tiene que ver con nuestra relación con Dios a la vez que con nuestra relación con los humanos. Nos dice que no debemos requerir que nuestros sirvientes trabajen siete días a la semana, de manera que en ese sentido es moral, ya que tiene que ver con relaciones interpersonales. La ley asegura que los sirvientes tengan tiempo para descansar y adorar. Sin embargo, desde el punto de vista humano, un día de la semana vendría a ser tan bueno como el otro para descansar. El requisito de que el día de descanso sea específicamente el séptimo día de la semana no es un asunto interpersonal. Fue especificado por Dios y era un detalle de adoración.

Con respecto a la adoración, nuestra relación con Dios necesita tiempo. El sábado fue hecho para beneficio humano, no porque la santidad de Dios lo necesitaba. Pero, ¿es el período específico de tiempo el aspecto fundamental y esencial de nuestra relación con Dios? En el antiguo pacto, se requería un tiempo específico para trabajar y un tiempo específico para descansar. Pero en el nuevo pacto, la base de nuestra relación con Dios es la fe, no un tiempo específico. Todavía se hace necesario el tiempo, pero el nuevo acuerdo que Dios nos ha dado no especifica el día, la frecuencia ni el término de tiempo.

El valor general de adoración del mandamiento del sábado permanece; los humanos necesitan tiempo para adorar. No obstante, no debemos suponer que los detalles específicos ordenados (cesar de trabajar específicamente en el séptimo día) son características esenciales de la relación con nuestro Creador. El día y la noche dejarán de existir (Apocalipsis 21:25), pero nuestra relación con Dios permanecerá para siempre. El sábado no es una parte esencial o permanente de esa relación. Dios mismo no observa el sábado. No es parte de su carácter. Por tanto, no juega un papel directo en nuestra transformación espiritual para llegar a conformarnos a su imagen. El sábado no es un fin en sí mismo, es sólo un medio para un fin.
Si Dios nos dice, desde luego, que descansemos en cada séptimo día, descansaremos. La cuestión es si el nuevo pacto nos dice que descansemos en el día séptimo. Debemos obedecer a nuestro Señor, desde luego, pero lo que enseñemos como mandamientos no puede basarse en suposiciones acerca de los Diez Mandamientos (que todos son morales, o que deben permanecer juntos como un paquete). Nuestra doctrina acerca del sábado debe basarse en declaraciones bíblicas y no en suposiciones.

PREGUNTA: En la antigua Israel, los que quebrantaban el sábado eran apedreados hasta morir (Éxodo 31:14; 35:2; Números 15:32-36). ¿Demuestra esta severa pena la importancia del sábado, de que no es sólo un ritual?

RESPUESTA: Éxodo 31:14 muestra que "ser cortado" era un castigo tan severo como el de ser ejecutado (ver también Levítico 20:2-3). Quienes violaban el pacto sinaítico no podían seguir considerándose como parte del pueblo del pacto, tenían que ser exiliados o ejecutados. Números 15:30-31 dice que cualquier pecado voluntario debería ser castigado con el exilio de la persona de su pueblo. Esto se ilustró directamente con el caso del hombre que fue encontrado recogiendo leña en el sábado. Su rebelión fue desafiante y por eso tuvo que ser apedreado. Deliberadamente estaba rechazando el pacto.

Sin embargo, las violaciones de la ley moral no fueron las únicas violaciones del pacto con castigos severos. Las violaciones del pacto también tenían que ver con rituales de adoración tales como usar una receta sagrada para hacer incienso (Éxodo 30:33), una persona impura que comiera del sacrificio de reconciliación (Levítico 7:20-21), sacrificar un animal en un lugar inapropiado (Levítico 17:4), acercarse demasiado al tabernáculo en momentos específicos (Números 1:51) y profetas que dijeran tener autoridad divina pero cuyas predicciones fallaran (Deuteronomio 18:20-22). Todos ellos deberían ser cortados o ejecutados. La severidad del castigo no es prueba de que aquellas leyes en particular continúan en vigor en el nuevo pacto.
Esto muestra la importancia del sábado en el sistema del antiguo pacto como una señal y como parte de las tablas del pacto. Los israelitas quebrantaron todos los aspectos del pacto, y fueron castigados con las maldiciones que se añadieron al pacto (Levítico 26, Deuteronomio 28). Su desobediencia en relación con el sábado, al igual que su desobediencia en relación con los ritos de adoración, fue una señal externa de su incredulidad. Las bendiciones fueron físicas, y las maldiciones fueron físicas, características del antiguo pacto, pero no del nuevo.

Los judíos fueron castigados nuevamente en el año 70 d.C., pero la razón por este castigo no fue el quebrantamiento del sábado. Su principal pecado en el primer siglo fue el rechazo del Mesías, quien era de mucha más importancia que el sábado. Ellos rechazaron el nuevo pacto. Jesús fue el "mandamiento prueba" del primer siglo. La fe en Cristo es ahora el requisito en el cual depende nuestra salvación y eternidad. En resumen, Dios castigó a los israelitas por el quebrantamiento del sábado debido a que el sábado era un requisito en el tiempo en que vivían y por el pacto bajo el cual vivían. Pero eso no puede probar que los detalles físicos del sábado son todavía requeridos en una nueva era.

PREGUNTA: El sábado es un pacto perpetuo que muestra que el Creador es quien santifica a su pueblo (Éxodo 31:13-17). ¿Deben los cristianos hoy guardar este pacto perpetuo como una señal de que son el pueblo del Creador?

RESPUESTA: El sábado fue dado para varios propósitos. Éxodo 31 describe uno de ellos: El sábado se designó como una señal entre los israelitas y Dios para que los israelitas supieran que Dios los había santificado. Les recordaba a los israelitas que Dios los había separado de acuerdo con su propósito. Sin embargo, su santidad dependía de su obediencia al antiguo pacto (Éxodo 19:5-6; Deuteronomio 28:9). Por consiguiente, la señal del pacto del sábado dependía del antiguo pacto.
Sin embargo, Éxodo 31 no dice que Dios santifica sólo a los israelitas, o sólo a aquellos que guardan el sábado. Implica la posibilidad de que Dios pueda santificar a otro pueblo, o indicarles de otra manera que han sido santificados. Dios es libre de trabajar con quien él quiere, de la manera en que él lo quiera hacer.

Dios trabajó con Israel como una nación física, y les dijo que observaran el sábado como una señal entre él y ellos para siempre (vers. 16-17). Sin embargo, la circuncisión era una señal similar, requerida para Abraham y sus descendientes, como un recordatorio del pacto perpetuo entre Dios y su pueblo (Génesis 17:10-14). No obstante, esta señal no se le requiere a la Iglesia; el Nuevo Testamento da una señal diferente.

La circuncisión, así como el sábado, fue diseñada como un pacto perpetuo en sí mismo (Génesis 17:13; Éxodo 31:16). El pan de la proposición semanal fue también un pacto perpetuo (Levítico 24:8). Mas todos estos han quedado obsoletos por el establecimiento del nuevo pacto.

En la comunidad del antiguo pacto, la circuncisión era un rito que marcaba la entrada de una persona dentro del pacto, y el sábado era también un recordatorio regular de la participación en el pacto. En el nuevo pacto, la entrada se marca por la fe y el bautismo, y nuestra aceptación del nuevo pacto se repite regularmente cuando comemos el pan y bebemos el vino en conmemoración de nuestro Salvador. Esos son los ritos del pacto del Nuevo Testamento.

El bautismo simboliza estar unido con Jesús en su muerte y ser levantado a una vida nueva en él (Romanos 6:3-5; Colosenses 2:12). Esta es nuestra nueva creación, el inicio de nuestra nueva vida. La cena del Señor simboliza nuestra participación con Cristo (1 Corintios 10:16). Él es el pan vivo, el sustento de nuestra nueva vida. Por tanto, miramos hacia Cristo, no hacia Abraham o al Éxodo. En el nuevo pacto, Cristo es nuestro punto de referencia.

El Nuevo Testamento muestra que Dios trabaja con todos con base en la fe, no con una conformidad externa a un pacto perpetuo (Romanos 4:9-10). Aun el pacto de la circuncisión que le fue dado a Abraham mismo no puede anular la promesa que se le dio debido a su fe.

Las leyes que se añadieron después de esa promesa (incluyendo el pacto de la circuncisión, el antiguo pacto, el pacto del sábado y el pacto del pan de la proposición) no pueden anular la promesa de Dios (Gálatas 3:17). Si existen otras razones para requerir la observancia del sábado, entonces, estamos dispuestos a observar el sábado. Sin embargo, el pacto de Éxodo 31 no es obligatorio para el pueblo de Cristo del nuevo pacto.

El pacto del sábado entre Dios e Israel mostró que Dios había separado a su pueblo de otras naciones. Esto indica que el sábado no fue dado a los gentiles. Pero hoy, Dios no separa físicamente a su pueblo de otros, y no tiene leyes que separen a los judíos de los gentiles (Efesios 2:11-18). Las características distintivas y que se enfatizaban en el Nuevo Testamento son espirituales --fe y amor-- en vez de físicas, geográficas o temporales.

No podemos suponer que los pactos perpetuos para los israelitas automáticamente son para la Iglesia en nuestro día. Éxodo 31 es interesante históricamente, pero no podemos basar nuestra doctrina del sábado en ese capítulo. Si hemos de afirmar que la observancia del sábado es un requisito para la salvación, necesitamos una evidencia más substancial.

PREGUNTA: ¿No le dio Dios sus leyes a los israelitas para que les enseñaran a los gentiles a obedecer esas mismas leyes (Deuteronomio 5:5-7; Hechos 7:38)?

RESPUESTA: Dios le dio a Israel un sinnúmero de leyes que los gentiles no tienen que obedecer hoy: sacrificios, rituales de purificación, dedicación de los niños primogénitos, etc. Aunque esos ritos eran un buen ejemplo para los vecinos de Israel, no se requieren hoy. Debemos ver en otra parte de la Biblia para ver cuáles leyes tienen validez continua y cuáles no la tienen. No debemos suponer que las "leyes del antiguo pacto son todavía válidas a menos que sean específicamente rescindidas en el nuevo". El nuevo pacto ha anulado el antiguo pacto y las leyes antiguas han sido sustituidas. Además, como veremos, el Nuevo Testamento presenta un enfoque dramáticamente diferente del sábado de como lo hacía el antiguo pacto.

PREGUNTA: Los israelitas fueron castigados por quebrantar el sábado (Nehemías 13:17-18; Jeremías 17:27). Se les prometieron bendiciones por guardar el sábado (vers. 21-26). ¿No muestra esto la importancia del sábado?

RESPUESTA: Esto muestra la importancia del sábado en el sistema del antiguo pacto como una señal y como parte de las tablas del pacto. Los israelitas quebrantaron todos los aspectos del pacto, y fueron castigados con las maldiciones que se añadieron al pacto (Levítico 26, Deuteronomio 28). Su desobediencia en relación con el sábado, al igual que su desobediencia en relación con los ritos de adoración, fue una señal externa de su incredulidad. Las bendiciones fueron físicas, y las maldiciones fueron físicas, características del antiguo pacto, pero no del nuevo.

Los judíos fueron castigados nuevamente en el año 70 d.C., pero la razón por este castigo no fue el quebrantamiento del sábado. Su principal pecado en el primer siglo fue el rechazo del Mesías, quien era de mucha más importancia que el sábado. Ellos rechazaron el nuevo pacto. Jesús fue el "mandamiento prueba" del primer siglo. La fe en Cristo es ahora el requisito en el cual depende nuestra salvación y eternidad.

En resumen, Dios castigó a los israelitas por el quebrantamiento del sábado debido a que el sábado era un requisito en el tiempo en que vivían y por el pacto bajo el cual vivían. Pero eso no puede probar que los detalles físicos del sábado son todavía requeridos en una nueva era.

PREGUNTA: ¿No dijo Isaías que los gentiles serían bendecidos por guardar el sábado?

RESPUESTA: Sí, lo dijo. Él también dijo que los gentiles ofrecerían holocaustos y sacrificios (Isaías 56:7). Los profetas predijeron que la gente observaría las lunas nuevas (Isaías 66:23; Ezequiel 46:3), discriminaría a la gente no circuncidada (Isaías 52:1-2; Ezequiel 44:9), sacrificaría en el templo (Ezequiel 20:40; Zacarías 14:20-21) y observaría otras leyes que los cristianos no necesitan observar. Los profetas vivían bajo el antiguo pacto, y describían la devoción a Dios en terminología del antiguo pacto. Nosotros no podemos asumir que esas especificaciones aplican a los cristianos en ésta época.

PREGUNTA: El sábado fue una bendición para ambos, judíos y gentiles (Isaías 56:2-8). ¿No muestra eso que ambos, judíos y gentiles, deben observarlo hoy?

RESPUESTA: Isaías predijo que Dios, mediante el Siervo Sufriente, el Mesías, establecería un nuevo pacto con su pueblo (42:6-7; 49:8-10; 54:9-10; 55:1-3). No obstante, al describir esta nueva relación, Isaías también describió costumbres del antiguo pacto que en algunos casos se aplican sólo figurativamente al nuevo pacto. En Isaías 56:7, por ejemplo, él dice que los gentiles ofrecerán holocaustos y sacrificios en la casa de Dios.

El punto principal de Isaías es que Dios no sólo está interesado en los israelitas, sino también en los gentiles. La casa de Dios será un lugar para todas las nacionalidades, y él reunirá a los gentiles al igual que a los israelitas (vers. 8). Los eunucos, quienes eran excluidos del templo en el antiguo pacto (Deuteronomio 23:1), también serían aceptados. Las condiciones de la relación entre Dios y los humanos se cambiarían y se haría un nuevo pacto.

La casa de Dios "será declarada casa de oración para todas las naciones". Jesús citó esta escritura en Marcos 11:17, pero el cumplimiento real de esta profecía no es en el templo físico, sino en la carne donde el Espíritu mora. Ambos, judíos y gentiles, son invitados a ser parte de la familia de Dios, la Iglesia. Los detalles físicos de la profecía de Isaías --las ofrendas físicas y un templo físico-- no son requeridos de los cristianos hoy. Si interpretamos estos detalles físicos de acuerdo con los complementos espirituales, ¿no podríamos interpretar también la observancia del sábado de una manera espiritual?
¿Es el sábado un detalle físico, como las ofrendas, o es una parte permanente e intrínseca de una relación apropiada con Dios? No se debe asumir ninguno de estos enfoques, y este pasaje no nos da suficiente información para decidirlo. Debemos ir al nuevo pacto para comprender cómo se aplica el sábado a los cristianos.

PREGUNTA: El sábado es un día de alegría y digno de honor (Isaías 58:13). ¿No sería erróneo llamarlo una carga y abandonar sus beneficios?

RESPUESTA: Isaías 58 es un llamamiento al arrepentimiento. Isaías está declarando a la casa de Jacob sus pecados y rebelión (vers. 1). Aunque los israelitas tenían una apariencia externa de piedad (por ejemplo, el ayuno), lo hacían por razones egoístas (vers. 2-5). Aunque decían estar adorando a Dios, no obedecían sus leyes éticas más importantes: la justicia, la libertad y la caridad (vers. 6-7).

Si los israelitas hubiesen cumplido los detalles más importantes de la ley, entonces Dios hubiese estado más dispuesto a responderles (vers. 8-11). Les hubiera dado bendiciones físicas a la nación (vers. 11-12).

Lo mismo es verdad con respecto al sábado. Si el pueblo hubiera obedecido el pacto bajo el cual se encontraban, si hubiesen observado sus leyes sin murmuraciones, si hubiesen usado el día de Dios de la manera que él quería que lo usaran, entonces Dios los hubiera bendecido físicamente. Como lo prometían las bendiciones del pacto (Levítico 26; Deuteronomio 28), Dios recompensaría a la nación en su tierra, en la herencia física del patriarca Jacob (Isaías 58:14). De una manera similar, el pueblo debía ofrecer sus holocaustos y sacrificios con alegría, sin quejarse de que los sacrificios eran obligaciones pesadas (ver Malaquías 1:6-14). Debían haber estado alegres con el pacto que se les había dado.

Isaías 58 es apropiado para las condiciones del antiguo pacto, y no nos dice necesariamente nada acerca de los requisitos del nuevo pacto. No podemos suponer que los requisitos son los mismos. Todas las leyes del antiguo pacto eran buenas, pero su valor era temporal. Fueron creadas para señalar hacia Cristo, y tuvieron aplicación hasta que él vino. Las leyes tenían beneficios, pero es permisible dejarlas después de ser guiados a algo mejor, y no podemos enseñar como requisito algo que es realmente opcional.

Pedro fue inspirado a decir que la ley de Moisés era "una carga que ni nosotros ni nuestros antepasados hemos podido llevar" (Hechos 15:10, Versión Popular). Pedro no especificó cuáles aspectos de la ley eran más difíciles, pero es claro que el paquete del antiguo pacto era más estricto en reglamentos externos de lo que es el nuevo pacto. Debemos mirar al nuevo pacto para ver si 1) nos dice que miremos en el antiguo pacto para encontrar los días de adoración, o 2) si éste nos da nuevas instrucciones relacionadas con días y costumbres de adoración.

PREGUNTA: Las profecías describen una adoración de Dios que incluye el sábado (Isaías 66:23; Ezequiel 44:24). ¿Muestra esto que el sábado es un aspecto permanente de la ley de Dios?

RESPUESTA: Los profetas describieron un tiempo ideal en el cual todas las naciones adoraban a Dios. Para transmitir eficazmente este concepto a una nación del antiguo pacto, los profetas describieron formas de adoración del antiguo pacto, incluyendo observancias de lunas nuevas (Isaías 66:23; Ezequiel 46:3) y sacrificios en el templo (Zacarías 14:20-21; Ezequiel 20:40; 45:17; 46:4). También describieron discriminación en contra de los pueblos incircuncisos (Ezequiel 44:9; Isaías 52:1-2) y anulación de los rituales de impurezas (Ezequiel 44:25-27).

Sin embargo, ni la circuncisión ni los sacrificios son requisitos religiosos en esta era. Además, otra profecía indica que el ciclo del día y de la noche va a cesar (Apocalipsis 21:25), dando a entender que ya no habrá más sábados.

Las profecías (sean del Nuevo o del Antiguo Testamento, sean acerca de sábados, de sacrificios o de circuncisión) no son una fuente segura de prueba con respecto a la práctica cristiana. Nuestras doctrinas deben basarse en escrituras que son aplicables a la época en que vivimos.




Estimados Hermanos:

El jueves pasado les envié el estudio sobre Jesús y el Sábado. La tercera parte de nuestro estudio sobre otra mirada al sábado. A algunos no les llegó el estudio y a otros si. Por ello lo estoy volviendo a enviar para provecho de todos. Los defensores del sábado alegan que Cristo con su comportamiento frente al sábado, afianzo la observancia de dicho día, pero el contexto bíblico indica lo contrario. Veamos como Jesús se comportó frente al sábado y si el le dio la fuerza e importancia que alegan los adventistas y otros defensores de la observancia del sábado. Dios les bendiga y que disfruten esta tercera parte de este análisis profundo sobre el sábado.

PEDRO DE JESUS COLON


Otra Mirada al Sábado
Jesucristo y el sábado
3ra. Parte


Pregunta: Jesús observó el sábado (Lucas 4:16). ¿Estaba él enseñándonos cómo observar el sábado apropiadamente para que pudiéramos seguir su ejemplo (1 Juan 2:6)?

RESPUESTA: Sí, Jesús guardó el sábado. Guardó todas las leyes judías, porque nació bajo la ley y la guardó perfectamente (Gálatas 4:4; Hebreos 4:15). Sacrificó corderos para la Pascua, diezmó para los levitas, le dijo a los que habían sido limpiados que llevaran la ofrenda ordenada por Moisés (Mateo 8:4) y observó Hanukkah (La fiesta de la Dedicación - Juan 10:22). Él debió haber usado hilos azules en su vestuario (Números 15:38) y hecho muchas otras cosas que los cristianos no tienen que imitar. Cuando consideramos el ejemplo que él dejó, debemos recordar el contexto histórico. Jesús vivió sin pecar bajo los requisitos del antiguo pacto. (Hebreos 4:15): Nació bajo la ley, mientras el antiguo pacto estaba todavía vigente (Gálatas 4:4).

¿Qué clase de ejemplo estableció Jesús en el sábado? Constantemente criticó a personas que tenían reglas acerca de lo que se podía hacer y lo que no se podía hacer en el sábado. Él siempre enseñó más libertad, nunca alguna restricción. Aunque le dijo a la gente que fueran muy estrictos acerca de algunas leyes (Mateo 5:21, 28, etc.), siempre fue liberal acerca del sábado.

Jesús siempre comparó al sábado con las leyes ceremoniales, no con las leyes morales. Cuando sus discípulos estaban recogiendo granos, usó el ejemplo del pan de la presencia y el trabajo de los sacerdotes en el templo (Mateo 12:3-6). Esos rituales eran tan importantes como el sábado. Él dijo que la circuncisión podía hacerse en el sábado (Juan 7:22), lo cual indica que la circuncisión es una ley más importante que el sábado. El sábado es una ley ritual – dice que una conducta que es perfectamente buena en un día, está prohibida en otro, simplemente porque la tierra ha rotado. Pero lo verdaderamente moral no cambia de un día de la semana a otro. Cuando las leyes rituales llegaron a ser obsoletas por la muerte de Cristo, no debía ser una sorpresa que el rito del sábado también llegase a ser obsoleto.

Jesús dijo que las tareas cotidianas podían ser hechas en el sábado (Lucas 13:15). En una emergencia, aun trabajo fuerte podía ser hecho (Lucas 14:5). Él le dijo a un hombre que había sido sanado por él que cargara su lecho, aunque no había prisa alguna (Juan 5:8). Hasta usó la palabra “trabajar” para describir su actividad (v. 17).
Muchos cristianos siguen éste ejemplo. Ellos recuerdan que Jesús consistentemente criticaba las reglas de los fariseos sobre el sábado y que él lo trató como una ley ritual.

Debido al contexto histórico de Jesús, los cristianos deben tener cuidado al usar su ejemplo en circunstancias culturales específicas. No tenemos que seguir sus costumbres, por ejemplo, de ir a las sinagogas.

Jesús nunca le dijo a nadie que observara el sábado. Aunque se mencionan varias cosas que él hizo en el sábado, nunca se nos ha dicho que él reposó en este día. De acuerdo con los Evangelios, cuando él hizo algo y enseñó en el sábado, él fue consistentemente liberal. Examinemos los Evangelios para ver qué fue lo que sus escritores fueron inspirados a preservar acerca de las enseñanzas de Jesús con respecto al sábado.

Mateo 12:1-12: "En aquel tiempo iba Jesús por los sembrados en un día de reposo; y sus discípulos tuvieron hambre y comenzaron a arrancar espigas y a comer. Viéndolo los fariseos, le dijeron: He aquí tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el día de reposo".

Sabemos que Jesús no pecó. Él no quebrantó el sábado, y probablemente tampoco permitió que sus discípulos quebrantaran el sábado. Tenemos que concluir que los fariseos estaban equivocados. Sin embargo, Éxodo 16:29 les decía a los israelitas que se quedaran dentro de sus tiendas en el sábado y que no salieran a recoger su alimento del suelo. Éxodo 34:21 dice que el descanso del sábado tenía también aplicación durante la temporada de la cosecha.

Los fariseos podían respaldar por medio de escrituras el prohibir que se arrancaran espigas de trigo durante el sábado. Pero su rigor era excesivo; no se suponía que las reglas del antiguo pacto fueran una prohibición general de toda actividad. Mas Jesús no trató de demostrar que sus discípulos se estaban sometiendo a la ley bíblica y violando sólo la tradición farisaica. Por el contrario, Jesús utilizó las Escrituras para mostrar que la misma ley bíblica puede en ocasiones ponerse a un lado.

Los fariseos no estaban interpretando las Escrituras de una manera apropiada. Jesús subrayó esto al mencionar el ejemplo de David: "¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y los que con él estaban tuvieron hambre; cómo entró en la casa de Dios, y comió los panes de la proposición, que no les era lícito comer ni a él ni a los que con él estaban, sino solamente a los sacerdotes?" (vers. 3-4).

La ley dice que el pan de la proposición era santo y que no se debía comer. Pero aun así, David se lo comió y se le consideró inocente. No era permitido de acuerdo con la letra de la ley y, sin embargo, fue permitido en el propósito de la ley espiritual de Dios. Jesús aquí hace hincapié en el hecho de que la letra de la ley no es una guía confiable para la santidad en lo que respecta al sábado. Las personas deben ser juzgadas en el corazón, no por las acciones superficiales.

Jesús dio otro ejemplo en los versículos 5-6: "¿O no habéis leído en la ley, cómo en el día de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo, y son sin culpa? Pues os digo que uno mayor que el templo está aquí". Jesús dice que los sacerdotes "profanan" el día sábado. De acuerdo con la letra de la ley del sábado, están haciendo algo que no es legal. Sin embargo, su trabajo se permitió debido a que era el trabajo del templo. El templo era más importante que el sábado. El templo y sus ritos sacrificatorios eran más importantes que el sábado, por tanto, lo reemplazaban.

Sin embargo, Jesús es más importante que el templo y sus sacrificios. La conclusión lógica es que él también es más importante que el sábado. Aun antes de su muerte y resurrección, él era más importante que el sábado. En lugar de los fariseos preocuparse acerca de una actividad insignificante en un día santo, deberían haberse preocupado por la manera como estaban tratando al Santo de Israel, quien estaba en su presencia. Deberían haberlo adorado en lugar de estar mirando lugares santos del antiguo pacto y en lugar de estar usando tiempos santos del antiguo pacto para juzgar al Dador de esos tiempos. El sábado era santo sólo porque Dios lo había designado como santo, y aquí estaba Dios mismo. ¡Deberían haber aceptado sin interrogaciones lo que él hacía, y deberían haber seguido su ejemplo!

Después, Jesús resumió su argumento acerca del sábado y acerca de su propia identidad: "Ustedes no han entendido el significado de esta escritura: 'Lo que quiero es que sean compasivos, y no que ofrezcan sacrificios'. Si lo hubieran entendido, no condenarían a quienes no han cometido ninguna falta. Pues bien, el Hijo del hombre tiene autoridad sobre el día de reposo" (vers. 7-8, Versión Popular).

Jesús les está diciendo a los fariseos que el amor por los humanos es más importante que la observancia de ritos de adoración. El pan consagrado se les puede dar a personas comunes cuando tienen hambre. Si los fariseos hubieran entendido la intención de la ley, no hubieran estado criticando a los discípulos. Hubieran sido misericordiosos en lugar de haber estado juzgando.

Jesús termina la discusión reclamando ser el Señor del sábado, alguien que tenía mayor autoridad que la que tenía el sábado dado por Dios. Jesús no sólo aseguraba tener una comprensión más exacta de cómo debía guardarse el día, sino que aseguró ser más importante que el día mismo. Esta fue una declaración extraordinaria, por lo que no es sorpresa que algunos de los fariseos pensaron que blasfemaba y merecía morir (vers. 14).

La siguiente actividad de Jesús da una demostración práctica no sólo de su autoridad sobre el sábado, sino del uso apropiado de este día en el antiguo pacto. "Pasando de allí, vino a la sinagoga de ellos. Y he aquí había allí uno que tenía seca una mano; y preguntaron a Jesús, para poder acusarle: ¿Es lícito sanar en el día de reposo?" (vers. 9-10). Parece ser que los fariseos estaban tratando de atrapar a Jesús, confrontándolo a una situación para probarlo. La sanidad era uno de los tipos de trabajo que eran ilícitos.

Sin embargo, Jesús nuevamente subrayó la hipocresía del enfoque de ellos. Rescatarían una oveja en el sábado (vers. 11); era aún de más importancia la oveja que descansar en el sábado, y a pesar de esto, eran tan estrictos que no permitían que las necesidades humanas, fueran éstas el hambre o la sanidad, se atendieran en el sábado. Sus reglas eran una distorsión terrible de lo que debía haber sido el sábado. "Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en los días de reposo" (vers. 12). Esto es lo que Jesús enseñó sobre el sábado. No estén preocupados en prohibir el trabajo, preocúpense más por hacer el bien. Por tanto, Jesús sanó al hombre y los fariseos querían matarlo a él. Ellos pensaron que el día santo era más importante que el que lo había hecho santo.