TEXTO: Gn.14:18-19 Entonces Melquisedec... Sacó pan y vino y dijo: Bendito sea Abram del Dios altísimo, creador de los cielos y de la tierra y bendito sea el Dios altísimo que entregó los enemigos en tus manos.

ORACION: Señor... Las victorias alcanzadas no son nuestras sino tu-yas, pues tú nos das el poder para vencer!!! Te doy gracias por cada triunfo alcanzado.
INTRODUCCION: Melquisedec era un sacerdote de Dios, un empleado del Señor, cuyo ministerio era recibir de Dios y dar al necesitado. Su nombre signi-fica primeramente Rey de justicia, además era rey de Salem (o sea Jerusa-lén) que significa rey de paz, este significado de su nombre va bien con su personalidad, pues era una figura perfecta de Cristo: Nuestro Rey, Sacerdo-te, Justicia y Paz.

1- SIN PADRE, SIN MADRE, SIN GENEALOGIA, He.7:3

Melquisedec, no era Dios, ni ángel de Dios, sino simplemente un hom-bre enviado por Dios. Este hombre cananeo que no era judío, servía al Dios verdadero igual que Abram. Algunos escritores resaltan de este hombre y de Job, que sin ser israelitas eran devotos de nuestro Señor.

Melquisedec es mostrado sin genealogía, pues de ésta manera tipifica a Cristo como hijo de Dios que es sin principio de días y sin final, Alfa y Ome-ga. Su única aparición en la Biblia es muy importante y lo que sabemos de él, mayormente es a través de la revelación dada por Dios al Apóstol Pablo, He.6:20, Cap.7.

2- ENTONCES MELQUISEDEC... SACERDOTE DE DIOS

Este sacerdote aparece justo en el momento preciso, pues se movía en la voluntad de Dios para interponerse entre Abram y el rey de Sodoma; unos minutos más tarde pudieron haber sido fatales en la vida de Abram.
Abram, venía de la derrota de Quedorlaomer, uno de los cuatro reyes del norte que durante años azotaba la región.

Abram con un puñado de campesinos, le cae encima de noche y lo derrota. ¿Cómo lo hizo? El no sabía nada de guerra, ni siquiera tenía armas para en- enfrentar a tal enemigo, rescata a su sobrino Lot, a todos los prisioneros del valle y sus riquezas. Realmente no fue Abram, sino Dios. Estoy seguro que los aplausos hacia Abram, los vivas, las palabra de júbilo, humanamente ten- tarían a este hombre a tomar algo o parte de la gloria. Pero la victoria le co- correspondía solo a Dios!!! Qué fácil nos tentamos, tan rapidito aprovecha-mos para figurar ¡Cómo le gusta a la carne aparentar con lo que es del Señor, por eso apareció Melquisedec, a advertir al hombre de Dios!

3- Y LE BENDIJO... SACANDO PAN Y VINO

Seguramente este sacerdote era conocido de Abram, pues le permitió interponerse entre él y el rey de Sodoma.

Abram era sencillo y humilde, esto no le gusta al diablo, el nos quiere orgullosos tomando lo ajeno, especialmente la gloria que pertenece a Dios. Melquisedec sacó pan y vino, figura de la comunión, de la Santa Cena, del cuerpo y sangre del Señor, ¿En aquella época? ¡Qué curioso! Bueno, Dios tiene maneras de hablar y medios para fortalecer a sus siervos y a cada creyente contra la tentación e insinuaciones del enemigo. Al recordarle Mel-quiesedec a Abram que no era él, sino Dios quien entregó sus enemigos en sus manos.

Inmediatamente de la bendición Abram le entregó los diezmos de todo el botín. ¡Qué cosas interesantes! La bendición, el pan, el vino y los diezmos.

Toda esta escena entre Abram y Melquisedec, sorprendería al rey de Sodoma figura de Satán, desesperado por tentar a Abram, quien fortalecido por ésta bendición, rechaza esta oferta y le dice: Nada tomaré de todo lo que es tuyo, ni un hilo ni una correa de calzado, para que no digas yo enriquecí a Abram.

Hermano ¡Llénate de Dios! Participa de la comunión, de las oraciones, para fortalecer tu vida espiritual y rechazar cada una de las ofertas de Sata-nás.

4- SEGUN EL ORDEN DE Melquisedec

Este orden representa el sacerdocio espiritual, distinto al orden levítico o arónico, que era constituido a un orden carnal, humano y pasajero, dado por Dios a través de Moisés, que se transmitía de padres a hijos y ninguno podría obtenerlo si no era de la tribu de Leví, fueran malos o buenos. Es por esto que la aparición de Melquisedec es tan importante, pues sirve para de- mostrar que existió antes de la ley, y de ese orden arónico. Lo importante aquí es demostrar que Jesús era del orden de Melquisedec... Un ministerio espiritual y permanente. Por eso los judíos lo rechazaban a Jesús, pues El no era de la tribu de Leví ni de la familia de Aarón, sinó de la tribu de Judá, de la que Moisés nada habló en cuanto al ministerio. Pero Jesús era de un orden mucho mayor el orden de Melquisedec.

A: Existió antes de Aarón y permanece para siempre
B: Fue ordenado por Dios y no por hombres
C: Al ser sin genealogía, no era por sucesión

5- CONTINUA EL MISMO ORDEN

Al terminar Cristo con el orden de la ley, se da lugar a un nuevo pacto, a un nuevo orden, como el de Melquisedec; así que hoy llama El Señor a sus ministros, obreros, empleados, según su propio orden en cuanto al minis-terio, y a través de su Espíritu Santo los aparta, los llena de unción y poder, les da dones, ministerios y los manda a predicar, Y nadie toma para sí esta honra... Sino aquel que es llamado por Dios ¡Aleluya! Hoy de cualquier pueblo, raza, color, El hace sus ministros, a Abram el padre de la fe, recibió la bendición espiritual de uno más grande que él, He.7:7, al cual entregó los diezmos del botín. Dios a través de Abram sostuvo económicamente a su empleado, sacerdote y obrero Melquisedec. Para eso se usaron los diez-mos. Luego al llegar la ley, los levitas y sacerdotes siendo de un orden carnal y pasajero, aún a ellos Dios sostuvo económicamente a través de los diez-mos, Nm.18:21-26 y dio órdenes de no desamparar a sus empleados, Dt.12:19.

Hoy en la gracia, al Apóstol Pablo confirma lo mismo1 Co.9 (Lea todo el Cap. especialmente Versc.13 -14) Así también ordenó El señor como en el tiempo de Melquisedec, como en el tiempo de la ley, como en el tiempo de la gracia con los diezmos debemos mantener a los obreros del Señor!!!

CONCLUSION: Que gran hombre fue Melquisedec y que gran ministerio tenía. Una figura perfecta de Cristo, que al Apóstol Pablo le sirvió para dar una gran enseñanza que hasta hoy nos sirve.

Dios te bendiga

DANIEL REGONDI
CORDOBA, ABRIL DE 1999

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