“Hoy, mis compañeros me han invitado a asistir a la iglesia, ya que en mi hogar todo parece no importar, solo nos interesa vivir y dejar vivir, no molestar ni que nadie nos moleste, para mí en lo personal estaba bien. Acepté ir con ellos y una vez que estábamos en la parte de la predicación, el Pastor hablaba acerca de la Venida del Señor cosa que causó mucha curiosidad y expectativa tanto en mí como en casi todos los presentes. Al finalizar la predicación, el Pastor dijo que si había entre los presentes alguien que deseara aceptar a Cristo como su Salvador Personal, que pasara al frente que no tuviera miedo, ni vergüenza, o también los que desearan reconciliarse con el Señor, podían pasar. (Romanos 10:11 “Pues la escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado”)

Al instante de haber dicho estas palabras comenzaron a pasar al frente varias personas que lloraban desconsoladamente y conforme el Pastor seguía invitando a pasar, fueron otros añadiéndose al pequeño grupo, y cuando ya había dado un tiempo extenso, dijo por última vez: --¿hay alguien más que desee pasar al frente para aceptar a Cristo y ser salvo?--, fue en ese instante cuando sentí un calorcito que fluía dentro de todo mi cuerpo desde la cabeza hasta los pies, y me animé y di un paso y luego otro hasta llegar al grupo de los sedientos y así otras personas mas que se animaron y pasaron. Mientras esto pasaba la congregación entonaba el canto que decía así:

Renuévame, Señor Jesús

ya no quiero ser igual.

Renuévame, Señor Jesús

pon en mí tu corazón,

porque todo lo que hay

dentro de mí

necesita ser cambiado, Señor,

porque todo lo que hay

dentro de mí corazón,

Necesita más de Tí…!!

Porque todo lo que hay

dentro de mí corazón,

Necesita más de Tí…!!

Necesita más de Tí…!!

Ya al frente, el Pastor se dirigió hacia nosotros y nos dijo que deberíamos repetir y confesar con nuestra boca (Romanos 10:9-10 9* Porque si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantará de los muertos, serás salvo. 10* Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación”) que aceptábamos a Cristo como nuestro Salvador Personal, que perdonara nuestros pecados y que nos anotara en el Libro de la Vida, y él comenzó a guiarnos en la oración y todos comenzamos a repetir con voz alta. Mientras orábamos, el Espíritu Santo bajó y comenzó a fluir en nosotros y muchos lloramos. En lo personal sentí una paz, un gozo, todo el peso que antes tenía me fue quitado y Jesús las tomó y me hizo libre de todo pecado.

Una vez terminada la oración, me dirigí al asiento donde estaban mis compañeros de estudio, y ellos corrieron a recibirme con los brazos abiertos y me dijeron “seas Bienvenido y Bienaventurado, Bendecido y Prosperado en el nombre del Señor Jesús” y comencé a llorar de alegría con ellos.

Ya en el apartamento, por la noche inicié a leer la Biblia (Apocalipsis 1:3 “Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ellas escritas; porque el tiempo está cerca”) de uno de mis compañeros y experimenté todas las cosas que allí se describen, yo sentí que estaba leyendo el Diario de Jesús, pues cuenta en forma resumida uno cuántos milagros realizados por él, ya que, no todos fueron escritos pues no llegarían a alcanzar sobre la faz de la tierra. (San Juan 21:25 “Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén”)

Cuando tenía mas conocimiento y que me sentía cada vez más necesitado del Señor, me puse a escribir y enviar cartas a mis padres y mis hermanos, dentro de las mismas les comentaba sobre el gran cambio que Dios había realizado en mi vida ( 2 Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo Jesús, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas”) y lo que podía hacer también sobre sus vidas, en otras ocasiones les enviaba grabaciones en casettes, ya que, por falta de tiempo no podía escribirles y me animé a hablarles de esta forma pues me era más fácil porque estudiaba Radio para ser algún día un locutor.

En dichas cartas y grabaciones, les comentaba acerca de las parábolas (San Marcos 4:34 “Y sin parábolas no les hablaba; aunque a sus discípulos en particular les declaraba todo”) que Jesús contaba a las personas, y también, aprovechaba en decirles que aceptaran a Cristo, su venida estaba próxima a suceder.

Con el pasar del tiempo, tuve un sueño precisamente sobre la Venida del Señor, y me vi junto a mi familia en un aeropuerto esperando abordar nuestro vuelo con destino a la ciudad donde pasaríamos unas vacaciones todos juntos, pero no fue así; ya que ese vuelo tenía algo muy especial, y era el de llevar a los hijos de Dios al Palacio Celestial.

Todos en el aeropuerto estaban como si nada pasara (el maligno los tenía como cegados (2 Corintios 4:4 “... en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”) a todos incluyendo a mi familia) y yo escuchaba por los parlantes anunciando “Vuelo al Cielo abordando” y me dirigí a la puerta de abordaje y llamé a mi familia para que fuese conmigo pero no me escuchaban ni mucho menos me veían, mi padre leía en ese instante el periódico, mi madre se maquillaba, mi hermana escuchaba su música secular y mi hermanito de escasos cinco añitos me veía y yo le hacía señas con las manos para que corriera hacia mí y se dejó venir pero algo lo detuvo en medio del salón y volvió a ver hacia atrás donde estaban mis padres y luego miró fijamente a mí, y nuevamente le animé a correr y con mucha alegría llegó a mis brazos y yo le levanté, y de repente se escuchó en los parlantes que el vuelo estaba por partir y por última vez llamé a mi familia pero no me escuchaban por lo que mi hermanito y yo nos dirigimos a la puerta para abordar.

En el sueño vi como una luz resplandeciente partía hacia lo alto del cielo y fue ahí cuando todos los del aeropuerto vieron el vuelo partir, pero ya era demasiado tarde para abordarlo. Desde el avión pude observar cuántas personas se quedaban en tierra el Día del Rapto, y entre esas estaba mi familia, y luego de un suspiro desperté y muy rápido me dirigí a llamar por teléfono a mi familia para verificar que todo estaba bien, y le comenté a mi madre el sueño y poco a poco comencé a platicarle de Dios y logré que ella aceptara a Cristo por teléfono, donde le guié en oración similar a la que el Pastor nos había dirigido antes. Ese fin de semana, fui a mi casa a pasarla con mi familia y les hablé más acerca de Dios y los invité a asistir a la iglesia y gracias a la misericordia de Dios, él escuchó mis peticiones (Salmos 37:4 “Deléitate asimismo en Jehová, Y él concederá las peticiones de tu corazón”.) y me respondió (Jeremías 33:3 “Clama a mí y Yo te responderé y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”) y mi familia fue salva para la Gloria de Dios”.

Así como este relato narra sobre la Salvación Personal, en donde las familias como amigos y demás personas no se encuentran preparadas para la Venida de Cristo, puede estar sucediendo en la vida real. Recuerda que la religión no te salvará, ni mucho menos nadie te puede perdonar tus pecados, solo Jesús, pero debes confesar con tu propia boca que eres un pecador, y que deseas aceptarle como tu Salvador Personal. (Santiago 2:1 “Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas”)

Si asistes a una iglesia, debes ir por amor a Dios y no por amor a otras cosas, como lo es el caso de que yo voy porque allí está mi novia, porque allí están mis padres o mis mejores amigos o por algún otro “atractivo”. Recuerda que LA SALVACION ES ALGO MUY PERSONAL y nadie puede hacerlo por ti. Yo tengo un refrán que dice así: HARE ALGO, QUE NADIE PUEDE HACER POR MÍ. La decisión es tuya, Cristo viene pronto.

Qué triste sería que Dios venga hoy y quedarse para la siguiente venida, allí será el lloro y el crujir de dientes. (San Mateo 24:50-51 “50* Vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, 51* y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes”)

El tiempo es corto y pronto se acaba (San Marcos 13:33 “Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo”), busca más de Dios cada día de tu vida, acéptale como tu Salvador Personal y verás grandes cambios en tu vida y por qué no?, transmitir la palabra de Dios a tu familia, amigos, etc.; mañana puede ser demasiado tarde (Hebreos 10:37 “Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará”)

Nota: El rapto no precisamente sucederá de esta forma, sólo lo hago como un ejemplo. Espero en Dios le sea de bendición para usted y su familia y amigos.

Atentamente un servidor y amigo en Cristo:

Dennis García Martínez E-mail: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. Costa Rica.

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