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Denominacional versus No Denominacional

“DENOMINACIONAL” versus “NO DENOMINACIONAL”
SÍ LA CENTRALIDAD DE LA VIDA
DEL CREYENTE ES CRISTO,
TODAS LAS DISCUSIONES,
EN CUANTO AL MODELO ECLESIAL,
SON PUESTAS A UN LADO,
PUES CRISTO MISMO ES EL MODELO.

 
Muchos hermanos esbozan un modelo eclesial a partir de las prácticas particulares de culto heredadas del catolicismo / protestantismo, o creadas con el fin de hacer atractivo y “modernizar” su modelo frente al “desarrollo” cultural / social, de los pueblos. Una ‘declaración de fe’, delinea la forma de pensamiento. “Estas son las políticas eclesiales correctas” - escuchamos decir con frecuencia.- “Es la forma en que concebimos la iglesia...”- Entonces encontramos grandes y pequeñas comunidades cristianas en una misma localidad, separadas entre sí por disfunciones conceptuales. El antiguo problema de división detectado por el Apóstol Pablo en su primera carta a los Corintios, capítulo 1, persiste hoy con varios agravantes. La solución, sigue estando... en las Escrituras.
¡ATENCIÓN!

LAS PALABRAS “DENOMINACIONAL” Y “NO DENOMINACIONAL” No han sido usadas con un ánimo criticista o peyorativo.

Simplemente designan la posición de muchos hermanos que se han divido en estos dos bandos.

Estas palabras son utilizadas por los mismos hermanos, en muchos casos, para definir su posición en lo que ellos conciben como la Obra del Señor.

TENDENCIAS POLARIZADAS:

Liderazgo Autoritarista.
Anarquía / No liderazgo

Centralidad Ministerialista.
Etereidad en funciones ministeriales de los hermanos.

Manipulación.
Ausencia de direccionamiento del Espíritu Santo.

Aunque se percibe, inocentemente, que las características señaladas en la columna izquierda son en todos los casos adjudicables a comunidades “denominacionales”, en realidad, el espíritu denominacional o “lo denominacional”, permanece en mayor o menor grado intrínseco en el hombre mismo y su conceptualización se resuelve al considerar el asunto adámico (la naturaleza del hombre caído).

Las tendencias extremas (Denominacionales o No Denominacionales) en un intento de definición conceptual eclesial, obedecen al espíritu insubordinado del hombre que por su independencia de Dios, filtra las Sagradas Escrituras con su percepción particular o herencia religiosa.

Frecuentemente nos encontramos con líderes que dicen haber abandonado el “denominacionalismo” y nos ofrecen “su modelo” de “iglesia perfecta”. Por otro lado, cada pastor que afronta una “carrera ministerialista” en solitario, fundando una nueva congregación, casi siempre lo hace utilizando un método divisionista de desprestigio ejercido sobre el presidente religioso para el cual trabajaba antes y un proselitismo grosero que avergonzaría aún hasta un político secular.

Se llega, entonces, a un punto crítico: el porqué de una división.

Un fenómeno explosivo ocurre en Latinoamérica: miles de congregaciones denominacionales y pastores independientes unos de otros, en una misma ciudad, aparecen cada año (los sociólogos católicos definen esto como “iglesias de garaje”), junto a decenas de grupos reuniéndose en sus hogares, aislándose de un cristianismo apóstata. A su vez, algunos de estos “grupos domésticos” que una vez buscaron escapar de las presiones divisionistas denominacionales, están también experimentando divisiones en su seno, y aún presentando principios heréticos/sectarios, apostatas, de los cuales pretendieron huir.

Se puede pendular fácilmente del anhelo por un modelo eclesial bíblico hacia la excitación por el éxito ministerial, atando los creyentes al liderazgo y su visión particular y no a Cristo. Las modernas “confraternidades de iglesias” o asociaciones de pastores también han fracasado en su objetivo de unidad, al instaurar una especie de “concilio (curia) católico” regulador, tolerando la división ministerialista y en algunas ocasiones atomizadas por las guerras internas en la elección de su “presidente” o corrupción en el manejo de fondos. Entonces, el éxito para el estándar denominacional sería los resultados estadísticos (membresía y dinero recaudado), quizá ¿en contraposición al parámetro no denominacional: “salida” de la Babel religiosa? ¿Hacia dónde?

La División es inevitable, cuando la naturaleza caída, el viejo hombre, Adán, gobierna. No importa donde nos escondamos, no importa que bandera ondeemos, aún no importa si decimos solo ser de Cristo (lo cual es correcto), pero si no cedemos el gobierno de nuestras vidas a Dios, si no morimos a nuestro Yo, si no tomamos diariamente La Cruz de Cristo y la aplicamos a nuestra naturaleza caída crucificándola para que esta pierda su efecto terrenal y pecaminoso, llevaremos un principio de división a cada lugar donde vallamos.

AGRAVANTES EN LA IGLESIA PROFESA DE HOY, QUE
SOBREPASAN LA DIVISIÓN PRESENTADA EN LA IGLESIA DE CORINTO

v Únicamente los hermanos en la ciudad de Corinto presentaron cuatro divisiones a saber: Los de Pablo, Los de Apolo, Los de Cefas (Pedro) y Los que decían ser de Cristo. Hoy, en metrópolis o ciudades grandes, las estadísticas han registrado hasta 500 denominaciones diferentes en una misma localidad. Por ejemplo en Jerusalén, ciudad religiosa por excelencia, existen más de 490. Lo cual confirma el carácter globalista de quienes están manejando esta capital y que desean convertirla en el centro religioso mundial.

v Los tres apóstoles que trabajaron en el lugar edificando a los santos, lo hicieron siempre bajo la base de la localidad y nunca se quedaron para “fundar” su propio círculo o comunidad. Pablo estuvo solo unos 18 meses en Corinto. La división partió en este caso de algunos hermanos. En casi todos los casos, las múltiples divisiones que ocurren en la actualidad son promovidas por líderes y pastores, constituidos no bíblicamente que, por intereses de poder, fragmentan el Cuerpo de Cristo.

v Ni Pablo, Apolos o Pedro toleraron la división ministerialista y nunca tuvieron auditorios privados que “pagaban” por sus servicios de predicación. Hoy un pastor no bíblico, cuenta con premura cuántos asistentes llegaron a su local y se preocupa por ofrecer un servicio musical de adoración y oratoria agradables para que los fieles y su dinero, no les abandonen tras “otro” pastor.

v Jamás se presentó rivalidad ni competencia entre Apolos, Pablo o Pedro. siempre estuvieron en la obra bajo un principio de compañerismo (I DE CORINTIOS 4:6, I DE CORINTIOS 16:12, GÁLATAS 2:9, II DE PEDRO 3:15-16), y ni Pablo o Pedro se erigieron en “Los Presidentes” sobre los demás obreros o hermanos. Tristemente hoy el espíritu de competencia se ha apoderado de hermanos líderes que pretenden “ser pastores” bajo una base no bíblica, buscando el primer lugar e incluso atribuyéndose el expulsar o proscribir a hermanos que no están de acuerdo con sus “anhelos” (Tercera de Juan versos 9 y 10).

v La Iglesia en Corinto, durante este tiempo de los primeros apóstoles, no tuvo filiaciones jurídicas con el Estado Romano, ni buscó la aprobación del mismo para su labor espiritual como cristianos. No ocurre igual con las denominaciones modernas que han buscado la legitimación del gobierno humano antes que la de Dios. La Iglesia, la Obra de Dios, fue concebida en el corazón de Dios desde la Eternidad y aunque se sujeta a las “autoridades puestas por Dios” (Romanos 13:1-8), existe por la vida de Dios y no por la legislación humanista. Muchos pastores, en países como Colombia están preocupados por una nueva ley que les exige ser “profesionales” y “estudios universitarios teológicos”, para ser “religiosos autorizados”. Ni Pablo, Pedro o Apolos requirieron de tales credenciales ni las buscaron. No dijeron “ser algo”, su competencia venía de Dios:

“¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. 6Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.

7Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. 8Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor.

9Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.” I CORINTIOS 3:5

¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros, o de recomendación de vosotros? 2Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; 3siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.

4Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; 5no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, 6el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica. II DE CORINTIOS 3:1-6.

El principio de división ministerialista en las denominaciones modernas es similar a lo que aconteció en Corinto. Pero la iglesia Profesa, evidentemente ha ido más lejos.

Ahora bien, de los ‘dos bandos’ (Denominacional – No Denominacional) en mayor o menor medida, observamos los siguientes lineamientos y énfasis, siempre contrastantes, que pretenden echar las bases del modelo eclesial particular:

LIDERAZGO JERARQUICO LAICADO

LUGAR DE REUNIÓN

DOCTRINAS Y CONCEPCIONES PARTICULARES

CODIGO DE HABITUS

Entonces encontramos a cada grupo denominacional y no denominacional junto con sus líderes, enfrentados, esgrimiendo un modelo. Cada quien se autolegitima “eclesialmente correcto”, y califica en membresía a quienes se circunscriban a las prácticas establecidas por su núcleo social/religioso. La lista de prácticas es extensísima, depende del entorno donde se mueva la congregación.

ES “ECLESIALMENTE CORRECTO”

Desde el protestantismo/carismatismo/pentecostalismo:

v Liderazgo Piramidal / Dictadura Pastoral

v Control y Manipulación sobre el Laico

v Énfasis sobre el lugar de reunión (Templo físico / Auditorio)

v Doctrinas Principales, quien no se circunscriba a la declaración de fe no pertenece al movimiento.

v Practicas connaturales: un día especial para culto, diezmo para sustentar la institución, ofrendas, música, centralidad ministerial (pastor presidente o principal, co-pastores, pastor o líder de alabanza, maestros de escuela dominical o ‘iglesia infantil’, etc.)

v Exclamación autolegitimadora. El líder y el grupo se consideran a sí mismos una expresión perfecta de la Ekklesia en contraposición a otras denominaciones.

v Desdeño por grupos o facciones que han escapado de su influencia

Desde algunos grupos no denominacionales:

v No liderazgo, pendulando hasta un autoritarismo soterrado del fundador del movimiento o por parte de alguna fuerte personalidad inmersa en el núcleo religioso.

v Énfasis sobre el lugar de reunión (hogares o locales utilizados para los cultos).

v Solo una argumentación de la doctrina del Sacerdocio Universal del Creyente, sin una vivencia.

v La “libertad” como medio para controlar y manipular: “usted es libre si permanece a nuestro lado guardando nuestras doctrinas...”

v Reglas y prácticas diversas.

v Exclamación autolegitimadora. El grupo es “la real expresión de Iglesia”. Lo demás simplemente no lo es.

v Actitud aislacionista / Sectaria.

La Iglesia no es de factura humana, no depende de lo que hagamos o dejemos de hacer, no pertenecemos a “la correcta iglesia” porque inscribimos nuestros nombres en una hoja de membresía, es más no podemos “pertenecer a través de una inscripción nominal” a La Iglesia, del Señor, pues Esta no es una institución, es un organismo vivo, en el cual somos injertados mediante el nuevo nacimiento, al aceptar al Señor Jesucristo (Nuestro Salvador), como el único camino hacia el Padre. Tampoco el solo hecho de huir de una denominación y reunirnos con un grupo “no denominacional” nos puede introducir en una “perfecta expresión de la Iglesia”. Hasta donde lleguemos nos perseguirá nuestra inmadurez espiritual. Pablo corrigió esta deficiencia e inmadurez en la Iglesia de Dios en Corinto al ver a la Iglesia como Dios la veía: una sola en la ciudad y no aceptando las cuatro divisiones: Los de Pablo, Los de Pedro, Los de Cefas y Los que decían ser de Cristo.

La esencialidad en la expresión local de la Iglesia, el Cuerpo de Cristo, no son las practicas connaturales, énfasis doctrinales particulares, atracción por ciertos ministros o ministerios, la esencialidad es Cristo Mismo.

No podemos hacer del lugar de reunión, de las doctrinas, del dinero (diezmo versus no diezmo), ni de los ministerios aislados, el fundamento; no podemos reunirnos entorno a otro que no sea Cristo. No podemos desplazar a Cristo y dejar que gobierne nuestra caprichosa manera de concebir la Casa de Dios. No nos reunimos en torno a una verdad Bíblica solamente, sino alrededor del Señor Jesucristo que es La Verdad. Si bien la Biblia arroja muchísima luz respecto a ciertas prácticas de los primeros creyentes en su forma de vivir la Ekklesia, estas prácticas nunca desplazaron la Centralidad en Cristo. Estas vivencias eran eso. Naturales, orgánicas, no premeditadas, flexibles, sin marcos sistemáticos: “para ser la Iglesia Perfecta: siga los puntos A, B, C, D y E de nuestro manual...” Estos primeros cristianos confiaron sus vidas al Espíritu Santo, se abandonaron en los brazos de Su Maestro y desplazaron toda concepción personal, simplemente vivieron y fueron la Ekklesia, pues esta ya estaba delineada por su Señor:

“y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. MATEO 16:18.

Al igual que todo lo referente a la Divinidad de Cristo, el trabajar en la Casa de Dios y Su Obra viene a través de la Revelación de Él mismo y de sus planes para La Casa. Debemos entender que Él es el Diseñador y que no está circunscrito a nuestra mente finita. Dios no puede ser focalizado y atrapado en un espacio físico místico para ser manipulado por nosotros, aunque Él es poderoso para manifestarse en medio nuestro a través de cualquier circunstancia.

Desde ya abordamos un tema harto espinoso en sí mismo, pues en ambos bandos, denominaciones y algunos grupos llamados no denominacionales, encontramos creyentes decididos a vivir por una carta de navegación, en algunos casos muy apegada a textos bíblicos descontextualizados, pero sin el fundamento esencial: Cristo Mismo...

PORQUE NADIE PUEDE PONER OTRO FUNDAMENTO QUE EL QUE ESTÁ PUESTO, EL CUAL ES JESUCRISTO” I Corintios 3:11

Sería necesaria una aproximación al concepto eclesial abordado por el mismo Señor Jesucristo y desarrollado ampliamente en los escritos apostólicos, pues existe una mala costumbre de llamar a lo que definitivamente no es la iglesia como tal. Entonces, los creyentes se refieren a las instituciones fundadas por pastores, auditorios, edificios, legitimaciones jurídicas del Estado a comunidades religiosas, y grupos aislados, como “iglesia”.

EL NUEVO TESTAMENTO
SE REFIERE A LA IGLESIA
(EKKLESIA: ASAMBLEA DE LOS
LLAMADOS A SALIR FUERA)
EN RELACION A LOS
HERMANOS JUNTOS EN,
UNA CIUDAD, LOCALIDAD O ALDEA,
NUNCA A UN EDIFICIO
EN PARTICULAR,
BIEN SEA “TEMPLO” O “CASA”.
EL NUEVO TEMPLO,
LA NUEVA CASA,
ES EL HOMBRE REDIMIDO
POR CRISTO Y COMPRADO
POR SU SANGRE

v EL SEÑOR:

Si Jehová no edificare la casa,
En vano trabajan los que la edifican;
Si Jehová no guardare la ciudad,
En vano vela la guardia. SALMO 127:1

“Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.” MATEO 16:18

“Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.” MATEO 18:17


v HECHOS DE LOS APÓSTOLES Y EPÍSTOLAS:

“Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.” HECHOS 2:47

“Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas.” HECHOS 5:11

“En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles. 2Y hombres piadosos llevaron a enterrar a Esteban, e hicieron gran llanto sobre él. 3Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la cárcel” HECHOS 8:1-3

“Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.” HECHOS 11:22

“En aquel mismo tiempo el rey Herodes echó mano a algunos de la iglesia para maltratarles.” HECHOS 12:1

“Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él.” HECHOS 12:5

“Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo.” HECHOS 13:1

“Y llegados a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia y los apóstoles y los ancianos, y refirieron todas las cosas que Dios había hecho con ellos.” HECHOS 15:4

“Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir de entre ellos varones y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas que tenía por sobrenombre Barsabás, y a Silas, varones principales entre los hermanos; 23y escribir por conducto de ellos: Los apóstoles y los ancianos y los hermanos, a los hermanos de entre los gentiles que están en Antioquía, en Siria y en Cilicia, salud.” HECHOS 15:22

“Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.” HECHOS 20:28

“Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes, 2a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro: 3Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.” I CORINTIOS 1:1-3

“Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. 28Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas. CORINTIOS 12:27-28

“Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia.” COLOSENSES 1:24

“Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.” I DE CORINTIOS 3:9

“Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, 20edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, 21en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; 22en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.” EFESIOS 2:19-22

DIFICIO VERSUS TEMPLO DEL ESPÍRITU.

El Señor dice:

“El cielo es mi trono
y la tierra es el estrado de mis pies.
¿Dónde podrán construirme una casa?
¿Dónde podrán hacerme un lugar de descanso?

2¡Yo mismo hice todas estas cosas,
y así empezaron a existir!

Yo, el Señor, lo afirmo. ISAÍAS 62:1-2

“Mas Salomón le edificó casa; 48si bien el Altísimo no habita en templos hechos de mano, como dice el profeta:

49El cielo es mi trono,
Y la tierra el estrado de mis pies.
¿Qué casa me edificaréis? dice el Señor;
¿O cuál es el lugar de mi reposo?

50 ¿No hizo mi mano todas estas cosas?” HECHOS 7:47-50

“¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? 17Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.” I CORINTIOS 3:16

“…para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.” I TIMOTEO 3:15

“El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que hay en él, es Señor del cielo y de la tierra. No vive en templos hechos por los hombres, 25ni necesita que nadie haga nada por él, pues él es quien nos da a todos la vida, el aire y las demás cosas. HECHOS 17:24-25

“Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.” I DE PEDRO 2:5

“Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él.” HECHOS 12:5

Sociológicamente, el feligrés “va” a la “iglesia”. Es una información genética. En la médula del cristiano profeso corre esa tendencia, es indisoluble, cuasi-indestructible, la relación es hacia un lugar místico: el templo, nunca dirigida a los hermanos. Todas las celebraciones, acondicionamientos espirituales y preparaciones, técnicamente están cruzadas por lo que se ha denominado “El complejo de Edificio”. El lugar más importante para el cristianismo profesante sin duda es el templo físico, sitio donde gira toda la razón de ser del “culto” católico / protestante / evangélico, bien sea el auditorio o la sala de una casa (si hay dependencia hacia el lugar.)

Un domingo sin “ir a la iglesia”, no es un domingo. Lo mismo se da al pensar que “pertenezco” a la iglesia bíblicamente correcta porque me reúno en la sencillez de una sala de estar, aunque los sitios de reunión más comunes para los cristianos de los primeros siglos, eran sus casas (donde vivían), los hermanos se consideraban miembros del Cuerpo de Cristo no por el lugar de reunión, sino porque habían nacido de nuevo, y estaban sujetos a La Cabeza: El Señor Jesús mismo. Ellos se reunían en sus hogares, en la puerta La Hermosa (Jerusalén), en el Pórtico de Salomón, etc., porque simplemente ellos no tenían la tendencia que hoy tenemos: pensamos que “vamos” a la iglesia los domingos (o el día destinado de reunión), y llamamos a un edificio “iglesia”. Los primeros creyentes se consideraban a sí mismos La Iglesia del Señor las veinticuatro horas del día, mientras estaban en sus casas u oficios, no existía para ellos otra vida “secular”, su vida cotidiana era la vida de Cristo en ellos. Y esta cotidianeidad se viví en el calor y naturalidad de sus hogares:

“Saludad también a la iglesia de su casa. Saludad a Epeneto, amado mío, que es el primer fruto de Acaya para Cristo.” ROMANOS 16:5

“Pablo, prisionero de Jesucristo, y el hermano Timoteo, al amado Filemón, colaborador nuestro, 2y a la amada hermana Apia, y a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa: 3Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.” FILEMÓN 1:1-3

“Saludad a los hermanos que están en Laodicea, y a Ninfas y a la iglesia que está en su casa. 16Cuando esta carta haya sido leída entre vosotros, haced que también se lea en la iglesia de los laodicenses, y que la de Laodicea la leáis también vosotros.” COLOSENSES 4:15-16

“Saludad también a la iglesia de su casa.” HECHOS 16:5

“Las iglesias de Asia os saludan. Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa, os saludan mucho en el Señor.” I CORINTIOS 16:19

“Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido!” II DE JUAN VERSO 10

Ahora bien, en virtud de la verdad, cristianos aislados no constituyen el Cuerpo de Cristo en una localidad o ciudad o aldea. Muchos hermanos han descrito a la Asamblea del Señor hoy, como en ruinas, un cuerpo de creyentes mutilado en diferentes sectas:

“¿Por qué esta casa, tan bien fundada y edificada en el principio, ha sido arruinada al punto de presentar la confusión actual? ‘Un enemigo ha hecho esto... Mientras los hombres dormían’. El Señor lo había anunciado de antemano, particularmente en las parábolas de Mateo 13… Los apóstoles habían predicho esa ruina. Pablo habla a los ancianos de Éfeso de ‘lobos rapaces’ que entrarían en medio de ellos y no perdonarían al rebaño; y advierte acerca de hombres que se levantarían de entre ellos mismos y que hablarían ‘cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos’. Esta ruina es visible también alrededor de nosotros. En cuántos medios, la incredulidad y el racionalismo han causado estragos. En otras partes encontramos el ministerio del hombre y el establecimiento de jerarquías; un poco en todas partes hay formalismo, divisiones y subdivisiones. Resulta inútil querer negar esa ruina. Es menester reconocerla, humillarse a causa de ella y aceptar sus consecuencias.” (G. André)

En 1828, el Sr. John Nelson Darby, escribía en su libro titulado, The Nature and Unity of the Church of Christ [La naturaleza y Unidad de la Iglesia de Cristo] acerca del problema denominacional/divisivo, presente ya en la Inglaterra del siglo 19:

»Si la perspectiva que he adoptado del estado de la iglesia es la correcta, podemos concluir que es enemigo de la obra del Espíritu de Dios quien defienda los intereses de cualquier denominación determinada; y que aquellos que creen en “el poder y la venida del Señor Jesucristo” deberían guardarse cuidadosamente de un espíritu así; porque está llevando de nuevo la iglesia a un estado causado por ignorancia de la Palabra y de no sujeción a ella, e imponiendo como un deber sus peores y más anticristianos resultados. Ésta es una de las más sutiles y predominantes perturbaciones de la mente, “no sigue con nosotros”, incluso cuando estos hombres sean verdaderamente cristianos.

»Los cristianos son poco conscientes de hasta qué punto esto domina en sus mentes; cómo buscan lo suyo, no las cosas de Jesucristo; y cómo esto seca los manantiales de la gracia y de la comunión espiritual; cómo estorba aquel orden al que acompaña la bendición, reunirse en el nombre del Señor. Ninguna congregación que no esté dispuesta a abrazar a todos los hijos de Dios sobre la base plena del Reino del Hijo puede encontrar la plenitud de la bendición, porque no la contempla —porque su fe no la abraza. ... Por ello, el símbolo externo de la unidad es la participación de la cena del Señor; “nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan”.

Pablo exhorta a los corintios a que la iglesia se reúna “toda”, sin fraccionarse:

“Si, pues, toda la iglesia se reúne en un solo lugar, y todos hablan en lenguas, y entran indoctos o incrédulos, ¿no dirán que estáis locos?” I CORINTIOS 14:23

“Pues en primer lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo. 19Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados.” I CORINTIOS 11:18-19

… En Antioquia de Siria

“Y habiendo llegado, y reunido a la iglesia, refirieron cuán grandes cosas había hecho Dios con ellos, y cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles.” HECHOS 14:27

“Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.” HECHOS 11:26

LA LOCALIDAD

La Iglesia del Señor en una localidad se reunía EN MUCHAS OCASIONES “junta” como una sola asamblea. Bernabé y Saulo se congregaron un año completo con la iglesia en Antioquia y simplemente reconocieron su existencia, no “fundaron” su propia denominación, ni “hicieron” “otra iglesia” en Antioquía.

Tampoco los ancianos (episkopos, pastores, etc.), establecidos en cada ciudad se “repartieron” a los hermanos de acuerdo a las preferencias particulares. La Iglesia permaneció como una sola en cada ciudad, bajo la única división permitida: la geográfica, hasta aproximadamente mediados del año 57 D.C., donde se relata el problema de división por ministerios, en la primera epístola del Apóstol Pablo a Los corintios, escrita desde Éfeso. Sin embargo, en Apocalipsis observamos cómo el Apóstol Juan escribió el mensaje a las 7 Iglesias en Asia, dirigidas a estas iglesias, en cada ciudad, como una sola.

Una denominación o un grupo no denominacional NO ES “LA IGLESIA”, pues simplemente una denominación es solo eso: una institución fundada por un hombre. Por supuesto, muchos de los “asistentes” son hermanos auténticos, nacidos de nuevo, hijos de Dios y ciudadanos de la Jerusalén Celestial, y cada “parte” de esta familia esparcida en estas divisiones y sectas, constituye la Iglesia de Dios en esa ciudad. La tragedia es que las denominaciones atrapan a los hermanos en sus rejas y algunos movimientos no denominacionales hacen de su “libertad” otra muralla de separación, continuando con el aislacionismo, deviniendo de todas formas en la ruina de la única asamblea (ekklesia) en la localidad.

“… Cuando os reunís como Iglesia”

“… La Iglesia se reúne en un solo lugar”

“… Se congregaron allí todo

un año con la Iglesia”

¿Pero qué sucede hoy?

¿Por qué tantas “iglesias”

en una sola ciudad?

Muchos proclaman ser miembros de la Iglesia de Cristo, algunos son excluyentes, otros más abiertos en reconocer a los demás hermanos que no pertenecen a su denominación, como miembros del Cuerpo de Cristo, pero la continua tragedia es que permanece la división de carácter ministerialista. Cada denominación o grupo no denominacional, asiladamente no constituye la Iglesia de Cristo en la Localidad. Por supuesto que todos los que están inscritos en un movimiento denominacional no necesariamente tienen sus nombres escritos en el Libro de La Vida del Cordero. Y en esto también se parece mucho algunos grupos no denominacionales, a una denominación: en que los hombres incluyen algunos que no son de Cristo y excluyen otros que sí lo son. ¡Qué misterio! ¡Dios se abrogó ese derecho! ¡Qué fracaso el de nuestro liderazgo! ¡Qué tristeza haber perdido de vista I Corintios 1! ¡La Iglesia es UNA SOLA en cada Localidad, Ciudad, Municipio o Aldea! La única división permitida en la Palabra de Dios es la geográfica. La Biblia no enseña la existencia de “varias iglesias” en una ciudad, no podemos encontrar ninguna referencia a “títulos”, o “nombres” para alguna congregación, más que la referencia a la ciudad:

“Llegó la noticia de estas cosas a oídos de la iglesia que estaba en Jerusalén; y enviaron a Bernabé que fuese hasta Antioquía.” HECHOS 11:22

“Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo.” HECHOS 13:1

“Habiendo arribado a Cesarea, subió para saludar a la iglesia, y luego descendió a Antioquía.” HECHOS 18:22

“Os recomiendo además nuestra hermana Febe, la cual es diaconisa de la iglesia en Cencrea…” ROMANOS 16:1

“…a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro…” I CORINTIOS 1:2

“Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Efeso.” EFESIOS 1:1

“Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos.”
FILIPENSES 1:1

“Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, 2a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.” COLOSENSES 1:1-2

“Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.” TESALONICENSES 1:1

La iglesia que está en Babilonia, elegida juntamente con vosotros, y Marcos mi hijo, os saludan. I PEDRO 5:13

“Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto…” APOCALIPSIS 2:1

Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna: El primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió, dice esto…” APOCALIPSIS 2:8

“Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto…” APOCALIPSIS 2:12

“Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido, dice esto....” APOCALIPSIS 2:18

“Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto…” APOCALIPSIS 3:1

“Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre…” APOCALIPSIS 3:7

“Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto…” APOCALIPSIS 3:14

¡JERUSALÉN, ANTIOQUÍA, CESAREA,
CENCREA, CORINTO, ÉFESO,
FILIPOS, COLOSAS, ROMA,
TESALÓNICA, ESMIRNA,
PERGAMO, TIATIRA, SARDIS,
FILADELFIA, LAODICEA,
ERAN CIUDADES,
NO TITULACIONES
DENOMINACIONALES
PARA DIVIDIR MINISTERIALMENTE
A LOS HERMANOS!


CONCEPTOS EQUIVOCADOS ACERCA DEL TEMPLO
JUDÍO EN LOS TIEMPOS DEL SEÑOR JESÚS.


“Pues os digo que
uno mayor que el
templo está aquí.”
MATEO 12:6

Existen miles de rollos de cinta magnetofónica que usted puede escuchar, con mensajes pastorales, estimando que la condición para ser “buen creyente” es realizar todas las actividades espirituales en “el templo”. Muchísimas denominaciones tienen un “templo” y un “altar” para que los miembros ofrezcan culto al Señor. Bajo una soterrada obligatoriedad, sólo en estas reuniones “es posible” obtener una “bendición” de Dios. Y es obvio: el impacto social, el poder aglutinado y desarrollado en los cánticos, gritos y oraciones (sobre todo en auditorios gigantescos asistidos por músicos y sistema de sonido), el favorecimiento en el control de las estadísticas de crecimiento de las comunidades religiosas, son factores determinantes para justificar la existencia o construcción de estos monumentos. Personalmente escuché de labios de jefes eclesiales carismáticos y no carismáticos, muchísimas justificaciones para embarcarse en la construcción de estos edificios. No importaba cuantos versículos de la Biblia usaran, la concusión era siempre la misma: A mayor número de sillas, mayor asistencia, más dinero; es decir, que entre más grande “el templo”, mejor. Existe una obsesión en el recinto protestante/carismático: los números, los resultados, inscripción de feligreses, membresía. Y esto no se logra si no se tiene un sitio adecuado para albergar las muchedumbres. La vida espiritual del cristiano profeso en promedio, es superficial. Es muy sencillo asumir una postura espiritualista en público, en medio de una energizante y multitudinaria reunión, pero la vida diaria que debería caracterizarse por la entrega a Él, es tragada por lo secular sin sostener una relación permanente con Cristo. Esto le puede suceder a cualquier creyente que no dependa de Cristo, sea que se reúna en un templo, en la sala de su casa o donde sea.

Jesucristo no buscó aglutinar multitudes, por el contrario, ellas le siguieron por los milagros y la autoridad con que les hablaba (Mateo 4:25; 5:1; 7:28 al 29; Lucas 6:17-19). Luego que Jesús alimentó a los cinco mil, Él se retiró de la multitud porque entendió “que iban a venir para apoderarse de él y hacerle Rey, volvió a retirarse al monte solo.” JUAN 6:14-15. También Jesús les acusó de buscarle ni siquiera por las señales sino por que les había dado de comer: “Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.” JUAN 6:26.

Esta audiencia no tardó en murmurar contra él: “Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo. 42Y decían: ¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice éste: Del cielo he descendido?” JUAN 6:41-42.

También sus discípulos en esta hora, dudaron murmurando, y muchos le abandonaron también:

“Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír? JUAN 6:60. “Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar. 65Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre. 66Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. 67Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? JUAN 6:64-67

Esta “ferviente” multitud le abandonó en la cruz, a los días de haber entrado en Jerusalén montado en un pollino, cuando fue vitoreado como adalid político. Esta era la frase de la multitud, luego que Jesús fue presentado por Pilato: “CRUCIFÍQUENLE”, incluso pidiendo que su sangre fuese sobre ellos y sus hijos (Mateo 27:22-25; Lucas 23:18-21.) También sus discípulos le abandonaron cuando Él fue arrestado: “Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron.” MARCOS 14:50. Aún “…sus conocidos y las mujeres que le habían seguido desde Galilea, estaban lejos mirando estas cosas.” LUCAS 23:49.

Parece que muchos hermanos que dicen ser “pastores y siervos”, hoy solo buscan el éxito ministerial, “el poder”, “el dinero”, “la fama” y huyen de La Cruz y la muerte de sí mismos. El mensaje de Cristo no es “popular”. Va en contra del pecado e iniquidad. El verdadero cristianismo no es de “masas” aglutinadas alrededor del bienestar. Cuando se experimenta individualmente La Cruz (muerte a la naturaleza caída), el Cuerpo de Cristo, el Hombre Colectivo, El Cuerpo de “Muchos miembros”, es una realidad. Sin La Cruz, estamos inscritos en un club social.

Muchos pastores que he conocido personalmente, están, estuvieron y piensan iniciar un proyecto de construcción, o han gastado millones en alquileres y adecuación de salones gigantescos, en total contravención del proceder del Señor Jesucristo y sus Apóstoles, quienes nunca construyeron o alquilaron permanentemente, un gran auditorio para reunir a los creyentes.

El Señor fue muy “práctico” para enseñar o sanar a las multitudes en cualquier lugar a donde le siguieran: en un monte (Mateo 5:1), en un “lugar llano” (Lucas 6:17), en un lago (Lucas 5:1), en la puerta de las ciudades (Lucas 7:11-17), en los sembrados (Lucas 6:1), en lugares desiertos (Lucas 9:10-11), en sus casas (Mateo 8:14, 9:10, 26:18; Marcos 1:29, 2:1-2, 5.38; Lucas 4:38, 5:29, 8:51, 9:4, 10:5, 19:5; Juan 4:53, Juan 12:13), en el templo de Herodes (Marcos 14:49; Lucas 22:53; Juan 7:14) y sinagogas (Mateo 4:23; Lucas 6:6).

Consideremos solo el pasaje de Mateo 12:6: ¡Jesucristo dijo que Él era Mayor que el Templo! ¿Qué implica esta afirmación tan categórica? ¿Puede nuestra fe ser expresada sin utilizar un lugar “especial”?. ¿Es el templo el que “hace” la Iglesia o es Jesucristo en la vida del Creyente? Esta es una verdad muy conocida para muchos queridos hermanos, maduros en el Señor y que trabajan en La Obra bajo los lineamientos Bíblicos, es algo básico para ellos, pero para muchos otros hermanos que laboran bajo una autoridad oficial denominacional o “no denominacional”, el concepto es ajeno.

Todos los hermanos líderes de las diferentes denominaciones utilizan un solo versículo del Nuevo Testamento para justificar sus ambiciones arquitectónicas:

“y perseverando unánimes cada día en el templo...” Hechos 2:46ª Y en ocasiones el texto de Lucas 24:53, que describe después de la ascensión del Señor, lo que los discípulos en Jerusalén hicieron: “…y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén.” Aunque Marcos además señala:

“Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios. 20Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. Amén. MARCOS 16:19-20

Y, por supuesto muchos textos del Antiguo Testamento.

Para un cristiano ingenuo, acostumbrado a leer textos de la Biblia sin circunscribirse a todo el libro en mención, esta mitad del verso 46 de hechos 2, sería suficiente, para justificar doctrinalmente un fenómeno arquitectónico que tiene unos 1700 años dentro del catolicismo y 500 años en el protestantismo y sus derivados, pero que no fue la práctica de los primeros creyentes, ni antes ni después del catolicismo, evidencia arqueológicamente demostrable durante los primeros 325 años (hasta Constantino), y documentada ampliamente por los historiadores eclesiales que describieron a aquellos hermanos que nunca hicieron parte del sistema católico mucho antes de la Reforma.

EVIDENCIAS DE LOS EQUÍVOCOS

1. Dicho templo mencionado en Hechos 2:46ª, fue construido por Herodes, NO por los creyentes, (Del 20-19 A.C. hasta el 62-64 D.C.) tardó unos 90 años. Reemplazó al templo anterior construido por Zorobabel, sobrepasándolo en belleza. El historiador judío Josefo, lo describe con detalles en Antigüedades 5:11 y Guerras 5:5), también hay datos en la Misná (Middoth). y hasta el momento la religión Judía no ha iniciado la construcción de otro. (El tercer Templo, según Daniel 9: 26-27, Mateo 24:15, albergará la figura del Anticristo.)

En el año 363, Juliano el Apóstata intentó reconstruir el templo, con el fin de echar por tierra la profecía del Señor Jesucristo (Mateo 24:1-2), pero los obreros informaron que llamaradas que surgían del suelo les impidieron echar los cimientos.

2. Su diseño no correspondía al original bíblico, construido por Salomón, pues superaba la altura autorizada en 10 codos y ocupaba dos veces más espacio que el templo anterior. La parte trasera y las laterales estaban rodeadas de un edificio suplementario, de una altura de cuarenta y ocho codos, albergando cuarenta y ocho cámaras (Guerras 6:4-7). Este anexo, tenía asimismo dos alas.

3. Encima del lugar Santo y Santísimo, herodes había hecho construir estancias.

4. Herodes era extranjero, su interés al construir el templo era simplemente político, para poder obtener el favor del pueblo Israelita.

5. Herodes era un político muy diplomático al tratar con el gobierno pagano. En el frontis del templo, concretamente en un pórtico de unos cien codos de largo y veinte de ancho, hizo instalar una figura de un águila de oro (Antigüedades 17:6, 2-3), para congraciarse también con el gobierno romano. Según M. Sendery, historiador secular judío, este templo era abominable para los propios judíos, debido a la presencia del icono pagano.

6. La construcción era impactante, los discípulos de Jesús, le compartieron sus impresiones acerca de la magnificencia de ese lugar, pero Él, en contra de esta postura, profetizó la destrucción del mismo.

“Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo. 2Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada.” MATEO 24:1-2

7. El atrio de los sacerdotes tenía un muro que lo cercaba y un gran atrio que le rodeaba a este dos veces más grande que el templo antiguo. El Señor Jesús, ni los apóstoles, ni la Iglesia en Jerusalén, tenían acceso a este lugar reservado para la casta sacerdotal judía. Jesús no era de la tribu de Leví. La parte occidental de este gran atrio, que estaba separado por un muro de la parte oriental, constituía el atrio de Israel, donde solo podían entrar los varones. La parte oriental, el atrio de las mujeres, ocupaba un plano inferior. Había también, un atrio para los gentiles o extranjeros, con inscripciones mediante las que se prohibían a los gentiles, bajo pena de muerte, entrar en los otros atrios.

8. Tito Vespasiano, durante el sitio de Jerusalén en el año 70, quería salvar el templo, sin embargo, los judíos incendiaron una parte del pórtico que comunicaba con la Torre Antonia, un soldado romano, entonces, le prendió fuego, y la maravillosa construcción terminó en ruinas, tal como lo había profetizado el Señor Jesucristo.

9. Los primeros creyentes, físicamente no tenían acceso a los lugares sagrados del templo de Herodes, (exclusivo para los sacerdotes) y menos al Lugar Santísimo. Las reuniones de los primeros creyentes no se podían celebrar en ninguno de los atrios interiores, sino en el llamado Pórtico de Salomón (Hechos 5:12) que era El Pórtico meridional, contando con 162 columnas repartidas en cuatro hileras que formaban una triple avenida. Era considerado un resto del primer templo (Juan 10:23, Hechos 3:11, Antigüedades 20:9-7). Los creyentes fueron literalmente echados del templo y se les prohibió hablar de Cristo en ese lugar. (Hechos 3:11; Hechos 4:1-3; Hechos 5:17-41 –Por favor leer completos los capítulos 3, 4 y 5 del libro de Hechos.-) ¡Es curioso, que algunos pastores utilicen este icono judío para justificar su sed de construcción, pues los primeros creyentes no eran bienvenidos allí!

10. Quizá, una razón por la cual los primeros creyentes eligieron el pórtico de Salomón, un sitio tan común, era precisamente para dar testimonio del Señor Jesucristo en el único lugar auténtico y más representativo del caduco sistema judío, expresando vivencial y públicamente su fe en Cristo, además del mensaje del ángel del Señor de “ir al templo a anunciar al pueblo las palabras de esta vida…” (Hechos 5:19-21)

11. Los auditorios de las denominaciones en la actualidad, llamados “templos”, que se empezaron a construir después del año 1.800, corresponden a la arquitectura griega desarrollada para la oratoria y el teatro, que son de origen pagano y exaltan al humanismo (el hombre como el centro) y no tienen nada que ver con los templos construidos en Jerusalén (de Salomón, Zorobabel y Herodes). Las plataformas de hoy, proscenios o escenarios, que se encuentran en medio de los “templos” no tienen su origen en el estrado de, aproximadamente un (1) metro treinta y cinco (35) centímetros que Salomón había hecho para humillarse (Crónicas 6:13), sino en el estándar secular de los escenarios que han evolucionado a partir del diseño griego.

Teatro de Epidauro, Grecia

Epidauro, antigua ciudad levantada en la costa nororiental de la península del Peloponeso, a orillas del golfo Sarónico (hoy golfo de Egina), conserva un magnífico teatro del año 350 a.C., proyectado por Policleto el Joven, que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad. Este teatro, con una excelente acústica, presenta un escenario circular en torno al cual las gradas, con capacidad para 14.000 personas, se extienden sobre el terreno inclinado de una colina. En él, todos los veranos se celebra un festival de teatro griego clásico.

Tipologías de escenarios

A lo largo de la historia se han diseñado varios tipos de escenarios para satisfacer las demandas de los diferentes estilos teatrales. Tres ejemplos de escenarios son: el de teatro de proscenio (arriba, a la izquierda), la versión más común que sitúa el escenario a un extremo de la sala y consiste en una abertura en la pared que lo separa del público; el del teatro arena o teatro circular (abajo, a la izquierda) en el que el público rodea el escenario por completo; y el escenario abierto, (del que se ofrecen dos variantes a la derecha de la ilustración), llamado también plataforma o estrado. Este escenario abierto avanza hacia la platea, en donde las butacas quedan dispuestas al frente y a los costados de la plataforma.

12. La integración de tecnología en sonido con los auditorios, anexada a lo musical, ocurre en el festival hippie en Woodstock, N.Y. 1969, luego de un avance notorio en sistemas de grabación con el experimento beatles desde 1968. Nunca antes la ingeniería de sonido había tenido un desarrollo tan importante, sino después del fenómeno masónico “Beatle”. La música de la iglesia profesante y su comercialización, es una copia al calco de lo que los beatles desarrollaron y de lo que el mundo musical secular hace hoy. Hoy la “música cristiana” que asocia equivocadamente las palabras Adoración y Alabanza con ritmos y géneros (“rock cristiano”, “salsa cristiana”, “merengue cristiano”, “rap cristiano”, “hip-hop cristiano” “regaee cristiano”, etc., etc.) es el principal ingrediente para atraer las multitudes a los grandes auditorios. El movimiento musical cristiano que se inició hace dos décadas en EEUU y tan solo hace unos 13 años en América Latina, hoy ha sido leudado por la comercialización de productos que se “venden bien” porque “suenan bien” y sus artistas entienden qué es “el espectáculo”. Los “conciertos cristianos” de hoy (que absolutamente No son una práctica bíblica), son una fiel copia del modelo iniciado por el movimiento hippie en Woodstock 1969 (1), renovándose de acuerdo a las tendencias de mercado y moda secular. (2)

No existe evidencia bíblica, ni arqueológica, en el Nuevo Testamento que hable de creyentes construyendo templos. Después del año setenta, (ni antes), ni los discípulos, ni los apóstoles, ni los propios judíos (hasta hoy), reconstruyeron el templo, o edificaron uno nuevo en Jerusalén. No existe idea bíblica de una “Evolución” para la Iglesia, es decir desde un “primitivismo” hasta la “contemporaneidad”. Tampoco es una evolución retomar patrones del judaísmo para aplicarlos a la vida eclesial, como lo hizo el catolicismo y el protestantismo, más bien es apostasía. Sería irrespetuoso decir que los primeros creyentes en Jerusalén se “equivocaron” al tener las cosas en común, o que Dios estaba “experimentando” con ellos el “modelo final” de iglesia y que las “cosas se estaban mejorando” en Antioquia y luego en Éfeso. ¡Mucho más atrevido es manifestar que el modelo denominacional de la era presente, hace parte de “la iglesia gloriosa”, cuando claramente manifiesta las características de la Iglesia en Laodicea (Apocalipsis 3:14-22), así usted, pastor moderno, se revuelva en su silla presidencial!

Es apabullante la evidencia. Tampoco existe datación de templos construidos durante los primeros 300 años del cristianismo. En las Cartas de Pablo a los Corintios, Romanos, Tesalonicenses, Gálatas, Efesios, Filipenses, etc., no existe la mención a construcción alguna. Tampoco el Apóstol Juan, Pedro, Santiago y Judas hacen mención de construcciones o programas de recolección de “bonos Pro-templo”. Si Jerusalén tuvo su templo, ¿Porqué Antioquía no? ¿Será que los creyentes en Éfeso usaron el “cinema” de la diosa Diana para sus cultos dominicales? ¿Por qué los creyentes dispersos que llegaron de Jerusalén a otras regiones, no se ocuparon de la actividad evangélico/protestante/carismática más importante y que brinda mejores resultados en “Igle-crecimiento” hoy por hoy?

“…llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro…”

I CORINTIOS 1:2b

“Todos los que en cualquier lugar….” Pablo no especifica el uso de un lugar especial de culto para los creyentes. La iglesia en Corinto era llamada Iglesia, en virtud del llamado de Dios (“a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos” I CORINTIOS 1:2ª), no porque usaran un “templo” para sus “cultos”. Los primeros creyentes en “cualquier lugar”, invocaban el nombre del Señor.

Hoy, la necesidad prioritaria de las distintas misiones, denominaciones o ministerios es acceder a la tecnología y utilizar todos los medios posibles para difundir su gestión espiritual. Entonces, como ocurre en el sistema mundial, la iglesia es conducida magnéticamente a entregar todo en la competencia de contemporaneidad y simultaneidad de la “aldea global”, participando y usando los mismos canales creados por ése sistema. Millones de dólares son gastados en grandes auditorios (añadiendo las comodidades propias de la cultura consumista norteamericana), centros de producción multimedia, internet, grabación, ingeniería de sonido, diseño de Web sites, conexiones satelitales para T.V., radio, etc.

La Iglesia Institucional ha olvidado la verdad básica. El Cuerpo de Cristo y su belleza ha sido limitado a las fórmulas de promoción de la administración secular. ¡Qué vergüenza! Los hermanos no tienen ninguna importancia para la Iglesia institucional y tampoco para sus obispos gerentes/presidentes: los pastores modernos. Los hermanos padecen necesidad de todo tipo y sus líderes gastan los ingresos (proporcionados por los mismos hermanos que han trabajado arduamente, no siempre en la comodidad de una oficina), en nóminas extensas y el mantenimiento de la maquinaria religiosa. Cuando se presentó en Jerusalén la hambruna profetizada por Agabo (Hechos 11:28; 21:10), el Apóstol Pablo inició una campaña de recolección de dinero (Romanos 15:25-27; I Corintios 16:1-4)), sin precedentes, para socorrer a la Iglesia en Jerusalén, conmovido por la necesidad de los hermanos. No hay registro bíblico Neotestamentario en el cual algún Apóstol, Pastor, Anciano, Líder, Hermano, etc., invirtiera dinero en la construcción, alquiler o remodelación de templos o salones suntuosos para reuniones de la Iglesia. Tampoco podemos tomar como modelo el sistema religioso judío de templo/sacerdotes.

En Cuanto al Lideradgo

Otra de las posiciones penduladas en ambos bandos es el asunto del liderazgo. Casi siempre la característica predominante en los líderes denominacionales es el autoritarismo o dictadura espiritual. Algunos sectores no denominacionales van al otro extremo de considerar un “no liderazgo” como la forma de gobierno apropiada en sus grupos. Escuchamos decir “el pastor es Jesús, yo solamente soy un siervo” (Juan 10:11-16), Lo cual es cierto bíblicamente, pero no en el contexto de la edificación de la iglesia, pues el mismo Señor Jesucristo dio dones a los hombres para la construcción del edificio de Dios (EFESIOS 4:8-16; I CORINTIOS 12:28)

LA PLURALIDAD DE LOS MINISTERIOS

En primer lugar, se debe reconocer la singularidad de los primeros 12 Apóstoles del Cordero, cuyos nombres estarán sobre los cimientos de la Nueva Jerusalén (Apocalipsis 21:14). Ellos son únicos en cuanto a su cercanía durante los días del Señor Jesucristo en la tierra y por ser inspirados por el Espíritu Santo para escribir el Nuevo Testamento. Tampoco existe idea bíblica de “sucesión apostólica”, aunque Dios sí comisionó y comisiona aún a otros mensajeros y apóstoles. A través de Mateo, Marcos, Lucas, Juan, Pedro, Santiago, Judas y Pablo, el Señor dispuso cerrar el “Canon Bíblico”, por lo cual no tenemos más revelación “extra-bíblica”, sino que La Biblia es la fuente última y única Palabra Infalible a la cual podemos acudir, sin negar la inspiración y el fluir del Espíritu Santo sobre la vida del creyente.

Sin embargo, para la Edificación de la Iglesia, la Palabra es clara al describir, no como títulos honoríficos sino como funciones en el Cuerpo de Cristo, a los Apóstoles, Ancianos (pastores o maestros). La Biblia no describe ninguna jerarquía de valores, ni que estas “metáforas” fueran usadas como rótulos nobiliarios o títulos antepuestos a apellidos humanos, y tampoco enseña que los hermanos que funcionen como enviados (Apóstolos), o vigías del rebaño (Episkopos, “atalaya”) sean llamados anteponiendo “los títulos” a sus nombres. La palabra Apóstol es una transliteralización del griego al español, es decir que no fue traducida, sino adaptada a nuestro idioma. Apóstol significa: enviado a.

La palabra pastor, el poimen (poimhvn), simplemente es una metáfora usada para describir la acción de los hermanos que cuidan a otros, así como el pastor de ovejas cuida de ellas, dando aún su vida si es necesario. El verbo jegeomai, conducir el camino, presidir, tener el gobierno, se traduce «pastores» en Hebreos 13:7, 17,24. Jamás las palabras usadas por Pablo, “Apóstol”, “Profeta”, “Evangelista”, “Pastor” y “Maestro”, fueron usadas para significar profesiones tecnificadas o la idea de una casta religiosa excluyente/dominante. El nuevo Testamento nunca hace diferencia entre una casta sacerdotal y una casta inferior: el pueblo. Todos en el Cuerpo de Cristo tenemos una función y somos miembros los unos de los otros (I CORINTIOS 12:27). Todos somos reyes y sacerdotes, pueblo escogido por Dios. (I PEDRO 2:9-10). En conclusión, la Biblia registra la pluralidad de apóstoles y ancianos. La característica del trabajo apostólico es la itinerancia, en el caso del Apóstol Pablo, pero en el caso del Apóstol Pedro vemos su funcionamiento también como anciano (I DE PEDRO 5:1). También hay pluralidad de ancianos en una ciudad, pero siempre una sola iglesia en esa localidad.

“Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo…” EFESIOS 4:11-13

“Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe.” HEBREOS 13:7

“Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.” HEBREOS 13:17

“Saludad a todos vuestros pastores, y a todos los santos. Los de Italia os saludan.” HEBREOS 13:24

“Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea; 30lo cual en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo.” HECHOS 11:30

“Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.” HECHOS 14:23

“Y llegados a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia y los apóstoles y los ancianos, y refirieron todas las cosas que Dios había hecho con ellos.” HECHOS 15:4

“Y se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer de este asunto.” HECHOS 15:6

“Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir de entre ellos varones y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas que tenía por sobrenombre Barsabás, y a Silas, varones principales entre los hermanos; 23y escribir por conducto de ellos: Los apóstoles y los ancianos y los hermanos, a los hermanos de entre los gentiles que están en Antioquía, en Siria y en Cilicia, salud.” HECHOS 15:22

“Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.” HECHOS 20:28

“Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sóstenes, 2a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro: 3Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.” I CORINTIOS 1:1-3

“Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular. 28Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas. CORINTIOS 12:27-28

“Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia.” COLOSENSES 1:24

“Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.” I DE CORINTIOS 3:9

“Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, 20edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, 21en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; 22en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.” EFESIOS 2:19-22

DIFICIO VERSUS TEMPLO DEL ESPÍRITU.

El Señor dice:

“El cielo es mi trono
y la tierra es el estrado de mis pies.
¿Dónde podrán construirme una casa?
¿Dónde podrán hacerme un lugar de descanso?

2¡Yo mismo hice todas estas cosas,
y así empezaron a existir!

Yo, el Señor, lo afirmo. ISAÍAS 62:1-2

“Mas Salomón le edificó casa; 48si bien el Altísimo no habita en templos hechos de mano, como dice el profeta:

49El cielo es mi trono,
Y la tierra el estrado de mis pies.
¿Qué casa me edificaréis? dice el Señor;
¿O cuál es el lugar de mi reposo?

50 ¿No hizo mi mano todas estas cosas?” HECHOS 7:47-50

“¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? 17Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.” I CORINTIOS 3:16

“…para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.” I TIMOTEO 3:15

“El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que hay en él, es Señor del cielo y de la tierra. No vive en templos hechos por los hombres, 25ni necesita que nadie haga nada por él, pues él es quien nos da a todos la vida, el aire y las demás cosas. HECHOS 17:24-25

“Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.” I DE PEDRO 2:5

“Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él.” HECHOS 12:5

Sociológicamente, el feligrés “va” a la “iglesia”. Es una información genética. En la médula del cristiano profeso corre esa tendencia, es indisoluble, cuasi-indestructible, la relación es hacia un lugar místico: el templo, nunca dirigida a los hermanos. Todas las celebraciones, acondicionamientos espirituales y preparaciones, técnicamente están cruzadas por lo que se ha denominado “El complejo de Edificio”. El lugar más importante para el cristianismo profesante sin duda es el templo físico, sitio donde gira toda la razón de ser del “culto” católico / protestante / evangélico, bien sea el auditorio o la sala de una casa (si hay dependencia hacia el lugar.)

Un domingo sin “ir a la iglesia”, no es un domingo. Lo mismo se da al pensar que “pertenezco” a la iglesia bíblicamente correcta porque me reúno en la sencillez de una sala de estar, aunque los sitios de reunión más comunes para los cristianos de los primeros siglos, eran sus casas (donde vivían), los hermanos se consideraban miembros del Cuerpo de Cristo no por el lugar de reunión, sino porque habían nacido de nuevo, y estaban sujetos a La Cabeza: El Señor Jesús mismo. Ellos se reunían en sus hogares, en la puerta La Hermosa (Jerusalén), en el Pórtico de Salomón, etc., porque simplemente ellos no tenían la tendencia que hoy tenemos: pensamos que “vamos” a la iglesia los domingos (o el día destinado de reunión), y llamamos a un edificio “iglesia”. Los primeros creyentes se consideraban a sí mismos La Iglesia del Señor las veinticuatro horas del día, mientras estaban en sus casas u oficios, no existía para ellos otra vida “secular”, su vida cotidiana era la vida de Cristo en ellos. Y esta cotidianeidad se viví en el calor y naturalidad de sus hogares:

“Saludad también a la iglesia de su casa. Saludad a Epeneto, amado mío, que es el primer fruto de Acaya para Cristo.” ROMANOS 16:5

“Pablo, prisionero de Jesucristo, y el hermano Timoteo, al amado Filemón, colaborador nuestro, 2y a la amada hermana Apia, y a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa: 3Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.” FILEMÓN 1:1-3

“Saludad a los hermanos que están en Laodicea, y a Ninfas y a la iglesia que está en su casa. 16Cuando esta carta haya sido leída entre vosotros, haced que también se lea en la iglesia de los laodicenses, y que la de Laodicea la leáis también vosotros.” COLOSENSES 4:15-16

“Saludad también a la iglesia de su casa.” HECHOS 16:5

“Las iglesias de Asia os saludan. Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa, os saludan mucho en el Señor.” I CORINTIOS 16:19

“Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido!” II DE JUAN VERSO 10

Ahora bien, en virtud de la verdad, cristianos aislados no constituyen el Cuerpo de Cristo en una localidad o ciudad o aldea. Muchos hermanos han descrito a la Asamblea del Señor hoy, como en ruinas, un cuerpo de creyentes mutilado en diferentes sectas:

“¿Por qué esta casa, tan bien fundada y edificada en el principio, ha sido arruinada al punto de presentar la confusión actual? ‘Un enemigo ha hecho esto... Mientras los hombres dormían’. El Señor lo había anunciado de antemano, particularmente en las parábolas de Mateo 13… Los apóstoles habían predicho esa ruina. Pablo habla a los ancianos de Éfeso de ‘lobos rapaces’ que entrarían en medio de ellos y no perdonarían al rebaño; y advierte acerca de hombres que se levantarían de entre ellos mismos y que hablarían ‘cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos’. Esta ruina es visible también alrededor de nosotros. En cuántos medios, la incredulidad y el racionalismo han causado estragos. En otras partes encontramos el ministerio del hombre y el establecimiento de jerarquías; un poco en todas partes hay formalismo, divisiones y subdivisiones. Resulta inútil querer negar esa ruina. Es menester reconocerla, humillarse a causa de ella y aceptar sus consecuencias.” (G. André)

En 1828, el Sr. John Nelson Darby, escribía en su libro titulado, The Nature and Unity of the Church of Christ [La naturaleza y Unidad de la Iglesia de Cristo] acerca del problema denominacional/divisivo, presente ya en la Inglaterra del siglo 19:

»Si la perspectiva que he adoptado del estado de la iglesia es la correcta, podemos concluir que es enemigo de la obra del Espíritu de Dios quien defienda los intereses de cualquier denominación determinada; y que aquellos que creen en “el poder y la venida del Señor Jesucristo” deberían guardarse cuidadosamente de un espíritu así; porque está llevando de nuevo la iglesia a un estado causado por ignorancia de la Palabra y de no sujeción a ella, e imponiendo como un deber sus peores y más anticristianos resultados. Ésta es una de las más sutiles y predominantes perturbaciones de la mente, “no sigue con nosotros”, incluso cuando estos hombres sean verdaderamente cristianos.

»Los cristianos son poco conscientes de hasta qué punto esto domina en sus mentes; cómo buscan lo suyo, no las cosas de Jesucristo; y cómo esto seca los manantiales de la gracia y de la comunión espiritual; cómo estorba aquel orden al que acompaña la bendición, reunirse en el nombre del Señor. Ninguna congregación que no esté dispuesta a abrazar a todos los hijos de Dios sobre la base plena del Reino del Hijo puede encontrar la plenitud de la bendición, porque no la contempla —porque su fe no la abraza. ... Por ello, el símbolo externo de la unidad es la participación de la cena del Señor; “nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan”.

Pablo exhorta a los corintios a que la iglesia se reúna “toda”, sin fraccionarse:

“Si, pues, toda la iglesia se reúne en un solo lugar, y todos hablan en lenguas, y entran indoctos o incrédulos, ¿no dirán que estáis locos?” I CORINTIOS 14:23

“Pues en primer lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo. 19Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados.” I CORINTIOS 11:18-19

… En Antioquia de Siria

“Y habiendo llegado, y reunido a la iglesia, refirieron cuán grandes cosas había hecho Dios con ellos, y cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles.” HECHOS 14:27

“Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.” HECHOS 11:26

LA LOCALIDAD

La Iglesia del Señor en una localidad se reunía EN MUCHAS OCASIONES “junta” como una sola asamblea. Bernabé y Saulo se congregaron un año completo con la iglesia en Antioquia y simplemente reconocieron su existencia, no “fundaron” su propia denominación, ni “hicieron” “otra iglesia” en Antioquía.

Tampoco los ancianos (episkopos, pastores, etc.), establecidos en cada ciudad se “repartieron” a los hermanos de acuerdo a las preferencias particulares. La Iglesia permaneció como una sola en cada ciudad, bajo la única división permitida: la geográfica, hasta aproximadamente mediados del año 57 D.C., donde se relata el problema de división por ministerios, en la primera epístola del Apóstol Pablo a Los corintios, escrita desde Éfeso. Sin embargo, en Apocalipsis observamos cómo el Apóstol Juan escribió el mensaje a las 7 Iglesias en Asia, dirigidas a estas iglesias, en cada ciudad, como una sola.

Una denominación o un grupo no denominacional NO ES “LA IGLESIA”, pues simplemente una denominación es solo eso: una institución fundada por un hombre. Por supuesto, muchos de los “asistentes” son hermanos auténticos, nacidos de nuevo, hijos de Dios y ciudadanos de la Jerusalén Celestial, y cada “parte” de esta familia esparcida en estas divisiones y sectas, constituye la Iglesia de Dios en esa ciudad. La tragedia es que las denominaciones atrapan a los hermanos en sus rejas y algunos movimientos no denominacionales hacen de su “libertad” otra muralla de separación, continuando con el aislacionismo, deviniendo de todas formas en la ruina de la única asamblea (ekklesia) en la localidad.

“… Cuando os reunís como Iglesia”

“… La Iglesia se reúne en un solo lugar”

“… Se congregaron allí todo

un año con la Iglesia”

¿Pero qué sucede hoy?

¿Por qué tantas “iglesias”

en una sola ciudad?

Muchos proclaman ser miembros de la Iglesia de Cristo, algunos son excluyentes, otros más abiertos en reconocer a los demás hermanos que no pertenecen a su denominación, como miembros del Cuerpo de Cristo, pero la continua tragedia es que permanece la división de carácter ministerialista. Cada denominación o grupo no denominacional, asiladamente no constituye la Iglesia de Cristo en la Localidad. Por supuesto que todos los que están inscritos en un movimiento denominacional no necesariamente tienen sus nombres escritos en el Libro de La Vida del Cordero. Y en esto también se parece mucho algunos grupos no denominacionales, a una denominación: en que los hombres incluyen algunos que no son de Cristo y excluyen otros que sí lo son. ¡Qué misterio! ¡Dios se abrogó ese derecho! ¡Qué fracaso el de nuestro liderazgo! ¡Qué tristeza haber perdido de vista I Corintios 1! ¡La Iglesia es UNA SOLA en cada Localidad, Ciudad, Municipio o Aldea! La única división permitida en la Palabra de Dios es la geográfica. La Biblia no enseña la existencia de “varias iglesias” en una ciudad, no podemos encontrar ninguna referencia a “títulos”, o “nombres” para alguna congregación, más que la referencia a la ciudad:

“Llegó la noticia de estas cosas a oídos de la iglesia que estaba en Jerusalén; y enviaron a Bernabé que fuese hasta Antioquía.” HECHOS 11:22

“Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo.” HECHOS 13:1

“Habiendo arribado a Cesarea, subió para saludar a la iglesia, y luego descendió a Antioquía.” HECHOS 18:22

“Os recomiendo además nuestra hermana Febe, la cual es diaconisa de la iglesia en Cencrea…” ROMANOS 16:1

“…a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro…” I CORINTIOS 1:2

“Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Efeso.” EFESIOS 1:1

“Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos.”
FILIPENSES 1:1

“Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, 2a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.” COLOSENSES 1:1-2

“Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.” TESALONICENSES 1:1

La iglesia que está en Babilonia, elegida juntamente con vosotros, y Marcos mi hijo, os saludan. I PEDRO 5:13

“Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto…” APOCALIPSIS 2:1

Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna: El primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió, dice esto…” APOCALIPSIS 2:8

“Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto…” APOCALIPSIS 2:12

“Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido, dice esto....” APOCALIPSIS 2:18

“Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto…” APOCALIPSIS 3:1

“Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre…” APOCALIPSIS 3:7

“Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice esto…” APOCALIPSIS 3:14

¡JERUSALÉN, ANTIOQUÍA, CESAREA,
CENCREA, CORINTO, ÉFESO,
FILIPOS, COLOSAS, ROMA,
TESALÓNICA, ESMIRNA,
PERGAMO, TIATIRA, SARDIS,
FILADELFIA, LAODICEA,
ERAN CIUDADES,
NO TITULACIONES
DENOMINACIONALES
PARA DIVIDIR MINISTERIALMENTE
A LOS HERMANOS!


CONCEPTOS EQUIVOCADOS ACERCA DEL TEMPLO
JUDÍO EN LOS TIEMPOS DEL SEÑOR JESÚS.


“Pues os digo que
uno mayor que el
templo está aquí.”
MATEO 12:6

Existen miles de rollos de cinta magnetofónica que usted puede escuchar, con mensajes pastorales, estimando que la condición para ser “buen creyente” es realizar todas las actividades espirituales en “el templo”. Muchísimas denominaciones tienen un “templo” y un “altar” para que los miembros ofrezcan culto al Señor. Bajo una soterrada obligatoriedad, sólo en estas reuniones “es posible” obtener una “bendición” de Dios. Y es obvio: el impacto social, el poder aglutinado y desarrollado en los cánticos, gritos y oraciones (sobre todo en auditorios gigantescos asistidos por músicos y sistema de sonido), el favorecimiento en el control de las estadísticas de crecimiento de las comunidades religiosas, son factores determinantes para justificar la existencia o construcción de estos monumentos. Personalmente escuché de labios de jefes eclesiales carismáticos y no carismáticos, muchísimas justificaciones para embarcarse en la construcción de estos edificios. No importaba cuantos versículos de la Biblia usaran, la concusión era siempre la misma: A mayor número de sillas, mayor asistencia, más dinero; es decir, que entre más grande “el templo”, mejor. Existe una obsesión en el recinto protestante/carismático: los números, los resultados, inscripción de feligreses, membresía. Y esto no se logra si no se tiene un sitio adecuado para albergar las muchedumbres. La vida espiritual del cristiano profeso en promedio, es superficial. Es muy sencillo asumir una postura espiritualista en público, en medio de una energizante y multitudinaria reunión, pero la vida diaria que debería caracterizarse por la entrega a Él, es tragada por lo secular sin sostener una relación permanente con Cristo. Esto le puede suceder a cualquier creyente que no dependa de Cristo, sea que se reúna en un templo, en la sala de su casa o donde sea.

Jesucristo no buscó aglutinar multitudes, por el contrario, ellas le siguieron por los milagros y la autoridad con que les hablaba (Mateo 4:25; 5:1; 7:28 al 29; Lucas 6:17-19). Luego que Jesús alimentó a los cinco mil, Él se retiró de la multitud porque entendió “que iban a venir para apoderarse de él y hacerle Rey, volvió a retirarse al monte solo.” JUAN 6:14-15. También Jesús les acusó de buscarle ni siquiera por las señales sino por que les había dado de comer: “Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.” JUAN 6:26.

Esta audiencia no tardó en murmurar contra él: “Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo. 42Y decían: ¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice éste: Del cielo he descendido?” JUAN 6:41-42.

También sus discípulos en esta hora, dudaron murmurando, y muchos le abandonaron también:

“Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír? JUAN 6:60. “Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar. 65Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre. 66Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. 67Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? JUAN 6:64-67

Esta “ferviente” multitud le abandonó en la cruz, a los días de haber entrado en Jerusalén montado en un pollino, cuando fue vitoreado como adalid político. Esta era la frase de la multitud, luego que Jesús fue presentado por Pilato: “CRUCIFÍQUENLE”, incluso pidiendo que su sangre fuese sobre ellos y sus hijos (Mateo 27:22-25; Lucas 23:18-21.) También sus discípulos le abandonaron cuando Él fue arrestado: “Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron.” MARCOS 14:50. Aún “…sus conocidos y las mujeres que le habían seguido desde Galilea, estaban lejos mirando estas cosas.” LUCAS 23:49.

Parece que muchos hermanos que dicen ser “pastores y siervos”, hoy solo buscan el éxito ministerial, “el poder”, “el dinero”, “la fama” y huyen de La Cruz y la muerte de sí mismos. El mensaje de Cristo no es “popular”. Va en contra del pecado e iniquidad. El verdadero cristianismo no es de “masas” aglutinadas alrededor del bienestar. Cuando se experimenta individualmente La Cruz (muerte a la naturaleza caída), el Cuerpo de Cristo, el Hombre Colectivo, El Cuerpo de “Muchos miembros”, es una realidad. Sin La Cruz, estamos inscritos en un club social.

Muchos pastores que he conocido personalmente, están, estuvieron y piensan iniciar un proyecto de construcción, o han gastado millones en alquileres y adecuación de salones gigantescos, en total contravención del proceder del Señor Jesucristo y sus Apóstoles, quienes nunca construyeron o alquilaron permanentemente, un gran auditorio para reunir a los creyentes.

El Señor fue muy “práctico” para enseñar o sanar a las multitudes en cualquier lugar a donde le siguieran: en un monte (Mateo 5:1), en un “lugar llano” (Lucas 6:17), en un lago (Lucas 5:1), en la puerta de las ciudades (Lucas 7:11-17), en los sembrados (Lucas 6:1), en lugares desiertos (Lucas 9:10-11), en sus casas (Mateo 8:14, 9:10, 26:18; Marcos 1:29, 2:1-2, 5.38; Lucas 4:38, 5:29, 8:51, 9:4, 10:5, 19:5; Juan 4:53, Juan 12:13), en el templo de Herodes (Marcos 14:49; Lucas 22:53; Juan 7:14) y sinagogas (Mateo 4:23; Lucas 6:6).

Consideremos solo el pasaje de Mateo 12:6: ¡Jesucristo dijo que Él era Mayor que el Templo! ¿Qué implica esta afirmación tan categórica? ¿Puede nuestra fe ser expresada sin utilizar un lugar “especial”?. ¿Es el templo el que “hace” la Iglesia o es Jesucristo en la vida del Creyente? Esta es una verdad muy conocida para muchos queridos hermanos, maduros en el Señor y que trabajan en La Obra bajo los lineamientos Bíblicos, es algo básico para ellos, pero para muchos otros hermanos que laboran bajo una autoridad oficial denominacional o “no denominacional”, el concepto es ajeno.

Todos los hermanos líderes de las diferentes denominaciones utilizan un solo versículo del Nuevo Testamento para justificar sus ambiciones arquitectónicas:

“y perseverando unánimes cada día en el templo...” Hechos 2:46ª Y en ocasiones el texto de Lucas 24:53, que describe después de la ascensión del Señor, lo que los discípulos en Jerusalén hicieron: “…y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén.” Aunque Marcos además señala:

“Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios. 20Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. Amén. MARCOS 16:19-20

Y, por supuesto muchos textos del Antiguo Testamento.

Para un cristiano ingenuo, acostumbrado a leer textos de la Biblia sin circunscribirse a todo el libro en mención, esta mitad del verso 46 de hechos 2, sería suficiente, para justificar doctrinalmente un fenómeno arquitectónico que tiene unos 1700 años dentro del catolicismo y 500 años en el protestantismo y sus derivados, pero que no fue la práctica de los primeros creyentes, ni antes ni después del catolicismo, evidencia arqueológicamente demostrable durante los primeros 325 años (hasta Constantino), y documentada ampliamente por los historiadores eclesiales que describieron a aquellos hermanos que nunca hicieron parte del sistema católico mucho antes de la Reforma.

EVIDENCIAS DE LOS EQUÍVOCOS

1. Dicho templo mencionado en Hechos 2:46ª, fue construido por Herodes, NO por los creyentes, (Del 20-19 A.C. hasta el 62-64 D.C.) tardó unos 90 años. Reemplazó al templo anterior construido por Zorobabel, sobrepasándolo en belleza. El historiador judío Josefo, lo describe con detalles en Antigüedades 5:11 y Guerras 5:5), también hay datos en la Misná (Middoth). y hasta el momento la religión Judía no ha iniciado la construcción de otro. (El tercer Templo, según Daniel 9: 26-27, Mateo 24:15, albergará la figura del Anticristo.)

En el año 363, Juliano el Apóstata intentó reconstruir el templo, con el fin de echar por tierra la profecía del Señor Jesucristo (Mateo 24:1-2), pero los obreros informaron que llamaradas que surgían del suelo les impidieron echar los cimientos.

2. Su diseño no correspondía al original bíblico, construido por Salomón, pues superaba la altura autorizada en 10 codos y ocupaba dos veces más espacio que el templo anterior. La parte trasera y las laterales estaban rodeadas de un edificio suplementario, de una altura de cuarenta y ocho codos, albergando cuarenta y ocho cámaras (Guerras 6:4-7). Este anexo, tenía asimismo dos alas.

3. Encima del lugar Santo y Santísimo, herodes había hecho construir estancias.

4. Herodes era extranjero, su interés al construir el templo era simplemente político, para poder obtener el favor del pueblo Israelita.

5. Herodes era un político muy diplomático al tratar con el gobierno pagano. En el frontis del templo, concretamente en un pórtico de unos cien codos de largo y veinte de ancho, hizo instalar una figura de un águila de oro (Antigüedades 17:6, 2-3), para congraciarse también con el gobierno romano. Según M. Sendery, historiador secular judío, este templo era abominable para los propios judíos, debido a la presencia del icono pagano.

6. La construcción era impactante, los discípulos de Jesús, le compartieron sus impresiones acerca de la magnificencia de ese lugar, pero Él, en contra de esta postura, profetizó la destrucción del mismo.

“Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo. 2Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada.” MATEO 24:1-2

7. El atrio de los sacerdotes tenía un muro que lo cercaba y un gran atrio que le rodeaba a este dos veces más grande que el templo antiguo. El Señor Jesús, ni los apóstoles, ni la Iglesia en Jerusalén, tenían acceso a este lugar reservado para la casta sacerdotal judía. Jesús no era de la tribu de Leví. La parte occidental de este gran atrio, que estaba separado por un muro de la parte oriental, constituía el atrio de Israel, donde solo podían entrar los varones. La parte oriental, el atrio de las mujeres, ocupaba un plano inferior. Había también, un atrio para los gentiles o extranjeros, con inscripciones mediante las que se prohibían a los gentiles, bajo pena de muerte, entrar en los otros atrios.

8. Tito Vespasiano, durante el sitio de Jerusalén en el año 70, quería salvar el templo, sin embargo, los judíos incendiaron una parte del pórtico que comunicaba con la Torre Antonia, un soldado romano, entonces, le prendió fuego, y la maravillosa construcción terminó en ruinas, tal como lo había profetizado el Señor Jesucristo.

9. Los primeros creyentes, físicamente no tenían acceso a los lugares sagrados del templo de Herodes, (exclusivo para los sacerdotes) y menos al Lugar Santísimo. Las reuniones de los primeros creyentes no se podían celebrar en ninguno de los atrios interiores, sino en el llamado Pórtico de Salomón (Hechos 5:12) que era El Pórtico meridional, contando con 162 columnas repartidas en cuatro hileras que formaban una triple avenida. Era considerado un resto del primer templo (Juan 10:23, Hechos 3:11, Antigüedades 20:9-7). Los creyentes fueron literalmente echados del templo y se les prohibió hablar de Cristo en ese lugar. (Hechos 3:11; Hechos 4:1-3; Hechos 5:17-41 –Por favor leer completos los capítulos 3, 4 y 5 del libro de Hechos.-) ¡Es curioso, que algunos pastores utilicen este icono judío para justificar su sed de construcción, pues los primeros creyentes no eran bienvenidos allí!

10. Quizá, una razón por la cual los primeros creyentes eligieron el pórtico de Salomón, un sitio tan común, era precisamente para dar testimonio del Señor Jesucristo en el único lugar auténtico y más representativo del caduco sistema judío, expresando vivencial y públicamente su fe en Cristo, además del mensaje del ángel del Señor de “ir al templo a anunciar al pueblo las palabras de esta vida…” (Hechos 5:19-21)

11. Los auditorios de las denominaciones en la actualidad, llamados “templos”, que se empezaron a construir después del año 1.800, corresponden a la arquitectura griega desarrollada para la oratoria y el teatro, que son de origen pagano y exaltan al humanismo (el hombre como el centro) y no tienen nada que ver con los templos construidos en Jerusalén (de Salomón, Zorobabel y Herodes). Las plataformas de hoy, proscenios o escenarios, que se encuentran en medio de los “templos” no tienen su origen en el estrado de, aproximadamente un (1) metro treinta y cinco (35) centímetros que Salomón había hecho para humillarse (Crónicas 6:13), sino en el estándar secular de los escenarios que han evolucionado a partir del diseño griego.

Teatro de Epidauro, Grecia

Epidauro, antigua ciudad levantada en la costa nororiental de la península del Peloponeso, a orillas del golfo Sarónico (hoy golfo de Egina), conserva un magnífico teatro del año 350 a.C., proyectado por Policleto el Joven, que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad. Este teatro, con una excelente acústica, presenta un escenario circular en torno al cual las gradas, con capacidad para 14.000 personas, se extienden sobre el terreno inclinado de una colina. En él, todos los veranos se celebra un festival de teatro griego clásico.

Tipologías de escenarios

A lo largo de la historia se han diseñado varios tipos de escenarios para satisfacer las demandas de los diferentes estilos teatrales. Tres ejemplos de escenarios son: el de teatro de proscenio (arriba, a la izquierda), la versión más común que sitúa el escenario a un extremo de la sala y consiste en una abertura en la pared que lo separa del público; el del teatro arena o teatro circular (abajo, a la izquierda) en el que el público rodea el escenario por completo; y el escenario abierto, (del que se ofrecen dos variantes a la derecha de la ilustración), llamado también plataforma o estrado. Este escenario abierto avanza hacia la platea, en donde las butacas quedan dispuestas al frente y a los costados de la plataforma.

12. La integración de tecnología en sonido con los auditorios, anexada a lo musical, ocurre en el festival hippie en Woodstock, N.Y. 1969, luego de un avance notorio en sistemas de grabación con el experimento beatles desde 1968. Nunca antes la ingeniería de sonido había tenido un desarrollo tan importante, sino después del fenómeno masónico “Beatle”. La música de la iglesia profesante y su comercialización, es una copia al calco de lo que los beatles desarrollaron y de lo que el mundo musical secular hace hoy. Hoy la “música cristiana” que asocia equivocadamente las palabras Adoración y Alabanza con ritmos y géneros (“rock cristiano”, “salsa cristiana”, “merengue cristiano”, “rap cristiano”, “hip-hop cristiano” “regaee cristiano”, etc., etc.) es el principal ingrediente para atraer las multitudes a los grandes auditorios. El movimiento musical cristiano que se inició hace dos décadas en EEUU y tan solo hace unos 13 años en América Latina, hoy ha sido leudado por la comercialización de productos que se “venden bien” porque “suenan bien” y sus artistas entienden qué es “el espectáculo”. Los “conciertos cristianos” de hoy (que absolutamente No son una práctica bíblica), son una fiel copia del modelo iniciado por el movimiento hippie en Woodstock 1969 (1), renovándose de acuerdo a las tendencias de mercado y moda secular. (2)

No existe evidencia bíblica, ni arqueológica, en el Nuevo Testamento que hable de creyentes construyendo templos. Después del año setenta, (ni antes), ni los discípulos, ni los apóstoles, ni los propios judíos (hasta hoy), reconstruyeron el templo, o edificaron uno nuevo en Jerusalén. No existe idea bíblica de una “Evolución” para la Iglesia, es decir desde un “primitivismo” hasta la “contemporaneidad”. Tampoco es una evolución retomar patrones del judaísmo para aplicarlos a la vida eclesial, como lo hizo el catolicismo y el protestantismo, más bien es apostasía. Sería irrespetuoso decir que los primeros creyentes en Jerusalén se “equivocaron” al tener las cosas en común, o que Dios estaba “experimentando” con ellos el “modelo final” de iglesia y que las “cosas se estaban mejorando” en Antioquia y luego en Éfeso. ¡Mucho más atrevido es manifestar que el modelo denominacional de la era presente, hace parte de “la iglesia gloriosa”, cuando claramente manifiesta las características de la Iglesia en Laodicea (Apocalipsis 3:14-22), así usted, pastor moderno, se revuelva en su silla presidencial!

Es apabullante la evidencia. Tampoco existe datación de templos construidos durante los primeros 300 años del cristianismo. En las Cartas de Pablo a los Corintios, Romanos, Tesalonicenses, Gálatas, Efesios, Filipenses, etc., no existe la mención a construcción alguna. Tampoco el Apóstol Juan, Pedro, Santiago y Judas hacen mención de construcciones o programas de recolección de “bonos Pro-templo”. Si Jerusalén tuvo su templo, ¿Porqué Antioquía no? ¿Será que los creyentes en Éfeso usaron el “cinema” de la diosa Diana para sus cultos dominicales? ¿Por qué los creyentes dispersos que llegaron de Jerusalén a otras regiones, no se ocuparon de la actividad evangélico/protestante/carismática más importante y que brinda mejores resultados en “Igle-crecimiento” hoy por hoy?

“…llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro…”

I CORINTIOS 1:2b

“Todos los que en cualquier lugar….” Pablo no especifica el uso de un lugar especial de culto para los creyentes. La iglesia en Corinto era llamada Iglesia, en virtud del llamado de Dios (“a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos” I CORINTIOS 1:2ª), no porque usaran un “templo” para sus “cultos”. Los primeros creyentes en “cualquier lugar”, invocaban el nombre del Señor.

Hoy, la necesidad prioritaria de las distintas misiones, denominaciones o ministerios es acceder a la tecnología y utilizar todos los medios posibles para difundir su gestión espiritual. Entonces, como ocurre en el sistema mundial, la iglesia es conducida magnéticamente a entregar todo en la competencia de contemporaneidad y simultaneidad de la “aldea global”, participando y usando los mismos canales creados por ése sistema. Millones de dólares son gastados en grandes auditorios (añadiendo las comodidades propias de la cultura consumista norteamericana), centros de producción multimedia, internet, grabación, ingeniería de sonido, diseño de Web sites, conexiones satelitales para T.V., radio, etc.

La Iglesia Institucional ha olvidado la verdad básica. El Cuerpo de Cristo y su belleza ha sido limitado a las fórmulas de promoción de la administración secular. ¡Qué vergüenza! Los hermanos no tienen ninguna importancia para la Iglesia institucional y tampoco para sus obispos gerentes/presidentes: los pastores modernos. Los hermanos padecen necesidad de todo tipo y sus líderes gastan los ingresos (proporcionados por los mismos hermanos que han trabajado arduamente, no siempre en la comodidad de una oficina), en nóminas extensas y el mantenimiento de la maquinaria religiosa. Cuando se presentó en Jerusalén la hambruna profetizada por Agabo (Hechos 11:28; 21:10), el Apóstol Pablo inició una campaña de recolección de dinero (Romanos 15:25-27; I Corintios 16:1-4)), sin precedentes, para socorrer a la Iglesia en Jerusalén, conmovido por la necesidad de los hermanos. No hay registro bíblico Neotestamentario en el cual algún Apóstol, Pastor, Anciano, Líder, Hermano, etc., invirtiera dinero en la construcción, alquiler o remodelación de templos o salones suntuosos para reuniones de la Iglesia. Tampoco podemos tomar como modelo el sistema religioso judío de templo/sacerdotes.

En Cuanto al Lideradgo

Otra de las posiciones penduladas en ambos bandos es el asunto del liderazgo. Casi siempre la característica predominante en los líderes denominacionales es el autoritarismo o dictadura espiritual. Algunos sectores no denominacionales van al otro extremo de considerar un “no liderazgo” como la forma de gobierno apropiada en sus grupos. Escuchamos decir “el pastor es Jesús, yo solamente soy un siervo” (Juan 10:11-16), Lo cual es cierto bíblicamente, pero no en el contexto de la edificación de la iglesia, pues el mismo Señor Jesucristo dio dones a los hombres para la construcción del edificio de Dios (EFESIOS 4:8-16; I CORINTIOS 12:28)

LA PLURALIDAD DE LOS MINISTERIOS

En primer lugar, se debe reconocer la singularidad de los primeros 12 Apóstoles del Cordero, cuyos nombres estarán sobre los cimientos de la Nueva Jerusalén (Apocalipsis 21:14). Ellos son únicos en cuanto a su cercanía durante los días del Señor Jesucristo en la tierra y por ser inspirados por el Espíritu Santo para escribir el Nuevo Testamento. Tampoco existe idea bíblica de “sucesión apostólica”, aunque Dios sí comisionó y comisiona aún a otros mensajeros y apóstoles. A través de Mateo, Marcos, Lucas, Juan, Pedro, Santiago, Judas y Pablo, el Señor dispuso cerrar el “Canon Bíblico”, por lo cual no tenemos más revelación “extra-bíblica”, sino que La Biblia es la fuente última y única Palabra Infalible a la cual podemos acudir, sin negar la inspiración y el fluir del Espíritu Santo sobre la vida del creyente.

Sin embargo, para la Edificación de la Iglesia, la Palabra es clara al describir, no como títulos honoríficos sino como funciones en el Cuerpo de Cristo, a los Apóstoles, Ancianos (pastores o maestros). La Biblia no describe ninguna jerarquía de valores, ni que estas “metáforas” fueran usadas como rótulos nobiliarios o títulos antepuestos a apellidos humanos, y tampoco enseña que los hermanos que funcionen como enviados (Apóstolos), o vigías del rebaño (Episkopos, “atalaya”) sean llamados anteponiendo “los títulos” a sus nombres. La palabra Apóstol es una transliteralización del griego al español, es decir que no fue traducida, sino adaptada a nuestro idioma. Apóstol significa: enviado a.

La palabra pastor, el poimen (poimhvn), simplemente es una metáfora usada para describir la acción de los hermanos que cuidan a otros, así como el pastor de ovejas cuida de ellas, dando aún su vida si es necesario. El verbo jegeomai, conducir el camino, presidir, tener el gobierno, se traduce «pastores» en Hebreos 13:7, 17,24. Jamás las palabras usadas por Pablo, “Apóstol”, “Profeta”, “Evangelista”, “Pastor” y “Maestro”, fueron usadas para significar profesiones tecnificadas o la idea de una casta religiosa excluyente/dominante. El nuevo Testamento nunca hace diferencia entre una casta sacerdotal y una casta inferior: el pueblo. Todos en el Cuerpo de Cristo tenemos una función y somos miembros los unos de los otros (I CORINTIOS 12:27). Todos somos reyes y sacerdotes, pueblo escogido por Dios. (I PEDRO 2:9-10). En conclusión, la Biblia registra la pluralidad de apóstoles y ancianos. La característica del trabajo apostólico es la itinerancia, en el caso del Apóstol Pablo, pero en el caso del Apóstol Pedro vemos su funcionamiento también como anciano (I DE PEDRO 5:1). También hay pluralidad de ancianos en una ciudad, pero siempre una sola iglesia en esa localidad.

“Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo…” EFESIOS 4:11-13

“Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe.” HEBREOS 13:7

“Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.” HEBREOS 13:17

“Saludad a todos vuestros pastores, y a todos los santos. Los de Italia os saludan.” HEBREOS 13:24

“Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea; 30lo cual en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo.” HECHOS 11:30

“Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.” HECHOS 14:23

“Y llegados a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia y los apóstoles y los ancianos, y refirieron todas las cosas que Dios había hecho con ellos.” HECHOS 15:4

“Y se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer de este asunto.” HECHOS 15:6

“Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir de entre ellos varones y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas que tenía por sobrenombre Barsabás, y a Silas, varones principales entre los hermanos; 23y escribir por conducto de ellos: Los apóstoles y los ancianos y los hermanos, a los hermanos de entre los gentiles que están en Antioquía, en Siria y en Cilicia, salud” HECHOS 15:22-23

“Y al pasar por las ciudades, les entregaban las ordenanzas que habían acordado los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalén, para que las guardasen. 5Así que las iglesias eran confirmadas en la fe, y aumentaban en número cada día.” HECHOS 16:4-5

“Enviando, pues, desde Mileto a Efeso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia.” HECHOS 20:17

“Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar. Pues la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario. Contra un anciano no admitas acusación sino con dos o tres testigos” I DE TIMOTEO 5:17-19

“Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé” TITO 1:5

¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor SANTIAGO 5:14

“Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de los padecimientos de Cristo, que soy también participante de la gloria que será revelada: Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria. Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque:

Dios resiste a los soberbios,
Y da gracia a los humildes.

6Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; 7echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.” I DE PEDRO 5:1-7

Simplemente “salir”

del sistema

denominacional jerárquico

y “tener la visión de la iglesia”,

no significa necesariamente que

la expresión bíblica de la Ekklesia

sea una realidad.

Quizá es solo una

conceptualización.

PABLO Y LA DIVISIÓN EN CORINTO

v Pablo, pese a existir divisiones en la Iglesia de Corinto, consideró a todos los implicados en las cuatro facciones, como la Iglesia en Corinto. No preparó una reunión especial con aquellos que decían “ser de Cristo”.

“Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Sostenes, 2a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro: 3Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. I DE CORINTIOS 1:1-3. Existen muchas comunidades extendidas mundialmente, de hermanos muy sinceros, que se consideran a sí mismos y la obra que tienen como la verdadera y única expresión de la iglesia, excluyendo a los demás hermanos que no se reúnen con ellos o que no “aceptan su círculo”. El calificativo que usan estos hermanos para describir a los demás hermanos de la cristiandad profesa es: “los denominacionales”. Da la sensación, que estos hermanos se consideran a sí mismos muy maduros, desestimando a quienes se reúnen en torno a un pastor. De igual manera, aquellas congregaciones que se reúnen alrededor de un ministro o pastor, que encajan con quienes Pablo describió como “los de Apolos, Pablo y Cefas, excluyen a su manera a los primeros. Estos hermanos excluyentes “no denominacionales”, también, están descritos por Pablo como aquellos que decían “ser de Cristo”. ¿Una actitud exclusionista podría descalificarnos? ¿No es muy fácil, salir de los círculos denominacionales y dedicarnos a criticar sin edificar? ¿No es sencillo irse lanza en ristre contra creyentes que abandonan las filas denominacionales y tacharlos de “herejes” o “secta”? Lo bíblico, a la luz del anterior pasaje es RECIBIR A TODOS AQUELLOS QUE CRISTO A RECIBIDO, como hermanos, independientemente de su madurez, entiendan o no, tengan o no, revelación de lo que El Cuerpo de Cristo implica, o desconozcan qué es la verdadera Comunión de Los Santos. Lo preocupante es que muchos hermanos cansados del denominacionalismo rampante ingresan a estos círculos absorbiendo esta filosofía y continuando en división. Algo es claro: denominacionalismo y no denominacionalismo se excluyen mutuamente. Falsos fundamentos crean división: la estela de la inmadurez.

v Quizá algunos hubieran esperado una arremetida más fuerte de Pablo sobre los corintios. ¿Quizá una visita relámpago para ajustar las tuercas…? ¿Una reunión con Apolos y Cefas en el lugar de los hechos, para poner todo en orden? No, de la manera más humilde les escribe: ““Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo…” Pero exhortándoles firmemente a permanecer en la Unidad, aunque la decisión estaba en las manos de los hermanos: “…que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.” I DE CORINTIOS 1:10. Una unidad perfecta: una misma mente y un mismo parecer, eran responsabilidad de los hermanos. Si la división no fue causada por los apóstoles, era necesario que los hermanos la remediaran, pero era labor del edificador (el apóstol) señalar la grieta y acompañar la reparación.

v Las contiendas por las preferencias ministeriales habían fragmentado la iglesia en Corinto. Tres grupos se peleaban entre sí por imponer las enseñanzas de Apolos, Pablo o Pedro a los demás, como si entre estos Apóstoles existieran “evangelios diferentes”: “Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. 12Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo.”I DE CORINTIOS 1:11-12 Solo hay un Evangelio y Jesucristo hay uno solo. ¡Cristo no puede estar dividido!: 13¿Acaso está dividido Cristo?...”I DE CORINTIOS 1:11-13ª En el capítulo 3, Pablo continúa con la exhortación “De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. 2Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, 3porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? 4Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales? La carnalidad e inmadurez, en el sentido del espíritu divisorio, si bien es un obstáculo, no niega que los hermanos sean la iglesia del Señor, una casa en construcción, algunos materiales inadecuados, sí, pero el juicio lo hará el Señor. “Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. 11Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. 12Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, 13la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. 14Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. 15Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego. I DE CORINTIOS 3:10-15. El fuego probará la manera como se sobreedificó sobre el fundamento puesto por Pablo: Cristo. Nadie puede poner otro fundamento. Aquellos apóstoles modernos insuflados por su orgullo y vanidad que pretenden tener una “autoridad paulina”, ser “sucesores de Pablo” o como en el caso de Robert Schuller, conocer “reglas de prosperidad” que Pablo no conocía, sobreedifican con madera, heno y hojarasca.

v Nada en la Obra del Señor se hace a título personal del Apóstol, Obrero o Siervo. Ningún Pastor, Líder, Anciano, Obispo, o como usted quiera llamarlo puede abrogarse la posesión de la Obra sobre la cual fue puesto: ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo? 14Doy gracias a Dios de que a ninguno de vosotros he bautizado, sino a Crispo y a Gayo, 15para que ninguno diga que fuisteis bautizados en mi nombre. I DE CORINTIOS 1:13b-15.

v Pablo nunca asumió una actitud patronal, ni esbozó una jerarquía piramidal en la cual él estuviera en la cúspide y desde allí resolver todos los problemas. No consideró ser nada, solo colaborador de Dios para edificar a los hermanos: “¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. 6Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. 7Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. 8Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor.

9Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. I DE CORINTIOS 3:5-9. Realmente un obrero, un apóstol, es un edificador, un plantador de iglesias. Una característica perdida del Apóstol es su implicación en la edificación de la Casa del Señor sin cargar pretensiones. Un signo del apostolado es la edificación, NO la división o tolerancia de la misma. El conformismo frente a la división ministerialista enceguecerá al obrero. El obrero siempre deberá exhortar a la iglesia del Señor, en cualquier localidad a donde llegue, y que presente la carnalidad del faccionismo, así ella esté en Babilonia, o no, a guardar y permanecer en la perfecta unidad, con una misma mente y un mismo parecer. Si no existen aún hermanos, nacidos de nuevo, en aquella localidad o ciudad, el obrero plantará la iglesia del Señor predicando el evangelio y haciendo discípulos. ¡Dios dará el crecimiento! También es perfectamente bíblico reunirse bajo el principio del “remanente” o de “dos o tres en Su Nombre”, cuando tozudamente los hermanos, una vez exhortados, prefieran permanecer alrededor de un ministerio humano o de un hombre con liderazgo religioso, pero sin extraviarse hacia el exclusionismo que conduce al sectarismo. Es evidente que la división algún día va a tocar la puerta. Es la forma como Dios ha elegido que deben manifestarse los aprobados: “Pues en primer lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo. Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados.” I DE CORINTIOS 11:18-19

v UN CUERPO. Finalmente Pablo registra en la carta a los Efesios, escrita desde roma junto con las cartas a los colosenses y filemón, alrededor de finales del año 61 D.C y principios del 62 D.C., lo siguiente: “...os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, 2con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, 3solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; 4un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; 5un Señor, una fe, un bautismo, 6un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos EFESIOS: 4:1-6. Un fundamento falso que sostiene una vida altiva, evitará la comunión sincera, impidiendo guardar la Unidad del Espíritu. Sin la Cruz, la mansedumbre y la humildad son reemplazadas por la diplomacia y no existirá el ejercicio de “soportar con paciencia” a los hermanos en amor, perdiendo la Unidad que nos conduce a un solo cuerpo.

JESUCRISTO Y LA UNIDAD (JUAN 17)

“Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.” JUAN 17:11

“Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 21para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. 22La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. 23Yo en ellos, y tú en mí, para que sean PERFECTOS EN UNIDAD, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado” JUAN 17:20-23.

v La visión conformista que concibe al Señor Jesucristo logrando la unidad espiritual por la cual oró en Juan 17, sin el trabajo de sus siervos, es falaz.

v Que el Señor Jesucristo previera el grave problema de falta de unidad en sus hijos, y hubiese intercedido por ello, no impide que obreros legítimamente llamados y constituidos por Dios puedan y deban trabajar en la Obra del Señor, y en la edificación de los hermanos, la Iglesia, con la base correcta de la localidad, con o sin la aprobación de las instituciones religiosas denominacionales o grupos supuestamente “no denominacionales”. Jesucristo siempre trabajó al margen del aparato religioso de su época. “Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. 37Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. 38Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.” MATEO 9:35

“…Que también ellos sean uno en nosotros…”

Aquí, en la oración del Señor Jesucristo, se resuelve todo conflicto. La unidad es en ellos: El Padre y El Hijo. Nosotros uno en Ellos. Fuera de esta unidad todo lo demás es ecuménico (en la connotación moderna de esa palabra, asumida en los Concilio Vaticano I y II y aceptada por el mundo religioso), humano, artificial, falso.

¡Qué misterio, nuestra unidad con El Padre y El Hijo y El Espíritu Santo, redunda en la perfecta unidad! ¡Es básico: nuestra separación de Él, causa la división entre los hermanos! Nos dividimos porque nuestro corazón está lejos de Dios.

Un pensamiento utópico: “la ruina eclesial puede ser restaurada”, dirían algunos, pero el Señor intercedió por esta unidad, y de la misma forma como Él resucitó de entre los muertos, revivirá a Su dividida Asamblea, hasta que esta tenga el aspecto de una novia sin mancha y sin arruga, para presentarse a Sí mismo una virgen pura. Allí está la promesa proféticamente cumplida: Existe un tiempo de preparación para Su esposa, La Iglesia, aprestándose para las bodas, vistiéndose con acciones justas: “Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. 8Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos. APOCALIPSIS 19:7-8. Dios nos permita encontrarle a Él preparados, santos, limpios y sin mancha. Algunos permanecerán en las ruinas religiosas, pero Él se proveerá de Su Novia. ¡Amén!

Qué Dios nos ilumine. Que nos acerquemos de nuevo a Él, pues en Él está la unidad perfecta. Que al verle a Él solamente, dejemos nuestras ambiciones religiosas profesionales, la competencia ministerial, nuestro anhelo por el primer lugar (3 de Juan 9 y 10), anhelo de reconocimiento y grandeza, que dejemos “nuestra obra”, “nuestra iglesia” y seamos colaboradores en Su Reino, edificadores en Su Iglesia, perteneciendo TODO A ÉL, sobre todo nosotros mismos. ¡Qué bendición que comprendamos el anhelo del Señor Jesús de que seamos uno con Él y El Padre, y que lloremos intercediendo por nuestros preciosos hermanos que permanecen en división! ¡Abandonemos lo denominacional, no nos estanquemos en el “no denominacionalismo”, vayamos a Cristo! “…Hasta que todos lleguemos a la unidad de la Fe y del conocimiento del hijo de Dios…” Efesios 4:13ª.
 

LAS PALABRAS “DENOMINACIONAL” Y “NO DENOMINACIONAL” No han sido usadas con un ánimo criticista o peyorativo. Simplemente designan la posición de muchos hermanos que se han divido en estos dos bandos. Estas palabras son utilizadas por los mismos hermanos, en muchos casos, para definir su posición en lo que ellos conciben como la Obra del Señor.

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NOTAS:

(1)Festival de Woodstock, festival de rock celebrado cerca de Woodstock, Nueva York, los días 15, 16 y 17 de agosto de 1969.

(2)Ver: “Secularización en la música cristiana contemporánea”, del mismo autor del presente opúsculo.

 

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