Introducción:


Nuestra alma juega un papel muy determinante en nuestra vida, tanto espiritual como social, porque es en ella donde se alojan los sentimientos y estos muchas veces nos pueden traicionar y nos pueden conllevar ha hacer cosas que no quisiéramos o que simplemente son producto de nuestra Alma (Gen. 34:3).
Desarrollo:

Muchas veces nos encontramos es situaciones donde Dios nos llama y es ahí donde nos encontramos con el primer problema porque es ahí donde se vera si le damos a Dios una respuesta del Alma o una respuesta en el Espíritu, veamos las definiciones de sentir y sentimientos según la Lengua Española:



I) sentir (v. sentir II)

1 m. Sentimiento.
2 Dictamen, parecer.



II) sentir (l. -ire)

1 tr. Experimentar la sensación corporal [de una cosa]: ~ el frío; ~ el contacto de un hierro.
2 p. ant. Percibir con el sentido del oído, oír: siento pasos.
3 Experimentar [los movimientos afectivos] del ánimo: ~ miedo.
4 p. ant. Experimentar aflicción [por alguna cosa]: ~ una desgracia.
5 esp. Hermanar en la expresión [la palabra] con el ademán, el gesto, la entonación, etc.: ~ una poesía.
6 p. anal. Juzgar, opinar: digo lo que siento.
7 Presentir, barruntar: ~ un cambio en las costumbres. -
8 prnl. Experimentar uno la sensación física o moral de hallarse de una manera determinada; juzgarse, considerarse: sentirse enfermo; sentirse feliz; sentirse obligado.
9 esp. Con la prep. de, experimentar una sensación física desagradable en alguna parte del cuerpo: sentirse de la cabeza.
10 p. anal. Formar queja una persona de alguna cosa: sentirse de unas palabras.
11 Empezar a abrirse o rajarse una pared, un vidrio, etc.
12 Empezar a corromperse o pudrirse una cosa. CONJUG [35] como hervir. Impropio por oler: sentí un olor desagradable. LOC Sin ~, inadvertidamente, sin darse cuenta. Que ~, denota o augura consecuencias lamentables de una cosa.

Sabemos que en el momento que murió el Señor Jesucristo fue rasgado el velo del Templo (Mat. 27:51) para que pasemos de un lugar santo a un Santísimo. Ya que lo que habitaba en el lugar Santísimo es la Presencia de Dios, pero no todos tienen conocimiento de esto porque muchos no han permitido que el velo que hay en sus corazones sea quitado (2ª.Cor. 3:14-15).

Porque es tan importante estar en la presencia de Dios (1ª. de Samuel 3.1) (el problema cuando servimos en presencia de los hombres no sabemos cuando Dios nos llama) porque entonces cuando Él nos llame sabremos que es Él y no tardaremos en decirle Señor “habla que tu siervo escucha” (2ª. Samuel 3:10) porque sabremos que es la voz de Dios.



La definición del hebreo para el Alma es nefesh = lo que tiene vida y nesamah = un soplo divino vivificante la palabra Alma aparece 754 veces en el A.T. esto significa que desde el principio el Alma ha jugado un papel muy importante en la vida del hombre.

El sentir del Hombre
Muchas veces cometemos el error de querer sentir a Dios con el Alma, por ejemplo cuando decimos “No siento de Dios” hay que ver aquí las dos partes no siento = Alma, de Dios = Espíritu no podemos mezclar a Dios con nuestra Alma por que Él es Espíritu y nosotros humanos (Gen. 6:3). Cuando decimos “No siento de Dios”, “Tengo que orar”, “No siento que sea así”, etc. Muchas palabras o frases de estás no son más que pretextos para no escuchar ni obedecer la voz de Dios, en la Palabra de Dios encontramos hombres que Dios llamó y expresaron duda y usaron pretextos al llamado que se les había hecho:



1.- Moisés (Éxodo 3:10, 4: 1-17)

2.- Gedeón (Jueces 6: 11 –24)

3.-Ester (Ester 4:10-14)

4.- Jeremías (Jeremías 6.9)


El sentir de Dios
El Señor desea que el sentir de Él esté en nosotros (Filipenses 2:5) como ha de ser esto, Él desea que muera nuestra Alma y engendremos una nueva vida como vemos en (Gen. 35:18) Dios desea que engendremos a un Benjamín (hijo de mi Diestra) y no un Benoni (hijo de mi aflicción) porque se engendramos en nosotros un Espíritu de Benjamín (Diestra = mano, Poder) ósea de Poder sabiendo que cuando Dios nos llame, debemos de atender su voz.

Conclusión
Ya no debemos basar nuestra vida en Sentires del Alma o pretextos para no atender a la voz de Dios, si no que debemos estar en su presencia y sabremos realmente cuando Él nos habla y seremos verdaderos hijos de Poder.

Byron Lechuga