Un Testimonio Personal

Desde mi niñez, siempre consideré a los adventistas, como el “legítimo pueblo de Dios”. Fui educado, en lo que podríamos llamar el adventismo tradicional, con Ellen White jugando un papel estelar en nuestras creencias. Sus escritos, nos daban esa sensación de seguridad de tener “la verdad presente”, y de pertenecer a la “iglesia remanente”, con un “claro panorama” de los “eventos finales” de la historia.


Esto, nos hacía sentir en franca ventaja frente a las otras denominaciones religiosas. Éramos los escogidos, con la llamada “mensajera del Señor”, señalándonos el camino a través de sus libros, los cuales abarcando una amplia gama de temas, contribuyen a conformar lo que llaman el “mensaje adventista”.

Nunca albergué la más mínima duda, sobre el legado profético de la Sra White, ni sobre la doctrina de la iglesia en sentido general. Si en mis habituales estudios aparecía algo que no entendía, trataba de racionalizarlo y buscar alguna explicación al respecto, pero manteniendo una fe absoluta en lo que se me había enseñado, ya que en mi fuero interno no había la menor posibilidad de que estuviéramos equivocados. Para mí, esto era totalmente imposible.

Entonces, sólo era cuestión de tiempo, para que llegado el momento, comenzaran a desencadenarse los angustiosos acontecimientos finales que todo adventista espera, como preámbulo del final feliz que describe Ellen White en sus escritos. El mundo entero se uniría en contra nuestra para perseguirnos encarnizadamente, especialmente los católicos y el “protestantismo apóstata”; todos capitaneados por el sumo pontífice de Roma y los Estados Unidos; dejando a un lado así los intereses económicos, y las creencias religiosas tan opuestas que sustentan. Todo eso, con la finalidad de obligarnos a “guardar el Domingo” como observación religiosa, en lugar del Sábado, so pena de muerte.

Este escenario, considerado quizás improbable desde el punto de vista humano, tendría un cumplimiento segurísimo en mi opinión, ya que así lo establecía nuestra elaborada y detallada interpretación profética; que al encajar perfectamente con todas esas fechas que manejábamos, y además estar refrendada por nuestra “mensajera del Señor” en sus “testimonios”, hacía que se descartara de plano toda equivocación al respecto. Pero el futuro me reservaba una gran sorpresa.

A finales de Dic./2001, buscando en Internet temas religiosos, encontré el site [url=http://www.ellenwhite.org]http://www.ellenwhite.org[/url] , en el cual se atacaba la legitimidad del don profético de la Sra White, y a la doctrina adventista en general. Mi primera reacción fue de indignación, y luego de consultar con algunos hermanos, decidimos que íbamos a enfrentar de manera conjunta a esos señores. Finalmente, la desidia, el desinterés, y el temor, se hicieron presentes, y tuve que emprender el camino en forma solitaria.

Lo primero que hice, fue verificar el tipo de personas que realizaban estos ataques. Allí encontré gentes con muchas raíces en la iglesia. Había adventistas de tercera y cuarta generación, así como laicos y ministros con muy buena reputación. Eso me preocupó, porque yo esperaba encontrar detrás de todo esto, a los “temibles jesuitas católicos”.
Algo muy grande tiene que haber ocurrido, razoné en mi interior, para que estos hermanos y pastores dieran un viraje tan drástico, en contra del “pueblo de Dios” y su “profetisa”.

Comencé a estudiar profundamente el material presentado en esa página, con el fin de refutarlo, pero realmente me encontré en un callejón sin salida. No encontraba explicación adecuada, a todo lo que se planteaba allí. Mi confusión aumentaba cada día más. El fantasma de “la mentira White”, comenzó a rondar en mi cabeza. Tuve acceso a los testimonios de Ex –adventistas, que relataban sus experiencias, y exponían sus frustraciones y desengaño, al comprobar la falsedad de todo el asunto.

Un hermano y amigo, me recomendó consultar la página del Centro White en español, (centrowhite.uapar.edu); para colmo de males, allí encontré la declaración oficial de esa institución en defensa de las acusaciones de plagio a la Sra White, y la consideré inaceptable. Poco a poco, fueron encajando todas las piezas del rompecabezas, y compungido, alcancé a ver claramente el complejo diseño de todo el sistema de engaño. Lo imposible se hizo realidad ante mis propios ojos. Ellen White era un fraude, y la alta dirigencia siempre lo había sabido, aún desde el mismo inicio de la “obra adventista”. Pero todo esto se había ocultado magistralmente a la hermandad, y los disidentes neutralizados; de tal manera que en mi caso, me enteré fortuitamente de ello, luego de casi 40 años.

Deprimido y amargado, consulté al Señor en oración, y repentinamente llegó a mi mente un pensamiento: ”volver a la Biblia, sin opiniones preconcebidas”. Entonces medité en lo que pasaría si comenzaba a re-estudiar las Escrituras, partiendo de cero; es decir, dejando de lado completamente todo lo que se me había enseñado. A partir de ahí, estoy viendo claramente el sentido llano y simple de la Palabra de Dios. He podido comprobar que no es cierto, que un puñado de teólogos adventistas, sean los únicos capaces de interpretarla correctamente, con el agravante de que nunca se ponen de acuerdo entre ellos mismos. La Biblia es un tesoro abierto para todo el mundo, basta con que dejemos al Señor hablarnos a través de ella, y no tratar de imponerle nuestra perspectiva. Los invito a experimentar eso, luego de compartir conmigo, las reflexiones expresadas en los temas que siguen a continuación.

“Nada hay oculto, que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de ser
conocido, y de salir a luz” (Lucas 8:17).


Acusaciones de Plagio

Actualmente, uno de los problemas más significativos en la Iglesia Adventista, es la cuestión del plagio. Específicamente se afirma, que Ellen White copió aproximadamente el 80% de lo que escribió, sin reconocer sus autores originales, pero atribuyendo sus escritos a la inspiración divina. Durante muchas décadas, la dirigencia ha estado enterada de estas acusaciones, y el Centro White ocultando información vital de investigadores legítimos. En 1982, Walter Rea, a la sazón pastor activo de la iglesia, publicó el libro “la mentira White”, donde él documentaba y explicaba ampliamente los resultados de sus investigaciones, sobre los plagios en los escritos de la Sra White. No obstante, la organización ha continuado publicando y vendiendo estos libros, sin dar a conocer a los lectores su real procedencia, convirtiéndose de esta manera en cómplices de la iniquidad cometida.

Hace unos años, la máxima dirigencia Adventista contrató abogados, para que examinaran la cuestión de si las actividades plagiarias de la Sra White, eran ilegales o no en ese tiempo. De esta manera, se admite indirectamente que ella sí copió grandes porciones de obras ajenas. Pero la iglesia estima, que no puede darse el lujo de reconocer esto, porque sus doctrinas distintivas descansan en las obras de Ellen White, y si ella cae, la iglesia también. Era necesario encontrar una alternativa, porque causaría demasiados trastornos admitir que la base misma de la iglesia era fraudulenta. Y por eso, los dirigentes trataron de efectuar un lavado. Si no podían afirmar que Ellen no había plagiado a gran escala, tenían que encontrar un modo de blanquear sus acciones, y “explicarlas” adecuadamente. En este proceso no tuvieron en cuenta, que lo que realmente estaba en juego no eran las leyes de los hombres, sino algo muy superior; la ley divina. En consecuencia, ha resultado un gran negocio que ha reportado miles de millones de dólares, la comercialización durante tantos años, de obras “maravillosas e inspiradas” que realmente no son tales, sino simples apropiaciones del trabajo literario e intelectual de otros. Veamos algunos casos:

1) H. L. Hastings, publicó un folleto titulado: “LA GRAN CONTROVERSIA ENTRE DIOS Y EL HOMBRE”. Varios años después, El 14 de marzo de 1858, Ellen White tuvo su famosa visión en Lovett´s Grove acerca de “El Gran Conflicto”. De manera interesante, apenas cuatro días más tarde, el 18 de marzo de 1858, una reseña del libro de Hastings apareció en la revista Review de Jaime White. En seguida, fue obvio que los White estaban familiarizados con esta obra, antes de la visión de Ellen. Apenas seis meses después de que apareciera la reseña, Ellen publicó su propia versión del libro de Hastings, la cual tituló Dones Espirituales, tomo 1. Más tarde, este libro evolucionó hasta convertirse en El Gran Conflicto, o Conflicto de los Siglos.

En años recientes, el erudito Adventista del Séptimo Día, Dr. Don McAdams observa: “Ellen White no sólo tomaba prestados párrafos aquí y allá según los encontraba en el curso de sus lecturas, sino que en realidad seguía a los historiadores página tras página, dejando fuera mucho material, pero usando su secuencia, algunas de sus ideas, y a menudo sus palabras. En los ejemplos que he examinado, no he encontrado ningún hecho histórico en su texto que no esté en el texto de ellos”.

Aunque muchos encuentran ‘El Conflicto’, como un libro interesante y reflexivo, difícilmente puede considerarse una obra original. Todos los temas principales de este, fueron desarrollados anteriormente y comentados por otros autores, muchos de ellos no Adventistas. Una parte considerable de este libro fue realmente proporcionada por W.W. Prescott, integrante de la cúpula dirigencial adventista, e incorporada por los redactores, según lo registra su propio testimonio al respecto. Es difícil, si no imposible, apuntar a cualquier idea o hecho histórico que de verdad se originara en Ellen White.

2) Ellen White “llegó tarde” a la reforma pro salud. Mientras que ella no recibió su primera “visión” sobre esto, sino hasta 1863, ya para comienzos de la década de 1850 el movimiento de la reforma pro salud estaba en su apogeo en los Estados Unidos. Los conferencistas viajaban por todo el país, promoviendo una dieta vegetariana, y advirtiendo contra el alcohol, y el tabaco. Contrariamente al mito popular, la Sra. White trajo al mundo pocas nuevas reformas sobre la salud, si es que trajo alguna. La mayoría de sus enseñanzas sobre este tema, si no todas, estaban siendo fomentadas por otros antes que ella.

Por ejemplo, en 1844, 19 años antes de la primera “visión” de la Sra. White sobre la reforma pro salud, la Sra. M. L. Shew publicó la tercera edición de un libro de 156 páginas sobre la reforma pro salud titulado “Water Cure for Ladies”. En él, la Sra. Shew enseña que: “El alcohol es un veneno mortal. Las medicinas a base de drogas son ‘de lo más perniciosas’. La sal debe ser eliminada de la dieta. Las especias, como la mostaza, la pimienta, y el vinagre, son ‘perniciosas’. El té es ‘uno de los venenos más destructores’. El tabaco es un veneno muy poderoso. El baño diario, el ejercicio, y el aire puro son importantes para la buena salud. Debe usarse crema en vez de mantequilla. Una dieta vegetariana contribuye a la salud. Es difícil para el cuerpo digerir el queso. Las comidas deben estar separadas por un período de seis horas. Dos comidas al día son ‘mejores para personas sedentarias’. El pan es ‘el sostén de la vida’. El pan recién horneado no debe comerse mientras todavía está caliente”.

3) Ellen tenía disponible una biblioteca, de más de 1200 ejemplares. Ella y sus secretarias asistentes, usaron 33 libros para componer El Deseado de Todas las Gentes. El Pastor A.G. Daniels, a la sazón presidente de la Conferencia General, declaró en un congreso bíblico de 1919: “En Australia, vi componer ‘El Deseado de Todas las Gentes’, y vi reescribir capítulos, algunos de ellos una y otra y otra vez”.

Algunas de las obras utilizadas fueron: Life of Christ, por William Hanna, Night Scenes of the Bible y Walks and Homes of Jesus, ambos por Daniel March, The Desire of Ages Project. De John Harris, The Great Teacher; de Frederick Farrar, The Life of Christ; de George Jones, Life-Science From the Four Gospels; de Alfred Edersheim, The Life and Times of Jesus the Messiah; de J. H. Ingraham, The Prince in the House of David; de Francis Wayland, Salvation by Christ; y de John Cumming, Sabbath Evening Reading on the New Testament; St. John”.

El Dr. Fred Veltman, del Pacific Union Collage, realizó una investigación tomando quince capítulos del Deseado, y encontró que el 31% de esta muestra había sido derivado de otros autores. Pero en general, se estima que el 90% del total de esta obra, fue copiado de otros libros.

Evidencia de Deshonestidad

Pero, durante toda su vida, y durante los años subsiguientes, han salido a relucir una y otra vez informes en el sentido de que Ellen White no fue honesta en cuanto a la fuente de su información. Especialmente en las últimas dos décadas, los investigadores han descubierto tal montaña de evidencia probando el plagiarismo de Ellen White, que la iglesia Adventista del Séptimo Día se ha visto obligada a emprender sus propias investigaciones.

Walter Rea Demostró el Plagiarismo de EGW

En enero de 1980, Walter Rea (en ese entonces pastor ASD y profesor de Biblia en escuelas superiores) presentó a los dirigentes de la iglesia la evidencia que había descubierto. Rea demostró que Ellen White había copiado tanto material de otros autores que apenas si hay un pensamiento original en alguno de sus libros. Esto estremeció terriblemente al Adventismo del Séptimo Día. En consecuencia, la Conferencia General auspició una investigación de ocho años de duración de la propia iglesia, sobre el libro El Deseado de Todas las Gentes ( The Desire of Ages), que en aquel entonces se consideraba el más auténtico de los muchos libros de Ellen White, para establecer si ella realmente había copiado o no.

Fred Veltman Demostró Que EGW Había Mentido

El equipo de investigación de la denominación estuvo dirigido por uno de los suyos, el Dr. Fred Veltman (en ese tiempo director del Departamento de Religión del Pacific Union College). Después de la presentación inicial del Dr. Veltman, se publicó un resumen en los números de octubre y diciembre de 1999, de Ministry, la revista oficial de la iglesia Adventista del Séptimo Día para el clero.

La mayoría de los pastores y laicos ASD no tienen ni idea de la existencia del informe Veltman, aunque el texto completo está disponible por medio del Pacific Union College. El informe oficial Veltman llegó con franqueza a la conclusión de que, no sólo había Ellen White copiado vorazmente las obras de otros escritores, sino que tanto ella como sus colaboradores habían mentido deliberadamente para ocultar la verdad. He aquí dos conclusiones del informe Veltman:

“Es de primordial importancia observar que la misma Ellen White, no sus asistentes literarias, compuso el contenido básico del texto de “Deseado de todas las gentes” (Desire of Ages). Al hacerlo, ella fue la única que tomó expresiones literarias (copió) de las obras de otros autores sin darles crédito como sus fuentes (plagiarismo). Segundo, hay que reconocer que Ellen White usó escritos ajenos consciente e intencionalmente. ... Ellen White, y otros que hablaban en nombre de ella, no admitieron, ni implícita ni explícitamente, y hasta negaron, la dependencia literaria de parte de ella”. -- The Desire of Agges Project: The Conclusions”, Ministry, Noviembre 1990, p. 11.

Cuando el Dr. Veltman fue cuestionado sobre las repetidas afirmaciones de Ellen White de que ella sólo escribía lo que el Señor le había mostrado en visión y que ella no había copiado las obras de otros autores, contestó:

“De partida, tengo que admitir que, a mi parecer, este es el problema más serio al que hay que enfrentarse en relación con la dependencia literaria (las copias) de Ellen White. Es un golpe directo al corazón de su honestidad, su integridad, y por lo tanto, de su confiabilidad”. Ibid., p. 14.

¡Asombroso!. ¡El informe oficial de la iglesia Adventista del Séptimo Día llegó a la conclusión de que Ellen White copió material de otros autores consciente y deliberadamente, y que ni ella ni sus asociados admitieron, y aun negaron, que ella había copiado! El mito de que Ellen White escribió bajo la inspiración directa de Dios simplemente no cuadra con los hechos.

¿Cuánto material copió Ellen White? El Dr. Veltman arribó a la conclusión de que ella había copiado tanto material de otros escritores que: “El contenido del Deseado de Todas las Gentes (The Desire of Ages), es en su mayor parte derivado (copiado) más bien que original. ... En términos prácticos, esta conclusión declara que, en los escritos de Ellen White sobre la vida de Jesús, no se puede reconocer ninguna categoría general de contenido o catálogo de ideas que sean propias de ella”. -- Ibid., p. 12.

Recuérdese, esto no fue lo que los opositores de Ellen White dijeron de ella; ¡fue la conclusión a la que llegó el propio equipo de investigación, cuidadosamente escogido, de la iglesia Adventista del Séptimo Día!. Pero nada de esto era nuevo para los dirigentes de la iglesia.

La Conferencia Bíblica de 1919

Hace siete décadas, y cuatro años después de la muerte de Ellen White, la iglesia Adventista del Séptimo Día reunió a sus máximos dirigentes, teólogos, editores, y eruditos en un intento por tomar una decisión mutuamente aceptable sobre la validez del ministerio de Ellen White. Se reunieron en las oficinas centrales de la iglesia en Takoma Park, Washington D. C., durante una Conferencia Bíblica que habría de durar la mayor parte de julio y parte de agosto.

Más de cincuenta personas asistieron a esas reuniones. Esas personas incluían a: Arthur G. Daniells, Presidente de la Conferencia General; G. B. Thompson, Secretario de Campo de la Conferencia General; W. W. Prescott, Secretario de Campo de la Conferencia General; C. S. Longacre, Secretario de la Associación de Libertad Religiosa; F. M. Wilcox, Redactor de Review and Herald; M. C. Wilcox, Redactor de Libros de Pacific Press; H. C. Lacey, Profesor de Religión en el Foreign Mission Seminary; C. L. Taylor, Director del Departamento de Biblia del Canadian Junior Collage; J. N. Anderson, Profesor de Biblia del Washington Foreign Mission Seminary; y otros.

El 30 de julio y el 1 de agosto, las reuniones se enfocaron especialmente sobre Ellen White como “el Espíritu de Profecía”. Según las minutas oficiales, once veces durante esos dos días se les pidió a los más importantes oficiales de la iglesia Adventista del Séptimo Día una decisión autorizada sobre la inspiración de ella -- y once veces evitaron esa decisión.

El carácter de esa discusión se percibe a través de los siguientes extractos breves:

“F. M. Wilcox: ‘Creo que tenemos entre manos un asunto muy delicado, y me molestaría muchísimo que se influyera en el campo y en cualquiera de nuestras escuelas para que se descontaran los Testimonios (de Ellen White). Hay gran peligro de una reacción, y estoy realmente preocupado. He oído preguntas aquí que han dejado la impresión en mi mente de que, si se hacen las mismas preguntas en clase cuando regresemos a nuestras escuelas, vamos a tener serias dificultades. Creo que hay muchas preguntas que deberían ser retenidas y no discutidas. ... No creo necesario que contestemos cada una de las preguntas que se nos hagan. ... Creo que, si destruimos la fe en ellos (los Testimonios), vamos a destruir la fe en el fundamento mismo de nuestra obra. ... Y, a menos que estas preguntas puedan manejarse de la manera más diplomática, creo que vamos a tener serios problemas’.

“J. N. Anderson: ‘¿Podemos retener esas cosas y ser fieles a nosotros mismos? Además, ¿no corremos peligro al hacerlo? ¿Es correcto dejar que nuestro pueblo en general continúe siendo fiel a la inspiración verbal de los Testimonios? Cuando hacemos eso, ¿no estamos preparándonos para una crisis que será muy seria algún día?’
“M. E. Kern: ‘La pregunta es, ... ¿cómo podemos pensar, y creer, y saber que hay inconsistencia aquí, -- algo que no está bien, -- y sin embargo creer que el Espíritu de Profecía (Ellen White) es inspirado? ... La cuestión es cómo presentar estas cuestiones a la gente´”.

Esas eran las preguntas con las cuales luchaban los dirigentes Adventistas del Séptimo Día en 1919, sólo cuatro años después de la muerte de Ellen White. Reconocían claramente su dilema: ¿cómo admitir que Ellen White no era inspirada verbalmente -- cómo admitir que ella no era fiable en ninguna área -- y todavía preservar la fe de la gente en la iglesia, su organización, y sus doctrinas?. Por otro lado, como dirigentes que conocen estas cosas sobre Ellen White, ¿cómo podemos mantener nuestra propia integridad y continuar enseñando los antiguos mitos de los Adventistas del Séptimo Día?. Y si enseñamos los antiguos mitos sobre Ellen White, ¿no estamos preparando a la iglesia para una futura crisis cuando salga a luz la verdad?.

El Veredicto de los Dirigentes en 1919

Esos eran los puntos en disputa. ¿Cuál fue su veredicto? Se hizo muy evidente para los dirigentes Adventistas que la influencia de Ellen White sobre la membresía de la iglesia era demasiado fuerte, y las alternativas demasiado riesgosas para hacer cualquier declaración oficial repudiando el ministerio de ella.

Sin embargo, es útil mirar aquello sobre lo que los máximos dirigentes de la iglesia Adventista del Séptimo Día estuvieron de acuerdo extraoficialmente en relación con Ellen White durante la Conferencia Bíblica de 1919. Estuvieron de acuerdo sobre once puntos críticos relacionados con el ministerio de Ellen White. Veamos algunos de estos:

1. Ellen White no era inspirada verbalmente.

“A. G. Daniells: ‘Yo asumo la posición de que los Testimonios no son inspirados verbalmente, y que fueron preparados por las secretarias y redactados para darles la correcta forma gramatical. ... Es inútil ponerse de pie y hablar de la inspiración verbal de los Testimonios, porque todo el que alguna vez haya visto hacer el trabajo sabe que no es así, y ¡que es mejor que lo descartemos!’.

“F. M. Wilcox: ‘Por muchos años he sabido cómo se componían las obras de la Hermana White y cómo se compilaban sus libros. Nunca he creído en la inspiración verbal de los Testimonios’.

“G. B. Thompson: ‘No son inspirados verbalmente, --- eso lo sabemos, --- ¿y para qué enseñar que lo son?’

2. Ellen White no era infalible como persona.

“A. G. Daniells: ‘Ahora, acerca de la infalibilidad. ... Cuando se toma la posición de que ella no era infalible, y que sus escritos no son inspirados verbalmente, ¿no hay oportunidad para que se manifieste lo humano? ... ¿Y debemos sorprendernos?. Cuando sabemos que el instrumento era falible, y que las verdades generales, como ella dice, fueron reveladas, ¿no estamos preparados para ver errores?

3. Ellen White no era infalible en sus interpretaciones de la Biblia.

“C. L. Taylor: ‘Quisiera pedirle que discuta para nosotros el valor exegético de los Testimonios. ... ¿Podemos aceptar las explicaciones que ella da sobre las Escrituras? ¿Son confiables esas explicaciones?’

A. G. Daniells: ‘Es posible que haya algunas dificultades con cuestiones muy críticas’.

4. Ellen White copió material de otros autores sin darles crédito, asegurando al mismo tiempo que era inspirada por Dios.

“A. G. Daniells: ‘Ahora, ustedes saben algo sobre ese librito, (Sketches From) the Life of Paul[Bosquejos de la Vida de Pablo] (originalmente publicado en 1883). Conocen el problema en que nos metimos a causa de eso. Nunca pudimos reclamar inspiración para la totalidad del pensamiento y la preparación del libro porque fue hecho a un lado por lo mal que había sido compuesto. No se les dio crédito a las autoridades correspondientes, y algo de eso se coló en El Conflicto de los siglos (The Great Controversy). ... Supongo que todos ustedes saben acerca de eso y conocían las afirmaciones que se hacían contra ella, las acusaciones de plagio que se le hacían, hasta por los autores del libro, Conybeare y Howson, y que probablemente causarían dificultades a la denominación debido a lo mucho de su libro que había sido puesto en (Sketches From) the Life of Paul sin darles crédito y sin poner comillas. ... Yo lo encontré, y lo leí con el hermano Palmer cuando lo encontró, y conseguimos el libro de Conybeare y Howson, y History of the Reformation, de Wylie, y leímos palabra por palabra, página tras página, y no había comillas, ni créditos, y la verdad es que yo no supe la diferencia sino hasta que los comparé. ¡Supuse que era la obra de la hermana White! ... Allí vi la manifestación de lo humano en estos escritos. Por supuesto, yo podría haber dicho esto, y lo dije, que ojalá se hubiese tomado un rumbo diferente en la compilación de los libros. Si se hubiese tenido el debido cuidado, se habría evitado que mucha gente se descarriara. ...

“W. W. Prescott: ‘Yo no quiero acusar a nadie. Pero sí creo que se cometieron grandes errores de ese modo. ... Cuando hablé con W. C. White sobre esto ... me dijo con franqueza que, cuando sacaron El Conflicto de los siglos (The Great Controversy), si no encontraban nada en sus escritos sobre ciertos capítulos para hacer las conexiones históricas, tomaban otros libros, ... y usaban porciones de ellos. ...

5. La inspiración divina de Ellen White es cuestionable.

“F. M. Wilcox: ‘Me gustaría preguntarle, hermano Daniells, si podría aceptarse como una especie de regla que la hermana White podría estar errada en los detalles, pero que tenía autoridad sobre la política general y la enseñanza. ... Me parece que yo tendría que aceptar lo que ella dice de algunas de esas políticas generales o descartar toda la cuestión. O el Señor ha hablado por medio de ella, o Él no ha hablado por medio de ella; y si la cuestión es decidir en mi propia opinión si Él ha hablado o no, entonces yo considero los libros de ella de la misma manera que cualquier otro libro publicado. Creo que una cosa es que un hombre estultifique su conciencia, y otra muy distinta que estultifique su juicio. Una cosa es que yo haga a un lado mi conciencia, y otra que yo cambie mi juicio acerca de algunos puntos de vista que yo sostengo’.

A. G. Daniells: ‘Nosotros no creamos ese problema. ¿O sí? Nosotros los de la Conferencia General no lo creamos, pues no hicimos la revisión. Nosotros no participamos en eso. No tuvimos nada en absoluto que ver con eso. Todo se hizo bajo la supervisión de ella. Si hay un problema aquí, lo creó ella, ¿no es así?’

6. Si los escritos de Ellen White tienen que ser corregidos, ¿cómo se puede afirmar que el resto de su obra fue inspirado?

“W. W. Prescott: ‘He aquí mi problema. He examinado esto, El Conflicto de los Siglos (Great Controversy), y sugerido cambios que deberían hacerse para corregir afirmaciones. Estos cambios han sido aceptados. Mi problema personal es conservar la fe en aquellas cosas con las cuales no puedo tratar sobre esa base. ... Si corregimos aquí y allá, ¿cómo vamos a quedar en los otros lugares?’

7. Si la iglesia hubiera dicho la verdad sobre Ellen White, no tendría los problemas que tiene ahora.

“G. B. Thompson: ‘ Creo que estamos en este problema a causa de la errónea educación que ha tenido nuestro pueblo. Si hubiésemos enseñado la verdad siempre sobre este asunto, no tendríamos ningún problema ni disgusto en la denominación actualmente. ¡Pero tenemos el disgusto porque no hemos enseñado la verdad!’
Los borradores de la Conferencia Bíblica de 1919 bajo llave y candado!

Después de discutir cada uno de estos temas y llegar a un acuerdo extraoficial sobre ellos, el Presidente de la Conferencia General, A. G. Daniells, solicitó que los borradores oficiales de sus discusiones fueran puestos bajo llave por los siguientes cincuenta años. De esta manera, la mejor oportunidad para que los dirigentes de la iglesia comunicaran “la verdad” sobre Ellen White, había pasado.

Los registros oficiales de esa Conferencia Bíblica de 1919 fueron archivados hasta diciembre de 1974, cuando el Dr. Donald Yost los descubrió envueltos en papel en una bóveda en la Conferencia General. Los paquetes contenían aproximadamente 2.400 hojas mecanografiadas transcritas de las notas estenográficas oficiales tomadas en las reuniones.

Declaración oficial del Centro White

¿Fue Elena de White una plagiaria?. Elena de White hizo a menudo uso de fuentes literarias para comunicar sus mensajes. En la introducción a uno de sus más populares libros ella escribió: “En algunos casos cuando he encontrado que un historiador había reunido los hechos y presentado en pocas líneas un claro conjunto del asunto, o agrupado los detalles en forma conveniente, he reproducido sus palabras, no tanto para citar a esos escritores como autoridades, sino porque sus palabras resumían adecuadamente el asunto. Y al referir los casos y puntos de vista de quienes siguen adelante con la obra de reforma en nuestro tiempo, me he valido en forma similar de las obras que han publicado” (El conflicto de los siglos, p. 14). El uso por Elena de White de otros autores no estaba limitado al material histórico o geográfico, sino que incluyó también otros temas. La investigación ha encontrado que ella enriqueció su escritos con expresiones selectas de sus lecturas más extensamente de lo que se sabía, aunque la cantidad que ha sido documentada hasta ahora, es un pequeño porcentaje (menos de 2 %), cuando es medido en contra de su producción literaria total.

En 1980 el Dr. Fred Veltman, en aquel tiempo Director del Departamento de Religión del Colegio de la Unión Pacífico, emprendió un detallado análisis del uso de las fuentes literarias del libro El Deseado de todas las gentes, estudio que le llevó ocho años completarlo. Copias del informe completo, de 2.561 páginas, fueron distribuidas a las bibliotecas de los colegios y universidades Adventistas del Séptimo día por todo el mundo. El informe completo, incluyendo el sumario de 100 páginas, está también disponible online en la página web de la Asociación General. Buscar “Life of Christ Research Project” bajo “Categories” en http://archives.gc.adventist.org/ast/archives/

En virtud de que ella incluye tales selecciones de otros autores en sus escritos, los críticos han acusado a Elena de White de plagio. Sin embargo, el mero uso de otros idiomas no constituye hurto literario, como observa el abogado Vincent L. Ramik, un especialista en patentes, marca registrada, y casos de copyright. Después de investigar cerca de 1.000 casos de copyright en la historia legal de Estados Unidos, Ramik emitió una opinión legal de 27 páginas en que concluye: “Elena G. de White no era una plagiaria y sus obras no constituyeron una violación del copyright/ o piratería”. Ramik destacó varios factores que los críticos de Elena de White han errado en tomar en cuenta cuando la acusan de hurto literario y engaño. 1) Sus selecciones “permanecieron bien dentro de los límites legales del ‘uso correcto.’” 2) “Elena de White usó los escritos de otros; pero en la manera en que los usó, los convirtió singularmente en suyos”, adaptando las selecciones dentro de su propio marco literario. 3) Elena de White motivó a sus lectores a adquirir copias de algunos de los muchos libros que ella usaba, demostrando que no intentó ocultar el hecho de su uso de las fuentes literarias, y que no tuvo intención de defraudar o reemplazar las obras de cualquier otro autor.

Elena de White “no copió en masa o sin discriminación. Lo que seleccionó o no seleccionó, y la manera como alteró lo que seleccionó” revela que ella usó fuentes literarias “para ampliar sus temas trascendentes o para expresarlos más vigorosamente; ella era la dueña, no la esclava, de sus fuentes” (Herbert Douglass, Mensajera del Señor, p. 462).

Declaraciones de Ellen White sobre su obra

Estos libros contienen la verdad clara, honesta, e inalterable, y ciertamente deberían ser apreciados. Las instrucciones que contienen no son de humana producción. (Carta H-339, Dic. 26, 1904).

En estas cartas que yo escribo, ... les presento lo que el Señor me ha presentado a mí. Yo no escribo ni un sólo artículo sobre el papel expresando meramente mis propias ideas. Ellas son lo que Dios ha abierto delante de mí en visión - preciosos rayos de luz que brillan desde el trono.” (Testimonies, Tomo 5, pp. 63-67).

En la carta 22, de 1889, Ellen White declara lo siguiente: “Dios no ha ordenado a nadie para que pronuncie juicio sobre su Palabra, eligiendo algunas partes como inspiradas y desacreditando otras como de no inspiradas. Los testimonios han sido tratados de la misma manera, pero Dios no aprueba esto.

Ellen White Y las Profecías

1) En las páginas finales del Conflicto de los Siglos, en relación con el final de este mundo; leemos: “ La obra de destrucción de Satanás ha terminado para siempre. Durante seis mil años obró a su gusto, llenando la tierra”. (Conflicto de los Siglos, pp. 731, 732).

Pero, ya han pasado más de 6000 años, y esta cita “inspirada”, no se ha cumplido.

2) En un congreso en 1856, la Sra. White hizo esta profecía: “Se me mostró la compañía presente en el congreso. Dijo el ángel: ‘Algunos serán alimento para los gusanos, algunos serán expuestos a las siete últimas plagas, algunos estarán vivos y quedarán sobre la tierra para ser trasladados en la venida de Jesús’. (Testimonies, tomo 1, págs. 131, 132). (Eventos de los últimos días, pags 36 y 37).


Después de 123 años desde 1856, hoy vemos que no vive nadie de los que estaban en aquel congreso, y, por tanto, es imposible el cumplimiento de esa profecía; pues los tres grupos de hombres mencionados en ella han quedado reducidos al primer grupo, es decir, todos han sido “alimento para los gusanos”.

3) En el libro, “Seguridad y paz en el Conflicto de los Siglos”, primera edición 1991, pág. 326; leemos: “Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas…Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará, y un niño los pastoreará. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte,” (Isaías 65:21-22; 35:1; 11:6,9). El dolor no puede existir en el cielo. No habrá más lágrimas, ni cortejos fúnebres. Allí está la nueva Jerusalén, la metrópoli de la tierra nueva glorificada”.

Quiere decir, que aquí Ellen White aplica estos pasajes del libro de Isaías, a la tierra nueva que esperamos. Pero entonces, también habría que hacer lo mismo con Isaías 65:20 que dice: “ No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla, porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito”.

Luego, ¿Cómo se explicaría esto?; ya que según Apoc.21:4, en la nueva Jerusalén: “no habrá más muerte, ni clamor, ni dolor…”.

Además, en Apocalipsis 21 y 22 dice que allí no habrá noche, ni sol, ni luna; por lo tanto, no podrá haber semanas y meses. ¿De qué forma se cumpliría entonces, Isaías 66:23 : “será que de mes en mes, y de sábado en sábado, vendrá toda carne a adorar delante de mí”?.

¿Pueden estos pasajes de Isaías referirse a la tierra nueva, al igual que el de Apocalipsis?. Es evidente que no, porque entonces tendríamos una clara contradicción bíblica, lo cual sería imposible. La única conclusión razonable es, que estos textos de Isaías se referían de manera condicional al pueblo de Israel antiguo, anticipando la gloria futura de la Sión terrenal, si los judíos eran fieles al pacto. Ahora, todas esas promesas se cumplirán en la nueva Jerusalén, a través del Israel espiritual que somos todos los Cristianos.

4) Marvin Moore, en su libro ‘El desafío del tiempo final’, en la página 241, afirma que: “Durante los primeros 75 años de existencia de nuestra iglesia, la mayoría de nuestros pastores, administradores, evangelistas, y maestros de Biblia, creían que el Armagedón sería una batalla física entre Turquía y las naciones cristianas del mundo. Urías Smith, fue el campeón indiscutido de esta idea en nuestra iglesia, hasta el día de su muerte”.

Moore
, cataloga esta posición como el origen de una de las mayores controversias, en la historia de la iglesia Adventista. Cita: “Aquellos que insistían en el modelo de ‘batalla física’ del Armagedón, creían que ésta se libraría entre naciones antagónicas sobre la tierra. La dificultad residía en deducir o resolver, qué naciones estarían en un lado, y cuáles en el otro. A Smith se le ahorró la agonía de asistir al sepelio de su interpretación”.

Moore
continúa explicando, cómo esta idea errónea de Smith continuó influyendo después de su muerte, solamente con la variante del cambio de actores principales. Finalmente dice: “La caída de Japón en 1945, envió a la tumba el punto de vista del Armagedón como una ‘batalla física’. Hoy, no es más que una reliquia, en el museo de nuestra historia teológica”.

Lo extraño, es que todo esto ocurriera sin que la “pluma inspirada” pusiera todo en claro, y sólo se limitara a realizar algunas declaraciones generales sobre el tema; aunque sí puede observarse, el apoyo que Ellen White otorgó al libro: Daniel Y Apocalipsis, escrito por U. Smith; cuyo contenido, los exégetas adventistas cuestionan en gran parte, en el día de hoy.

5) Pero este no fue el único desacierto del ‘ilustre pionero’ ,Urías Smith. Siguiendo a Josías Litch; él apoyó la fecha de 1840 como la caída del imperio otomano, en el supuesto cumplimiento de la profecía de Apoc.9:14-15; esto también con la anuencia de Ellen White.

En el Conflicto de los Siglos, leemos
: “En 1840 otro notable cumplimiento de la profecía despertó interés general. Dos años antes, Josías Litch, publicó una explicación del capítulo noveno del Apocalipsis, que predecía la caída del imperio otomano. Según sus cálculos esa potencia sería derribada en el año 1840 de J. C., durante el mes de agosto; y pocos días antes de su cumplimiento escribió: …..’el 11 de agosto de 1840….el poder otomano en Constantinopla será quebrantado’. En la fecha misma que había sido especificada, Turquía aceptó, por medio de sus embajadores, la protección de las potencias aliadas de Europa, y se puso así bajo la tutela de las naciones cristianas. El acontecimiento cumplió exactamente la predicción”.

Bien, estimado lector, juzgue usted mismo, si el acontecimiento predicho por Licht, y el que relata el Conflicto, pueden ser equivalentes. Obviamente que no.

Pero el punto principal aquí es que: la fecha del 11 de Agosto 1840, citada por Ellen White, no aparece en ningún registro histórico; lo que demuestra que ese día específico no pasó nada importante, o si algo pasó, fue de tan poca importancia, que ni siquiera ameritaba registrarse.
Ahora bien, la historia sí registra lo siguiente: “El 15 de julio de 1840, Inglaterra, Rusia, Prusia, Austria y Turquía suscribieron en Londres, sin la participación de Francia, una convención de ayuda al sultán turco contra el gobernante egipcio Mohamed Alí, al que apoyaba Francia”.

Es decir que lo señalado por Ellen White, como cuando “Turquía aceptó, por medio de sus embajadores, la protección de las potencias aliadas de Europa”; realmente no se realizó en la fecha indicada por el Conflicto de los siglos, sino el 15 de Julio de 1840.
También, como fecha real de la caída del imperio Otomano, se consigna históricamente, el 1 de Noviembre del 1922.

Entonces, además de que Ellen White cita una fecha histórico-profética falsa, esto también conllevaría la necesidad de reformular, la profecía de tiempo de Apoc.9; la cual, según la interpretación adventista, involucra: 391 años y 15 días. Esto así, porque el punto final de esta profecía ya no podría ser el 11 de agosto 1840, sino el 15 de Julio 1840, y por lo tanto el punto inicial de la misma, habría que moverlo hacia atrás, para que “cuadre” con la cifra indicada. Para esto, habría que buscar otro acontecimiento histórico, el cual satisfaga las condiciones proféticas del pasaje bíblico, y que contando a partir del mismo, dé la cifra exacta de: 391 años y 15 días. Naturalmente, eso implicaría contradecir a Ellen White, lo que evidentemente es un grave “dilema profético”.

Adventistas Y Testigos

Los adventistas, atacan a los testigos de Jehová, porque en base a Mateo 24:34, afirman: “Las Escrituras muestran claramente que la ‘generación’ que vio el principio de la presencia de Cristo (en 1914), también vería el ‘gran día de Jehová’ en el cual él ejecuta juicio contra todos los que practican la injusticia”. (Página 176, párrafo 2 del libro “Unidos”). Entonces, como esta declaración implica que esa generación de 1914 “no pasaría”, sin que se produjeran esos acontecimientos, ellos le achacan a los testigos sostener una doctrina falsa, porque aún no ha llegado “el fin” y no hay nadie vivo de esa generación.
Pero lo más extraño es, que en forma similar, los adventistas creen que la caída de las estrellas en 1833, el oscurecimiento del sol en 1780, y el terremoto de Lisboa en 1755, eran las señales precursoras de la Segunda Venida de Cristo. Entonces, también en base a Mateo 24:34, consideran que la “generación” que vio esas señales “no pasaría”, sin presenciar el inminente retorno del Señor; tal como lo afirma Ellen White, en el Deseado de Todas las Gentes, págs. 585 y 586: “Cristo declaró que al final de la gran persecución papal, el sol se obscurecería y la luna no daría su luz. Luego las estrellas caerían del cielo….Dice de aquellos que vean estas señales: No pasará esta generación, que todas estas cosas no acontezcan”. ‘Estas señales han aparecido’…con seguridad que la venida del Señor está cercana”.

Luego, tomando como base esa afirmación de la Sra White, el Comentario Bíblico Adventista, también nos dice: “Cristo afirmó que las señales mencionadas en estos versículos, ocurrirían tan cerca del día de su venida que la generación que viera las últimas señales no moriría antes de ver que se cumplieran todas estas cosas, es decir, que verían no sólo las señales, sino también la venida de Cristo y el fin del mundo”.

Entonces, es evidente que los adventistas enfrentan actualmente un terrible dilema profético, porque esa generación que presenció las llamadas “señales del fin”, ya no existe. En consecuencia, estamos en presencia de una interpretación bíblica muy importante, claramente falsa; esto, a pesar de que supuestamente se trata de una declaración inspirada por el Espíritu Santo.

Pero lo más grave de este asunto, es que no se han tomado los correctivos de lugar, y estas “señales del fin” continúan enseñándose en las iglesias adventistas; aunque claro está, sin aludir a la “generación que no pasaría” , mencionada por Ellen White en sus escritos, con el evidente propósito de ocultar a la hermandad su claro error, y mantener así su pretendida infalibilidad y confiabilidad profética.

En una fallida defensa de Ellen white, algunos han señalado que ella no era teóloga, y que aquí está haciendo un simple comentario, que puede no estar exento de error. Pero, si examinamos detenidamente su categórica declaración, podemos ver que ella le atribuye a Cristo lo que está afirmando: “Cristo declaró….Dice de aquellos que vean estas señales: No pasará esta generación…”. Entonces, esto no es un simple comentario, aquí hay una afirmación contundente de ella, atribuyéndole esto a Jesucristo. ¿Puede alguien citar un profeta o apóstol, que hiciera algo semejante, poniendo en boca del Señor una falsedad?.

También, otros mencionan 1Tes. 4:15-17: “….nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor.…. y los muertos en Cristo…nosotros, los que estemos vivos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes...”. Luego, como este evento no se cumplió en vida de Pablo, entonces alegan: ¿es él un falso profeta?. Veamos:

-El hecho de que Pablo se incluyera en el grupo de los “vivos”, y a la vez hiciera lo mismo con los Tesalonicenses que recibieron esta carta, no puede indicar de ninguna manera, que el apóstol estaba asegurando que él y todos los demás estarían vivos para el regreso de Cristo. Lo primero que debemos tener en cuenta, es que Pablo no hizo una alusión personal, sino general: “…que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor…”; por lo tanto, es evidente que nadie en particular, al leer esto, podía tomarse el texto para sí mismo y aplicárselo. También, tenemos que considerar, que el objetivo específico de este pasaje, no era enfocar la proximidad o lejanía de la venida del Señor, sino el asunto de la resurrección de los muertos en Cristo. Leamos: “Tampoco queremos hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza…traerá Dios…a los que durmieron en él….no precederemos a los que durmieron…y los muertos en Cristo resucitarán primero…seremos arrebatados juntamente con ellos….Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras”. Además, el mismo apóstol Pablo, por si acaso, se encargó de despejar cualquier duda al respecto. Veamos la segunda epístola a los propios Tesalonicenses, en el 2:1-5: “Pero con respecto a la venida de nuestro señor…que no os dejéis mover fácilmente…ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe…porque no vendrá sin que antes venga la apostasía..”

En resumen, resulta contraproducente e inútil, pretender disculpar los evidentes errores de la Sra White, con supuestas fallas de los profetas y escritores de la Biblia. Viendo todo esto, quizás sería bueno y sabio, atender lo que la palabra del Señor dice en Deuteronomio 18:22: “Si el profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, es palabra que Jehová no ha hablado…no tengas temor de él”.

El “principio del día por año”- Reexaminado

La posición adventista oficial, sobre el llamado “principio de día por año”, (que está vigente, y continúa enseñándose en las iglesias), está reflejada en las palabras de Ellen White, según se registra en los libros “El conflicto de los Siglos”, y “Profetas y Reyes”: “En la profecía, un día representa un año”; “El Señor establece este principio, en Núm. 14:34, y Ezeq. 4:6”. Es decir, que aquí se establece un fundamento bíblico sencillo, aplicable a todas las profecías, según estas declaraciones consideradas inspiradas. Vamos pues a realizar un examen, de la posición señalada:

- Al leer Números 14:34 y Ezequiel 4:6, podemos ver que la mecánica es la misma, esto es, un castigo puntual para una desobediencia específica; tampoco se observa de ninguna manera, la intención de fijar una norma o principio general. En Números tenemos la secuencia: Castigo(año) - Desobediencia(día); pero en Ezequiel tenemos:

Castigo (día)- Desobediencia(año). En otras palabras, Números predice: “1 año de castigo para el futuro, por cada día de desobediencia del pasado”; mientras que Ezequiel establece: “1 día de castigo para el futuro, por cada año de desobediencia del pasado”.

En consecuencia, estos versículos resultan ser opuestos o excluyentes; dicen lo contrario.

Entonces, si tenemos que Núm. profetiza años (futuro) en base a días (del pasado); y por otra parte Ezeq. predice días (futuro) en base a años (del pasado); ¿Cómo se puede tratar de establecer, un supuesto paralelismo entre ambos textos?. ¿No es evidente que el sentido de ambos es opuesto?. ¿Cómo una profecía en años (la de Núm.), puede ser equivalente a otra expresada en días (la de Ezeq.)?.

-Veámoslo ahora de esta manera: Observando cuidadosamente los textos de Números 14:34 y Ezequiel 4:6, tenemos que realmente, ambos son profecías literales. Porque allí, ¿cuál es la profecía, o el futuro predicho?. En Núm. son profetizados 40 años de castigo, y en Ezeq. son predichos 430 días de castigo; todo lo cual se cumplió literalmente, según se había anticipado. O sea, que tampoco aquí se estipulaba el “día por año”; esto así, debido a que en estos textos, lo que hubo fue una explicación de la magnitud o cuantía del castigo; de ahí que en ambos casos, el Señor hiciera referencia a la desobediencia del pasado, en relación con el castigo predicho. Algo muy diferente, se observa en las demás profecías; es decir, ¿Porqué 120 años para el diluvio, y no 100 u otra cantidad?; ¿Porqué 40 días para la destrucción de Nínive, y no otra cifra?; es evidente, que el Señor tuvo sus razones, pero no las explicó, como fue en los casos de Números y Ezequiel.

-Haciendo abstracción de las contenidas en el libro de Daniel, todas las profecías de tiempo del Antiguo Testamento, tanto anteriores como posteriores, a Números y Ezequiel, son también literales; veamos:

1.- Gén. 6:3; 120 años del diluvio. 2.- Gén.15:13; 400 años del cautiverio en Egipto. 3.-Gén.40:12-19; Los 3 días del copero; y los 3 días del panadero; en Egipto. 4.- Gén.41:26-30; Los 7 años de abundancia; y los 7 años de escasez; en Egipto. 5.- 2 Samuel 24:13-15; Los 3 días de plaga sobre Israel; en el reinado de David. 6.- Isaías 7:8; Los 65 años sobre Efraín, o Israel- reino del norte. 7.- Isaías 16:14; 3 años sobre Moab. 8.- Isaías 21:16; 1 año, profetizado sobre Arabia. 9.- Isaías 23:15; 70 años sobre Tiro.10.- Isaías 32:9-10; “algo más de 1 año”; profetizado sobre “mujeres de Jerusalén”. 11.- Jer. 25; 70 años sobre Jerusalén. 12.- Ezeq. 29:11-13; 40 años, sobre Egipto. 13.- Ezeq. 39:9; 7 años, sobre Gog. 14.- Ezeq. 39:11-12; también 7 meses, sobre Gog, . 15.- Jonás 3:4; 40 días sobre Nínive.

Si a estas 15 profecías, le agregamos la de Daniel 4 sobre los siete tiempos de Nabucodonosor, tendríamos entonces un total de 16 profecías completamente literales, registradas claramente en la Biblia, lo cual constituye un mentís rotundo, a la suposición de la existencia del “día por año”.

Por otra parte, las debilidades que se han venido señalando, a la posición de que: “En la profecía, un día representa un año”; Y, “El Señor establece este principio, en Núm. 14:34, y Ezeq. 4:6”; ha inducido a algunos estudiosos adventistas, a proponer la novedosa idea, de que: “las ‘70 semanas’ de Daniel 9, son a la vez el “principio” y la “prueba” del “día por año”, para profecías escatológicas”; pasando entonces a considerar como “antecedentes”, los casos de Núm., Ezeq., y otros pasajes catalogados como afines. Luego, resultan extraños estos modernos esfuerzos por “extrapolar” otras “pruebas” del “día por año”, frente a los cuestionamientos realizados a la posición original. Aunque para ser honesto, podría ser válida (aunque discutible), la intención de proponer que: “las “70 semanas”, son a la vez el “principio” y la “prueba” del día por año”; pero esto debe ser, sobre la base de reconocer que la postura oficial actual es equivocada, ya que se ha demostrado de manera fehaciente, que su fundamento es inexistente.

Entonces, analizando esta propuesta tenemos lo siguiente:

1) En Daniel 9:22, dice que el profeta entendió esta profecía, ¿Y cómo la entendió, si había que aplicarle el “día por año”, y él desconocía este principio, y no se registra tampoco ninguna explicación del Ángel al respecto, en este capítulo, pero tampoco posteriormente?. Entonces, luce improbable que el Señor pusiera “secretamente” este “día por año” en las “70 semanas”, sin decirlo a Daniel, aunque este señala que la entendió.

2)¿Porqué Cristo, llamó a los judios de su tiempo a “leer y entender” esta profecía, si estaba cerrada y sellada(ver Mateo 24:15), y se había dado en “días” que había que convertir en años, pero sin establecerlo previamente?.

3)¿Porqué en las profecías se explican los símbolos(“bestias, “cuernos”,”aguas”), pero el supuesto “día por año”, nunca se explica?; ¿No es este un principio cardinal, cuya importancia es mayor?.

4) Aún cuando se comprobara, fuera de toda duda, que las “70 semanas” expresan tiempo simbólico, ¿Dónde dice que luego de su cumplimiento, ellas establecen el “día por año”, para las demás profecías escatológicas, de tiempo?.

5) ¿Sobre qué base se argumenta, que el “día por año” sólo era aplicable a las “profecías escatológicas de tiempo?. ¿Es esto lo que afirma la iglesia adventista oficialmente, y que Ellen White suscribió?. ¿Qué tienen de escatológicos, los pasajes de Núm.y Ezeq, para poder servir como base o antecedentes de profecías escatológicas?.

Además, los 1000 años de Apoc.20, ¿No es una profecía escatológica?, ¿Porqué se considera literal, y no se le aplica el “día por año”?.

6) Los textos de: Exodo 13:10; 1 Samuel 20:6; 1 Samuel 27:7; 1 Samuel 2:19; 1 Reyes 1:1; y otros, considerados afines al “día por año”; se ha pretendido invocarlos como “pruebas o antecedentes de este principio”; pero vamos a encontrar que todos tienen un denominador común, se trata de “expresiones literarias”, cuyo uso era frecuente en el hebreo, para enriquecer y embellecer el lenguaje. Esto es lo que llamamos hoy “licencia literaria”, pero pretender darle alguna aplicación profética a estos pasajes, constituye un despropósito. Entonces, frente a la clara existencia de 16 profecías reales, todas literales, citadas como pruebas de la inexistencia del “día por año”, ¿cómo aspirar a que simples “expresiones literarias”, puedan aportar “evidencias” de este “principio”?.

7) En el capítulo 4 de Daniel, se emplea la palabra aramea “iddám”, que se traduce como tiempo o año, para señalar los siete años de locura, profetizados sobre Nabucodonosor. Sin embargo, la misma expresión aramea (“iddám”), se utiliza también en Daniel 7 para los 31/2 tiempos, y aquí se dice que representan 1260 años, al aplicársele arbitrariamente el “día por año”.

Además, es importante determinar, el significado de la palabra hebrea utilizada para “semanas” (shabuím). Esta palabra es el plural de “shabúa” o semana. Su raíz hebrea es “Shebá”, que significa siete. La palabra “Shabuím” o semanas, es usada 20 veces en el Antiguo Testamento. Tres veces significa una unidad de siete y va acompañada de la palabra “días”( ver Ez. 45:21; Daniel 10:2,3). Ocho veces significa “semana” o “semanas”, es decir un período normal de 7 días (ver Gen. 29:27,28; Deuter. 16:9,10,16; Lev. 12:5; 2Cron. 13:8); y seis veces se usa para indicar una unidad de siete, sin hacer referencia a días (Dan. 9:24-27).

Existen razones suficientes, para considerar que en Daniel 9:24-27, “shabuím” (semanas) se refiere a unidades de 7 años, o sea a 490 años literales:

1) Los antecedentes proféticos corresponden a profecías literales; es decir, las 16 que mencionamos anteriormente, incluyendo la de Jeremías 25 que Daniel estudiaba según el capítulo 9, lo cual demuestra, que no había un “principio de día por año” establecido anteriormente, ya que Daniel lo desconocía.

2) En el capítulo completo, no se hace ninguna mención de días. Pero sí se puede observar, que el profeta estaba pensando en relación a años, porque su preocupación giraba en torno a los “70 años” de cautividad en Babilonia.

3) Esta cautividad, tenía relación con la violación del año sabático (ver: 2Cron. 36:20,21; Lev. 26:33-35), el cual prescribía que Israel debía cultivar la tierra por 6 años y dejarla descansar por un año. Al sumar estos 6 años de trabajo, con el de descanso, tenemos una semana de años.

4) Además de Daniel 9:24-27, en todo este libro profético, solo se usa la palabra hebrea para “semanas” en el 10:2,3; y allí el profeta la acompaña de la palabra “días”, al decir: “semana de días”(“Shabuím yamín”), en oposición al empleo de Daniel 9, donde solo dice: “semanas” (Shabuím); lo cual evidencia claramente, el propósito de distinguir el significado de ambas palabras.

En consecuencia, por todo lo expuesto anteriormente, podríamos concluir en que estas “70 semanas” fueron dadas en años, y representaban 490 años literales; con lo cual quedaría descartado definitivamente, para las profecías, el supuesto: “principio del día por año”.

Lo cual implicaría necesariamente, que todo el sistema profético adventista debe ser reformulado.

El Sello de Dios

Los adventistas, sostienen que el Sello de Dios es el sábado, no obstante mi Biblia dice :

Efesios 1

13 En el cual esperasteis también vosotros en oyendo la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salud: en el cual también desde que creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,

Efesios 4
30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual estáis sellados para el día de la redención

Pero también dice a quién aplicaba el pasaje de Ezequiel 20

Ezequiel 20
8 Mas ellos se rebelaron contra mí, y no quisieron obedecerme: no echó de sí cada uno las abominaciones de sus ojos, ni dejaron los ídolos de Egipto; y dije que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en medio de la tierra de Egipto.
10 Saquélos pues de la tierra de Egipto, y trájelos al desierto;
13 Mas rebeláronse contra mí la casa de Israel en el desierto; y mis sábados profanaron en gran manera; dije, por tanto, que había de derramar sobre ellos mi ira en el desierto para consumirlos.
18 Antes dije en el desierto á sus hijos: No andéis en las ordenanzas de vuestros padres. 20 Y santificad mis sábados, y sean por señal entre mí y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová vuestro Dios.
21 Y los hijos se rebelaron contra mí: no anduvieron en mis ordenanzas… Dije entonces que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en el desierto.

Algunos estudiosos señalan, que el Espíritu Santo no es la promesa, por lo tanto los invito a leer esto :
Juan 14

26 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, al cual el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todas las cosas que os he dicho.
Hechos 1

4 Y estando juntos, les mandó que no se fuesen de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, que oísteis, dijo, de mí.

5 Porque Juan á la verdad bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo no muchos días después de estos.

También, otros dicen, que solo se sella a los que obedecen en espíritu y verdad, o por ser obedientes a la palabra de Dios. Pero debo recordarles estos pasajes :
Hechos 2

38 Y Pedro les dice: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
Hechos 10
44 Estando aún hablando Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el sermón.
47 Entonces respondió Pedro: ¿Puede alguno impedir el agua, para que no sean bautizados éstos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros?
Hechos 16
30 Y sacándolos fuera, le dice: Señores, ¿qué es menester que yo haga para ser salvo?
31 Y ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú, y tu casa.
32 Y le hablaron la palabra del Señor, y á todos los que están en su casa.
33 Y tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó los azotes; y se bautizó luego él, y todos los suyos.
Hechos 19
2 Díjoles: ¿Habéis recibido el Espíritu Santo después que creísteis?. Y ellos le dijeron: Antes ni aun hemos oído si hay Espíritu Santo.
5 Oído que hubieron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.
6 Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.

De manera, que todos estos pasajes coinciden con Efesios 1:13, “...desde que creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa”. Luego, resulta claro que la obediencia es posterior al sellamiento de los creyentes.

Entonces, podemos concluir en que el sello de Dios es el Espíritu Santo, pero la manifestación visible de ese sellamiento, viene por el origen de la nueva persona o nueva creación, que es consecuencia de la obra de este maravilloso poder, en el corazón de los creyentes, los cuales son capacitados para obedecer.

El Testimonio de Jesús y el Don o Espíritu de Profecía

En Apoc.12:17, se nos dice:”…..los que guardan los mandamientos de Dios, y tienen el Testimonio de Jesucristo”; También en Apoc.19:10, dice: “…..porque el testimonio de Jesús, es el espíritu de la profecía”.

Entonces, tomando estos pasajes como base, los adventistas han interpretado que en la iglesia remanente o verdadera (que son ellos, supuestamente), se manifestará el don o espíritu de profecía. ¿Es esto así?; Veamos:

-No es lo mismo decir: “el espíritu de la profecía”, como está realmente en la Biblia, que “el espíritu de profecía” o “don de profecía”. En el original griego dice “el espíritu de la profecía”(Apoc.19:10), y esto tiene su importancia, como veremos más adelante.

-En Juan 15:26,27 dice: “Pero cuando venga el Consolador…él dará testimonio de mí. Y vosotros daréis testimonio también…..”. En Apoc.1:1,2,9 dice: “..a su siervo Juan, que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo…estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. En Apoc. 20:4 dice: “…..Y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios...”. En 1Cor. 2:1,2 dice: “Así que hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado.

-En 1Corintios 12:1,4,10,28,31; leemos: “No quiero hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales…Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el espíritu es el mismo…A otro, el hacer milagros, a otro profecía, a otro discernimiento de espíritus….Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros….Procurad, pues, los dones mejores…”.

Quiere decir, que aquí se identifica la profecía como uno de los dones espirituales, para la iglesia. Pero observe, que es para toda la iglesia, no para una persona específica y exclusivamente para ella. Tampoco se menciona ningún período en particular para el desarrollo de este don, ni que este será el que dará testimonio de Jesús de manera especial.

Entonces, ¿Qué significa la frase “el espíritu de la profecía” en apoc.19:10, en relación al testimonio de Jesús?. Sencillamente quiere decir, que el “Espíritu Santo” (o sea el “Espíritu de la Profecía”), es quien da testimonio de Jesús, y este grupo mencionado en el 12:17, “guarda los mandamientos de Dios” y además tienen el “testimonio de Jesús” (o sea el “Espíritu Santo”). En consecuencia, la frase “espíritu de profecía” referida a Apoc. 19:10, no es bíblica, y el uso que se le ha dado no es correcto.

Hebreos y el día de Expiación

¿Dónde ubica el libro de Hebreos a Cristo, luego de su ascensión al cielo?. Algunos dicen, que las traducciones donde se le pone en el lugar Santísimo, no se corresponden con el original griego, ya que en todo el libro, solo se menciona claramente el lugar Santísimo (Hagia Hagion), una sola vez, y es en relación con el Santuario Terrenal (Hebreos 9:3), por lo tanto si el Autor quisiera ubicarlo allí, hubiera empleado “Hagia Hagion”, al mencionar donde se encontraba luego de su ascensión. También se sostiene, que el hecho de que se registre en varios pasajes, que el Señor Jesucristo está a la Diestra de Dios, va en relación con su doble posición de “Rey” y “Sacerdote sobre su trono”. Para clarificar todo esto, vamos a sustituir la traducción por las palabras griegas originales, en cuanto a lo que tiene que ver con el Santuario, tanto terrenal como celestial; veamos la situación que se presenta y el análisis correspondiente, agrupando los textos con palabras comunes:

Con la palabra “To Hagion”:
Hebreos 9
1 TENIA empero también el primer pacto reglamentos del culto, y el “To Hagion” terrenal.
Nota : Se refiere al Santuario terrenal completo. No se vuelve a usar esta palabra.
 
Nota del Autor: Esta obra no tiene “Derechos Reservados”. Se permite su reproducción parcial o total, sin fines comerciales.

Lic. Billy Vicente
Septiembre/2003



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