El Desierto es Para Cruzarlo - Parte 2

En la vida de todo creyente hubo, hay y habrá, seguramente, un momento en que se le aparecerá con total nitidez y potencia, ese inmenso y árido desierto de la prueba. La prueba en todos sus niveles, en todas sus expresiones. ¿Qué hacer cuando llega ese momento? ¿Acaso retroceder o buscar evadirlo por donde sea posible? No. Eso no es digno de un hijo o hija de Dios. Lo que se debe hacer con nuestro desierto personal, es atreverse, entregar una vez más nuestra vida al Señor y cruzarlo sin temor ni cobardía.