En este mundo actual en el que nos ha tocado vivir, hablar del futuro es hablar de un tema que interesa, apasiona y hasta cautiva a mucha gente. Y por esta última expresión utilizada, ya sabes el riesgo que es posible correr: ser cautivado por algunas de las áreas del "departamento de marketing y publicidad del infierno". Hay un futuro también para los hijos de Dios, y nos corresponde a nosotros, hijos también, revelarlo y develarlo par que tú también sepas qué puedes o debes esperar.

La misma Palabra de Dios nos advierte que en los últimos tiempos recibiremos como enseñanza estructural doctrinas de demonios. Muchos aún las están esperando. Tengo una mala noticia: ya están aquí. Y por esa razón es que debemos salir a reafirmar conceptos que tienen que ver con la doctrina de los apóstoles, la única que según la misma Biblia es válida como fundamento de nuestra fe. Y en virtud de ello, hoy compartimos contigo esta enseñanza sobre un tema valioso.

Hay una conexión más que visible entre las legendarias y clásicas parábolas con las que Jesús entregó conceptos y principios a sus discípulos y seguidores, y las iglesias del Apocalipsis. No es el fruto de un estudio teológico, sistemático e intelectual, sino el resultado de algo que nuestro Señor ha querido revelar precisamente en este tiempo. Son dichos de alta profundidad que nos llevan al lugar donde las verdades ya no sin misterios a develar, sino realidades a concretar.

Hay una conexión más que visible entre las legendarias y clásicas parábolas con las que Jesús entregó conceptos y principios a sus discípulos y seguidores, y las iglesias del Apocalipsis. No es el fruto de un estudio teológico, sistemático e intelectual, sino el resultado de algo que nuestro Señor ha querido revelar precisamente en este tiempo. Son dichos de alta profundidad que nos llevan al lugar donde las verdades ya no sin misterios a develar, sino realidades a concretar.

Es bastante frecuente que en nuestras reuniones se haga especial énfasis en "sentir" la presencia de Dios en medio de una alabanza, adoración o predicación. No se discute esto, Dios es dueño y soberano absoluto como para dar Su Presencia en donde Él quiera y cuando Él quiera. Pero nosotros, Su iglesia, deberíamos estar mucho más ocupados en propiciar su venida que en buscar su presencia, máxime cuando esto se suele hacer como prueba de un "éxito" ministerial y personal.

No importa si ya te lo enseñaron una y cien veces. No interesa si ya escuchaste por lo menos diez mensajes como este. Tampoco interesa si lo entendiste y lo creíste. Lo que sí importa, una vez más, es que puedas tomar la decisión de ponerlo por obra en tu vida. Que entiendas definitivamente que si no perdonas, (O pides perdón a quien hayas ofendido, si es el caso), tu vida de fe se va a ver profundamente afectada. Así es que, aunque te parezca reiterativo, por favor, vuelve a escucharlo y decídete ya a cambiar.

Hemos compartido en otros trabajos diversas formas de sentir que en algunos casos se infiltran en nuestras vidas y nos llevan, aún en contra de nuestros mejores deseos, a una merma de fe que puede resultar peligrosa. Son verdaderos enemigos de nuestra fe, asuntos que en el mundo secular hasta suenan a "normales", pero que para los cristianos son -reitero- enemigos, y como tales, deben ser destruidos.

En el marco de una sociedad eminentemente materialista y consumista, el viejo y legendario mensaje cristiano parece fuera de tiempo y de moda. Sin embargo, este estudio va a darte las herramientas necesarias para que sepas y enseñes que el genuino mensaje de la cruz no está ni fuera de tiempo ni fuera de moda. Que, muy por el contrario, representa la única solución posible a este difícil tiempo. Sólo debes saber si eres celestial o terrenal.

En el marco de una sociedad eminentemente materialista y consumista, el viejo y legendario mensaje cristiano parece fuera de tiempo y de moda. Sin embargo, este estudio va a darte las herramientas necesarias para que sepas y enseñes que el genuino mensaje de la cruz no está ni fuera de tiempo ni fuera de moda. Que, muy por el contrario, representa la única solución posible a este difícil tiempo. Sólo debes saber si eres celestial o terrenal.

¿Tú crees que en nuestros ambientes cristianos se habla absolutamente de todo lo que el Señor ha ordenado que se hable? ¡Gloria a Dios si lo crees y lo vives! Yo no lo creo. Conforme a lo que he visto, entiendo que hay muchos, muchísimos temas de los cuales jamás se dice una sola palabra. ¿Quieres que te recuerde uno? El pecado. ¿Cuánto hace que nadie te habla, te enseña, te advierte y te instruye sobre el pecado? Aquí lo tienes.