No somos ninguna institución con unas siglas que nos definan, somos de la institución más hermosa y eterna que haya existido nunca, formamos parte del Cuerpo de Cristo. Somos cristianos, y nos basamos en los principios de la Reforma, siendo nuestra máxima autoridad la Santa Biblia.
Mientras en las congregaciones tradicionales conocidas se sigue hablando y esperando el gran avivamiento, la Biblia sigue hablando para estos tiempos de Apostasía. Y lo que muchos ignoran, y no deberían hacerlo, es que antes que esa apostasía llegue, vendrá un tiempo de separación. Algo así como una zaranda o filtro donde pasará todo lo que no tiene estatura divina y quedará sólo el remanente útil y santo.
Mientras en las congregaciones tradicionales conocidas se sigue hablando y esperando el gran avivamiento, la Biblia sigue hablando para estos tiempos de Apostasía. Y lo que muchos ignoran, y no deberían hacerlo, es que antes que esa apostasía llegue, vendrá un tiempo de separación. Algo así como una zaranda o filtro donde pasará todo lo que no tiene estatura divina y quedará sólo el remanente útil y santo.
En el Antiguo Testamento, el velo era un elemento físico y visible que se encontraba en el templo. Tenía un enorme grosor y eso nos lleva a pensar en lo que significó su rasgadura en el momento en que Jesús muere en la cruz. Pero eso ocurrió porque, de ahí en más, y bajo el imperio de lo que ahora llamamos Nuevo Testamento, el velo ha pasado a ser algo espiritual: la incredulidad. Y ese es el velo que te propongo rasgar hoy.
Cambiar pañales, en una gran parte de América y tal vez también de Europa, es el acto que las madres realizan con sus hijos muy pequeños varias veces por día, cuando sus funciones fisiológicas así lo requieren. Pero eso es en la etapa donde el niño no puede valerse por sí mismo. Luego, ya adulto, eso ya no será necesario. Salvo en la iglesia del Señor, donde todavía hay demasiados niños espirituales a los que se les debe seguir cambiando sus pañales cuando ya tienen edad como para no necesitarlos.
Sabemos que Jesús fue a la cruz y murió por nosotros. Sabemos que su sangre nos redimió, nos lavó y purificó de todo pecado delante del Padre. Pero lo que no sabemos porque muy pocos han estudiado y enseñado los pormenores, qué fue lo que sucedió en el ámbito espiritual en esa cruz. Por qué razón somos beneficiados con ese sacrificio y de que manera legal el Señor venció a todos los infiernos y clavó ese decreto de victoria en la cruz para victoria de todos quienes creemos en Él.
Sabemos que Jesús fue a la cruz y murió por nosotros. Sabemos que su sangre nos redimió, nos lavó y purificó de todo pecado delante del Padre. Pero lo que no sabemos porque muy pocos han estudiado y enseñado los pormenores, qué fue lo que sucedió en el ámbito espiritual en esa cruz. Por qué razón somos beneficiados con ese sacrificio y de que manera legal el Señor venció a todos los infiernos y clavó ese decreto de victoria en la cruz para victoria de todos quienes creemos en Él.
Si no sonara tan frívolo o mundano, te podría decir que este trabajo es uno de los que componen la avanzada informativa sobre guerra espiritual. Una guerra que en determinadas congregaciones cristianas es erróneamente sobre-enfatizada o sobre-dimensionada, y en otras ignorada, desconocida y no siempre creída como real. El caso es que existe, está allí y te vendrá muy bien conocer estas estrategias para que, al menos en esto, hoy puedas salir más que vencedor.
Lo digo en el inicio del estudio: el título nos hace recordar inevitablemente algunas de las películas de la nutrida filmoteca de Indiana Jones. Pero no lo es. Tiene que ver con algo que en muchas ocasiones hemos leído en la Biblia y que no siempre hemos entendido. Y como solemos hacer los cristianos con lo que no entendemos, lo dejamos a un lado hasta otro momento. Muy bien; este es ese momento. Escúchalo y sabrás de qué se habla cuando se habla de calles de oro.
Alguien dijo alguna vez que no hay nada más triste que predicar sobre el Espíritu Santo sin la unción del Espíritu Santo, cosa que es estricta verdad. Por eso, a la hora de hablar del Espíritu, deberemos tener muy en claro aquellos que lo hacemos, qué cosa es Él en nuestra vidas. Porque el hombre no tiene un hermoso o regular mensaje; el hombre ES o no es el mensaje viviente. Es el único modo de ver a esa unción en acción.
Este trabajo equivale a ese trámite que en algún momento de nuestras vidas debemos realizar: sacar nuestro documento de identidad, ese que nos permitirá andar libremente por todo nuestro territorio nacional debidamente autorizado por nuestras autoridades. En el Reino de Dios también se extiende ese documento. Si quieres conocer cuáles son sus características y qué debes poseer para acceder a él, escúchalo.