¿Qué hacer? El cristiano frente a la indecisión…

El incendio se propagó con una rapidez extraordinaria. En cuestión de minutos el edificio se convirtió en una inmensa pira de fuego. Y Roberto no se enteró de la tragedia sino cuando el humo comenzó a colarse por las hendijas de las puertas. Por un instante pensó salir, pero el pasillo estaba invadido por las llamas y el humo, que iban ganando espacio segundo a segundo.

Mil pensamientos cruzaron por su mente. La sirena de un vehículo, ocho pisos abajo, lo sacó de la incertidumbre. ¿Cuál era la salida?¿Saltar?¿Intentar ganar los escalones, al final del corredor? No tenía muchas opciones.

Decenas de curiosos le gritaban que saltara. Pero en ese instante, con todas las posibilidades literalmente cerradas, clamó a Dios: ”Ayúdame, Señor. No sé qué hacer”. Sólo en ese breve momento, sintió paz. Y contra todo pronóstico, se adentró al pasillo. Logró escapar de la conflagración. Luego confesó a periodistas de Sao Pablo, Brasil: “Sentí que Dios me señaló el camino para salir”. Roberto volvió a vivir...

Confiar en las corazonadas, mal consejero

Tomar decisiones no es fácil. Siempre cabe la posibilidad de cometer errores. Y lo más complejo: enfrentar las consecuencias de esa opción por la que nos inclinemos. Las corazonadas no son el mejor camino. Por el contrario, en muchas ocasiones nos llevan a fracasar.

No podemos olvidar que los problemas llegan de forma inesperada. Cuando creemos que todo marcha viento en popa, en ocasiones surgen las dificultades. Analizando este aspecto, lo más comprensible es preguntarse: “Entonces ¿Qué decisiones tomar?”.

La respuesta está en la Biblia. Y lo más aconsejable es ir hasta la historia que relata el primer libro de Crónicas capítulo catorce, versículos del 1 al 17. El incidente ocurrió cuando todo a su alrededor iba en victoria. Creía que los días se continuarían sucediendo así, en paz, cuando llegaron los tropiezos. “Y oyendo los filisteos que David había sido ungido por rey sobre todo Israel, subieron todos los filisteos en busca de David. Y como David lo oyó, salió contra ellos”(v.8 Versión Reina Valera Antigua).

El hecho es que no estaba preparado para una situación así. No se desesperó ni echó la culpa de su problemática a nadie. Enfrentó la situación. No se dejó doblegar por las circunstancias. “Y vinieron los filisteos y extendiéronse por el Valle de Raphaim”(v. 9 Versión Antigua).

La mejor decisión: consultar la voluntad de Dios

Como no sabía qué hacer, el monarca israelita acudió a Dios, Aquél que todo lo sabe, Aquél para quien no es un misterio el futuro: “Entonces David consultó a Dios, diciendo:¿Subiré contra los filisteos?¿Los entregarás en mi mano? Y Jehová le dijo: Sube, que yo los entregaré en tus manos”(v. 10).

Si depositamos nuestras expectativas, interrogantes e incertidumbres ante el Creador, El nos da la respuesta. Somos, al fin y al cabo, hijos que consultan a su Padre...

Las estrategias de hoy no son iguales mañana

Ante una nueva arremetida de los filisteos, con circunstancias totalmente diferentes, era necesario consultar de nuevo al Señor. “Y volviendo los filisteos a extenderse por el valle, David volvió a consultar á Dios, y Dios le dijo: No subas tras ellos, sino rodéalos, para venir á ellos por delante de los morales...” (vv.13, 14).

No podemos olvidar que quizá las estrategias que rindieron satisfactorios resultados ayer, no necesariamente hoy serán nuevamente eficaces. Cada problema en la vida tiene una dinámica diferente, y por tanto, amerita soluciones diferentes. En tales circunstancias, Dios tiene la respuesta.

Además, la fidelidad a Dios, en medio de los problemas que enfrentamos en la cotidianidad, nos asegura el éxito: “Hizo pues David como Dios le mandó, é hirieron el campo de los filisteos desde Gabaón hasta Gezer”(v. 16. Versión Antigua).

Consultar al Todopoderoso cuando las dificultades arrecian, y poner en práctica los preceptos que nos trace, es la mejor salida, es lo más aconsejable.

Quizá en estos momentos enfrenta una situación que le tiene sumido en la incertidumbre. No sabe cómo actuar. Yo le recomiendo que busque al Señor en oración, en la certeza de que El tiene la mejor orientación para su existencia.

Si tiene alguna duda, inquietud o sugerencia, no dude en escribirme:

Ps. Fernando Alexis Jiménez
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