El médico no dio espacio a mayores vacilaciones. Las circunstancias obligaban a que escogiera. Estaban en juego la vida de la madre o la del pequeño que recién nacería.
Amado hermano....amada hermana...
¿Qué sintió? Frustración. Rabia. Impotencia. Cerró el puño, dio un golpe seco contra el escritorio, miró el teléfono por el que minutos antes se había comunicado con su hermano mayor, y suspiró. Hubiera deseado no sostener esa conversación. Tampoco la discusión que siguió al diálogo inicial. Eso fue lo que le hizo sentir mal. Pensaba que era un mal cristiano.…
Aunque sus padres jamás lograron explicarse cuáles fueron las verdaderas razones que tuvo, Melissa atribuyó a la frustración que sintió al no poder ir a esa fiesta de adolescentes, su decisión de tomar casi treinta pastillas para el tratamiento de enfermedades cardiovasculares. Lo hizo sin pensarlo dos veces. Ingirió todas las que encontró en el botiquín. Luego no supo que…
A Jorge Alfredo Mendoza el entusiasmo para correr la “Maratón Río Cali”, tan solo le alcanzó para cubrir la distancia de dos kilómetros. Había anunciado a sus amigos y familiares que estaba preparado para ganar la competencia. Y le creyeron. Al fin y al cabo, le veían salir cada mañana a trotar por el barrio.
Amado hermano, primero que nada, en humildad de corazón y dispuestos a recibir todo lo que Dios quiera darnos, oremos para que el Espíritu Santo nos revele la verdad.
Siempre que miramos lo que nos pasa en nuestras vidas y nos encontramos con algo que estábamos pensando, decimos que casualidad o que suerte tengo.
Todos sabemos que las armas son para dañar al enemigo; produciendo desde un daño menor a otro realmente irreparable.

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