Crecimiento Cristiano

Confesar que había robado por espacio de varios años la compañía de alimentos en la que trabajó bajo la confianza y pleno apoyo de sus propietarios, no fue fácil. Menos hacerlo frente a decenas de personas que escucharon su confesión, en el abarrotado auditorio judicial del pueblecito en que ocurrieron los hechos, cerca de Hamburgo.
Aparte de la justicia de Dios está la justicia del creyente, que es requisito básico para entrar en el reino de los cielos. Esta justicia es una forma de rectitud y de santidad que va más allá de los cánones religiosos y humanos en uso.
El comienzo de la obra de Dios en el hombre es una revelación interior de Jesucristo. Sin ella, otras cosas –doctrinas, tradiciones, énfasis– ocuparán el lugar de Cristo en el corazón, y desvirtuarán el propósito original de Dios, el cual es que Cristo sea el todo en el creyente.
“Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.” 1 Ped.2:4-5.
He estado meditando en el llamado que el Señor Jesucristo nos hace como creyentes. En I de Timoteo 6:12 somos exhortados a avanzar en el camino de la fe, no solo del conocimiento en todas las áreas que conforman nuestra personalidad, inteligencia, emociones y voluntad. Que nuestra percepción en lo moral y espiritual sea amplia, para que nuestra visión de…
La revelación de Cristo en el corazón del creyente es un poderoso recurso para vivir en Cristo. El ejemplo del apóstol Pablo nos muestra cómo cualquier circunstancia de la vida cotidiana puede ser enfrentada con gozo en Cristo, y cómo en cada una de ellas Cristo puede ser magnificado.
No todo creyente es un hombre o una mujer de Dios. La 1ª epístola a Timoteo define algunos rasgos fundamentales de lo que es un hombre y una mujer de Dios, los únicos capaces de sobrevivir espiritualmente en un día tormentoso como el que ya empezamos a vivir.