La palabra "Trinidad" no se encuentra en la Biblia. La doctrina de la Trinidad, sin embargo,permea todo el Libro Santo. Por cierto, la Biblia comienza con una nota trinitaria en su primerísima declaración: "En el principio creó Dios los cielos y la tierra" (Génesis 1:1). Aquí la palabra "Dios" es una traducción del vocablo hebreo Elohim que es plural y designa la Deidad.
Resulta curioso que en esta formidable declaración con que la Biblia comienza, no obstante usarse un sujeto plural, el verbo permanece en singular. Entendemos que el motivo para ello radica en que el acto creador se le adjudica al único Dios, a la vez que es uno como destello inicial y providencial del pluralismo existente en la unidad de la Deidad.

Creemos en un solo Dios verdadero que se manifiesta en tres personas. Creemos en el Dios de una sola esencia, divina, pero con una triuna manifestación. "Adoramos a un sólo Dios en Trinidad y a la Trinidad en unidad". No podemos confundir en ella las personas, pero tampoco podemos dividir su indivisible substancia. La triunidad, esencia de la Deidad, es co-eterna en su ser, co- idéntica en naturaleza, co-igual en poder y gloria y posee los mismos atributos y perfecciones (Deuteronomio 6:4:;1 Corintios 8:6; Mateo 28:18; 2Corintios 13:14;1 Pedro 1:2).

La Trinidad es una doctrina básica de la fe cristiana. Podemos ser salvos sin entenderla, pero no podemos ir al cielo sin creerla plenamente. Algunos atacan esta doctrina y otros la ridiculizan. Hay los que le ponen la etiqueta de "pagana". Hay los que la consideran ilógica o irracional pues sus criterios lógicos y matemáticos se basan en raciocinios humanos y en aritmética terrenal. Creen sabérselas todas al aplicar a la Trinidad la fórmula simplista de 1 + 1 + 1 = 3. Desconocen que en el cielo ni se razona con lógica humana ni se calcula con la aritmética de la tierra. Dejan de advertir la noción aritmética que funciona en la esfera infinita y que el apóstol Pedro introduce de esta sorpendente manera: "un día delante del Señor es como mil años y mil años como un día" (2 Pedro 3:8). ¿Cómo cuadra esta noción dent ro de los parámetros de la lógica humana?

A veces se habla del politeísmo lo cual significa la fe en muchos dioses. Se habla también del triteísmo que es la creencia en tres dioses, y del monoteísmo que es la creencia en un sólo Dios. La Biblia sostiene el monoteísmo trinitario. Moisés le dio a Israel una necesaria advertencia contra la asimilación del politeísmo que existía en la tierra que ellos habían de conquistar para hacerla su hogar nacional. Moisés les dijo: "Oye Israel: JEHOVA nuestro Dios, JEHOVA uno es" (Deuteronomio 6:4). Dios es uno. Sin embargo, en la Biblia la palabra uno se usa para significar más de uno. Tal es el caso de Génesis 2:24 donde, al hablar del matrimonio, Moisés aconseja: "Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán una sola carne". A nadie se le ocurriría pensar que el acto de matrimonio refunda literalmente a los dos contrayentes en uno. Siguen siendo dos personas aunque llegan a ser uno en amor y en unidad o acoplamiento de propósitos.

Cuando Moisés cita a Dios diciendo: "hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza"... ¿con quién hablaba? ¡El hombre no estaba creado todavía para estar presente en este diálogo! ¡No se trataba de los ángeles pues el hombre no fue creado a imagen de ellos! Evidentemente Dios Jehová hablaba con los otros miembros del Consejo Eterno, es decir, con el Hijo y con el Espíritu Santo que se movía sobre la haz de las aguas.

Dijo Dios: "hagamos", y no, "voy a hacer". Luego dice a "nuestra imagen" y no a "nuestras imágenes". Este lenguaje, cuidadosamente escogido para el libro de Dios, indica claramente la pluralidad dentro de la unidad de la Deidad.

Se hace más fácil ilustrar la Trinidad que tratar de definirla. El agua, por ejemplo, siendo un sólo cuerpo compuesto de dos moléculas de hidrógeno y una de oxígeno, se puede encontrar en cualquiera de los tres estados: sólido, líquido y gaseoso. El triángulo a pesar de sus tres ángulos sigue siendo una sóla figura geométrica. El átomo, unidad de pequeñez extrema, tiene una triple composición de protones, neutrones y electrones.

El Dr. Brooks ha señalado que el universo entero es trinitario. Dice él: "Hay tres cosas básicas en el universo que son: el espacio, la materia y el tiempo. ¿Qué es el espacio? Pues simplemente, tres dimensiones: largo, ancho y alto. El espacio es uno formado por tres. ¿Qué es la materia? Pues simplemente, energía, movimiento y fenómeno. La materia es una pero está formada por tres. ¿Qué es el tiempo? Pues simplemente, presente, pasado, y futuro. El tiempo es uno pero lo componen tres.

En el Antiguo Testamento hay pasajes que establecen diferencias entre dos de las personas divinas. Hay otros pasajes donde se mencionan las tres. Hay pasajes que hacen diferencia entre JEHOVA y Su ANGEL TEOFANICO o CRISTO. Hay también pasajes donde se hace diferencia entre JEHOVA y Su ESPIRITU.

El Nuevo Testamento cita a Cristo diciéndole a los suyos: "Id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del PADRE y del HIJO y del ESPIRITU SANTO" (Mateo 28:19). Esto hace trinitaria la fórmula bautismal.

San Pablo termina una de sus muy conocidas epístolas del Nuevo Testamento con la siguiente bendición: "La gracia del SEÑOR JESUCRISTO, y el amor de DIOS y la participación del ESPIRITU SANTO sea con vosotros todos" (2 Corintios 13:14). Esto hace trinitaria a la bendición apostólica.

El Apóstol Pedro dice que somos "elegidos según la presciencia de DIOS PADRE en santificación del ESPIRITU para obedecer y ser rociados con la sangre de JESUCRISTO" (I Pedro 1:2). Con esta declaración, Pedro destaca la participación de las tres divinas personas en el esquema de la salvación del pecador. En consecuencia, el acto de la salvación es también un acto trinitario. Dios el PADRE es el gestor u originador del plan de la salvación. EL HIJO es el ejecutor y el ESPIRITU SANTO el aplicador. Dios el PADRE de tal manera amó al mundo que dio a su HIJO UNIGENITO para que todo aquél que en él cree no se pierda sino que tenga vida eterna. El ESPIRITU SANTO es el que trae convicción de pecado a la criatura y quien a su vez le muestra el valor y efecto de la muerte de CRISTO como ofrenda ofrecida por el ESPIRITU ETERNO a Dios el PADRE. DIOS ama, CRISTO muere crucificado sangrientamente y el ESPIRITU SANTO convence de pecado, bautiza en el cuerpo de Cristo (la Iglesia) al pecador arrepentido, y lo sella hasta el día de la redención. El pecador, pues, encuentra la salvación al confiar en el Creador, Redentor y Santificador.

¿Quieres conocer al Dios Trino, amigo mío?

Pues escucha hoy la voz dulce y apacible del ESPIRITU SANTO que te dice que eres pecador arruinado y que además te señala al Salvador sobre la cruz. Obedece esa voz entregándote sin condiciones a JESUCRISTO. EL PADRE que te creó quiere perdonar tus pecados por el sacrificio de su HIJO y también quiere habitar en ti para siempre por Su ESPIRITU SANTO.

Pon a un lado este papel ahora. Arrodíllate física y espiritualmente ante la majestad del Dios Trino. Invócale de corazón, en alta voz, confesándole tus pecados. Díle en alta voz con fe verdadera:

"DIOS, soy un desdichado. Soy un perfecto egoísta. Perdona mi extravío que, como bien sabes, es muy grande. Te necesito. Recibo a Jesucristo para que EL tome posesión de mi vida hoy y para que me selle con su Santo Espíritu para siempre. Gracias, Dios, por amarme. Gracias, Jesucristo, por salvarme. Gracias, Espíritu Santo, por poseerme. Amén".

Por: Mariano González V.